Economía circular en las
cadenas de producción artesanal:
Una aproximación de caso
Colombia
Circular
Economy in Artisanal Production Chains: An Analysis of the Colombian Case
Luz
Alexandra, Montoya-Restrepo[1], Iván
Alonso, Montoya-Restrepo[2] y Ana, Cordero-Borjas[3]
Resumen
El objetivo de este estudio
fue analizar las oportunidades de la implementación de la economía circular en
el sector artesanal colombiano, en primer lugar, se describen los principales
aportes conceptuales y se reconoce la importancia de esta nueva alternativa en
las economías que apoya los ecosistemas manteniendo un pensamiento innovador,
lo que crea nuevas oportunidades al reducir el impacto ambiental.
Posteriormente se analiza la normatividad colombiana para entender cómo desde
el gobierno se ha venido incentivando en varias industrias la implementación
para luego aplicarlo en el sector artesanal. Como metodología este estudio
propone un enfoque cualitativo de nivel descriptivo fundamentado en la revisión
documental de diversas fuentes respecto a la literatura generada sobre el tema,
principalmente del 2010 al 2024. Destaca la importancia de la implementación de
los principios de economía circular, principalmente a través del uso de
materiales reciclados y la reutilización de residuos provenientes de la
agroindustria y otros sectores. Se concluye al señalar que estas iniciativas
pueden crear con innovación productos de alta calidad, con todo el contenido
cultural y ancestral y con mayor aceptación en los mercados a la vez que se
cuidan las materias primas para el futuro de nuevos artesanos de las
comunidades.
Palabras clave: sostenibilidad, producción limpia, producción
artesanal
Abstract
The objective of this study was to analyze the
opportunities for implementing the circular economy in the Colombian artisan
sector. First, the main conceptual contributions are described, and the
importance of this new alternative is recognized in economies that support
ecosystems while maintaining innovative thinking. This creates new
opportunities by reducing environmental impact. Subsequently, Colombian
regulations are analyzed to understand how the government has been promoting
implementation in various industries, which can then be applied to the artisan
sector. As a methodology, this study proposes a qualitative approach with a
descriptive level, based on a documentary review of various sources related to
the literature on the topic, primarily from 2010 to 2024. It highlights the
importance of implementing circular economy principles, using recycled
materials and the reuse of waste from the agro-industrial and other sectors.
The study concludes by emphasizing that these initiatives can, through
innovation, create high-quality products with rich cultural and ancestral
content and greater market acceptance, while safeguarding raw materials for the
future of new artisans in these communities.
Key words: sustainability, clean production, artisanal
production
Códigos
JEL: Q01, Q50, Q56
Introducción
Desde la década de 1970, se ha comentado la inminente
crisis ambiental en diversos sectores del mundo, por ello, los problemas
medioambientales son uno de los temas de mayor relevancia en espacios
académicos y políticos a nivel internacional. En 1971, en la reunión de Founex
en Ginebra se desarrollaron reflexiones teóricas acerca de la problemática
ambiental y se establece su vínculo con el progreso, esta reunión tuvo lugar
antes de la Conferencia de Estocolmo sobre el Medio Humano de 1972, siendo la
primera conferencia mundial sobre cuestiones medioambientales organizada por
las Naciones Unidas y se acogieron a una serie de principios para la gestión
racional del medio ambiente, entre ellos: la Declaración y el Plan de acción de
Estocolmo para el medio humano. Para ese mismo año, tal como señalan González y
Vargas-Hernández (2017) el Club de Roma advirtió de los límites del crecimiento
económico continuo, inviable en un planeta finito, y aunque este informe se ha
actualizado a lo largo de tres décadas, las tendencias no hicieron sino
confirmarse con el paso del tiempo, demostrando que la situación ecológica es
extremadamente delicada.
Como se puede observar, la preocupación por los recursos
y el medio ambiente no es nueva, y se hace evidente en iniciativas impulsadas,
por ejemplo, “por ambientalistas como Rachel Carson desde los años 60 y por los
gobiernos desde el final de los años 80 con el reporte de Brundtland”
(Prieto-Sandoval et al., 2017, p. 86). Para Balboa y Domínguez (2014) la Cumbre
de Río de 1992 marcó un antes y un después en el estudio de las variables
medioambientales en los sectores económico y empresarial.
A pesar de la importancia de la cuestión medioambiental,
se sigue impulsando un modo de vida basado en la expansión incesante del
mercado (Carrillo y Pomar, 2021) en consonancia con el actual modelo lineal de
producción y consumo que ha incrementado el uso de materias primas a un nivel
preocupante que potencialmente podría llegar a comprometer la capacidad del
planeta (Prieto-Sandoval et al., 2017), lo cual se puede evidenciar en daños a
los ecosistemas, contaminación del medio ambiente y deterioro en la salud
humana. Por ejemplo, Lett (2014) estima que para 2030 habrá un aumento de 3.000
millones de consumidores, lo que se traducirá en un incremento significativo de
la demanda energética; por consiguiente, es fundamental cambiar la lógica del
descarte de desperdicios por la de la reutilización y la valorización. Aunado a
lo anterior, vale la pena reflexionar sobre la afirmación de Arroyo (2018),
quien sostiene que para el año 2050 se prevé que la población mundial supere
los 9.000 millones de personas y que las ciudades alberguen el 66% del total.
