Dimensiones del Emprendimiento Cultural
Universitario: Preservación universitaria y Legitimidad Social para
Iberoamérica
Dimensions of
University Cultural Entrepreneurship: University Preservation and Social
Legitimacy for Ibero-America
Rodolfo, Jiménez-León[1]
El emprendimiento cultural en las comunidades
universitarias es un fenómeno social que se manifiesta a través de habilidades
artísticas. Comprender los modelos y técnicas utilizados en las universidades
iberoamericanas para la gestión cultural del talento humano contribuye a
preservar la memoria colectiva, mantener los valores universitarios y generar
legitimidad social. Este estudio, basado en una revisión teórica desde la
investigación cualitativa, responde: ¿Cuáles son las condiciones culturales
necesarias para que el emprendimiento cultural sea reconocido como un campo de
actividad legítimo según los criterios evaluativos de las universidades
iberoamericanas?; ¿Cómo se pueden explorar nuevos formatos de financiamiento a
través de la microfinanciación cultural y creativa en el entorno digital en
beneficio de los universitarios?; ¿Por qué el emprendimiento cultural se
presenta como una alternativa para el artista universitario actual? A través de
la revisión de materiales audiovisuales, revistas y publicaciones científicas,
se lleva a cabo un estudio deductivo que se basa en 33 dimensiones para
identificar un modelo teórico. Se identifican procesos de gestión educativa,
opciones de financiamiento y oportunidades para la creación de productos
educativos que contribuyan a legitimar el valor público de las industrias
culturales y creativas en el ámbito internacional, beneficiando a las
comunidades artísticas y culturales.
Palabras
clave: Economía cultural; Economía de las Artes y la
Literatura; Información y conocimiento
Cultural entrepreneurship
in university communities is a social phenomenon that manifests itself through
artistic skills. Understanding the models and techniques used in Ibero-American
universities for the cultural management of human talent contributes to
preserving collective memory, maintaining university values, and generating
social legitimacy. This study, based on a theoretical review from qualitative
research, answers: What are the cultural conditions necessary for cultural
entrepreneurship to be recognized as a legitimate field of activity according
to the evaluative criteria of Ibero-American universities? How can new
financing formats be explored through cultural and creative microfinancing in
the digital environment for the benefit of university students? Why is cultural
entrepreneurship presented as an alternative for today's university artist?
Through the review of audiovisual materials, journals, and scientific
publications, an inductive study is carried out that is based on 33 dimensions
to identify a theoretical model. Educational management processes, financing
options and opportunities for the creation of educational products that
contribute to legitimizing the public value of cultural and creative industries
at the international level, benefiting artistic and cultural communities, are
identified.
Key words: Cultural economy; Economics of Arts and Literature;
Information and knowledge.
Códigos JEL: Z1, Z11, D83
La gestión cultural
en Iberoamérica constituye un asunto de relevancia económica relativamente
inédita para el ámbito de la investigación académica (Mariscal-Orozco y
Girarte, 2017; Mariscal-Orozco y Zanini-Anguiano, 2021; Rucker y
Mariscal-Orozco, 2016) implicando el manejo de los recursos intangibles y
simbólicos para la gestión de públicos (Torres Sarmiento et al., 2024).
A partir de
la década de 1980, en el ámbito de la gestión cultural se han distinguido tres
nociones distintivas e importantes en Iberoamérica: 1) Desde la perspectiva de Cornejo-Polar, (1989), quien sostiene que "la gestión cultural
subsume las denominaciones precedentes"; 2) desde la perspectiva de
aquellos autores que sostienen que "el predicado gestión en el ámbito
cultural termina borrando las fronteras entre las actividades económicas y los
procesos culturales, por lo que rechazan la expresión gestión cultural como una
intromisión excesiva de lo económico o mercantil en la dimensión cultural".
En tercer lugar, Martín-Barbero (1987) valida la interpretación de gestión cultural,
y señalan que "lo gestionable en la cultura sólo puede ser interpretado
a través de lo no gestionable, dado que la libertad, la autonomía y la independencia
de los procesos culturales no son gestionables" (de Zubiría et al., 1998).
De esta
manera, el trabajo con creadores en proyectos artísticos requiere abordarse
desde diferentes perspectivas teóricas y enfoques que permitan abordar
relaciones causales, para realizar estrategias pedagógicas, formar empresas
universitarias e interactuar con públicos inteligentes y sensibles que acompañen a los artistas universitarios en
los procesos de creación, producción y difusión del arte.
En función
de lo planteado, se han generado acciones colectivas con actores del ámbito
cultural incluyendo instituciones gubernamentales, entidades internacionales,
universidades y organizaciones gremiales, tanto formales como no formales,
contribuyenyendo a la formalización de la práctica, tal es el caso del Observatorio
Latinoamericano de Gestión Cultural [OLGC] (Universidad Autónoma de
Guadalajara, 2024) que cumple la función de institucionalizar al campo
disciplinar emergente.
Además, los
hacedores de políticas y equipos técnicos gubernamentales (MERCOSUR, UNESCO,
BID y OEI), economistas del sector cultural, artistas y trabajadores creativos,
emprendedores, inversores privados, así como investigadores, deben obtener la percepción
de artistas y emprendedores para comprender la posición vulnerable en la que se
encuentran numerosos trabajadores independientes, especialmente quienes
trabajan a nivel informal (UNESCO, 2021).
Estos
esfuerzos, han sido liderados en gran medida por instituciones de educación
superior desde la reflexión-praxis-reflexión que aborda diversas dimensiones de
la realidad sociocultural (Cabral, 2023; Martinell-Sempere, 2002), con ello se
presenta la tendencia al crecimiento exponencial de grupos organizados
dedicados a la docencia e investigación en temas relacionados con la gestión
cultural, constituyendo la base de la actividad de gestión de las innovaciones
en los procesos participativos, en la propia transformación de la creación, en
las formas de producción artística o en la distribución, aspectos clave que
generan valor desde lo local (Bonet y González-Piñero, 2021; Mariscal-Orozco y
Sosa-Rodríguez, 2022).
El concepto
de gestión cultural ha evolucionado dentro del sector cultural el cual engloba
una diversidad de certificaciones de saberes por parte de instituciones
universitarias, organizaciones y compañías privadas con el otorgamiento de
títulos académicos; así mismo el reconocimiento del Estado como una nueva
profesión (y su respectiva regulación en el marco normativo de las
profesiones), que llevan a cabo una extensa gama de actividades, que van desde
manifestaciones culturales y artísticas esenciales, hasta la construcción y
socialización de un vocabulario y métodos compartidos de lo que es y cómo se
hace la gestión cultural.
De acuerdo
con Bonet (2021) La gestión cultural tiene por misión dar a conocer,
implementar y hacer viable socialmente las experiencias artísticas o el legado
patrimonial a cargo (p. 64). Además debe guiarse de acuerdo al decálogo de las
“E” (Eficiencia, Eficacia, Equidad, Excelencia, Educación, Emprendimiento,
Esfuerzo, Ética, Estética y Estrategia) propiciando la reflexión y el valor
cultural (Revisar a Bonet, 2021 para conceptualización del decálogo).
