Ciencias Administrativas. Teoría
y Praxis
Num. 2 Año 13,
Julio-Diciembre
2017, pp. 41-53
Elementos que configuran la vulnerabilidad frente al conflicto en los municipios Colombianos
Elements that shape vulnerability to conflict in Colombian municipalities: Contributions to the debate for the materialization of the agreements between the Government and the insurgency of the FARC-EP
Leonardo Rodríguez-González*, Diana Rodríguez-Romero**
Resumen
Los diálogos de paz, llevados a
cabo actualmente
entre el gobierno nacional y la insurgencia de las FARC- EP, en la ciudad de La Habana Cuba, enmarcan al país en un posible escenario de salida dialogada al conflicto político, social y armado,
presente hace más de 50 años en la historia colombiana,
poniendo
de presente
grandes desafíos en materia de acondicionamiento del aparato
estatal a las nuevas
necesidades de un país en posconflicto,
particularmente
mediante la planeación
y puesta
en práctica
de Condiciones
Institucionales adecuadas para garantizar una paz estable y duradera. El presente artículo, pretende
en este sentido, ser un insumo de
discusión para la academia y la administración pública colombiana, poniendo a
disposición algunos elementos que permitan consolidar una herramienta que
mida el grado de vulnerabilidad frente
al conflicto
de los municipios colombianos en un escenario de posconflicto,
con el fin de garantizar
un efectivo
acompañamiento a institucional los mismos. Este objetivo se cumplirá a
través de un acercamiento hacia
las causas históricas
del
conflicto en
un primer momento, que permitan la enunciación de las causas del mismo en los municipios, a modo de medidor de vulnerabilidad frente al conflicto, para finalmente exponer algunas de las condiciones
institucionales que deberá garantizar el Estado en
un escenario de
posconflicto, tomando como base tres de los acuerdos parciales entre el gobierno y las FARC-EP.
Palabras
clave: Conflicto
en Colombia, posconflicto en Colombia, Diálogos de la
Habana, vulnerabilidad.
Abstract
The ongoing peace talks between the
national government and the FARC-EP insurgency
in the city of
Havana Cuba frame the country in
a possible
scenario of dialogue with political, social and armed conflict, More than 50 years in
Colombian history, putting great challenges in
terms of conditioning the state apparatus to the new needs of a
post-conflict country, particularly through the planning and implementation of
appropriate
institutional
conditions to guarantee a stable and lasting peace.
This article intends to
be an input of discussion for the Colombian academy and public administration, making available some
elements that
allow to consolidate a tool that measures the degree of vulnerability to
the conflict of the Colombian municipalities in
a scenario of Post-conflict, in order to ensure effective institutional accompaniment to them. This objective will be
fulfilled through an approach to the historical causes of the conflict in a first moment,
that
allow the enunciation of
the
causes of the same in
the municipalities, as a
* Magister en Intervención Social en Sociedades del Conocimiento, Docente, Facultad de pregrado, Sede Central, Escuela Superior de Administración
Pública ESAP, E-mail:
** Magister
Derechos Humanos y Derecho Internacional de los conflictos
armados, administradora pública de profesión, Docente investigadora, Programa Administración pública, Corporación Unificada Nacional de Educación Superior -CUN-, E-mail:
diroromero@gmail.com
Artículo recibido: 11 de enero de 2017
Artículo aceptado: 29 de abril de 2017
measure of vulnerability to the conflict,
to finally expose some of the conditions Institutional relations that the state must guarantee in
a post-conflict scenario, based on three of
the partial agreements between the government and the FARC-EP.
Key words: Conflict in Colombia, post-conflict
in
Colombia, Dialogues of Havana, vulnerability.
Clasificación JEL: H22, H61, H23
Causas históricas del conflicto
�
Desde una perspectiva histórica las
consideradas
causas del conflicto armado que vive Colombia desde lo que algunos han llamado la época de la violencia, y que tiene como punto de partida general
la mitad del siglo XX, registrando en ella hechos de gran impacto en la
estabilidad política social y económica del país, como lo son el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán el
9 de
abril de 1948, el nacimiento de las guerrillas liberales
del llano al mando de Guadalupe Salcedo Unda, y la
posterior generación de
las denominadas “Repúblicas independientes” que da origen a
las
guerrillas
comunistas como las FARC – EP y el ELN. Grupos insurgentes con los cuales se avanza con diversos matices (proceso iniciado hace dos años con las FARC – EP y aun por iniciar con el ELN), en un proceso de dialogo que busca la dejación de las
armas.
� �
Se ha de resaltar que aunque se
considera que el conflicto
armado
en
Colombia, puede datar desde el origen de la república y la consolidación
como estado nación, para efectos del presente trabajo, los autores consideran,
que este periodo presenta características, cualidades, y aspectos
particulares e
influyentes en nuestra vida política y social moderna, que se convierte en sí mismo, en un nuevo concepto propio para la
historia colombiana.
