La transferencia de conocimiento ancestral en la agricultura
chinampera
The transfer of ancestral knowledge in chinampa agriculture
Ana Karen, Galicia Galicia[1], Ruth Selene, Ríos Estrada[2], Silvia, Pomar Fernández[3]
Resumen
La
transferencia de conocimiento es un factor clave para el desarrollo de las
sociedades, especialmente en contextos agrícolas. En la agricultura chinampera,
un sistema tradicional en la región central de México, la integración de
conocimientos ancestrales con innovaciones modernas ha permitido la adaptación
a los desafíos contemporáneos como el cambio climático y la presión urbana. En
este artículo el objetivo fue identificar de qué manera la transferencia de
conocimientos ancestrales y la introducción de nuevas tecnologías, ha permitido
la modernización y adaptación de la agricultura, subrayando la importancia de
combinar saberes tradicionales con innovaciones tecnológicas para garantizar la
sostenibilidad a largo plazo. A través del modelo de espiral del conocimiento
de Nonaka y Takeuchi, se exploraron los procesos de socialización,
externalización, combinación e internalización, mostrando cómo las comunidades
chinamperas han logrado una sinergia entre tradición e innovación.
Palabras
clave: innovación
inclusiva, saberes, conocimiento
Abstract
The transfer of knowledge is a key
factor for the development of societies, especially in agricultural contexts.
In chinampera agriculture, a traditional system in
the central region of Mexico, the integration of ancestral knowledge with
modern innovations has allowed adaptation to contemporary challenges such as
climate change and urban pressure. In this article the objective was to identify how the
transfer of ancestral knowledge, and the introduction of new technologies, has
allowed the modernization and adaptation of agriculture, highlighting the
importance of combining traditional knowledge with technological innovations to
guarantee long-term sustainability. Through Nonaka and Takeuchi's knowledge
spiral model, the processes of socialization, externalization, combination and
internalization were explored, showing how Chinampera
communities have achieved a synergy between tradition and innovation.
Keywords: inclusive innovation, learning, knowledge
Código
JEL: O31, O33, Q01
Introducción
El conocimiento es un pilar fundamental en el
desarrollo de las sociedades el cual permite el progreso a través de la
educación, la experiencia y la innovación. En particular, en el ámbito
agrícola, la transmisión y aplicación del conocimiento tienen un papel esencial
en la adaptación y mejora de las prácticas de cultivo. Esta transmisión de
conocimientos ha facilitado la creación de soluciones innovadoras para
enfrentar desafíos contemporáneos como el cambio climático, la degradación del
suelo y la demanda creciente de alimentos sostenibles.
Uno de los ejemplos más representativos de la
interacción entre el conocimiento ancestral y la innovación es la agricultura
chinampera; este sistema agrícola tradicional, desarrollado en el entorno
lacustre de la región central de México, ha sido practicado por varias
generaciones y se caracteriza por su capacidad de crear islas de cultivo
fértiles conocidas como chinampas las cuales están construidas de materiales
naturales lo que permite una gestión eficiente del agua y del suelo y ha
sostenido la producción agrícola en esta área por siglos.
En las últimas décadas, el proceso de
modernización ha requerido integrar nuevas tecnologías sin perder de vista las
prácticas tradicionales, propiciando la subsistencia de los sistemas agrícolas.
La transferencia de conocimiento, tanto de forma oral como, mediante la
formalización de estudios y técnicas modernas, ha sido clave para mejorar la
productividad, la sostenibilidad y la resiliencia de los métodos de cultivo. A
través de la cooperación entre agricultores, instituciones académicas y
organizaciones locales, las técnicas antiguas han sido complementadas con
innovaciones como el riego por goteo, la agricultura de precisión y el
monitoreo de cultivos mediante tecnologías avanzadas.
El objetivo de este artículo fue identificar de
qué manera la transferencia de conocimientos ancestrales, junto con la
introducción de nuevas tecnologías, ha permitido la modernización y adaptación
de la agricultura, subrayando la importancia de combinar saberes tradicionales
con innovaciones tecnológicas para garantizar la sostenibilidad a largo plazo. Para
llevar a cabo este propósito en el primer apartado de este documento se hizo
una reflexión sobré la relación que se gesta entre la transferencia de conocimiento
y la innovación de procesos agrícolas, destacando que la importancia de
contextualizar la aplicación de la tecnología en ambientes y escenarios
particulares, para ello, se hizo una revisión teórica de algunos autores que
han aportado elementos analíticos diversos para entender el entramado
tecnológico-social-cultural y técnica en el que debe situarse a la tecnología.
En un segundo apartado se analiza el caso de la agricultura Chinampera: el caso
de Tláhuac en la Ciudad de México en el que se precisa como toma fue
implementado el modelo de Nonaka y Takeuchi en la técnica de cultivo de las
chinampas y se presentan reflexiones de cómo impactó la transferencia del
conocimiento. Por último, se presentan las conclusiones.
1.
La transferencia del conocimiento y la
innovación en los procesos agrícolas
El conocimiento es un elemento fundamental, que
promueve el aprendizaje personal a través de la educación, la experiencia y la
información; esto ha posibilitado la transmisión de conocimientos y en
consecuencia, la mejora del crecimiento de los individuos y la sociedad,
particularmente, en las organizaciones el conocimiento potencializa la
eficiencia y productividad, la reducción de errores pero sobre todo, el fomento
de la innovación; en ese sentido nuestro objeto de estudio está basado la
relación que existe entre la innovación y la transferencia del conocimiento,
con el propósito de explicar las particularidades de que abrazan la
transferencia del conocimiento ancestral y como se hacen presentes en las
actividades agrícolas.