Para
nuestro estudio abordamos al emprendimiento cultural, como un fenómeno social
que se presenta en los universitarios a través de la muestra de sus habilidades
artísticas desde siete campos creativos: Artesanía y arte popular, Artes
digitales, Cine, Diseño, Gastronomía, Literatura y Música, ramas que conforman
las industrias culturales y creativas (ICC) que a su vez integran a la economía
cultural/creativa o también denominada “Economía naranja” (Banco Interamericano
de Desarrollo, 2013; Meerkerk, 2022).
Con la
identificación de modelos y técnicas aplicados en las universidades
iberoamericanas para la gestión cultural del talento humano a través de la
extensión cultural; nuestro estudio investiga los mecanismos que subyacen al
surgimiento del emprendimiento cultural como fenómeno económico, político y
social desde la perspectiva universitaria, así como las contingencias asociadas
en su aplicación, siendo una tarea importante para los académicos de las áreas
de las ciencias económico-administrativas, pero especialmente para los
académicos del emprendimiento cultural, para comprender las condiciones culturales y académicas
necesarias para legitimar el emprendimiento cultural como un campo de actividad
en las universidades iberoamericanas, identificando nuevos formatos de
financiamiento digital, como la micro financiación cultural y creativa (Cultural-creative
crowdfunding, por sus siglas en inglés: CCCF) y evaluando su potencial como
una alternativa económica viable para los artistas formados en el aula universitaria
contemporánea. Por lo tanto se responde de manera interna:
(1) ¿Cuáles son las condiciones culturales necesarias para que el
emprendimiento cultural sea reconocido como un campo de actividad legítimo, de
acuerdo con los criterios evaluativos de las universidades iberoamericanas? (2)
¿De qué manera se pueden explorar nuevos formatos de financiamiento a través de
la micro financiación cultural y creativa en el ámbito digital para beneficiar
a los estudiantes universitarios? (3) ¿Por qué el emprendimiento cultural se
presenta como una alternativa viable para los artistas en formación en las
aulas actuales?
La
investigación cualitativa es un escenario de actividades interpretativas, que
aborda diferentes prácticas metodológicas sobre otras, utilizando diferentes
recursos: semiótica, análisis de relatos, contenidos, discursos, tablas e
imágenes. Desde los enfoques de la fenomenología, entre otros (Denzin y
Lincoln, 2015; 2023). En consecuencia nuestro estudio deductivo considera la
realidad construida socialmente, centrándose en significados, ideas y prácticas
a través de las narrativas de expertos y con la cristalización de datos con la teoria
fundamentada, desde la divulgación de la comunicación de la ciencia. El
emprendimiento cultural y su gestión dentro de las universidades es un fenómeno
de la sociedad contemporánea, y con escasa revisión teórica en México. Por lo
tanto la investigación es un proceso que se lleva a cabo con el fin de
fomentar y mejorar el conocimiento. Se fundamenta en revisiones sistemáticas de
estudios previamente realizados en el campo de la educación.
Para
comprender los significados y las prácticas del emprendimiento cultural en las
universidades y su gestión especialmente en términos de plataformas y
estructuras institucionales-relacionales respectivas, se aborda una revisión de
paneles de expertos con académicos a través de canales audiovisuales en
conservatorios, foros y webinarios de acceso abierto para la identificación del
contexto social, del cual surge la categorización de las dimensiones que aborda
el documento.
Mediante el
análisis de la revisión de la literatura científica de alcance se profundiza de
manera descriptiva en los significados de las categorías, permitiendo
comprender la extensión de la investigación acerca del emprendimiento cultural
y sus vinculaciones con la universidad iberoamericana (Manterola et al.,
2023). Consulte la Figura 1 para ver el diseño de la investigación.
Figura 1
Fuente:
Elaboración propia
En primer lugar, se realizó una búsqueda exhaustiva en repositorios
académicos a través de la plataforma Google Académico, empleando las siguientes
palabras clave: (1) "emprendimiento cultural," obteniendo 17,000
resultados (0.11 s); (2) "emprendimiento cultural y artístico," con
16,700 resultados (0.08 s); (3) "proyecto de emprendimiento de difusión
cultural," que arrojó 15,900 resultados (0.12 s); (4) "empresas
culturales," con 32,400 resultados (0.08 s); (5) "emprendedores
culturales," obteniendo 17,100 resultados (0.09 s); (6) "cultura
emprendedora," con 16,100 resultados (0.06 s); (7) "jóvenes
emprendedores," con 16,700 resultados (0.04 s); y (8) "historia de
emprendimiento cultural," que generó 17,300 resultados (0.08 s). Los
criterios de inclusión para la revisión abarcaron el acceso abierto y un rango
temporal comprendido entre 1980 y 2023. Como resultado de esta búsqueda, se
seleccionaron 22 artículos académicos (0.08 s) y 39 libros de editoriales de
prestigio. Asimismo, se identificaron 11 informes relevantes de políticas
públicas emitidos por organismos internacionales.
Debe señalarse, que los 22 artículos científicos fueron clasificados a
través del Scimago Journal & Country Rank (SJR) de los cuales, se
identificaron las revistas académicas con mayor influencia científica de
acuerdo a la citas, revelando el factor de impacto del año 2023:
·
Q1: Management and Accounting. SJR 2023: 10.49; H-Index :306;
Business, Management and Accounting (Administración y Contabilidad. SJR 2023: 10.49; Índice H: 306;
Negocios, Gestión y Contabilidad).
·
Q1: Sociology and Political Science. SJR 2023: 2.3; H-Index: 230; Social Sciences (Sociología y Ciencia
Política. SJR 2023: 2.3; Índice H: 230; Ciencias Sociales).
·
Q1: Visual Arts and Performing Arts. SJR 2023: 0.7; H-Index:
101. Arts and Humanities: Visual arts and performing arts (Artes visuales y artes
escénicas. SJR 2023:
0,7; Índice H: 101. Artes y humanidades: Artes visuales y artes escénicas).
·
Q1: Business and International Management. SJR 2023: 2.91; H-Index: 132. Business,
Management and Accounting (Administración de empresas y gestión internacional. SJR 2023: 2,91; Índice H: 132. Administración de empresas y
gestión contable).