�
Hablar de Conflicto Armado en
Colombia entonces, nos lleva a ubicarnos en un periodo de tiempo determinado, 1948 – a nuestros días, en una extensión concreta de
territorio, Colombia, América Latina, y con unos actores de primer orden activos
y beligerantes en la defensa de sus posiciones políticas y su forma de fundamentar la existencia
del presente conflicto. Esta discusión es precisamente la
que nos lleva a estudiar las causas del conflicto armado en Colombia, puesto que cada parte en cuestión denota lecturas divergentes frente a las causas originarias, frente al tiempo del mismo, frente a causas de hace 50 años que algunos ya
no consideran causas, frente a
efectos que surgieron en el marco de este extenso periodo de tiempo y que se
asumen ahora como causas, frente a discursos que para otros crearon causas y
frente a causas
históricas que a
criterio de las
partes pueden o no ser tomadas causa en la contienda.
Según el estudio del Centro de Memoria
(González-Posso, 2013), los
siguientes pueden denominarse los principales documentos históricos de estudio de las causas del conflicto:
�
1958: Comisión de investigación sobre causas actuales de la violencia. Fue designada por la Junta Militar de Gobierno en
1957. Realizó
trabajos de documentación, entrevistas,
visita a las regiones más afectadas, conversación con protagonistas. Se disolvió antes
de presentar
su informe
final.
1962: La violencia en
Colombia, Informe Universidad Nacional por encargo de la ONG empresarial llamada Fundación de Paz. Monseñor Germán Guzmán, Orlando
Fals Borda y Eduardo Umaña Luna. Monografía síntesis basada en documentación de
la Comisión. Publicada en
los
dos tomos, el primero en 1962 y
el segundo en 1964.
1987: Comisión de Estudios sobre la violencia. Colombia: violencia y democracia.
Gonzalo Sánchez et al.,
IEPRI Universidad Nacional, por encargo del gobierno nacional.
1991: Informe Pacificando la
paz. Resultado
del acuerdo entre el gobierno nacional y el EPL. Grupo de investigación encabezado por Alejandro Reyes.
1995. Colombia Nunca Más! Comisión Inter eclesial de Justicia y Paz.
�
2008: Comisión de la Verdad sobre los hechos del Palacio de Justicia del 6 y
7 de
noviembre de
1985.
Designada por las Cortes.
�
2013. Basta Ya,
Colombia memorias de guerra y dignidad,
Grupo de Memoria Histórica
nombrado por la Comisión Nacional de Reparación
y Reconciliación en 2006, con base en el mandato de la ley 495 de 2005.
�
2006 – 2013: Numerosos estudios de casos: Trujillo, Catatumbo, Magdalena Medio y 20 más del GMH – Centro Nacional de Memoria
Histórica.
Para efectos de avanzar en este propósito, se ha tomado como referente el texto La Violencia en Colombia de 1962.
“es un texto de
decidida intención política, no en el sentido partidista, como tendió a utilizarse inicialmente, sino de enjuiciamiento histórico a las élites gobernantes responsables del desangre… En perspectiva histórica se puede aseverar que uno
de los grandes méritos del libro es haber hecho de la Violencia un tema de opinión y
de controversia
pública. Muchos sectores citadinos descubrieron aterrorizados
la
Violencia a través
de este libro. Libro testimonio, recoge voces e
imágenes irrepetibles de
actores víctimas y
testigos, con una variedad y fuerza descriptiva que lo
convierte en fuente inagotable. Libro memoria, gracias a
él todo un período dramático de
la
historia de este siglo XX se conservó. Libro intuición, no deja de sorprender
a los investigadores posteriores por el invaluable
cuerpo de registro que consignó.” (Sánchez, 1999).
Se debe resaltar que la
base documental que permitió la elaboración del texto remite a
los trabajadores de
una Comisión gubernamental
investigadora de las causas de la
violencia, creada en 1958 bajo la Junta Militar. Dirigida por Otto Morales Benítez, hicieron parte dos representantes de los partidos
tradicionales,
dos de las fuerzas
armadas y dos de la
iglesia, uno de estos últimos el autor principal, Germán Guzmán Campos, párroco del Líbano, Tolima. Sumado
a ellos el grupo
de emisarios de la
recién fundada Facultad de Sociología
de
la Universidad
Nacional, Camilo
Torres, Orlando Fals Borda (decano de la Facultad), Andrew Pearse (sociólogo británico) y Roberto Pineda Giraldo.
De este equipo original,
solo se materializó la
participación activa de Orlando Fals Borda y del
Abogado Eduardo Umaña Luna.
“El libro hizo su resonante aparición en julio de
1962 y con él se inicia también en buen medida la historia contemporánea de las ciencias sociales en Colombia.” (Sánchez, 1999).
Sumado a lo anterior, se podría afirmar que los documentos
borrador
de acuerdo de la mesa de diálogos de la Habana, entre el gobierno actual y la insurgencia de las FARC- EP, constituyen un nuevo
documento de análisis y síntesis de las causas del conflicto armado en Colombia frente a los tres puntos abordados hasta el momento a saber: participación política:
apertura democrática para construir la paz, solución al problema de las drogas
ilícitas y reforma rural integral, abordados a continuación.