1.1 La innovación en los procesos
agrícolas
El análisis de la sociedad del
conocimiento comenzó en la década de los 90, considerando que es a través del
conocimiento que se genera la innovación. De acuerdo con el Manual de Oslo, la
innovación se refiere a: “un producto o proceso nuevo o mejorado (o una
combinación de ambos) que difiere significativamente de los productos o
procesos anteriores de la unidad y que se ha puesto a disposición de usuarios
potenciales (producto) o la unidad lo ha puesto en uso (proceso)”
En el ámbito agrícola, la innovación va más
allá de las acciones individuales de los agricultores. Tanto la FAO (2015)
como, la OCDE (2013) resaltan la importancia de la colaboración entre diversos
actores del sector, con lo que se logran mejoras para la comunidad y la
sociedad en general.
En la actualidad, se trata el tema de la
sustentabilidad como un eje esencial en el cuidado del medio ambiente. Desde el
punto de vista de los procesos agrícolas sustentables, la innovación de
procesos se ha orientado a mejorar la eficiencia, reducir el impacto ambiental
y promover prácticas agrícolas más sostenibles. Existen diferentes visiones de
la innovación de procesos en la actividad agrícola que son importante
considerar desde el contexto de la agricultura y la tecnología sustentable
a) La
agricultura de conservación:
·
La rotación de cultivos y el uso de cultivos de
cobertura protegen la biodiversidad del suelo, mejoran su estructura y
nutrición, y reducen la necesidad de fertilizantes químicos.
b) Automatización
y robótica agrícola:
·
Maquinaria autónoma: Tractores y maquinaria
agrícola autónoma que optimizan las operaciones, reducen el consumo de
combustible y permiten una gestión más precisa de los cultivos.
c) Drones
y vehículos aéreos no tripulados (UAVs):
·
La utilización de drones no solo facilita el
monitoreo de cultivos, sino que también se está explorando para la siembra y
aplicación de fertilizantes de manera más eficiente y sostenible.
d) Agricultura
de precisión:
·
Mapeo de campos y aplicación variable: Las
tecnologías de mapeo y aplicación variable permiten ajustar la cantidad de
insumos (como fertilizantes y pesticidas) según las necesidades específicas de
cada área del campo, reduciendo el desperdicio y optimizando el rendimiento.
e) Sensores
inteligentes e Internet de las cosas (IoT):
·
Sensores avanzados y dispositivos IoT proporcionan datos en tiempo real sobre
condiciones del suelo, clima y cultivos, permitiendo decisiones más informadas
y una gestión más precisa.
f) Gestión
del agua:
·
Riego inteligente: Sistemas de riego basados en
sensores y datos meteorológicos ajustan automáticamente los patrones de riego
para optimizar el uso del agua y minimizar el desperdicio.
·
Captación y almacenamiento de agua de lluvia:
La captación y almacenamiento de agua de lluvia es una práctica que ayuda a
reducir la dependencia de fuentes externas de agua y mejorar la resiliencia
frente a la escasez hídrica.
g) Tecnologías
para la trazabilidad y certificación:
·
Blockchain en la
cadena de suministro: La implementación de tecnologías blockchain
en la cadena de suministro agrícola garantiza la trazabilidad y autenticidad de
los productos, fomentando prácticas sustentables y éticas.
·
Certificación Digital y Etiquetas Sostenibles:
Plataformas digitales y etiquetas certificadas la cuales proporcionan a los
consumidores información transparente sobre las prácticas agrícolas sostenibles
y éticas detrás de los productos.
Como se puede apreciar, los diversos tipos de
innovación agrícola están orientados a mejorar los procesos, en gran parte
estos cambios se han logrado gracias al uso de las nuevas tecnologías como el
internet de las cosas (OIT), los sensores inteligentes, el uso de las
plataformas y los drones, que han logrado modernizar las actividades. Esta
modernización se posibilita en parte por la transferencia del conocimiento que
se va adquiriendo a través de la información y de la experiencia. Sin embargo, no todos los procesos de
innovación incorporan procesos tecnológicos sofisticados; pues la tecnología
debe ser contextualizada en espacios y economías particulares, por ello, es
importante ir avanzando en el análisis de la transferencia de conocimiento en
actividades particulares como es la agricultura que en sí misma es una
actividad antiquísima y que su desarrollo, en la humanidad, ha sido parte de un
conocimiento que ha tenido un fin principal –la sobrevivencia humana-.
1.2 Transferencia
del conocimiento en la agricultura
La transferencia del conocimiento adquiere gran
relevancia al aplicarse en el contexto de la tecnología sustentable, la
innovación y la especificidad de la agricultura chinampera. La aplicación de
modelos adaptativos se torna esencial para capturar la complejidad y
singularidad de estos entornos. Consideramos que Nonaka y Takeuchi (1999),
autores precursores de la transferencia del conocimiento y las propuestas teóricas
que hacen a través de su modelo,
puede ser utilizado para analizar los procesos de innovación agrícola a través
de lo que ellos denominan conocimiento tácito y explícito.