Este rápido ritmo de urbanización traerá consigo una complicada red de
dificultades relacionadas con el consumo, la contaminación y la escasez de agua
y energía.
La vida actual tiene ahora un nuevo grado de confort y
bienestar gracias a la convergencia de la expansión económica, el progreso
industrial y las tecnologías modernas, que han aumentado nuestro consumo de
bienes y servicios. Pero esta expansión se produjo a costas del agotamiento de
los recursos naturales, incluido el consumo excesivo de una amplia gama de
minerales, algunos de los cuales son vitales a la luz de los riesgos para su
disponibilidad, que tienen un efecto adverso sobre el medio ambiente. En consecuencia,
cada vez surgen con mayor intensidad nuevos enfoques para abordar el necesario
cambio de paradigma en la economía tradicional a través de un diferentes y
renovados modelos tanto de producción como de consumo sostenibles en respuesta
a este escenario (Porcelli y Martínez, 2018) porque es fundamental reconocer
que el cambio de los consumidores ha sido muy gradual a pesar de los esfuerzos
realizados.
Un ejemplo de lo señalado es el caso de Colombia que para
el año 2022 reciclaba tan sólo el 11% de la basura útil, lo cual estimuló que
empresas del sector privado promuevan nuevas tecnologías sostenibles para
incrementar esta cifra. Por su parte, el gobierno colombiano ha implementado un
conjunto de políticas medioambientales entre las que destaca la
Estrategia Nacional de Economía Circular (ENEC) emanada a través del Ministerio
de Ambiente y Sostenibilidad y busca estimular la innovación y el desarrollo de
valor en los sistemas productivos y el consumo mediante estrategias como la
optimización, el intercambio, la puesta en común, reciclaje, conservación y
mejor uso del agua y la energía.
Según la perspectiva académica, en Colombia, las
industrias de la construcción y la agricultura son las que más se han
beneficiado de la Economía Circular (EC) hasta la fecha. Autores como Villalba
(2023) consideran que la EC es una estrategia de
inclusión social porque promueve un enfoque más sostenible, creativo y
colaborativo de la producción y el consumo, que tiene el potencial de
revolucionar, por ejemplo, el trabajo de los artesanos.
Para
el año 2023, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo de Colombia caracterizó
a 33.291 artesanos encontrando que el oficio
artesanal se ha desarrollado como una actividad más de mujeres: (71,9%), esta
encuesta señaló que 60% de los artesanos son de zona urbana y 38,8% de la zona
rural, de los cuales 16,1% corresponde a resguardos indígenas. Se destaca como
del total de artesanos el 51,4% se encuentra en estado de vulnerabilidad.
En general, las actividades que más se trabajan en el país son la
cestería (fibras duras-canastos), tejeduría (hilos y telas), maderas y
cerámica. Colombia ha fortalecido 29 productos con denominación de origen y
esto lo convierte en el primer país de América Latina con mayor cantidad de
productos con esta característica, 12 de ellos son de artesanías (Tejeduría Zenú,
Cestería en Rollo de Guacamayas, Cerámica Artesanal de Ráquira Colombia,
Tejeduría San Jacinto, Mopa Mopa Barniz de Pasto,
Sombreros de Sandoná, Sombrero Aguadeño, Cerámica Del Carmen de Viboral,
Sombrero Suaza, Chiva de Pitalito y Cerámica Negra de la Chamba) (OMPI, s/f).
La apuesta del país es conservar este conocimiento ancestral y artístico,
que se vive en la cotidianidad de sus ciudadanos. Partiendo de esta breve reflexión, y basados en una
revisión documental, en las siguientes secciones se describirán los principales aportes conceptuales sobre la Economía
Circular (EC) para posteriormente analizar la normatividad colombiana y así
entender como desde el gobierno se ha venido incentivando en varias industrias
la implementación para luego aplicarlo en el sector artesanal.
Metodología
La
presente investigación se desarrolló bajo el enfoque cualitativo que permitió la
recolección de datos y su posterior interpretación sin la necesidad de una
medición numérica (Hernández et al., 2006) lo que posibilitó analizar
las oportunidades de la implementación de la economía circular en el sector
artesanal colombiano presentando comportamientos
concretos al observar y describir de los factores que intervienen en esta
realidad.
Para el
logro del objetivo planteado se realizó una investigación documental que permite
analizar la información escrita (Bernal, 2006) y que posibilita estudiar el fenómeno (Ander-Egg, 2003). Esta investigación se fundamentó en la revisión de
diversas fuentes documentales, por tanto, utilizó las bondades de los tres subtipos de investigación documental que
identifica Pereira (2004):
a) Investigación bibliográfica.
b) Hemerográfica (artículos o ensayos tanto de
revistas como de periódicos).
c) La archivista: consulta documentos que se
encuentran en los archivos como cartas, oficios, circulares y expedientes,
entre otros.