En términos de reforma rural integral, el documento borrador de acuerdo de la Habana establece dos causas básicas del conflicto: la concentración de la tierra
y la brecha entre el campo y la ciudad que desemboca en una aguda
desigualdad social. Estas causas se
desarrollan en la
medida en que en la estructura agraria colombiana la
tenencia se ha constituido en el elemento más importante y con mayor afectación
en el campo colombiano y se define como “el sistema de
relaciones jurídico-políticas de
dominio
de la tierra y de los recursos, sea para uso económico o para sustentar poderes políticos” (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Colombia - PNUD, 2011) Este proceso
de concentración y
apropiación de las tierras se ha visto apoyado en los vacíos legales y las mismas dinámicas
de la acumulación
por despojo donde grupos paramilitares, grandes sectores económicos y grandes propietarios han incurrido a tomar acciones de desalojo
de los campesinos
de sus tierras por medio de acciones violentas, principalmente de carácter armado.
Desde la abolición de los resguardos indígenas en 1810 que fueron aprovechados por poderosos de la población, quienes adquirieron la gran mayoría de
estos pueblos consolidando un
domino regional, pasando por la asignación de baldíos para sufragar
el pago de la deuda, guerra y servicios militares que crearon nuevas élites propietarias, los factores económicos que valorizaron la
tierra e incentivaron la
producción agrícola en 1920 conllevando a
la
expulsión de colonos; la promulgación de la ley 200 de 1936 que incentivó la expansión masiva de colonos y favoreció a grandes propietarios y contribuyó a concentrar más la propiedad; hasta la época de La Violencia estos conflictos fueron profundizados. Así, para el período comprendido
entre 1953
y 1957, bajo la administración de
Rojas Pinilla, las Muestras
Nacionales Agropecuarias
evidenciaron la inequidad en la distribución de la tierra donde cerca del 55% de los propietarios
tenían menos de 10 hectáreas y ocupaban alrededor del 7% de la superficie y la falta de garantías a los propietarios
para conservar los
derechos de propiedad.
(Instituto Geográfico Agustín
Codazzi - IGAC;
2012).
Continuando con la
profundización de las contradicciones
en la posesión
de la tierra, para
1961 Carlos Lleras puso en marcha la ley 135 para llevar a cabo un programa de reforma
agraria el cual tuvo su punto de culminación en 1972 con la firma del Pacto de Chicoral. La década de los 70 y 80 se caracterizó por la titulación de baldíos en zonas aisladas e
improductivas para los pequeños
campesinos, ello acompañado del surgimiento del narcotráfico en los
años
80. Para 1994 se expidió la ley
160,
aún vigente, la cual toma como base los mecanismos de
mercado para la transferencia de tierras y crea el INCODER.
La concentración de la propiedad rural en
Colombia aumentó en el periodo comprendido entre
2000 y 2012, para el 2000, el 75,7% de la tierra estaba en poder del 13,6% de los propietarios, mientras que para el 2012 (año en que se iniciaron los diálogos de paz) estas
cifras
aumentaron al 77% de la tierra en manos del 13% de los propietarios, de los cuales el 3,6% posee el 30% de la tierra y el
80% de los pequeños campesinos tiene menos de una UAF, ubicando a
Colombia en el cuarto puesto de los
países que presenta los
mayores coeficientes de concentración de la propiedad rural.
Estos procesos de concentración se han visto acompañados de grandes índices de desigualdad social en el área rural con respecto
a la urbana donde, para
el 2009
el ingreso promedio
de un campesino correspondía a $220.000, mientras en la
ciudad el ingreso promedio estaba en $668.000. Para el 2012, el 60% del empleo rural es informal,
el 85% de la población carece de alcantarillado, el analfabetismo es de 18,5%, el 60% de la población
no tiene agua potable y el 83% se encuentra en régimen subsidiado de salud.
Frente al segundo punto de discusión en la Habana,
participación política: apertura democrática para construir la paz, se reconoce que el conflicto colombiano es resultado de un enfrentamiento
entre
grupos con intereses diferentes y que por tanto, lejos de ser una situación patológica, representa un modo de ser de la vida social (Serrano, 1997), el
documento de
borrador conjunto elaborado por el gobierno y
la
guerrilla de las FARC-EP en el escenario de diálogos de paz que actualmente
se lleva
a cabo
en
la Habana
Cuba, evidencia unas
causas esencialmente
políticas para el conflicto colombiano, siendo la más relevante, la falta de garantías para constituir alternativas de poder y ejercer participación política en el modelo de democracia limitada imperante en el país, esta situación es evidenciada en el borrador conjunto cuando se hace referencia a
que la consolidación de la paz
“requiere de una ampliación
democrática
que permita que surjan nuevas fuerzas en el
escenario político para enriquecer el debate y la deliberación alrededor de los grandes problemas nacionales y, de esa manera, fortalecer el pluralismo y por tanto la representación de las diferentes visiones e intereses de la
sociedad, con las debidas garantías para la participación
y la inclusión política” (Paz,
2013).
En este mismo sentido, el documento manifiesta
que junto a las limitaciones del modelo democrático
colombiano, han intensificado el
conflicto, condiciones tales como la estigmatización y persecución de las actividades realizadas por organizaciones
políticas
y por ende a sus dirigentes, así como la falta de garantías para la movilización y
la
protesta social. Respecto a estas restricciones, se manifiestan condiciones que
tocan de
fondo más que de
forma, una discusión hacia la democracia participativa en el país, que finalmente no es un consenso social acabado.