Adaptar el modelo de Nonaka y Takeuchi (1999) implica
identificar el conocimiento tácito y explícito se entrelazan en su
transferencia. Las dimensiones ontológicas y epistemológicas se ajustan para entender
la dinámica de las comunidades chinamperas. La dimensión ontológica se
refiere al conocimiento individualmente creado, esencialmente dependiente de la
contribución de individuos, al grupo, a la organización para ser manifestado en
interacciones intra e interorganizacionales. Por otro lado, la dimensión epistemológica implica el paso del conocimiento tácito al
explícito, derivado de la separación entre el sujeto y el objeto de percepción,
adquirido mediante el análisis de objetos externos. La adaptabilidad radica en
la flexibilidad para permitir la creación de conocimiento, tanto a nivel
individual como, colectivo.
En los procesos de tradición
agrícola, se observa que una ventaja clave de las familias chinamperas reside
en la interacción de los dos tipos de conocimientos, elevándose dinámicamente
de niveles ontológicos bajos a niveles más altos, generando así un espiral de
conocimiento. Este proceso abarca la socialización (transmisión del
conocimiento tácito a tácito), la exteriorización (de tácito a explícito,
conocimiento codificado a través del lenguaje, la escritura), la combinación
(de explícito a explícito) y la interiorización (de explícito a tácito),
momento en que se genera el aprendizaje, transformándose en una capacidad
intelectual individual.
La agricultura chinampera es un sistema en
constante evolución. El modelo de Nonaka y Takeuchi incorpora una perspectiva
temporal que abarca la historicidad del conocimiento. Se explora cómo el tiempo
y la continuidad en la transferencia de conocimiento pueden fortalecer la
integración de innovaciones, posibilitando una evolución orgánica en la
práctica agrícola moderna.
Además de la
propuesta de Nonaka y Takeuchi existen otros acercamientos que dan cuenta de la
transferencia del conocimiento en las interacciones sociales como lo son
Davenport y Prusak (1998) quienes afirman que la
transferencia de conocimiento involucra la transmisión, absorción y
transformación de información a nivel individual o colectivo, considerando que
el conocimiento surge de la interacción entre el individuo y su entorno.
Otro autor que
relaciona la sustentabilidad agrícola
con el conocimiento es González (2014) quien determina que la organización del
trabajo, las prácticas culturales del cultivo y la implementación de métodos y
tecnologías agrícolas basadas en la sabiduría milenaria de los grupos
autóctonos de las zonas chinamperas son espacios de aprendizaje cultural,
laboratorios de conocimientos y tecnologías limpias que contribuyen al
desarrollo local y cultural, así como, al rescate de recursos en el
ecosistema.
Cabe señalar que, aunque se ha
estudiado el conocimiento y su transferencia en general, se han encontrado
vacíos en la investigación específica sobre la creación de conocimiento en el
contexto agrícola en zonas rurales, sobre todo desde el ámbito ancestral.
Morales (2007) destaca esta limitación y resalta la necesidad de explorar la
capacidad de las comunidades rurales para generar valor, resolver problemas y
fomentar su desarrollo en el ámbito agrícola.
1.3 La
transferencia del conocimiento ancestral
Los sistemas agrícolas tradicionales, basados
en prácticas agroecológicas y el conocimiento local, pueden ofrecer soluciones
resilientes frente a los desafíos del cambio climático (Shiva, 1989). Por otro
lado, Bourdieu (1972) destacó cómo las prácticas agrícolas no solo se
transmiten a través de la educación formal, sino también a través de la
socialización en comunidades rurales. El autor enfatizó la importancia de
comprender las dinámicas sociales y culturales que influyen en la adopción de
prácticas agrícolas, subrayando que el conocimiento se construye y se comparte
dentro de contextos específicos de interacción social. Mientras que Galindo
(2020) realiza un análisis que abarca desde los antecedentes históricos hasta
la urgente necesidad de preservar la agricultura chinampera; su enfoque se
centra en el manejo del agua post-conquista, la
disparidad de conocimientos para gestionar alimentos y agua, la disputa de
semillas entre la agricultura industrial y la tradicional, y la relevancia
cultural resistente de las chinampas ante el crecimiento urbano.
En este artículo se destaca la importancia de la
consolidación de los lazos familiares como motor en la transferencia del
conocimiento, resaltando la necesidad de recuperar la agricultura como práctica
intergeneracional. Estos hallazgos sugieren que la transferencia efectiva de
conocimientos en las chinampas no solo es un proceso técnico, sino un fenómeno
profundamente arraigado en las relaciones familiares y la conexión con las
generaciones futuras.
Las comunidades chinamperas poseen una rica
herencia cultural y conocimientos tradicionales arraigados en sus prácticas
agrícolas. Cualquier modelo de transferencia del conocimiento debe reconocer y
respetar esta singularidad. Por lo que se propone una contextualización que
considere la interacción entre el conocimiento ancestral y la innovación,
asegurando que la transferencia sea sensible a las particularidades culturales.
El concepto de tecnología ancestral, de acuerdo
con Cardoso (2022), se refiere a los resultados tangibles que surgen de la
relación entre el ser humano, su entorno y los objetos, basándose en los
elementos más antiguos presentes en el centro de esa relación. Este autor
propone la noción de "tecnologías ambientales" para describir estas
prácticas regenerativas, las cuales representan invenciones o innovaciones que
aplican saberes, conocimientos, métodos o procesos para recuperar y revitalizar
tanto lo del medio ecológico como lo del humano. Estas tecnologías buscan
sostener la vida como fuerza procreativa, aportando valor positivo a la
humanidad y a la naturaleza de manera integradora, co-evolutiva,
autorregulada y emancipatoria.