Esta información determina la calidad de la información obtenida, y
emergen las líneas de generación del conocimiento que sigue el articuo. Para la
literatura gris, se identificaron a las editoriales que promueven las temáticas
correlacionadas, a través de la clasificación comercial, tales como American
Council for the Arts; GG. Mass; Harper & Brothers; Sage; Springer; Wile; Routledge y Universitarias: Ediciones de la Universitat de Barcelona; Harvard University Press; Oxford
University Press; Universidad de Granada; University of California Press;
University of Minnesota Press y Utrecht University. Cabe señalar que dentro de las universidades iberoaméricanas la
Universidad de Guadalajara cuenta con un Observatorio Latinoamericano de
Gestión Cultural, del cual emergen los informes gubernamentales del Banco
Interamericano de Desarrollo; Naciones Unidas y Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Adicionalmente, utilizando las mismas
palabras clave, se llevó a cabo una búsqueda de videos en la plataforma
YouTube. Para evaluar la relevancia de los recursos audiovisuales en términos
de alcance e impacto, se empleó la aplicación keywordseverywhere.com.
Este análisis permitió identificar y seleccionar los videos con mayor número de
visualizaciones en países como México y Estados Unidos. Finalmente, se
seleccionó una muestra de cinco videos relacionados con el tema de
emprendimiento cultural. Los criterios de selección de los videos incluyeron:
a) estar gestionados por universidades; b) haber sido publicados entre 2020 y
2024; y c) clasificarse según su formato, es decir, conversatorios, foros o
webinarios (ver Figura 2).
Este enfoque permitió garantizar una
amplia cobertura temática y una selección rigurosa de fuentes relevantes tanto
escritas como audiovisuales.
Figura 2
Relevancia en visualización de los contenidos
audiovisuales
Fuente:
Elaboración propia
En la
segunda etapa, se aplicó el método Delphi con expertos en los campos de
negocios y economía cultural, con el fin de legitimar y validar la hipótesis y
conceptualización del estudio. El método Delphi, una técnica de comunicación estructurada
utilizada para recopilar opiniones de un panel de expertos (Cañizares-Cedeño et
al., 2022), permitió analizar la adopción y comprensión del emprendimiento
cultural en el ámbito universitario. Se llevó a cabo un análisis tanto de los
videos como de sus transcripciones, con el objetivo de identificar categorías
relevantes.
Finalmente,
en la tercera etapa, se identificaron un total de 33 categorías a partir de los
diálogos. Para cristalizar los datos, se efectuó una revisión de la literatura
de alcance (Manterola et al., 2023), profundizando en los significados y
explorando sus características clave, así como sus alcances y limitaciones.
Consulte la tabla 1 para identificar las definiciones de las categorías.
Tabla 1
Definición de las
categorías
Categoría |
Descripción |
Alta cultura |
El término hace alusión a las expresiones culturales que se perciben
como refinadas o sofisticadas, generalmente vinculadas con la clase alta y el
canon artístico de una sociedad, como la música clásica, la ópera y la literatura
de carácter serio (Williams, 1983). |
Artista |
Según Becker (1982), un artista es un individuo que emplea su
creatividad, destreza y perspectiva personal para producir obras de arte en
distintas disciplinas como la pintura, escultura, música, literatura, entre
otras. |
Comunidad artística y cultural |
Según Florida (2002), se refiere a un conjunto de personas o grupos
con intereses afines en las artes y la cultura, quienes colaboran entre sí,
se brindan apoyo mutuo y contribuyen a la creación de un ambiente creativo y
culturalmente enriquecedor. |
Consumidores culturales |
Las personas que participan en la adquisición y disfrute de productos
culturales, como la música, el cine, la literatura y el teatro, ejercen
influencia en el mercado cultural a través de sus preferencias y elecciones
de consumo, según lo señalado por Bourdieu (1984). |
Creación de cultura |
La creación de nuevos significados, prácticas y formas culturales por
parte de individuos o grupos es un proceso que influye en la evolución de la
cultura en una sociedad, según Williams (1981). |
Creación de riqueza |
La generación de valor económico a través de la producción,
distribución y consumo de bienes y servicios, lo cual impacta positivamente
en la economía y la calidad de vida (Smith, 1776). |
Creadores |
Personas o grupos que generan nuevas ideas, conceptos, obras de arte,
productos culturales o innovaciones, contribuyendo al desarrollo cultural y
económico (Csikszentmihalyi, 1996). |
Creatividad |
La habilidad para producir ideas innovadoras y significativas, así
como para proponer soluciones creativas a problemas, tiene aplicaciones en
diversos campos como el arte, la ciencia, los negocios, entre otros (Runco & Jaeger, 2012). |
Cultura popular |
El concepto de cultura popular se refiere al conjunto de prácticas,
creencias y objetos que prevalecen en una sociedad y están al alcance del
público en general, en contraposición a la alta cultura (Storey, 2018). |
Economía creativa |
Según la UNCTAD (2010), se refiere a un sector económico que engloba
actividades vinculadas con la generación, fabricación y comercialización de
bienes y servicios que emplean el conocimiento y la creatividad como
elementos principales. |
Economía cultural |
Rama de la economía que estudia la producción, distribución y consumo
de bienes y servicios culturales, así como su impacto económico y social (Throsby, 2001). |
Emprendimiento cultural |
La actividad que une la administración empresarial con la creación y
promoción de bienes y servicios culturales es fundamental para el progreso
económico y cultural, según Klamer (2011). |
Espíritu emprendedor |
La disposición y actitud de un individuo para reconocer
oportunidades, asumir riesgos y gestionar recursos con el fin de establecer y
promover nuevos emprendimientos o proyectos (Schumpeter, 1942). |
Estrategias comerciales |
Conjunto de acciones y decisiones tomadas por una organización para
alcanzar objetivos comerciales específicos, como la expansión de mercado o el
aumento de las ventas (Porter, 1980). |
Expresiones culturales y artísticas |
Manifestaciones creativas de una cultura, que incluyen música, danza,
literatura, teatro, y otras formas de arte, representando valores, creencias
y tradiciones (Geertz, 1973). |
Fenómeno cultural |
Un evento, práctica o tendencia que se produce dentro de una cultura
y que tiene un impacto significativo en la sociedad, pudiendo ser temporal o
permanente (Williams, 1976). |
Gestión cultural |
La disciplina que implica la planificación, organización, dirección y
control de proyectos y actividades culturales para preservar, promover y
desarrollar el patrimonio y las industrias culturales (Hillman-Chartrand
y McCaughey, 1989). |
Gestión de las artes |
La gestión y dirección de entidades artísticas y culturales implica
la planificación de proyectos artísticos, la obtención de financiamiento y la
promoción del arte (Zolberg, 1990). |
Historias de emprendedores |
Según Kuratko (2016), existen relatos o
estudios de casos que detallan la trayectoria de individuos que han
establecido y gestionado empresas exitosas. Estos relatos muestran cómo han