En términos de causas del conflicto que viren hacia el
ejercicio mismo del
Estado, se encuentran
latentes hasta hoy en día, las restricciones en el régimen electoral, manifestadas por las deficiencias
en la identificación de todos los ciudadanos colombianos con documentos de
identidad, los problemas históricos por la
compra de votos en las regiones por parte de las organizaciones al
margen de la ley que detentan el poder económico, especialmente de naturaleza paramilitar, así como la infiltración de estas organizaciones en partidos y movimientos políticos que utilizan este poderío en las campañas electorales;
finalmente se manifiestan las restricciones legales impuestas como
la superación del umbral
electoral, que termina siendo un limitante para la
participación
activa de toda la
ciudadanía en igualdad de condiciones
y que restringe
el derecho constitucional de las mayorías de elegir y ser elegido.
Así mismo la distribución inequitativa de los recursos públicos en
los diferentes territorios
colombianos y los altos niveles de corrupción en los
niveles estatales, se consolidaron como causas del conflicto, al alejar la
figura del estado de la ciudadanía, propiciando una
fuerte ilegitimidad de esta institución gracias a la baja incidencia que se le ha dado a la ciudadanía en la planeación
de políticas públicas y en general en la toma de decisiones en el
ámbito público; es por tanto imprescindible
en este punto,
la construcción
de confianzas entre los diferentes integrantes de
la sociedad y el estado, asegurando
“la participación ciudadana en la discusión de los planes
de
desarrollo, las
políticas
públicas
y
en
general en los asuntos que atañen a la
comunidad, incidiendo efectivamente en las decisiones de las autoridades y corporaciones públicas corrientes (ya que) la
participación ciudadana se convierte en un verdadero complemento y al
mismo tiempo en un mecanismo de control
del sistema de representación política y de la administración
pública” (Paz, 2013).
Finalmente, se erige como causa
del
conflicto en este
punto, la monopolización
de los medios
de comunicación en el país, fuertemente arraigados a las élites económicas, que parcializan y
limitan la información a los ciudadanos, sobre este tema se debe resaltar la participación de formas alternativas
de comunicación como
“los medios de
comunicación comunitarios, institucionales y regionales, (que) deben contribuir
a la participación ciudadana y en especial a promover valores cívicos, diferentes identidades étnicas y culturales, la inclusión política y social, la integración nacional y en general el
fortalecimiento
de la democracia. La participación ciudadana en los medios comunitarios contribuye además a
la construcción de una cultura democrática basada en los principios de libertad, dignidad y pertenencia, y a fortalecer las comunidades con
lazos de vecindad
o colaboración mutuos” (Paz, 2013).
A diferencia
de
los anteriores puntos decantados en la mesa de conversaciones, las dos partes reconocen que el conflicto antecede y tiene causas ajenas a la aparición de cultivos de uso ilícito de gran escala y
a la producción y comercialización de drogas ilícitas en el territorio;
sin embargo, se generó un contexto que
propició su existencia, entre ellas las condiciones de
pobreza,
marginalidad, débil presencia institucional, además
de la existencia de
organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico; en su relación directa con el
conflicto se reconoce que
el
cultivo, la producción, comercialización y
consumo han trazado, alimentado y financiado el conflicto interno.
Condiciones institucionales
Para la superación de las causas que configuraron el conflicto colombiano, delimitadas anteriormente,
se requieren una
serie de
condiciones
institucionales que garantice el Estado para la construcción
de una paz estable y duradera. En este sentido, el acuerdo
presenta
los siguientes
acuerdos políticos, que
tienen como
ejes
fundamentales la
garantía del derecho de las
comunidades a tomar las decisiones sobre su territorio y
la
puesta en marcha de planes de desarrollo con enfoque territoriales bajo criterios de priorización de los territorios más afectados por el conflicto y el abandono estatal bajo los siguientes criterios:
Garantías para la participación política, la oposición y la transparencia del régimen electoral.
Con base en los
acuerdos preliminares de la Habana entre el gobierno y la insurgencia de las FARC-EP, el
Estado deberá garantizar la efectiva
participación de toda la
comunidad, mediante mecanismos como la construcción de un estatuto de garantías para la oposición, la creación de un Sistema Integral de seguridad para el ejercicio de la política, la presentación de un proyecto de ley
de garantías y
promoción de la
participación ciudadana y
las
actividades de los movimientos y organizaciones sociales. Así mismo se respetarán
las actividades de las organizaciones que
hagan
parte de la oposición y se
deberá eliminar la estigmatización y persecución a las actividades de movimientos y dirigentes políticos y sociales, de igual forma se darán garantías efectivas
para la movilización y la protesta, esta promoción será apoyada con la creación del Consejo Nacional para la
reconciliación y
la convivencia, y
su manifestación en las diferentes regiones del país en Consejos Territoriales.
En este mismo punto,
el gobierno
se compromete con una serie de reformas al sistema electoral colombiano, que garanticen la igualdad de oportunidades en la
participación, la transparencia en los procesos electorales y
en general la ampliación de garantías democráticas en el aspecto
electoral. Estas
reformas estarán dadas por
acciones tales como el
diseño de un sistema de adquisición progresiva de derechos para partidos
según su
desempeño electoral, así como por desligar la
personería jurídica de partidos y movimientos de la
superación del umbral electoral, al mismo tiempo que el incremento del porcentaje que se distribuye
en partes
iguales entre
los partidos
con representación
en el Congreso. De igual forma el gobierno se compromete al impulso de Campañas de información, capacitación y cedulación masiva en
todas las
regiones del
país para la generación de condiciones equitativas que permitan a
su vez la creación de mecanismos para facilitar acceso a puntos de votación y veedurías sobre los mismos.