La interacción entre individuos y su
conocimiento es esencial; las experiencias sensoriales y personales moldean las
creencias y acciones, destacando la complejidad del conocimiento tácito
arraigado en la experiencia individual. Este enfoque se alinea con la filosofía
de Polanyi (1966), quien previamente exploró la noción de conocimiento tácito,
subrayando la dificultad de expresar y codificar habilidades y experiencias
personales para su transmisión.
La incorporación del conocimiento tradicional
añade una capa adicional de complejidad y riqueza a la comprensión del
conocimiento en las organizaciones. El conocimiento tradicional, arraigado en
la historia y la cultura de comunidades ancestrales, abarca una amplia gama de
saberes, prácticas y creencias transmitidas de generación en generación. Este
tipo de conocimiento es especialmente relevante en contextos donde la
experiencia acumulada a lo largo de los siglos se ha adaptado a las condiciones
locales y ambientales, constituyendo un componente fundamental de la identidad
cultural y la subsistencia de numerosos grupos humanos.
Gran parte del conocimiento en los antepasados
se ha mantenido como conocimiento tácito, se comparte desde dos perspectivas:
la observación de tácito a tácito (socialización), en forma de historias,
mitos, prácticas ceremoniales y rituales, u oralmente a través del lenguaje,
pasando de tácito a explícito mediante experiencias y conceptos de manera que
puedan entenderse y compartirse por otros. La interacción entre individuos
dentro de una comunidad que comparten y transmiten este conocimiento contribuye
a su enriquecimiento y preservación a lo largo del tiempo.
La exteriorización del conocimiento en el
contexto de la agricultura chinampera es un proceso fundamental que implica la
transformación de la experiencia práctica en conocimiento compartido y
accesible. Vandana Shiva, reconocida activista y académica, ha desempeñado un
papel crucial al resaltar la importancia de la exteriorización del conocimiento
en la agricultura. Shiva (1988) enfatiza cómo las prácticas agrícolas
tradicionales, transmitidas de generación en generación a través de la
exteriorización del conocimiento, son fundamentales para la preservación de la
biodiversidad y la seguridad alimentaria. Su enfoque destaca la necesidad de
valorar y documentar estos conocimientos ancestrales, reconociendo su papel en
la protección de los ecosistemas agrícolas y la resistencia frente a los
desafíos contemporáneos como el cambio climático y la degradación ambiental.
Bohm (1996) aporta una perspectiva adicional al
enfocarse en la importancia del diálogo abierto y participativo como medio para
la exteriorización efectiva del conocimiento. Este autor sostiene que el
diálogo auténtico va más allá de la simple comunicación de información,
implicando una comprensión compartida y una exploración conjunta de ideas. Su
enfoque resalta la necesidad de crear espacios de interacción donde los
agricultores puedan compartir sus experiencias y perspectivas de manera abierta
y colaborativa.
En el marco de la agricultura chinampera, la
exteriorización se materializa de diversas maneras; una de ellas es la
meticulosa documentación de las prácticas agrícolas tradicionales. Este enfoque
implica plasmar las lecciones aprendidas a lo largo del tiempo en registros
tangibles, creando archivos valiosos que capturan la riqueza del conocimiento
acumulado en el cultivo chinampero. Estos documentos actúan como guías para las
generaciones futuras y para aquellos que buscan adoptar métodos agrícolas
sustentables. Así, la combinación de conocimientos ancestrales con innovación
contemporánea se erige como un pilar fundamental para impulsar prácticas
agrícolas sustentables y eficientes. La rica tradición agrícola de las
chinampas se beneficia enormemente al fusionar la sabiduría transmitida de
generación en generación con las últimas innovaciones tecnológicas (Toledo y
Bassols, 2008).
La fusión de conocimientos ancestrales en las
chinampas se manifiesta en la armoniosa combinación de técnicas tradicionales.
Los agricultores chinamperos, arraigados en prácticas cultivadas a lo largo de
los siglos, adoptan tecnologías para mejorar la eficiencia y mitigar los
impactos ambientales. Esta sinergia entre lo antiguo y lo moderno crea un
terreno fértil para el desarrollo de soluciones agrícolas híbridas. La obra de
autores como Shiva, González, Montgomery y Fukuoka ofrecen perspectivas
valiosas sobre esta integración de conocimientos en la agricultura chinampera.
Shiva (1988) resalta la importancia de preservar y valorar los saberes
tradicionales de la agricultura, destacando su capacidad para promover la
biodiversidad y la resiliencia ecológica. Por otro lado, González (2014), aboga
por una agricultura regenerativa que se inspire en los principios de la
naturaleza, integrando técnicas ancestrales con enfoques innovadores para crear
sistemas agrícolas sostenibles y productivos.
Otro autor como Montgomery (2007) explora cómo
las prácticas agrícolas tradicionales utilizadas en las chinampas pueden
ofrecer soluciones a los problemas de degradación del suelo y pérdida de
biodiversidad; su trabajo destaca la importancia de combinar la sabiduría
ancestral con la ciencia moderna para restaurar y proteger los recursos
naturales. Por ejemplo, Fukuoka (1978) propone un enfoque de agricultura
natural que se basa en la observación de la naturaleza y la mínima intervención
humana; su filosofía agrícola, centrada en la no labranza y el respeto por los
ciclos naturales, encuentra resonancia en las prácticas tradicionales de las
chinampas, donde se busca trabajar en armonía con el entorno natural.