enfrentado desafíos y capitalizado oportunidades. |
Industrias culturales y creativas |
Según Howkins (2001), existen sectores
económicos que se fundamentan en la creatividad, la elaboración de contenidos
culturales y artísticos, así como en su comercialización tanto a nivel local
como global. |
Innovación |
La introducción de una novedad ya sea un producto, servicio, proceso
o modelo de negocio, que brinda un valor adicional y aumenta la
competitividad de una organización o sector, como lo planteó Schumpeter
(1934). |
Institución cultural |
organizaciones, públicas o privadas, que se dedican a la promoción,
conservación y difusión de la cultura, como museos, teatros, bibliotecas, y
centros culturales (DiMaggio, 1987). |
Legitimidad |
El reconocimiento y aceptación social de una institución,
organización, o práctica como apropiada, válida y conforme a las normas y
valores de una sociedad (Suchman, 1995). |
Modelos de negocios |
Descripción de cómo una organización crea, entrega y captura valor,
incluyendo aspectos como la propuesta de valor, los canales de distribución,
y las fuentes de ingresos (Osterwalder & Pigneur, 2010). |
Operador cultural |
Según Klein (2014), se define como agente cultural a la persona o
entidad que interviene como intermediario en la planificación, administración
y difusión de eventos culturales, con el propósito de establecer un vínculo
entre los artistas y la audiencia. |
Patrocinadores |
Individuos, empresas u organizaciones que proporcionan apoyo
financiero o en especie a proyectos culturales o artísticos, a cambio de
beneficios como visibilidad y reputación (Cornwell et al., 2005). |
Política cultural |
Conjunto de medidas y acciones implementadas por gobiernos o
instituciones para promover, regular y proteger la cultura y las artes en una
sociedad (Bennett, 2001). |
Preservación del arte |
Según Muñoz Viñas (2005), la preservación y cuidado del arte y
patrimonio cultural implica asegurar su integridad y disponibilidad a las
generaciones venideras. |
Producto cultural |
Los bienes y servicios que poseen un valor simbólico y guardan
relación con las artes, la cultura y la identidad de una comunidad incluyen
películas, libros, música y obras de arte (Hesmondhalgh,
2002). |
Progreso social |
El progreso hacia una sociedad más justa, inclusiva y equitativa
implica la mejora de las condiciones de vida, la educación y la participación
cultural, como señala Sen (1999). |
Recurso cultural |
Según Throsby (2001), existen elementos
tangibles e intangibles dentro de una cultura que poseen la capacidad de
generar valor económico, social y cultural. Estos elementos incluyen el
patrimonio, las tradiciones y el conocimiento. |
Sector cultural |
Conjunto de actividades económicas relacionadas con la creación,
producción, distribución y consumo de bienes y servicios culturales (UNESCO,
2009). |
Tecnología financiera |
Las innovaciones tecnológicas en los servicios financieros han
demostrado ser eficaces para mejorar la eficiencia, accesibilidad y seguridad
de las transacciones y servicios financieros, como señalan Arner et al., (2016). |
La micro financiación cultural-creativa (CCCF, por sus siglas en inglés). |
Nota. Las fuentes de información
utilizadas en este documento se obtuvieron mediante búsquedas en bases de datos
académicas, revistas especializadas y libros de referencia.
Fuente:
Elaboración propia
En base a
los hallazgos se construyeron preguntas específicas de manera deductiva,
permitiendo responder al objetivo general de la investigación: comprender las
condiciones culturales y académicas necesarias para legitimar el emprendimiento
cultural como un campo de actividad en las universidades iberoamericanas,
identificando nuevos formatos de financiamiento digital, como la micro
financiación cultural y creativa (Cultural-creative crowdfunding, por sus
siglas en inglés: CCCF) y evaluando su potencial como una alternativa viable
para los artistas formados desde el aula universitaria contemporánea.
Utilizando el instrumento siguiente:
(1)¿Qué es
el emprendimiento cultural?; (2)¿Cuál es la diferencia entre emprendimiento
cultural y creación artística?; (3)¿Qué papel juega la universidad en el
desarrollo de emprendimientos culturales?; (4)¿Cómo se mide el éxito de los
emprendimientos apoyados por la universidad?; (5)¿Qué tipo de capacitaciones se
ofrecen a los emprendedores en las universidades?; (6)¿Cuáles son las razones
que se mencionan para considerar que la gestión y el emprendimiento cultural
son una necesidad y no solo una posibilidad?; (7)¿Cuáles son las razones que se
mencionan para considerar que la gestión y el emprendimiento cultural son una
necesidad y no solo una posibilidad?; (8)¿Qué ejemplos de éxito hay en el
emprendimiento cultural apoyado por universidades?; (9)¿Qué ejemplos de éxito
hay en el emprendimiento cultural apoyado por universidades?; (10)¿Por qué el
emprendimiento cultural es una opción para el artista universitario?
Se
tabularon las respuestas en base a los contenidos discursivos de los materiales
audiovisuales consultados (Ver Tabla 2), permitiendo tener un panorama completo
del contexto.
Tabla 2
Materiales
audiovisuales en el contexto universitario en Iberoamérica
Autor |
Título |
Tiempo |
La Universidad en Internet (2020) |
La
gestión y el emprendimiento cultural: una profesión con perspectiva de futuro |
54:36 |
Universidad Jorge Tadeo Lozano (2024) |
Emprendimiento
cultural: ¿Qué es y cómo iniciarlo? |
49:39 |
Asignatura Emprendedores Universitarios. (2020) |
Conversatorio:
Potenciando emprendimientos culturales en la región |
1:28:17 |
MuseoITM (2020) |
Emprendimiento
cultural y creación artística en un nuevo contexto |
1:04:02 |
Nota. Las fuentes de información utilizadas en este
documento se obtuvieron mediante consultas de formatos audiovisuales de acceso
abierto, provenientes de lineamientos de comunicación pública de la ciencia en
universidades iberoamericanas.
Fuente:
Elaboración propia
Industrias culturales y
creativas (ICC)
Según la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), las industrias
culturales se definen como aquellas que integran la creación, producción y
comercialización de contenidos de carácter intangible y cultural, involucradas
en la venta de bienes y servicios protegidos por derechos de autor (2024, p11).
En la actualidad, se están explorando nuevas estrategias que aprovechan los
entornos digitales para la performatividad del emprendimiento cultural (Gehman
y Soublière, 2017, Ojoma, 2022).
Para Throsby (2012) las ICC representan
una distinción entre lo cultural y lo creativo, donde las industrias creativas
desarrollan productos que requieren un nivel significativo de creatividad en su
elaboración, sin necesariamente cumplir con otros criterios que las clasifiquen
como culturales. Estos otros criterios hacen referencia al valor simbólico y
cultural que transmiten los productos culturales. Con base a Gehman y Soublière
(2017), estos clasifican a los productos culturales desde sus fundamentos en la
sociología, identificado como la creación de cultura, ya sea en el ámbito de la
alta cultura (DiMaggio, 1982; Johnson, 2007) o de la cultura popular (Acheson,
Maule y Filleul, 1996; Peterson y Berger, 1971; Scott, 2012).