Para
la recolección y análisis de la información se procedió al arqueo y revisión de
fuentes, cotejo e interpretación del material. Es importante señalar que para
el arqueo de fuentes
se utilizó en primer lugar, el programa Publish or Perish con
las frases claves de búsqueda “Economía circular”, “Economía circular en
Colombia” y “Artesanía en Colombia” estableciendo como rango de tiempo de los
años 2010 a 2024 permitiendo la revisión de libros, artículos en revistas
científicas y documentos gubernamentales. Y, en segundo lugar, se consultaron
fuentes gubernamentales y empresariales colombianas vinculadas al sector
artesanal, además de otras fuentes documentales que emergieron en el proceso de
investigación.
Para la interpretación de la documentación se empleó la
técnica de text mining a través del programa en línea denominado Voyant Tools,
el cual permite extraer nubes de palabras (cirrus) y los
enlaces (relaciones de palabras) que contribuyeron en esta etapa de la
investigación.
Marco teórico
Una aproximación a la economía circular
El método de producción tradicional claramente no es
sostenible (Cerdá y Khalilova, 2016), Almeida-Guzmán y Diaz-Guevara (2020) señalan como el
sistema tradicional que transforma los recursos y que no reconoce la
eliminación de residuos contaminantes es uno de los principales problemas,
señalando como tanto los productores como los consumidores son parte del
problema (Priede Bergamini e Hilliard 2019); así, desde finales de los años 80,
“autores como Pearce y Turner (1989) comenzaron a hablar de la necesidad de un
nuevo paradigma basado en una economía circular” (Almeida-Guzmán y
Diaz-Guevara, 2020, p. 37).
El
modelo económico tradicional basado en la linealidad del esquema producir-usar-tirar
(figura 1), se sustenta en grandes cantidades de materiales y energía, que
asume puede adquirir y desechar de manera fácil y barata. Para Balboa y
Domínguez (2014):
La
economía circular por su parte, como filosofía de organización de sistemas
inspirada en los seres vivos, persigue el cambio de una economía lineal cada
vez más difícil de implementar por el agotamiento de los recursos hacia un
modelo circular y regenerativo, tal y como ocurre en la naturaleza y que además
supone una gran oportunidad en el ámbito empresarial (p. 85).
Figura 1
Comparación entre
economía lineal y economía circular
Fuente: Adaptado de Segura
y Jiménez (2021)
La propuesta de sustituir el modelo lineal por la
Economía Circular (EC), plantea importantes retos para las empresas y los
países puesto que este modelo económico, social y medioambiental propone un
modelo cíclico en el proceso productivo desde la extracción, pensando en la
producción y el consumo y posconsumo (Prieto-Sandoval et al., 2017), se
requiere de un sistema económico que proteja el medio ambiente, preserve los
recursos naturales, impulse la eficiencia de los recursos e permita el
bienestar de todos los agentes (Almeida-Guzmán y Diaz-Guevara, 2020). Desde
esta perspectiva, la EC busca reconciliar crecimiento y participación económica
con cautela y justicia ambiental.
Ahora
bien, el concepto de EC está en constante evolución, retroalimentándose de su
aplicación en los sistemas económicos y los procesos de producción,
de manera que, es oportuno hacer una breve revisión de sus antecedentes, conceptos
y principios, entre otros aspectos relevantes.
Dado que el concepto de EC es una construcción basada en
varios elementos que se han ido reconfigurando a lo largo del tiempo, sus
orígenes pueden descubrirse en una variedad de obras académicas y no académicas
más que en una única fuente o persona. Algunos atribuyen sus inicios al primer
presidente de la Real Sociedad de Química en 1848 o a Kenneth Boulding en 1966
(Chafla-Martínez y Lascano-Vaca, 2021).
Este
concepto de sistema circular de Pearce y Turner se basa en la idea de Kenneth
E. Boulding quien en 1966 argumentó que, para lograr la sostenibilidad y
alcanzar la supervivencia del planeta, hay que cambiar el actual modelo de
producción para limitar tanto el consumo de recursos naturales como la
producción de residuos (Carrillo
y Pomar, 2021). Es por ello por lo que estos economistas
propenden por un modelo que sea ecológico basado en la naturaleza que reconozca
que los recursos no son ilimitados (Prieto-Sandoval
et al., 2017)
Chaves y Monzón (2018) consolida como los principales
autores pioneros Stahel y Reday (1981), Pearce y Turner
(1990) y Pauli (2010). En este sentido el libro
sobre Economía de los Recursos Naturales y del Medio
Ambiente de Pearce y Turner (1989) se titula “La economía circular” y en dicho
capítulo los autores se refieren al hecho
de que el término EC se utilizó en la década de 1980 para describir las relaciones
de la economía y el medio ambiente (Chafla-Martínez y Lascano-Vaca, 2021), lo
que sin duda supuso una gran contribución a la comprensión actual de la EC.