La teoría de la espiral del conocimiento de
Nonaka y Takeuchi proporciona un marco conceptual útil para entender cómo se
puede llevar a cabo esta combinación de conocimientos en las chinampas. Nonaka
y Takeuchi (1995) argumentan que la innovación surge de la interacción entre
conocimiento tácito y explícito, y que las organizaciones pueden beneficiarse
al fomentar este intercambio. En el contexto de la agricultura chinampera, esto
implica la integración de la experiencia acumulada por generaciones con nuevos conocimientos
científicos y tecnológicos para mejorar la productividad y la sostenibilidad de
las prácticas agrícolas
.
2. La agricultura chinampera: el caso de
Tláhuac en la Ciudad de México
En México existen varios lugares en donde se
siembra a través de las chinampas; el estudio para este caso se realizó en la
alcaldía de Tláhuac, situada al sureste de la Ciudad de México, destacada por
su riqueza natural y cultural, particularmente por la presencia de las
chinampas, un sistema agrícola tradicional con profundas raíces en la
civilización mesoamericana. Tláhuac limita con otras zonas importantes de la
Ciudad de México, como Iztapalapa y Xochimilco, y se caracteriza por su sistema
de canales que sustentan la agricultura chinampera, incluidos el Canal de
Chalco y el Amecameca.
Las chinampas se desarrollaron en el periodo
prehispánico y son un ejemplo de adaptación al entorno lacustre. Aunque esta
técnica alcanzó su auge durante el periodo posclásico mesoamericano, su
relevancia ha perdurado hasta la actualidad. Hoy en día, la agricultura
chinampera en Tláhuac sigue siendo un motor económico para los agricultores y
un pilar de la identidad cultural de la región, permitiendo que las comunidades
locales mantengan su subsistencia a través del cultivo de hortalizas, flores y
otras especies agrícolas.
La geografía de Tláhuac juega un papel
fundamental en el desarrollo de esta técnica agrícola, ya que sus canales y
humedales proporcionan las condiciones necesarias para la agricultura
chinampera. Sin embargo, la presión de la urbanización y el abandono de las
prácticas agrícolas han puesto en riesgo la sostenibilidad de este sistema. En
este sentido, resulta crucial entender cómo se mantiene vivo el conocimiento
agrícola tradicional en esta región.
Las chinampas continúan siendo una práctica
agrícola relevante; gracias a iniciativas locales que fomentan la modernización
y la integración de nuevas tecnologías, los agricultores de Tláhuac han logrado
mantener la producción, aunque de manera limitada. Este contexto pone de
manifiesto la necesidad de transferir el conocimiento agrícola de manera
efectiva, no solo para preservar las prácticas tradicionales, sino también para
adaptarlas a las condiciones contemporáneas.
2.1 El
proceso de la técnica de cultivo chinampero
La construcción de chinampas es un proceso
ancestral que implica crear una base sólida de amarcigo y ramas de ahuejote,
sobre la cual se coloca materia vegetal para formar una isla fértil sobre el
agua. Este sistema permite una irrigación natural a través de los canales
circundantes. La fertilidad del suelo se mantiene utilizando lodo rico en
nutrientes del fondo del lago, lo que elimina la necesidad de fertilizantes
adicionales. El mantenimiento continuo incluye la remoción y sustitución del
lodo y la nivelación del suelo para garantizar un riego uniforme y evitar la
sobrecarga hídrica o la sequía en áreas específicas.
El proceso de siembra en las chinampas sigue
técnicas manuales tradicionales. Los agricultores trazan un patrón llamado
"chapín" que distribuye las semillas de manera equitativa. La
rotación de cultivos entre hortalizas y flores a lo largo del año mantiene la
fertilidad del suelo y previene plagas y enfermedades. El manejo del agua es
clave, y los agricultores, mediante conocimientos transmitidos de generación en
generación, gestionan eficazmente los niveles de humedad en las chinampas.
Figura
1 Preparación y asemillado de chapines |
||
|
||
Fuente: Galicia,
AK. (2023). Experiencia y observación [Imagen].
Chinampas de la Alcaldía de Tláhuac, Ciudad de México, CDMX, México. |
La agricultura chinampera se distingue por su
enfoque sostenible ejemplo de esto es el compostaje tradicional, donde se
descompone materia orgánica, enriquece el suelo con nutrientes esenciales como
nitrógeno, fósforo y potasio. También se emplean abonos orgánicos locales, como
el estiércol de conejo, que mejora la estructura del suelo. Otra técnica es la
fertilización con residuos de cosechas anteriores, lo que cierra el ciclo de
nutrientes de manera natural. Además, el acolchado natural, con materiales como
paja, retiene la humedad, controla las malezas y contribuye a la reducción de
plagas, sin necesidad de pesticidas o herbicidas industriales.
2.2 Ejes clave de la transferencia del
conocimiento en las chinampas
La agricultura chinampera es mucho más que un
conjunto de técnicas agrícolas; es un sistema cultural y de conocimientos que
se ha perpetuado durante siglos. La continuidad de estas prácticas se debe en
gran medida a la transmisión de conocimientos entre generaciones y entre
actores clave que participan en la preservación y modernización de las
chinampas. Estos actores incluyen a los agricultores locales, instituciones
académicas, organizaciones comunitarias y autoridades gubernamentales. La
interconexión entre estos actores es vital para la transferencia de
conocimiento tanto tradicional como técnico actual.