En Iberoamérica, el espíritu emprendedor
se ha vuelto un criterio fundamental para la obtención de apoyo financiero en
el desarrollo de productos culturales (Rentschler 2002; Van der Ploeg 2005; De
Jong 2009; Throsby 2010; Oakley 2014). La promoción del espíritu emprendedor en
las instituciones culturales busca fomentar la eficiencia financiera de las
organizaciones y aumentar el impacto económico de las artes en la sociedad.
Estos dos efectos de la política cultural suelen ser englobados en el concepto
de "espíritu emprendedor cultural" o "espíritu emprendedor
artístico" en el ámbito de los emprendimientos culturales (De acuerdo a
las industrias y subcampos creativos y culturales, ver tabla 3). En la
literatura académica, las definiciones de emprendimiento cultural presentan una
amplia variedad. En algunas ocasiones, los autores hacen referencia a
comportamientos específicos, mientras que en otros casos los criterios son más
abstractos. Algunas definiciones se centran en un área de actividad particular,
mientras que en otros casos se enfoca en los resultados, cognitivos o la
estructura organizacional.
Tabla 3
Industrias
culturales y creativas (ICC), de acuerdo a los subcampos creativos y culturales
Industrias |
Subcampos creativos y
culturales |
Actividades Patrimoniales y
Turísticas |
Lugares históricos, Zonas
arqueologías, Reservas naturales protegidas, Museos, Actividades turísticas. |
Artes escénicas |
Drama, Música en vivo,
Baile, Festivales, Fiestas regionales y ferias. |
Artes Visuales y Artesanías |
Bellas artes, Fotografía,
Ilustración, Dibujo, Artesanía. |
Diseño y Servicios Creativos |
Arquitectura, Moda, Diseño
gráfico, Diseño de interiores, Publicidad, Marketing. |
Herencia cultural intangible |
Eventos festivos, Rituales
religioso y prácticas sociales, Tradiciones orales, Conocimientos,
habilidades y artesanía tradicional, Tradiciones culinarias y gastronomía. |
Literatura y Prensa |
Libros, Periódicos,
Revistas, Librerías y Ferias de libros. |
Medios Audiovisuales e
Interactivos |
Cine, Televisión y Radio,
Streaming, Podcast, videojuegos. |
Nota. De acuerdo con UNESCO y The World
Bank (2021).
Fuente:
Elaboración propia
Emprendimiento cultural y
economía
¿Qué es el emprendimiento cultural?
Uno de los pioneros en la teoría y la
investigación del emprendimiento cultural, Giep Hagoort (2008), también define
el término en cinco aspectos, siendo estos la visión cultural, nuevos productos
o grupos objetivo, resultados financieros, comunicación eficaz y capacidades de
gestión (Hagoort y Kooyman 2011, p. 94). Por último, Klamer (2011) define otros
cinco rasgos de carácter del emprendedor cultural: Estar atento a las
oportunidades, ser creativo tanto artísticamente como en la organización y la
gestión, ser apasionado por el contenido artístico por encima de todo lo demás,
ser persuasivo tanto con los artistas como con los financieros, y ser prudente,
valiente y optimista. Además Chang y Wyszomirski (2015) diseñaron una taxonomía
basada en un análisis de artículos para identificar los rasgos de carácter
personal del emprendedor cultural a través de objetivos, estrategias, tácticas
y contexto.
Después Rivetti y Migliaccio (2018)
realizaron un seguimiento del metaanálisis de Chang y Wyszomirski (2015) para
el período 1992-2016. Llegaron a tres temas principales: la relación entre la
cultura y los negocios, las similitudes entre el artista y el empresario, y el
empresario artístico idealizado. La mayoría de los demás estudios sobre
emprendimiento cultural indican criterios en línea con los mencionados
anteriormente, centrándose en las actitudes y estrategias de los emprendedores
culturales y los valores en los que se basan. Además de lo anterior, Kolsteeg
(2013) aborda el emprendimiento cultural a través de la lente de los intereses.
Destaca que los emprendedores culturales buscan un equilibrio entre valores e
intereses. En su artículo, distingue dos campos de tensión: uno entre la
aceptación y la aversión al riesgo y otro entre la perspectiva organizacional y
la perspectiva social. La combinación de estos cuatro le lleva a concluir que
hay cuatro posiciones posibles para un emprendedor cultural, que define como
interés público (cuidado de la infraestructura social), desarrollo e innovación
(aceptación del riesgo), sostenibilidad organizacional (aversión al riesgo) e
intereses organizacionales/privados (posicionamiento creativo).
Los emprendedores culturales, afirma, son
tan autónomos como los emprendedores “comunes”, pero añaden una interpretación
específica, que ella describe como moralista, al igual que su creatividad como
emprendedor tiene un significado diferente, y el impacto que un emprendedor
cultural busca es idealista, en lugar de comercial por naturaleza (Halberstadt
2017, 33). Esta breve descripción es indicativa de la literatura sobre
emprendimiento cultural.
Con base en Klamer (2011) define una lista
de cualidades de un buen emprendedor cultural.
Además, una de las características también mencionadas de los
emprendedores culturales en el siglo XXI es que generalmente operan en red.
Esto hace que su relación con los demás, y especialmente su autorrepresentación
ante los demás, sea una característica esencial de quiénes son (Lange 2017).
Ahora utilizaremos esta perspectiva para reunir los diferentes criterios y
definiciones descritos anteriormente en un todo coherente. Preece (2011)
construyó una "cadena de valor" para las artes escénicas, indicando
la importancia de terceros como el gobierno, los patrocinadores y la audiencia,
así como el personal. Soublière y Lockwood (2018) distinguen dos "interfaces"
en las que se produce el emprendimiento cultural: la interfaz actor-audiencia y
la interfaz actor-actor.
El concepto de emprendimiento cultural en
sí mismo es performativo, como lo demuestra su movilización en el discurso a
través de diferentes perspectivas, Por ejemplo, Gehman
y Soublière (2017) presentan las variedades del emprendimiento cultural
hasta la tercera ola (Ver Tabla 4), en nuestra propuesta incorporamos la cuarta
perspectiva abordando la transformación digital a través de la cultura de lo
digital.
Tabla 4
Variedades de emprendimiento cultural
Nota. Las fuentes de información utilizadas en esta tabla se
obtuvieron mediante: Gehman y Soublière
(2017), se anexa la cuarta perspectiva a través de consultas en artículos
científicos en repositorios.
Fuente:
Elaboración propia
El emprendimiento cultural se define como
la creación y gestión de proyectos que buscan generar valor cultural y
económico a través de la producción, difusión y comercialización de bienes y
servicios culturales. Este tipo de emprendimiento combina la creatividad
artística con la capacidad de gestión y administración, permitiendo a los
artistas y creadores desarrollar sus ideas en un contexto viable y sostenible.