Además de los elementos anteriormente anunciados, se promueve la
creación de una Auditoría técnica
del censo
electoral
y de
un Tribunal Nacional de garantías electorales que hagan presencia en todo el territorio nacional a través de Tribunales especiales seccionales en circunscripciones de
mayor riesgo de fraude electoral, todo lo anterior aunado a
la implementación de
medios electrónicos en
los procesos electorales para garantizar completa transparencia en
los
procesos. Las modificaciones
anteriormente enunciadas, promueven en
general una Reforma del régimen y
la organización electoral, que según los acuerdos de la Habana será tarea fundamental de lo que se denominará la Misión electoral especial como grupo que encabeza todas estas reformas.
Participación ciudadana en la planeación de la administración pública.
El Estado se debe encargar de formular herramientas que promuevan la
participación
ciudadana, a
través de acciones tales como la ampliación y garantía de la representatividad de las organizaciones y movimientos sociales, en la interlocución con los poderes públicos y
las autoridades en los diferentes niveles para un efectivo control ciudadano. Así mismo deberá diseñar metodologías que contribuyan
a la incidencia real
de las instancias de
participación e interlocución, estas se encargaran de
asegurar
mecanismos de seguimiento y rendición de cuentas de los acuerdo que surjan de los escenarios de
participación con las organizaciones y movimientos sociales.
De igual forma el estado debe garantizar la creación de herramientas
que valoren e incentiven la gestión de las autoridades públicas con respecto
a la participación de las organizaciones y movimientos sociales, al
tiempo que garanticen el intercambio de
experiencias exitosas de participación ciudadana y promueva la construcción de agendas de trabajo locales, municipales,
departamentales y
nacionales que permitan la atención temprana de peticiones y propuestas de los diferentes sectores de la
sociedad. Finalmente se impulsará el fortalecimiento de los presupuestos participativos para fomentar la participación
ciudadana en la planeación
de
los recursos
públicos.
Transparencia y anticorrupción.
Con el
objetivo de consolidar confianzas por parte de la sociedad hacia el
actuar estatal y legitimar las acciones de la administración pública, el gobierno, y la
insurgencia de las
FARC-EP enuncian que debe garantizarse condiciones institucionales tales
como el fortalecimiento de mecanismos de rendición de cuentas para acercar a la comunidad
a la gestión local
y nacional,
la creación
de
un programa especial para la eliminación y prevención
de la corrupción, la conformación de consejo territoriales de planeación y el apoyo por parte del estado a la creación y promoción de veedurías
ciudadanas que sean agentes de evaluación y control de la gestión pública.
Democratización
de los medios
de comunicación.
Los medios de comunicación, como principales
generadores de
opinión pública, deben sufrir una transformación en la medida en que su naturaleza debe virar hacia la constitución de un trabajo para la
consolidación de una cultura de paz nacional. En este sentido, las negociaciones de
paz
dejan como acuerdo parcial, la tarea conferida al
estado en términos de
apertura de nuevas convocatorias públicas para la adjudicación de radio comunitaria,
así como la apertura de espacios en canales y emisoras institucionales para la participación de la sociedad.
En este mismo sentido se propone la importancia de habilitar un
canal de televisión cerrada institucional, orientado a partidos y movimientos
políticos, con el fin de dar a conocer las diferentes propuestas de estas agrupaciones
a la sociedad, que también podrá pronunciarse por este medio.
Acceso y uso a la tierra.
Este punto tiene como fin último la
democratización en el acceso a
la
tierra, garantizar los derechos de los legítimos poseedores y
dueños de la tierra, promover el uso adecuado de la misma, mejorar su planificación y mitigar y prevenir los conflictos de uso tenencia,
para ello los acuerdos que se propone son:
Fondo de tierras de distribución gratuita.
En este punto, el
Gobierno Nacional adquiere dos compromisos
claros, el primero, relacionado con temas de reformas normativas y administrativas
para agilizar los procesos judiciales de extinción de dominio y el segundo orientado a las gestiones para el desarrollo de procesos de donación.
Subsidio integral
para
compra
y crédito especial para compra.
El Gobierno nacional se compromete a otorgar subsidios y crear una línea de crédito especial subsidiada de largo plazo.
Formalización de la pequeña y mediana propiedad.
Para ello se deberá generar un proceso de formalización progresiva, con base en
el ordenamiento constitucional y
legal, todos los predios que ocupan o poseen los
campesinos. Este proceso deberá ser gratuito creando un recurso ágil
y expedito para la protección de los derechos de propiedad.
Mecanismos de conciliación de uso y tenencia de la tierra.
Estos mecanismos deberá crearlos con el propósito
de garantizar la protección efectiva de los derechos
de propiedad en el
campo, resolver los conflictos relacionados con los
derechos de tenencia y uso
de la tierra, y en general, promover la regularización de la propiedad rural, incluyendo mecanismos tradicionales y la intervención
participativa de las comunidades. Este mismo será el
propósito de una nueva jurisdicción agraria.