2.2.1 El
modelo de transferencia de conocimiento de la agricultura chinampera
Hay cuatro fases clave del ciclo de la espiral
del conocimiento de Nonaka y Takeuchi: socialización, externalización,
combinación e internalización, que consideramos para explicar cómo el
conocimiento agrícola tradicional se transmite y se adapta a las nuevas
circunstancias en las chinampas.
Socialización: Este proceso corresponde
a cómo el conocimiento tácito, como las técnicas ancestrales de manejo del agua
y rotación de cultivos, se transmite entre las generaciones por observación y
participación directa. Los agricultores jóvenes aprenden las prácticas
tradicionales trabajando junto a los mayores, replicando sus métodos y
asimilando su profundo conocimiento del ecosistema chinampero.
Externalización: A través de iniciativas
de instituciones académicas como la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM),
el conocimiento tácito de los agricultores se transforma en conocimiento
explícito y formal. Los talleres y capacitaciones organizados en colaboración con
instituciones permiten que el conocimiento ancestral sea documentado y adaptado
mediante técnicas científicas modernas.
Combinación: Este paso se ve reflejado
en cómo los agricultores chinamperos integran nuevas tecnologías, como el riego
por goteo y el uso de fertilizantes orgánicos, con las técnicas tradicionales.
Esta combinación permite que el conocimiento explícito, como las innovaciones
en la gestión del agua, se fusione con el conocimiento tácito que los
agricultores han acumulado sobre la rotación de cultivos y la fertilidad del
suelo.
Internalización: Finalmente, los
agricultores interiorizan las nuevas técnicas que aprenden en los talleres y
capacitaciones, aplicándolas en sus labores diarias. Esto convierte el
conocimiento explícito en una parte integral de su rutina, volviéndose tácito
nuevamente a través de la experiencia y la práctica continuada.
2.1.1
Los agricultores locales como transmisores
del conocimiento
Los agricultores locales son los guardianes del
conocimiento ancestral que sustenta las chinampas. Este conocimiento se
transmite de manera tácita a
través de la observación y la participación directa en las actividades
agrícolas desde una edad temprana. Este proceso intergeneracional es clave para
que las prácticas tradicionales continúen vivas. Siguiendo la teoría de Nonaka
y Takeuchi, este proceso corresponde al proceso de socialización del modelo de
Transferencia, en el que los agricultores jóvenes aprenden mediante la
inmersión en el trabajo diario de la chinampa, acumulando conocimiento tácito
sin la necesidad de formalización.
En este contexto, es fundamental comprender el valor cultural que se otorga a la
tierra; para los agricultores, la tierra no solo es un recurso económico, sino
un patrimonio cultural y ecológico. Este respeto hacia la naturaleza fortalece
la relación simbiótica con el entorno, y la enseñanza de estos valores desde la
niñez asegura que las técnicas tradicionales perduren, incluso frente a las
presiones externas, como la urbanización
y la modernización.
Un aspecto que destacar es la resistencia cultural que muestran los
agricultores locales al incorporar innovaciones sin perder su identidad. Los
jóvenes agricultores heredan técnicas de cultivo y un profundo sentido de
arraigo y pertenencia a la tierra, lo que asegura que la agricultura chinampera
no se ve como una actividad económica, sino como un compromiso con el medio
ambiente y la cultura.
2.1.2
Instituciones académicas y organizaciones
locales
El rol de las instituciones académicas y
organizaciones locales es clave en la adaptación de las chinampas a los nuevos
desafíos, como el cambio climático y la urbanización. Estas instituciones
también juegan un papel fundamental en el proceso de externalización, ayudando a transformar el conocimiento tácito de
los agricultores en conocimiento explícito que pueda ser compartido y adaptado.
Las organizaciones
locales, como la Cooperativa
Vale Verde, desempeñan un papel crucial en la difusión del conocimiento a través de la organización de talleres
y capacitaciones. Estas iniciativas no solo promueven la mejora de las técnicas
de cultivo, sino que también ayudan a los agricultores a adaptarse a las
demandas del mercado, fomentando la cooperación entre familias y comunidades.
La cooperación comunitaria es un
motor de modernización, permitiendo que los agricultores sean más competitivos
y, al mismo tiempo, preserven los valores culturales que sustentan la práctica
chinampera.
2.2 Transferencia
de conocimiento en la agricultura chinampera
La transferencia de conocimiento en la
agricultura chinampera no es un proceso estático; se trata de una dinámica
constante que evoluciona según las necesidades y los desafíos contemporáneos
que enfrentan los agricultores. Tradicionalmente, el conocimiento agrícola en
las chinampas ha sido transmitido de forma intergeneracional, de padres a hijos
y de abuelos a nietos, a través de la enseñanza directa en el campo. Sin
embargo, en las últimas décadas, esta transmisión ha comenzado a incorporar
elementos de innovación tecnológica y conocimientos formales impartidos por
expertos y académicos, lo que ha permitido que las chinampas se adapten a los
retos modernos sin perder su esencia ancestral.
2.3.1.