Algunos aspectos clave del emprendimiento
cultural incluyen: Innovación: Fomenta la creación de nuevas formas de
expresión artística y cultural, adaptándose a las demandas del mercado y del
público. Colaboración: Promueve el trabajo en red entre artistas, gestores
culturales y comunidades, fortaleciendo el sector cultural en su conjunto. Sostenibilidad: Busca
modelos de negocio que permitan la viabilidad a largo plazo de los proyectos
culturales, asegurando su continuidad y crecimiento. Impacto social: Contribuye
al desarrollo social y cultural de las comunidades, generando empleo y
promoviendo la diversidad cultural.
Visión geográfica del financiamiento del emprendimiento
cultural
La relación entre países de Iberoamérica
es una conexión de larga data, influenciada por el legado colonial y los
continuos movimientos migratorios. Se destaca un intenso intercambio simbólico
y comercial que abarca diversas manifestaciones artísticas, culturales y
patrimoniales, así como la creatividad en general (Bonet et al., 2019;
Rodríguez Morat´o & Zamorano, 2019). Ambas regiones mantienen tradiciones
de financiamiento público para la cultura, siguiendo modelos de política
cultural similares y participando en la diplomacia cultural y la cooperación
para el desarrollo (Luzardo et al., 2023; 2024). América Latina refleja
dinámicamente lo que ocurre en el hemisferio norte, tanto en Europa como en los
Estados Unidos, caracterizado por inconsistencias e inestabilidades (Miller
& Yúdice, 2002; Rodríguez Morat´o & Zamorano, 2019). A pesar de ello,
debido a la relación histórica y al fortalecimiento de la diplomacia cultural,
Europa ejerce una influencia significativa (aunque discutible), sentando las
bases para los paradigmas de la política cultural y los procesos de
institucionalización. En América Latina, la financiación colectiva se combina
con una operación intelectualmente orientada (Bonet et al., 2019; Canclini,
2001). Los mecanismos de política cultural en la región permiten la
participación del sector privado y el emprendimiento cultural en la
financiación cultural, principalmente a través de incentivos fiscales, en mayor
medida que en Europa (Rodríguez Morat´o & Zamorano, 2019; Rubim, 2017). A
menudo, La micro financiación cultural-creativa (Cultural-creative
crowdfunding, por sus siglas en inglés: CCCF) se perciben como un apoyo
adicional para proyectos contingentes (Lazzaro y Noonan, 2021), un mecenazgo
colectivo contemporáneo (Swords, 2017) e incluso un mecanismo de co-creación
(Rykkja y Hauge, 2021), así como de movilización colectiva de base (Dalla
Chiesa, 2020).
¿Cuáles son los modelos de emprendimiento cultural?
En el
ámbito del emprendimiento cultural, se identifican tres tipos de modelos
basados en los usuarios. El primero de ellos es el modelo del "Artista
como emprendedor cultural", el cual se enfoca en el artista que busca
desarrollar una carrera artística, dando prioridad a su autonomía creativa por
encima de la obtención de beneficios económicos. En muchas ocasiones, estos
artistas realizan trabajos adicionales remunerados para poder mantenerse. Se ha
observado que estudiantes universitarios de áreas relacionadas con ciencias
económico-administrativas están involucrados en emprendimientos culturales,
tales como artesanos que trabajan con diversos materiales como el crochet,
grupos musicales, ilustradores, fotógrafos, entre otros. El emprendedor
cultural se distingue del artista, ya que implica la gestión autónoma de
proyectos culturales. Este tipo de emprendedor busca la rentabilidad de sus
proyectos artísticos y desempeña un papel de intermediario entre la creación
artística y las necesidades culturales. Por otro lado, el trabajador
precarizado del sector creativo hace referencia a aquellos individuos que
laboran en el ámbito cultural pero experimentan inestabilidad en su empleo. Su
emprendimiento surge como una alternativa ante la dificultad de establecer relaciones
laborales estables con entidades culturales.
¿Cuáles son las razones que se mencionan para considerar que la gestión y el emprendimiento cultural son una necesidad y no solo una posibilidad?
¿Qué papel juegan las instituciones en la promoción de la cultura?
¿Qué papel juega la
Universidad en el desarrollo de emprendimientos culturales?
¿Cómo se mide el éxito de
los emprendimientos apoyados por la Universidad?
El éxito de los emprendimientos apoyados
por la Universidad Nacional del Litoral (UNL), nos permite identificar como se
mide el valor público (además puede ver a Moore, 2003, para identificar
estándares como se muestra en la Tabla 5) a través de varios indicadores y
procesos que reflejan su desarrollo y sostenibilidad. Algunos de los aspectos
clave incluyen: Capacitación y Formación brindada por las universidades, donde
los emprendedores participan en un ciclo de capacitaciones que les permite
desarrollar un plan de negocio y adquirir habilidades necesarias para la
gestión empresarial. Además la asistencia técnica de los centros culturales
universitarios permite brindar apoyo personalizado a los emprendedores,
ayudándoles a resolver problemas específicos y a formular postulaciones a
financiamientos. Se asume la responsabilidad de generar una red de contacto,
como el caso de la UNL facilita la creación de redes entre emprendedores y
otros sectores, lo que potencia las oportunidades de colaboración y visibilidad.
Los espacios de divulgación artística como Ferias y Eventos, permite que los
emprendimientos tienen la oportunidad de exhibir sus productos en ferias, como
la Feria de la Disenia, lo que les permite generar ingresos y probar su
propuesta en el mercado.
Se busca generar resultados Económicos,
desde una perspectiva circular, esta evalúa el crecimiento en ventas y la
capacidad de los emprendimientos para sostenerse económicamente a largo plazo. Cabe
señalar que la Internacionalización, no solo brinda oportunidades para la
vinculación, desde ella se mide la capacidad de los emprendedores para acceder
a mercados internacionales, lo que incluye su participación en eventos como la
Barcelona Design Week. Estos indicadores permiten a la universidad y a los
emprendedores evaluar el impacto de la incubadora "Expresiva" en el
desarrollo de sus iniciativas culturales.
Tabla 5
Estándares para medir el valor
público en los emprendimientos culturales
Ampliar el apoyo y la
autorización |
Creación de capacidad
operativa |
Creando valor público |
Relaciones con los
financiadores y diversificación Roles y relaciones con los voluntarios Visibilidad,
legitimidad ante el público en general Relaciones con los
reguladores gubernamentales Reputación ante los
medios de comunicación Credibilidad ante los
actores de la sociedad civil |
Resultados
organizacionales Productividad y
eficiencia Integridad financiera Moral, capacidad y
desarrollo del personal Moral, capacidad y desarrollo de los socios
Aprendizaje e innovación organizacional |
Visión y misión
organizacionales Objetivos estratégicos
Vínculos entre
objetivos, actividades, productos y resultados Gama de resultados Actividades y
productos que crean resultados |
Nota. Identificado en la lectura
de Moore (2003).
Fuente: Elaboración propia
¿Qué tipo de
capacitaciones se ofrecen a los emprendedores en las universidades?