Instancia de alto nivel.
Esta instancia será creada por el Gobierno Nacional
y formulará los lineamientos generales del uso de la
tierra teniendo en cuenta las características de vocación, el bien común y las visiones territoriales de desarrollo rural construidas de
manera participativa.
Mecanismos de concertación y
diálogo social.
Estos mecanismos serán impulsado por el gobierno
nacional, regional y local contando con la participación de los campesinos y
comunidades
indígenas, negra, afrodescendientes, raizales y palanqueras y otras comunidades
en donde conviven diferentes etnias y culturas, y las empresas del
sector privado que adelante su actividad económica en los territorios.
Actualización del catastro e impuesto predial rural.
Para este punto el Gobierno Nacional se compromete a crear un Sistema de Información Catastral
para concretar
la formación y actualización
del catastro rural, generando apoyo técnico, administrativo
y financiero en los municipios que así lo requieran y
reformas
normativas para la implementación
de impuestos prediales bajo el principio de progresividad.
Plan de zonificación ambiental.
Creado por el
gobierno nacional para delimitar la frontera agrícola y caracterizar el usos de las áreas que deben tener
un manejo
ambiental especial tales como las zonas de
reserva forestal, zonas de alta
biodiversidad, ecosistemas frágiles y estratégicos, cuencas, páramos, humedales
y
demás fuentes y recursos
hídricos, con el fin de proteger la biodiversidad y el derecho progresivo
del agua de la población.
Planes complementarios de la Reforma.
Este punto reconoce que la
transformación estructural del campo requiere de la provisión de bienes y servicios públicos que brinden bienestar y buen vivir a
la
población rural, dichos planes complementarios son:
Infraestructura y adecuación de tierras.
Para este punto
el gobierno nacional se compromete a la creación de los planes nacionales de Vías Terciarias, Infraestructura de riego e infraestructura eléctrica y
de conectividad y asegurara la participación activa de las comunidades en la construcción de estos, y
la asistencia técnica y capacitación requerida para garantizar su sostenibilidad.
Desarrollo social: Salud, educación, vivienda y erradicación de la pobreza.
En este punto el gobierno nacional creará planes nacionales de salud rural, educación rural, vivienda y
agua
potable donde deberá mejorar un mejoramiento general
e
integral de la infraestructura y
generar garantías para su implementación bajo un enfoque diferencial.
Fomento a la Economía solidaria y cooperativa rural.
Para ello el gobierno creará, por un lado, el plan nacional de fomento a la economía solidaria, el cual tiene
como objetivo estimular las diferentes formas
asociativas de trabajo de o entre pequeños y medianos productores, para lo cual garantizará la creación del plan generando un
acompañamiento y apoyo técnico y financiero a las
comunidades, y por el
otro lado, creará el Plana para apoyar y consolidar la
generación de ingresos de la económica campesina, familiar y
comunitaria y de los medianos productores con menores ingresos.
Mercadeo.
El gobierno creará en plan nacional para la promoción de la comercialización dela producción
de la economía campesina, familiar y comunitaria el cual deberá garantizar la condiciones para la comercialización de los productos provenientes de este tipo de economías, ello requerirá de la financiación o
cofinanciación de centros de acopio,
promoción de centros urbanos de mercadeo y de encadenamientos de la pequeña producción rural con otros modelos de producción y
la implementación
de un sistema de información de precios regionales.
Formalización laboral.
El gobierno fortalecerá el sistema de protección y seguridad social de la población rural implementando así un Plan progresivo
de protección social y garantía de
derechos de los trabajadores rurales erradicando el trabajo infantil; generando protección
social
mediantes un beneficio económico a trabajadores del campo en edad de jubilarse y
de un subsidio de riesgos laborales; estimulando procesos organizativos de trabajadores; promoviendo vinculación laboral a personas
en
condición
de
discapacidad y a mujeres; fortalecimiento del
sistema fijo de inspección laboral y
creación de sistema móvil en áreas rurales.
Sistema de seguridad (Soberanía) alimentaria.
El gobierno creará un sistema especial de seguridad (soberanía) alimentaria y nutricional para la
población rural que contará con el desarrollo de planes departamentales y locales para la alimentación y la
nutrición culturalmente apropiada;
el establecimiento de consejos departamentales
y municipales de alimentación y nutrición; la creación de un Consejo Nacional de alimentación y nutrición; desarrollo de programas nacionales contra el hambre y la desnutrición; campañas de producción
y consumo de alimentos con contenido nutricional y provisión de condiciones e
incentivos a la producción y comercialización.
Drogas y cultivos lícitos.
En cuanto al borrador
conjunto de la solución al problema de drogas ilícitas, el objetivo inicialmente habían dos propuestas, por un lado, el Gobierno afirmaba que debía
ser lograr que
el territorio
nacional esté libre de cultivos de uso ilícito,
mientras las
FARC-EP expresaba: lograr que evitando el deterioro del medio ambiente el territorio esté libre de
cultivos de uso ilícito; que con el devenir de
las
diferentes discusiones que pasaron
por reconocer las causas y
acordar diferentes soluciones al cultivo, comercialización y consumo de drogas ilícitas, se acordó que el
objetivo de éste punto sería “lograr
que el territorio nacional esté libre de cultivos de
uso
ilícito teniendo en cuenta el respeto por los derechos humanos, el medio ambiente y el buen vivir”.