Importancia de la transferencia
intergeneracional
La tradición oral y la práctica directa en el
campo han sido, desde tiempos ancestrales, los principales mecanismos mediante
los cuales el conocimiento chinampero se ha transferido de una generación a
otra. Este proceso no solo involucra técnicas de cultivo, sino también una
profunda comprensión del ecosistema y los ciclos naturales que rigen la vida en
las chinampas. Los adultos mayores, como abuelos y padres, han sido los
principales responsables de enseñar a los jóvenes agricultores cómo leer la
tierra, entender el agua y gestionar los recursos naturales de manera
sostenible.
En este contexto, el conocimiento tácito es
fundamental. Los jóvenes aprenden mediante la observación y la participación
directa en las actividades diarias, como la preparación del suelo, la siembra,
la rotación de cultivos y el manejo del agua. Este aprendizaje práctico se
complementa con el arraigo cultural y el respeto por las tradiciones agrícolas
de la comunidad chinampera, fortaleciendo el sentido de identidad y pertenencia
a la tierra. Esta transmisión intergeneracional asegura que las técnicas ancestrales,
como el manejo de los chapines y el uso de abonos naturales, continúen vivas en
el presente.
2.2.1
Formas tradicionales y modernas de la
transferencia de conocimiento
Aunque la transferencia de conocimiento
tradicional sigue siendo fundamental, en las últimas décadas se ha observado
una transformación significativa gracias a la introducción de nuevos métodos de
enseñanza y tecnologías modernas. Las organizaciones locales y cooperativas,
como Vale Verde, han jugado un papel esencial en este cambio al organizar
talleres y capacitaciones para los agricultores chinamperos. Estas actividades
promueven la adopción de nuevas técnicas que ayudan a mejorar la productividad,
enfrentar los problemas derivados del cambio climático y las presiones del
mercado.
Además, instituciones académicas como la Universidad
Autónoma Metropolitana (UAM), como ya se ha mencionado, han desarrollado
programas de extensión que combinan el conocimiento científico y técnico con
las prácticas tradicionales. Por ejemplo, a través del proyecto 'Las Ánimas'
llevado a cabo por la unidad Xochimilco, han enseñado a los agricultores
locales a integrar sistemas de riego por goteo y técnicas de manejo ecológico
de plagas, lo que ha resultado en una mayor eficiencia en el uso del agua y en
el control de enfermedades agrícolas sin recurrir al uso excesivo de
agroquímicos. Estos programas no solo difunden el conocimiento explícito, sino
que también fomentan la colaboración entre los agricultores y los
investigadores, creando una sinergia que potencia la innovación en las
chinampas (UAM, 2022).
La agricultura chinampera de Tláhuac es un
claro ejemplo de la capacidad de las sociedades tradicionales para adaptarse a
los desafíos contemporáneos. A través de la transferencia del conocimiento,
tanto tácito como explícito, las comunidades hacen el esfuerzo de mantener viva
una tradición ancestral mientras incorporan innovaciones tecnológicas que
mejoran su productividad y sostenibilidad. En un contexto marcado por la
presión urbana y los cambios ambientales, la combinación de estos saberes es
esencial para garantizar la continuidad de las chinampas como modelo de
sostenibilidad agroecológica.
Para asegurar el futuro de las chinampas, el
apoyo de los gobiernos y la sociedad juega un papel crucial. Las políticas
públicas deben fomentar la preservación de este sistema agrícola único mediante
incentivos económicos, apoyo técnico y la implementación de infraestructuras
que mejoren las condiciones de trabajo para los agricultores chinamperos.
Además, es fundamental que las autoridades locales y federales promuevan el
acceso a recursos como agua de calidad, tierras agrícolas protegidas y
tecnologías de bajo impacto ambiental. Este respaldo gubernamental debe ir de
la mano con la sensibilización y el compromiso de la sociedad, que también
tiene la responsabilidad de valorar y consumir productos agrícolas sostenibles
provenientes de las chinampas.
La cooperación entre los agricultores, las
instituciones académicas, las organizaciones locales y el gobierno ha sido
clave para integrar innovaciones como el riego por goteo, los motocultores y la
agricultura en invernaderos, lo que ha permitido mejorar los rendimientos sin
comprometer la sostenibilidad ecológica. El apoyo de estos actores, junto con
el reconocimiento de la importancia cultural y ecológica de las chinampas, es
vital para enfrentar los retos que impone el cambio climático y la urbanización
descontrolada.
Este análisis pone en relieve que, aunque las
chinampas son un sistema agrícola ancestral, enfrentan los retos de una
economía globalizada que exige mayores rendimientos y prácticas más eficientes.
Sin embargo, al combinar la sabiduría ancestral con las innovaciones modernas,
los agricultores chinamperos pueden ofrecer una solución sostenible tanto para
el mercado como para el medio ambiente. Para que este equilibrio entre
tradición y modernidad se mantenga, es imprescindible que los gobiernos
implementen políticas de apoyo y que la sociedad valore y promueva estas
prácticas agrícolas que, además de ser productivas, son esenciales para la
preservación del medio ambiente y la identidad cultural de México.
3.
Conclusiones
Cuando se analiza la transferencia de
conocimiento, existe un imaginario en el que se ubican procesos altamente
tecnologizados y que solo operan en las grandes organizaciones
internacionales. A través de este
documento se desmitifica que el conocimiento opera solo y únicamente en grandes
escalas; al analizar los procesos de agricultura en las Chinampas es posible
observar que el conocimiento es un recurso histórico y situado; histórico
porque las prácticas ancestrales juegan un papel fundamental para ir
transmitiendo el saber, situado como lo señala Haraway
(1991) ningún conocimiento se desenmarca de su
entorno, luego entonces, los procesos de socialización como los lazos
familiares, la identidad y la cultura se tornan como elementos analíticos
necesarios para comprender la materialización del conocimiento.