Las investigaciones de Pearce y Turner se han centrado en
temas como modelos de explotación de recursos, la distinción de no renovables y
renovables, el cuidado de las especies en vías de extinción y el problema de
los combustibles fósiles (Da Costa, 2022).
Por
su parte se reconoce como La EC se beneficia enormemente de las tecnologías de
la información, porque permiten una colaboración y un intercambio de
conocimientos más eficaces
(Porcelli y Martínez, 2018). Las principales escuelas del
pensamiento que confluyeron en el modelo circular son (cuadro 1):
Cuadro 1
Escuelas de pensamiento de economía circular
Teoría / Escuela |
Representante |
Año |
Características |
Diseño Regenerativo |
John Lyle |
1970 |
Cualquier
sistema puede diseñarse de manera que promueva procesos regenerativos,
emulando los procesos de los ecosistemas, donde no se generan residuos. |
Economía en bucles |
Walter Stahel |
1976 |
Propone
4 objetivos, la vida útil, los productos de larga vida, el
reacondicionamiento de productos y la gestión de recursos para minimizarlos
antes de producirlos. |
Permacultura |
Bill Mollison, David Holmgren |
Finales de los 70 |
Propone desarrollar una estructura de plan
comunitario con la naturaleza para mantener
un vínculo sostenible y práctico entre los humanos y la naturaleza,
minimizando al mismo tiempo la utilización de recursos y salvaguardando los
ecosistemas agrícolas |
Ecología Industrial |
Robert Frosch |
1989 |
Propone el análisis de la gestión de energía y
materiales a través de bucles. |
De la cuna a la cuna |
W. Stahel,
McDonough y Braungart |
1990 |
Propone un diseño de proceso productivo que será
eficiente e incluso tenga impacto positivo analizando la reutilización de
desechos incluso como nutrientes biológicos o tecnológicos. |
Biomimetismo |
Janine Benyus |
1998 |
Utilizó
mecanismos artificiales para sintetizar procesos naturales y resolver así
problemas humanos. Tiene tres principios: la naturaleza como modelo, como
mentor y como norma. |
Capitalismo natural |
Paul Hawken, Amory Lovins
y Hunter Lovins |
1999 |
Desde la producción de servicios como utilizar los
ciclos cerrados para no tener desperdicios ni daños ambientales. |
Economía Azul |
Gunter Pauli |
2010 |
Propone que los desperdicios se puedan volver nuevos
productos y así incluso reducir los costos de producción, creando nuevos
negocios. |
Fuente: elaboración propia a partir de Garabiza et al. (2021) y González y Vargas-Hernández
(2017)
A partir de la importancia que ha adquirido la EC en
ámbitos tanto académico como políticos, económicos y sociales, han surgido
organizaciones como la Fundación Ellen MacArthur la cual desde el año 2010 ha
puesto a la EC como tema de reflexión para las decisiones, Proponiendo este
modelo para que la sociedad pueda ser prospera al mismo tiempo que limita el
uso de materias primas y la energía (Almeida-Guzmán y Diaz-Guevara, 2020). Esta
fundación se centra en el reciclaje y en sistemas regenerativos en donde se
cambie la caducidad por la restauración. Se propone el uso de energías
renovables y la reutilización en todas sus formas.
Conceptualización
Da Costa (2022) señala que el Parlamento Europeo (2021) propone:
La economía circular es un modelo de producción y consumo
que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar
materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un
valor añadido. De esta forma, el ciclo de vida de los productos se extiende.
(p. 3)
De la revisión documental realizada se identificaron
diversas definiciones de EC, por lo que se utilizó la técnica de text
mining a través del programa en
línea denominado Voyant Tools, que como herramienta virtual permite analizar
contenido en textos y realizar análisis de contenido a gran escala; no requiere
la instalación de ningún programa especializado y trabaja en cualquier
dispositivo con conexión a internet. Voyant Tools facilitó la elaboración de la
nube de palabras y el gráfico de relaciones para identificar los
componentes más comunes en las diversas definiciones de EC.