La incubadora "Expresiva" de la
Universidad Nacional del Litoral (UNL) ofrece diversas capacitaciones dirigidas
a emprendedores culturales con el objetivo de fortalecer sus habilidades y
proyectos. Entre las capacitaciones identificadas se encuentran el desarrollo
de Planes de Negocio, que proporciona formación para la creación y
estructuración de un plan adaptado a las necesidades y metas de los
emprendedores. Asimismo, la Asistencia Técnica brinda apoyo en aspectos como el
registro de marcas, la patentación y la elaboración de solicitudes de
financiamiento. Es importante destacar que la formación en Internacionalización
es fundamental. En el caso de la Universidad Nacional de La Plata, se llevan a
cabo talleres y clínicas que tratan sobre la exportación de productos y el
acceso a mercados internacionales. Esto posibilita la realización de trabajos
prácticos, los cuales se basan en las capacitaciones y permiten a los
emprendedores aplicar los conocimientos adquiridos a sus proyectos,
favoreciendo así un aprendizaje más efectivo.
El
fomento a la co-creación promueve la colaboración entre emprendedores con el
fin de facilitar el intercambio de conocimientos y recursos, fortaleciendo así
sus proyectos. Estas capacitaciones forman parte de un enfoque integral que
tiene como objetivo no solo instruir a los emprendedores, sino también crear un
ecosistema de apoyo que les permita prosperar en el ámbito cultural.
¿Qué ejemplos de éxito
hay en el emprendimiento cultural apoyado por universidades?
Las universidades han respaldado diversos
casos exitosos de emprendimiento cultural que ilustran su capacidad para
promover la creatividad y la innovación en el ámbito cultural. Uno de estos
ejemplos es el Proyecto Carmen, el cual se enfoca en la producción y difusión
de obras artísticas elaboradas por mujeres. Esta iniciativa ha aprovechado la
colaboración entre estudiantes y expertos, brindando a las participantes la
oportunidad de ampliar sus contactos y competencias. A través de la Universidad
de Antioquia, se han implementado iniciativas en la Red de Museos de Antioquia
que posibilitan la participación de los estudiantes en la gestión cultural y
museográfica, ofreciéndoles experiencia práctica en el ámbito correspondiente.
Algunas universidades disponen de programas de incubación cultural que brindan
espacios y recursos para que los estudiantes desarrollen sus proyectos
culturales, facilitando el acceso a financiamiento y asesoramiento en gestión.
Asimismo, se han establecido colaboraciones interuniversitarias con el
propósito de compartir recursos y conocimientos entre distintas instituciones
educativas, lo que ha propiciado la creación de proyectos culturales más sólidos
y perdurables. Estos ejemplos ilustran cómo el respaldo institucional puede
resultar determinante para el éxito de las iniciativas culturales,
proporcionando no solo recursos, sino también un entorno colaborativo que
estimula la innovación.
¿Por qué el emprendimiento cultural es
una opción para el artista universitario?
El emprendimiento cultural se ha
convertido en una alternativa valiosa para los artistas de hoy por varias
razones, genera autonomía creativa, permitiendo a los universitarios artistas
tener control sobre su trabajo y su proceso creativo, evitando depender de
instituciones o intermediarios. Se genera una diversificación de ingresos,
donde los universitarios artistas pueden explorar múltiples fuentes de
ingresos, como la venta de obras, talleres, y colaboraciones, lo que les ayuda
a estabilizar su situación financiera. Se genera una adaptación a nuevas
realidades, debido al mundo globalizado donde las dinámicas culturales están
cambiando rápidamente, el emprendimiento les permite adaptarse y responder a
las demandas del mercado. Cabe destacar que las redes de colaboración fomentan la
creación de redes entre artistas, lo que puede resultar en proyectos conjuntos
y un apoyo mutuo en un entorno competitivo.
Se debe generar un amplio desarrollo de
habilidades, los universitarios artistas se ven obligados a adquirir
habilidades en gestión, marketing y comunicación, lo que les permite no solo
crear, sino también gestionar y promocionar su trabajo de manera efectiva. La propuesta de lectura de Kuhlke et al., (2015),
aborda la integración de marco curricular debido a la relación con la
integración de conocimientos de humanidades y administración de empresas, y se
ha demostrado que esto ha sido exitoso en dotar a los nuevos administradores
con las habilidades adecuadas para enfrentar los desafíos de la idoneidad
organizacional y cultural.
Sin embargo, lo que
parece faltar todavía en la formación académica existente es la preparación de
los gestores culturales con las habilidades sociales específicas necesarias en
la era digital: las tecnologías digitales y las redes sociales, de hecho, todavía
se mantienen al margen de la mayoría de los currículos académicos cuando, en
cambio, son fundamentales para construir un conjunto integrado de habilidades.
La capacidad profesional para garantizar la eficiencia administrativa, la
excelencia cultural y el impacto social por igual es crucial para el
cumplimiento de las expectativas políticas, y esto no se puede lograr hoy en
día sin un conjunto completo de habilidades digitales y de medios sociales. Por
lo tanto se asume como la cuarta perspectiva del emprendimiento cultural.
¿Cuál es la diferencia entre
emprendimiento cultural y creación artística?
La distinción entre emprendimiento
cultural y creación artística reside en sus enfoques y metas respectivas. La
creación artística se concentra en el proceso creativo y la expresión personal
del artista, mientras que el emprendimiento cultural se dedica a la gestión,
comercialización y sostenibilidad de proyectos culturales.
La creación artística y
el emprendimiento cultural son dos campos con objetivos distintos. La creación
artística busca transmitir emociones, ideas y experiencias a través de obras,
mientras que el emprendimiento cultural tiene como finalidad generar un impacto
económico y social, así como asegurar la viabilidad de proyectos a largo plazo.
En la creación artística, el artista es el protagonista principal, mientras que
en el emprendimiento cultural se requiere un enfoque más colaborativo, donde el
artista desempeña roles adicionales como gestor, administrador y comunicador.
En cuanto a los recursos necesarios, en la creación artística estos pueden
depender de la inspiración y la creatividad, mientras que en el emprendimiento
cultural se requiere identificar y gestionar recursos, obtener financiamiento y
establecer redes de apoyo.
Figura 3
Modelo de aplicación de la gestión cultural
universitaria para el fortalecimiento de la cultura emprendedora en etapas
tempranas
El modelo conceptual de aplicación de la
gestión cultural universitaria para fortalecer la cultura emprendedora en
etapas tempranas se basa en el reconocimiento de las motivaciones personales de
los creadores universitarios. En este sentido, es fundamental identificar las fuentes
de inspiración para el emprendimiento cultural, las cuales se sustentan en el
autoconocimiento y el manejo de las emociones de los artistas universitarios.
Este enfoque permite, además, caracterizar las poblaciones en las que se
desarrolla el espíritu emprendedor y la creatividad, facilitando la creación de
programas específicos para la promoción del emprendimiento cultural,
especialmente enfocados en la micro y pequeña empresa.