Para lograr el objetivo propuesto se deben propiciar
determinadas condiciones institucionales que trascienden el
territorio nacional que exige consensos y definiciones de alcance global al haber países consumidores y productores, el fenómeno además de ser parte de
dichos actores también ha permeado las instituciones en la corrupción
asociándose al narcotráfico; esto sin intención de permitir injerencia en asuntos internos de otros Estados y deben asegurar la acción coordinada en el marco de la
cooperación internacional, en la medida que
la
solución es responsabilidad de todos los Estados reconociendo las particularidades
de cada actor en la cadena de valor del
narcotráfico se establece que se
debe
dar un tratamiento diferenciado al consumo, cultivo y
a la
criminalidad organizada, se establece inicialmente que el consumo de drogas ilícitas se debe abordar desde
un enfoque de salud pública y desarticular
dicha cadena Programa Nacional de Intervención Integral frente al
consumo de drogas lícitas con los siguientes principios: enfoque de
derechos
humanos, salud pública, enfoque diferencial y de género, participación comunitaria y
convivencia,
fundamento en la
evidencia, que
funcionará a través del Sistema Nacional de
Atención al Consumidor de
Drogas Ilícitas: acciones complementarias
de
rehabilitación e inserción
social, planes de
acción participativos con enfoque territorial y
poblacional: promoverá el desarrollo de capacidades de las autoridades locales y las apoyará en sus planes contra el consumo identificando la importancia de las comunidades en el éxito de la solución,
la política debe tener un
enfoque territorial basado en la participación
ciudadana y en la presencia
y fortalecimiento
en términos de efectividad, eficiencia y
transparencia
especialmente de
las
instituciones responsables de la atención social y de los responsables de la seguridad y protección de las comunidades, ambas con un enfoque de derechos humanos; a través de espacios
de reflexión y discusión
que recojan el sentir de los afectados incluyendo a
las comunidades como las asambleas comunitarias integradas por todas las comunidades
incluyendo los productores de
cultivos de
uso
ilícito y garantizarán la participación efectiva de la mujer,
se elaborarán los planes comunitarios, incluirá
organizaciones políticas y sociales.
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La construcción participativa de
una visión integral del territorio requiere en
primer lugar de
la elaboración de una propuesta sobre la base de un diagnóstico colectivo que
permita establecer la caracterización
social, económica y ambiental del territorio, las necesidades de dotación de infraestructura física, social e
institucional, la priorización de los proyectos que responden a esas necesidades, las potencialidades
productivas y la identificación de las áreas con cultivos de uso lícito y su disposición en el territorio.
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Frente a las comunidades indígenas, se reconoce los usos ancestrales y tradicionales de la hoja de
coca, como parte de la identidad cultural de la comunidad
indígena y
la posibilidad de
sus cultivo para fines médicos y
científicos y otros usos lícitos que se establezcan,
propiciar espacios de reflexión y discusión
que recojan el sentir de los afectados incluyendo a las comunidades como las asambleas
comunitarias
integradas por todas las comunidades incluyendo los productores de cultivos de uso ilícito y
garantizarán la participación efectiva de la
mujer, se elaborarán los planes comunitarios, incluirá organizaciones políticas y sociales.
En cuanto a cultivos, se reconoce que el programa como parte de la
transformación
estructural del campo que busca la Reforma Rural Integral contribuya a
generar condiciones de bienestar y
buen vivir para las
poblaciones
afectadas por esos cultivos a
través de Planes Integrales
de Sustitución
y Desarrollo Alternativo que harán parte de un nuevo Programa Nacional
Integral de Sustitución de Cultivos Ilícitos que tendrá una nueva institucionalidad; inicialmente serán procesos de
sustitución
voluntaria de agotarse los espacios de
reflexión entre las comunidades y el gobierno y
no haya cumplimiento
de la
sustitución
voluntaria
se procederá a la erradicación manual y por último a la aspersión.
Como instancia encargada, el nuevo PNIS será la
autoridad nacional competente, en cabeza de la Presidencia de la República, en coordinación con autoridades departamentales
y municipales y tendrá un carácter civil sin perjuicio de coordinación con autoridades estatales que se
requieran, cuyos principios son:
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La Integración a la RRI: el PNIS es un componente de la
RRI requiere de unas medidas adicionales y
particulares respecto
de las demás comunidades rurales; el PNIS se integrará con los Programas de Desarrollo
con Enfoque Territorial y
se integrará a los Planes de
Desarrollo en los diferentes niveles
Construcción conjunta
participativa y concertada: Toma como base la
decisión de las comunidades de
abandonar estos cultivos y transitar mediante la sustitución
hacía otras actividades económicas
Enfoque diferencial de acuerdo a las condiciones de cada territorio
Respeto y
aplicación de los principios y normas del Estado Social de
derecho y convivencia ciudadana
Sustitución Voluntaria: para generar
confianza entre las comunidades y
crear condiciones que permitan contribuir a
la solución del problema de
los
cultivos de
uso
ilícito, sin detrimento de la sostenibilidad
económica, social y ambiental de las comunidades y los respectivos territorios
Como parte del
Programa de Sustitución de
Cultivos Ilícitos se requieren medidas especiales de promoción del cooperativismo y la economía
1 Variance Inflation Factor
.
solidaria, programa de guarderías infantiles rurales,
programa de construcción y dotación de comedores escolares y suministro de víveres para garantizar los desayunos, programas contra el hambre para la tercera edad, programas de superación de
la pobreza y de generación de ingresos, brigadas de atención básica en salud.