A
través de Voyant Tools con la base documental filtrada mediante el programa
Publish or Perish y utilizando como frase clave de búsqueda “Economía circular”
y el rango de tiempo de los años 2010 a 2024, se seleccionaron los 19 trabajos
mejor ubicados en el ranking del mencionado software en los cuales los autores
definieran EC, a partir de dicha selección se extrajeron las definiciones y se
elaboraron el gráfico de nube de palabras que también se denomina cirrus y los
enlaces o relaciones de palabras. Los autores de los 19 trabajos, organizados
cronológicamente, son: Hermida y Domínguez
(2014), Lett (2014), Cerdá y Khalilova (2016), Prieto-Sandoval et al. (2017), Melgarejo (2019), Chaves y
Monzón (2018), Porcelli y Martínez (2018), Seguí et al. (2018), Arroyo (2018),
Arroyo et al. (2018), Moscoso et al. (2019), Almeida-Guzmán y Diaz-Guevara
(2020), Durán-Romero (2020), Serón (2020), Chafla-Martínez y Lascano-Vaca
(2021), Carrillo y Pomar (2021), Garabiza et al. (2021), Da Costa (2022), y
Nieves y Morales (2022)
En
la figura 2 se muestra la nube de palabras en la que se puede observar que las
palabras más frecuentes en las definiciones de EC son modelo, productos,
materiales, recursos, residuos, reutilización, sostenibilidad, entre otras, que
se pueden apreciar a continuación:
Figura 2
Nube de palabras de la
definición de Economía circular
Fuente: elaboración propia (2024)
Las
relaciones temáticas dentro del corpus se relevaron utilizando Voyant Tools
(Enlaces-Collocates Graph), que es un gráfico de red que muestra la relación
entre un término y aquellos con los que tiene vínculos de proximidad en el
corpus. A continuación, en la figura 3 se muestra la relación de palabras de la
definición de Economía circular:
Figura 3
Relación de palabras de la
definición de Economía circular
Fuente: elaboración propia (2024)
Del
análisis realizado, se puede considerar que la EC es un modelo que busca cambiar el concepto del modelo
lineal de producción y consumo, a través de la integración de las dimensiones
políticas, sociales, ecológicas y económicos en todos los niveles del sistema económico
y el pensamiento circular como una transformación sistemática (Nieves y
Morales, 2022). Este modelo se basa, entre otros aspectos, en gestionar los
recursos a través de la reducción, recuperación y
conversión de los residuos en nuevos recursos para disminuir la demanda de
materia prima conservando los recursos en la economía el mayor tiempo posible para minimizar el impacto ambiental del desarrollo. Como
modelo restaurativo o regenerativo, en la EC el residuo tiene un papel
dominante ya que se plantea como objetivo la reutilización inteligente del
desperdicio (Lett, 2014) reutilizando y
reciclando materiales para el desarrollo de nuevos productos, coadyuvando a
alcanzar el desarrollo sostenible.
De acuerdo con la Fundación Ellen MacArthur (s.f), la EC
se basa en tres principios, todos impulsados por el diseño:
·
Eliminar los
residuos y la contaminación: aunque en determinadas situaciones pueda parecer
que los residuos son inevitables, en realidad son el resultado de decisiones de
diseño. Los residuos pueden considerarse un defecto de diseño si se adopta un
enfoque de diseño circular. Cualquier diseño conforme a la EC debe garantizar
que los recursos regresen a la economía tras su uso. De este modo, el sistema
lineal extracción-producción-residuos se convierte en circular.
·
Circular los
productos y materiales (en su valor más alto): los productos y materiales
pueden mantenerse en circulación de diversas formas, pero resulta útil
considerar dos ciclos básicos: el ciclo biológico y el ciclo técnico. Los
productos pasan por el reciclaje, la refabricación, la reparación y la
reutilización dentro del ciclo tecnológico. La digestión anaeróbica y el
compostaje son dos procesos del ciclo biológico que devuelven los materiales
biodegradables al suelo. Los productos deben desarrollarse pensando en su
futura circulación para que transiten con éxito en el ciclo biológico o
técnico.
·
Regenerar la
naturaleza: en lugar de dañar constantemente la naturaleza, se construye
capital natural. Se aplican planteamientos agrícolas que permiten a la
naturaleza reponer los suelos, lo que mejora la biodiversidad y restaura los
materiales biológicos de la tierra. En este momento, la tierra utilizada para
cultivarlas se queda sin nutrientes y la mayoría de estos recursos se pierden
tras su uso.
Si
bien, la idea de la circularidad no es nueva, el creciente interés en su
aplicación a nivel gubernamental, industrial y social es lo que le confiere su
singularidad. Pero hasta ahora, la mayor parte de la literatura se ha centrado
en discutir las implementaciones de la EC en lugar de explorar cómo se
relaciona directamente con el objetivo último del paradigma, la sostenibilidad.
A finales de la década de 1980, en el llamado Informe Bruntland creado por la
Comisión Mundial de Medio Ambiente aprobada por la ONU, propuso como definición
de desarrollo sostenible el satisfacer las necesidades de
las generaciones actuales sin sacrificar a las generaciones futuras. (Prieto-Sandoval et al., 2017). En la siguiente década, se
reconocía generalmente que alcanzar la sostenibilidad requería combinar las
facetas económica, social y medioambiental, pero, de acuerdo con Prieto-Sandoval et al. (2017) Mebratu
demostró que la sostenibilidad es algo más que una combinación de estos tres
elementos y que la sostenibilidad medioambiental, social y económica dependen
unas de otras. Recientemente ha surgido una idea novedosa que afirma que, las
iniciativas de sostenibilidad tienen consecuencias a corto, medio y largo
plazo, por tanto, el desarrollo sostenible tiene una cuarta dimensión: el
tiempo.
Para
Prieto-Sandoval et al. (2017) la EC
es un modelo de cuidado del medio ambiente, la economía y la sociedad, y por
ello se requiere que la misma sea una herramienta que proponga cambios al
cerrar los ciclos de materias y energía para maximizar su utilización sin
limitar la expansión económica y cuidando los recursos actuales.