Asimismo, la renovación de los modelos
educativos en las universidades (Oyarzún et al., 2020), junto con el uso de
pedagogías activas que fomentan prácticas metodológicas flexibles, tales como
el “action learning” y el enfoque Competency Based, Economies through,
Formation of Entrepreneurs (Salinas, 2014), resulta clave para fortalecer las
características emprendedoras de los estudiantes. Este enfoque educativo
facilita la generación de soluciones que responden a problemáticas o demandas
sociales a través de la creación de productos culturales, promoviendo la
generación de riqueza mediante la financiación cultural-creativa (Cultural
Creative Crowdfunding, CCCF por sus siglas en inglés).
En relación con los procesos de
legitimación de las prácticas y los recursos culturales, estos deben alinearse
con las clasificaciones y tipologías de las industrias culturales y creativas
(UNESCO y The World Bank, 2021). De esta manera, se preserva la cultura popular
al mismo tiempo que se democratiza el acceso a la alta cultura (Williams,
1983), promoviendo una mayor inclusión y diversidad en el ámbito cultural.
Para asegurar trayectorias académicas
exitosas en las universidades iberoamericanas, es fundamental implementar
modelos curriculares flexibles que permitan a los estudiantes explorar diversas
experiencias académicas y, al mismo tiempo, conectar sus intereses particulares
con la profesionalización en sus disciplinas. En este contexto, la orientación
vocacional surge como una herramienta clave para guiar a los estudiantes en la
elección de carrera, facilitando la identificación de convergencias que favorezcan
el desarrollo de la economía creativa y cultural. Concordamos con las posturas
de libertad y autonomía creativa en iberoamérica para los artistas
universitarios, así como para los profesionales en gestión cultural, incluir pedagogías
que favorezcan los procesos de impulso al emprendimientos cultural a través de
las escuelas de negocios y facultades de ciencias económico-administrativas.
El emprendimiento cultural se presenta
como una propuesta política, económica y social que busca fortalecer la memoria
histórica de los países iberoamericanos, esta noción que responde a la
protección de lo intangible, busca incentivar la participación de las políticas
culturales mediante el financiamiento de proyectos para prácticas culturales y
artísticas de los estudiantes universitarios. Además, crear oportunidades de
extensión universitaria mediante procesos de participación del talento humano desde
formatos de remuneración, promoviendo una oferta cultural que fomente la
movilidad internacional y los valores universitarios. En este sentido, se
identifico una baja participación de los centros culturales universitarios y
los espacios de extensión en las redes iberoaméricanas de políticas culturales nacionales e
internacionales, espacio idoneo para la vinculación y obtención de beneficios
culturales para la comunidad universitaria.
Las escuelas de negocios y facultades de
ciencias económico-administrativas iberoamericanas pueden aprovechar los
modelos pedagógicos basados en el arte (ver: Jiménez-León, 2024). Un ejemplo de
ello es la investigación basada en el arte, un método que fomenta la
participación de emprendedores culturales con una sólida formación en ciencias
económico-administrativas. Esto destaca la importancia del conocimiento en
administración, contaduría, economía y mercadotecnia como base para la gestión
cultural y la integración en el mercado global.
El emprendimiento cultural abre nuevas
oportunidades para la gestión de instituciones y organizaciones dentro de las
industrias culturales y creativas, como museos y asociaciones, las cuales
pueden colaborar mediante la filantropía, generando beneficios fiscales y
legitimación social desde una perspectiva ética. Sin embargo, los estudiantes
de disciplinas humanísticas, como las bellas artes, enfrentan desventajas
sociales debido a la subvaloración pública de su conocimiento en comparación
con otras áreas. Por ello, es necesaria una nueva visión pedagógica que fomente
la bidireccionalidad y complementariedad con disciplinas científicas, centrada
en la didáctica de contenidos curriculares desde un enfoque multidisciplinar y
transdisciplinar. Como menciona Díaz-Conty-Colunga (2009), “Un economista no
pretende definir qué es arte”, sino que lo analiza en términos de bien cultural
para entender su comportamiento e importancia social.
Es esencial reconocer que las habilidades
artísticas representan un núcleo especial de la humanidad, ya que a través del
espíritu creador se generan bienes intangibles que fortalecen la memoria
histórica, los valores comunitarios y la expresión estética. Ante esto, surgen
preguntas clave: ¿Cómo se valora la disciplina de las bellas artes? ¿Cuál es su
legitimación disciplinar? ¿Cuáles son los mecanismos de responsabilidad en la
gestión del talento humano vinculado con las comunidades artísticas y culturales
dentro de las universidades?
En la gestión universitaria, es crucial
comprender al público estudiantil, descubrir talentos y atraer nuevas
audiencias, apoyando sus perfiles a través de programas de financiamiento.
Además, se deben valorar las participaciones culturales de los estudiantes,
donde sus creaciones y acciones, tanto tangibles como intangibles, emerjan como
productos de la economía creativa y sean valorados y remunerados adecuadamente,
más allá de los modelos tradicionales de retribución o responsabilidad social
universitaria. Para ello, se proponen plataformas digitales de
microfinanciación como apoyo para los estudiantes.
Asimismo, las comunidades locales,
empresarios y asociaciones culturales independientes con estructuras de gestión
ligeras representan un nicho de oportunidad para las universidades
iberoamericanas. Estas pueden colaborar en la creación de productos educativos,
como diplomados, talleres y congresos que fortalezcan las habilidades en
ciencias económico-administrativas de las comunidades artísticas y culturales.
Este movimiento de emprendimiento
creativo, conocido como emprendimiento cultural, tiene el potencial de crear
múltiples oportunidades para los países iberoamericanos, en alianza con las
universidades. Para lograrlo, se requiere el compromiso del cuerpo docente,
promoviendo perspectivas multidisciplinarias en los valores pedagógicos,
disciplinares y sociales, que impulsen la formación de profesionales
capacitados para el sector cultural y creativo. Las habilidades clave incluyen
creatividad para la solución de problemas, destrezas manuales y tecnológicas,
habilidades motrices delicadas y sensibilidad hacia las manifestaciones
artísticas y culturales.
Finalmente, la investigación educativa
debe priorizar, a través de la investigación-acción, la identificación de casos
de éxito, modelos aplicados y herramientas de medición. También es fundamental
identificar comunidades creativas que promuevan un cambio pedagógico basado en
la interrelación entre arte y ciencia. Promover la movilidad académica y el
intercambio internacional en prácticas pedagógicas aportará beneficios a los
países iberoamericanos, al mismo tiempo que facilitará el debate continuo sobre
el valor público, la capacidad operativa y el desarrollo humano en busca de
mejores condiciones de vida.
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[1] Doctor en
Administración Educativa; Profesor investigador; División Académica de Ciencias
Económico Administrativas; Universidad Juárez Autónoma de Tabasco; México,
Economía creativa, rdojle@gmail.com y https://orcid.org/0000-0003-2635-9479