En cuanto a la cadena de narcotráfico, se deben fortalecer las capacidades para la judicialización
efectiva de
los
miembros de
las
organizaciones del crimen
organizado, como grupos interinstitucionales para adelantar
investigaciones estructurales que cuenten con mecanismos
para reconocer y
comprender las dinámicas locales, regionales, nacionales y transnacionales de la criminalidad en todas
sus dimensiones ,
en estrecha coordinación con otros organismos del Estado y considerando aportes de centros especializados de la academia y la ciudadanía en general y
sus
distintas formas organizativas;
fortalecimiento y ampliación de la cooperación
regional e
internacional para identificar las redes, sistemas de comercialización y rutas de las organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico.
El Gobierno Nacional promoverá una Conferencia Internacional en el marco de la organización de las naciones Unidas para reflexionar, hacer una evaluación objetiva de
la política de lucha contra las drogas y avanzar en la construcción de consensos en torno a
los
ajustes que sean necesarios emprender, en
cuanto a espacios regionales promoverá espacios de diálogo en la OEA, UNASUR y CELAC, con instituciones
académicas y
de investigación, de productores de hoja de coca, amapola y
marihuana y de consumidores organizados.
Elementos que configuran la vulnerabilidad frente al conflicto en los municipios Colombianos
De acuerdo con las causas que provocaron el
inicio
y la prolongación del conflicto político, social y armado del país, y su variabilidad de efectos en los diferentes
municipios
colombianos,
se establece que en términos de participación política, reforma rural integral
y cultivos
y drogas
ilícitas,
existen
ciertos indicadores que lograrían medir en un escenario de posconflicto el grado de vulnerabilidad
que los municipios enfrentaron durante el conflicto (tabla 1).
Tabla 1
Indicadores para medir el grado de vulnerabilidad que los municipios
Punto de acuerdo
Falta de alternativas para ser alternativa de poder ejercer
Desaparición de líderes comunitarios
Personas deplazadas por motivos de actividad política
Causas del conflicto Elementos de vulnerabilidad
participación política Prisioneros
políticos en el municipio
Distribución inequitativa de los recursos públicos en los diferentes
territorios colombianos
Corrupción en los diferentes niveles estatales
Porcentaje de participación del municipio en los presupuestos nacionales y departamentales
Número de procesos de construcción de presupuestos participativos municipales y personas que participan en los mismos
Número
de Veedurías ciudadanas
constituidas en el municipio
Restricciones en el régimen electoral
Procesos de investigación y seguimiento en irregularidades en los procesos de votación municipales
Personas mayores de edad con cédula/personas mayores de edad en
el municipio
Partidos y movimientos que han sido elegidos en procesos electorales en el término temporal del conflicto Capacitaciones municipales en procesos electorales
Número
de puestos de votación vs. Área
del municipio
Estigmatización y persecución
de actividades, dirigentes y movimientos políticos, así como falta de garantías
Numero de movilizaciones municipales realizadas vs. Movilizaciones obstaculizadas
Denuncias de persecución
de las organizaciones sociales y populares
para la movilización
y la protesta en el municipio
Monopolización de los medios de comunicación
Número de estaciones de radio institucionales
Número de emisoras, periódicos
y otros medios de comunicación comunitarios
Acceso a las
TIC en el municipio (infraestructura)
Concentración de la tierra Número
de hectáreas sobre los títulos de tierra
Número de hectáreas despojadas
Número de campesinos
microfundistas (poseen menos de una UAF)
Índice
de Ginni Rural
Desigualdad social, brecha entre campo y ciudad
Ingreso promedio rural sobre ingreso promedio de la ciudad Porcentaje de acceso a servicios sociales:
educación, salud y agua
potable
Línea de pobreza
Necesidades Básicas Insatisfechas - NBI Condiciones
de pobreza Personas en situación de pobreza extrema, pobreza moderada,
Índice
de Desarrollo Humano
Existencia de organizaciones criminales
Presencia de organizaciones criminales
Cultivo como fuente de ingresos Personas que dependen económicamente del cultivo
Consumo
Porcentaje de consumidores
Minas
Extensión de campos minados Cultivos
Densidad de cultivos ilícitos Ambiental
Parques Nacionales Naturales
Número
de ecosistemas alterados
Aunado a la información consolidada anteriormente con base en el
borrador de acuerdos elaborado en la
Habana, el documento establece cuatro criterios de priorización para implementar con mayor celeridad los recursos y los planes nacionales que se
crean en el marco del acuerdo, dichos puntos constituyen
elementos para la medición de la vulnerabilidad
de los territorios afectados por el conflicto, estos
son: Los niveles de
pobreza, en particular de pobreza extrema y
de necesidades básicas insatisfechas; el grado de afectación derivado del conflicto; la debilidad de la institucionalidad y la presencia de cultivos de usos ilícito y de otras economías ilegítimas.
Referencias
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