Actualmente, se pueden identificar experiencias
exitosas de la aplicación de la EC (cuadro 2), en empresas u organizaciones de
diversos países que han implantado el modelo en sus procesos, innovando y
desarrollando formas de reducir, reciclar y reutilizar, a continuación, algunos
ejemplos:
Cuadro 2
Aplicación
exitosa de economía circular
País |
Empresa u organización |
Aplicación |
Holanda |
Philips |
En ocasiones, la empresa reutiliza retirando por sí
misma los equipos de iluminación para reutilizarlo. |
Estados Unidos |
Apple |
En todas las Apple Store se aceptan artículos
antiguos sin coste alguno. Los clientes de varios países pueden devolver sus
aparatos antiguos a cambio de un crédito para un modelo nuevo a través del
programa Apple Renew. |
Estados Unidos |
Caterpillar
Inc. |
En su industria de refabricación se utilizan
anualmente más de 80.000 toneladas de material al final de su vida útil para
reconstruir nuevos productos. |
Francia |
Renault |
Está especializada en la refabricación de motores,
transmisiones, bombas de inyección y otras piezas para el mercado secundario
en sus instalaciones cercanas a París. |
Nueva Zelanda |
Lanzatech |
Esta empresa neozelandesa utiliza microorganismos
para transformar el monóxido de carbono (CO) en precursores de plástico y
etanol. |
Finlandia |
Aquazone |
Ha creado una técnica para convertir las aguas
residuales en abono. El agua puede reciclarse en agua potable o utilizarse
para el riego. |
Alemania |
Adidas |
Presentó su primera colección de zapatos fabricados
con Parley Ocean PlasticTM en 2016. Se adquirió reciclando
residuos plásticos que se descubrieron en los océanos y mares. |
Australia |
Recompute |
Vende ordenadores fabricados con cartón reciclado y
componentes ecológicos. |
Estados Unidos |
Newlight
Technologies |
Ha creado un método para capturar el carbono de las
emisiones de efecto invernadero y desarrolla un nuevo material bioplástico
conocido como A irCarbonTM. |
Estados Unidos |
Lehigh Technologies |
Utilizando modelos de recuperación de recursos
(neumáticos), los convierte en polvo de caucho que se utiliza para fabricar
neumáticos nuevos. |
Francia |
Schneider Electric |
gestión de la energía y la automatización, prolonga
la vida útil de los productos, incorpora la logística inversa a su cadena de
suministro y utiliza materiales reciclables y reciclados en sus productos. |
Reino Unido |
Winnow |
Mediante el uso de un software que supervisa los
residuos y genera datos que permiten realizar los ajustes adecuados, reduciendo
el desperdicio de alimentos en las cocinas industriales. |
México |
Grupo Bimbo |
Utiliza tres etapas en su cadena de valor: reducción
de residuos en sus fábricas, programas de reciclaje postconsumo, aplicación
del ecodiseño en sus envases y prácticas de economía circular con los
proveedores (devolución y reciclaje de envases). |
México |
Heineken |
Es la primera empresa de México en ser incluida en
el programa Circular Economy 100 de la Fundación Ellen MacArthur en 2016.
Producción local de cebada y fuentes de energía renovables. |
México |
Jumex |
Utiliza
tarimas reutilizadas en colaboración con un proveedor de distribución
sostenible. |
México |
Tajín |
Introdujo
envases compuestos íntegramente de plástico reciclado. |
Fuente:
elaboración propia a partir de Marcet
et al. (2018), Jiménez et al. (2020) y Córdova et al. (2021)
Luego
de conceptualizar la EC e identificar algunas de las prácticas exitosas de este
modelo en diferentes sectores es oportuno, a efectos de la presente
investigación, analizar la incorporación de la circularidad en la cadena de
producción artesanal colombiana.
Hallazgos: Circularidad como
una ruta viable para la artesanía en Colombia
De acuerdo con Gil (2022), Colombia solo reciclaba en
el 2022 el 11% de la basura útil, ello es motivo de que las empresas del sector
privado estén impulsando nuevas tecnologías sostenibles para mejorar esta
cifra. Aunque ha sido una política gubernamental el establecimiento de modelos
de economía circular, a través de marcos legales aún es incipiente algunos de
estos desarrollos. La propuesta es la utilización
de energías limpias y renovables, y la posibilidad de prolongar el ciclo de
vida de lo que se desecha al considerarse como residuo no útil (Rozo, 2019). A
continuación, se presentan algunas de las políticas más importantes que sobre
EC ha establecido el gobierno colombiano (Rozo, 2019):
·
1997: Política para la gestión integral de residuos
·
2003:
Decreto 389 Política de parques industriales ecoeficientes
·
2008:
Lineamientos y estrategias para fortalecer el servicio público en el marco de
la gestión integral de residuos sólidos
·
2010:
Política Nacional de Producción y Consumo Sostenible.