Al
analizar estudios de caso particulares, como el que presentamos en este
artículo permiten adentrarnos más allá de los modelos tradicionales de
transferencia de conocimiento que ponen en el centro –los productos del saber
concretos- y no los procesos por los que se transita para llegar al fin, por
ello, el modelo de espiral del
conocimiento de Nonaka y Takeuchi, aplicado en este estudio, permite comprender
cómo el conocimiento tácito, transmitido de forma oral y práctica en las
comunidades chinamperas, puede ser externalizado y combinado con nuevos
conocimientos explícitos provenientes de la ciencia y la tecnología. Esta
combinación es fundamental para mejorar la productividad de las chinampas,
garantizar su sostenibilidad y permitir su coexistencia con las demandas del
mercado contemporáneo. La socialización del conocimiento, a través de la
observación y la práctica en el campo, sigue siendo clave para la transmisión
de saberes entre generaciones, pero el apoyo de instituciones académicas y
organizaciones locales ha facilitado la formalización y adaptación de estos
conocimientos en contextos modernos.
Consideramos que teóricamente se requiere
desarrollar modelos que develen las prácticas sociales, y sus contextos
culturales en el marco de escenarios menos favorecidos y prácticamente, resulta
relevante comprender mejor cómo sucede la innovación desde lo local, en donde
las condiciones de desarrollo productivo se ven desfavorecidas frente a las
grandes producciones industriales. La
innovación no solo es tecnológica, es también interacción social por eso, desde
la perspectiva de la innovación inclusiva se tiene un panorama más amplio en el
que la producción favorezca el desarrollo de las poblaciones con economías más
inestables.
En el marco de la sustentabilidad, la
producción de las chinampas es un proceso que no representa un impacto
ambiental importante, pues utiliza tecnologías más asequibles que fácilmente
conviven con el medio ambiente.
El análisis de la transferencia de conocimiento
en la agricultura chinampera demuestra cómo la combinación de saberes
ancestrales y tecnologías modernas no solo es posible, sino necesaria para
enfrentar los retos actuales de la agricultura sostenible. A lo largo de este
artículo, se ha subrayado la importancia de la transmisión intergeneracional
del conocimiento, que ha permitido la preservación de un sistema agrícola
milenario en un contexto de creciente urbanización y cambio climático. La
capacidad de los agricultores chinamperos para adaptarse a nuevas
circunstancias sin renunciar a sus raíces culturales es un testimonio del poder
del conocimiento contextualizado y localizado.
Además, la innovación en las chinampas no se
limita únicamente a la tecnología avanzada. La introducción de sistemas como el
riego por goteo o el uso de fertilizantes orgánicos se ha integrado de manera
armoniosa con prácticas tradicionales, como la rotación de cultivos y la
gestión ecológica del agua, asegurando así que las chinampas continúen siendo
un modelo de agricultura sostenible. Las cooperativas y organizaciones
locales, como la Cooperativa Valle Verde, también han desempeñado un papel esencial
en este proceso, ofreciendo capacitación y fomentando la cooperación
comunitaria, lo que fortalece la resiliencia económica y social de los
agricultores.
Sin embargo, es importante señalar que la
supervivencia de la agricultura chinampera depende no solo de la capacidad de
sus agricultores para adaptarse, sino también del apoyo institucional y
gubernamental. Es imperativo que las políticas públicas se orienten a proteger
este sistema agrícola único mediante incentivos económicos, la provisión de
infraestructuras adecuadas y la protección del ecosistema lacustre donde se
desarrollan las chinampas. Asimismo, el compromiso de la sociedad en valorar y
consumir productos agrícolas sostenibles provenientes de estos sistemas será
vital para asegurar su permanencia a largo plazo.
Finalmente, este estudio pone en evidencia que
la transferencia de conocimiento no es un proceso homogéneo ni centralizado en
grandes organizaciones. La agricultura chinampera demuestra que el conocimiento
situado y contextualizado, que se transmite en pequeñas comunidades rurales,
puede ser una fuente poderosa de innovación y sostenibilidad. Al combinar las
enseñanzas del pasado con los avances tecnológicos del presente, las chinampas
de Tláhuac y otras zonas chinamperas en México ofrecen un ejemplo valioso de
cómo enfrentar los desafíos globales de producción alimentaria de manera
sostenible, culturalmente consciente y ecológicamente responsable.
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[1] Grado: Licenciatura, maestrante de la
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línea de investigación: Gestión de la innovación organizacional 2222801794@alumnos.xoc.uam.mx, ORCID:
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[2] Grado: Doctora en Estudios Organizacionales, Universidad
Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, México, línea de Investigación:
industria 4.0, Formación de Investigadores, rriose@correo.xoc.uam.mx,
ORCID: 0000-0002-8798-4190
[3] Grado: Doctora en Ciencias de Gestión, Doctora en Estudios Organizacionales, Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, México, líneas de Investigación: Gestión Organizacional, Innovación, Modelos de Negocios, spomar@correo.xoc.uam.mx, ORCID: 0000-0001-8969-5096