·
2016:
Política Nacional para la Gestión Integral de Residuos Sólidos (CONPES 3874,
2016-21-11)
·
2018:
Expedición de la Resolución 1407 de 26 de julio
·
2018:
Proyecto de ley 175 radicado en la cámara de representantes de 22-agosto 2019:
Lanzamiento oficial de la Estrategia Nacional de Economía Circular (14 de
Julio)
La
Estrategia Nacional de Economía Circular (ENEC) emanada a través del Ministerio
de Ambiente y Sostenibilidad se trata de una estrategia de política nacional
pionera en América Latina que tiene como objetivo estimular la innovación y el
desarrollo de valor en los sistemas productivos y el consumo mediante
estrategias como la optimización, el intercambio, la puesta en común,
reciclaje, conservación y mejor uso del agua y la energía. Al mismo tiempo, propone
aumentar la tasa de reciclaje y
aprovechamiento de residuos, que para 2019 se situaba en 8,7% (Rozo, 2019). Es
importante señalar, que este enfoque fue diseñado para
abordar hasta el 30% de los residuos municipales del país (Jiménez et al., 2020)
El plan de la ENEC señala algunas medidas de gestión y
políticas públicas para impulsar, las cuales se centran en seis líneas de
acción: “1) el flujo de materiales industriales y productos de consumo masivo,
2) el flujo de materiales de empaque, 3) los flujos de biomasa, 4) las fuentes
y flujos de energía, 5) los flujos de agua y 6) el flujo de materiales de
construcción” (Carvajalino-Umaña et al., 2022). Cada
acción tiene objetivos a corto y largo plazo. Animan a los participantes a
convertir sus modelos tradicionales en modelos circulares y proponen
herramientas para promover los habilitadores de la economía circular (Jiménez et al., 2020). El
trabajo parte de diferentes Ministerios como el de desarrollo, el de turismo y de
Ambiente y Desarrollo Sostenible buscando las mejores opciones para su
implementación (Jiménez et al., 2020).
Según la perspectiva académica, las industrias de la
construcción y la agricultura son las que más se han beneficiado de la EC hasta
la fecha. Las investigaciones recientes se centran en: “1) la valorización de biomasa
de banano, papa, maíz, bagazo de fique y café; 2) recirculación de plásticos y
baterías de zinc-carbono; y 3) el análisis del ciclo de vida para su rediseño
circular, incorporando tecnologías como la digestión anaeróbica y energías
renovables como el biogás” (Carvajalino-Umaña et al., 2022). A partir de los estudios para el procesamisnto de
residuos, se han promovido importantes iniciativas en la agricultura y la
construcción. Por ejemplo, los residuos agrícolas como plátanos, papa, huevos,
maíz, bagazo y café son prioritarios en la búsqueda de la recuperación de
nutrientes para los procesos de fertilización y la producción de biomateriales
(Carvajalino-Umaña et al., 2022).
En el año 2005 el Ministerio del Ambiente emitió la
Política Ambiental para la Gestión Integral de Residuos o Residuos Peligrosos, para
protección del medio ambiente En este sentido, Rozo (2019) demuestra la
importancia de la norma ya que sostiene que para el año 2022, se proyectaba el
incremento de residuos peligrosos y especiales sujetos a “gestión posconsumo de
218.427 a 565.995 toneladas efectivamente utilizadas”. (Rozo, 2019).
Para
Carvajalino-Umaña et al. (2022), de acuerdo con los flujos de productos de
desecho y residuos sólidos, considera como se puede aprovechar más de la mitad de
los residuos con alto potencial de recirculación. La basura mixta y comercial,
incluidos los residuos animales y vegetales, son los más comunes. Las tácticas
del gobierno de Colombia incluyen el ENEC como una hoja de ruta, marcos legales
para la EC, Políticas públicas transversales sobre sostenibilidad,
biodiversidad y recursos naturales, trazabilidad de los flujos de residuos e
inversiones en EC, y mejora de los esfuerzos de los recicladores. La EC ofrece
oportunidades para aumentar y mejorar la demanda de energía renovable, crear
nuevos mercados sostenibles y puestos de trabajo, y mejorar la competitividad
en las empresas. Entre los retos para lograrlo se analiza la cantidad de inversión
en I+D requerida, la productividad de los recursos, relaciones de colaboración
de regiones el interés de los productores y consumidores, y los costes de
productos sostenibles o innovaciones para las PYMES (Carvajalino-Umaña et al.,
2022).
El Banco Mundial (2019) en su informe “What a waste
2.0” (Los desechos 2.0) destaca los siguientes datos para América Latina y el
Caribe en términos de generación, recolección y tratamiento de residuos:
a) Generación de residuos: en
la región, cada persona genera aproximadamente 1 kilo de desechos cada día, lo
que equivale en total a 231 millones de toneladas por año, donde más del 50%
corresponde a alimentos. Los materiales reciclables secos son aproximadamente
un tercio de toda la basura. De los residuos no clasificados por los entes
oficiales, se estima que 15% de los mismos son orgánicos cuyo origen está en
comunidades rurales y de bajos ingresos que generan residuos verdes y desechos
húmedos.
b) Recolección de residuos: América
Latina y el Caribe presenta tasas altas de cobertura de recolección de residuos
si se compara con las estadísticas mundiales. Aproximadamente el 85% de los
residuos se recoge en las zonas metropolitanas, este es un gran reto en general
en zonas rurales en países como Uruguay y Colombia solo llega al 30%, En las
grandes ciudades como São Paulo, se estima que hay 4.000 recicladores activos (cartoneros, pichacheros, pepenadores o buzos) que recogen artículos reciclables, con un aumento
potencial a 20.000. Un tipo de ejército verde, porque al ordenar, a menudo
trabajan para el planeta sin darse cuenta.
c) Tratamiento de residuos: más
de dos tercios de los desechos en América Latina y el Caribe se desechan en
rellenos sanitarios, algunos de los cuales son vertederos bien gestionados. Los
vertederos abiertos representan aproximadamente el 27% de la eliminación y
tratamiento de residuos. La buena noticia es que los esfuerzos de reciclaje y
compostaje están ganando terreno en varias comunidades de toda la región. Por
ejemplo, Montevideo, Bogotá y Medellín reciclan más del 15% de sus desechos,
mientras que Ciudad de México y Rosario (Argentina) compostan más del 10% de
sus desechos. Además, la recogida de gases de vertederos se ha convertido en el
principal método para recuperar energía de los desechos en la región.
La
EC está explorando y facilitando la consolidación de un tejido empresarial que
se apoye en energías renovables, análisis de insumos y su reutilización,
buscando una economía que utiliza recursos mínimos y genera basura que se
incorpora al medio ambiente, y este método de hacer las cosas también debe
abrazar ritmos más lentos, más cercanos a los ciclos naturales, de naturaleza
estacional, en consonancia con el potencial de regeneración y la diversidad de
los ecosistemas, lo que requiere un fuerte componente local y altos niveles de
cooperación (Infodef, 2017).
Como se ha mencionado, el gobierno de Colombia ha
estado trabajando en la ENEC desde 2019 y se esfuerza por promover ciudades
sostenibles y fomentar el desarrollo de nuevos modelos económicos. Muchas
empresas pueden aplicar la EC reduciendo el consumo total de agua y energía en
todos los procesos industriales. Para ello, los recursos naturales deben
utilizarse de manera eficiente a fin de no tener pérdidas o residuos durante
las etapas de producción, empaquetado y distribución (Alquería).
En
el marco de la aplicación de los Programas Regionales de Negocios Verdes, entre
2014 y 2016 se han detectado 796 empresas verdes, las cuales han creado 4.332
empleos directos, además de generar cerca de 81.127 millones de pesos en ventas
(Rozo, 2019).
Por
su parte, el programa "Visión 30/30", patrocinado por la Asociación
Nacional de Empresarios Colombianos (ANDI), ha llevado la economía circular a
la vanguardia en Colombia, guiando a más de 350 empresas de 27 sectores a un
hito significativo en 2022 mediante la gestión de sus envases y embalajes a
través de esfuerzos de reciclaje, reutilización y reducción (Maldonado 2023). De
acuerdo con Mónica Villegas, responsable de "Visión 30/30" en ANDI, buscando
proyectos estratégicos y de inclusión social con recicladores a la vez que se
consolidan sistemas de información. (Maldonado, 2023).
De
las diversas experiencias exitosas en una ruta que va de la linealidad a la
circularidad, a continuación, se presentan algunos ejemplos:
·
Grupo Retorna: proyecto
específico de posconsumo de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI) en el
que, realizan recolección selectiva de electrodomésticos para su buena
disposición y reutilización.
·
BATx:
reutiliza las baterías desechadas de los vehículos eléctricos en dispositivos
de almacenamiento de energía. Este método no sólo minimiza la necesidad de
extraer nuevos recursos, sino que también contribuye al cambio hacia las
fuentes de energía renovables.
·
Lafayette:
Esta empresa textil produce telas hechas de hilos reciclados a partir de
botellas PET de 600 mililitros. Este método redujo el consumo de energía en un
70% en sus operaciones (Gil, 2022).
·
Daniel
Velásquez y Juan Camilo Velásquez: Desde sus empresas textiles como
emprendedores utilizan plástico reciclado para la creación de las prendas de
vestir, disminuyendo el impacto de estos residuos en el mar.
(https://gente.com.co/Historia-de-bohioplaya-ropa-de-playa-hecha-con-plastico)
·
Toynovo: su estrategia
comercial circular amplía la vida útil de los juguetes y, al mismo tiempo,
proporciona una alternativa sostenible al consumo y a los residuos
tradicionales. Su negocio de alquiler promueve la reutilización al tiempo que
reduce la acumulación de residuos.
·
Biostocks:
A partir de 2016, optaron por utilizar residuos agrícolas, como tallos de
hortensias, para crear soluciones de almacenamiento ecológicas. Sí, 6.000
toneladas de basura se convirtieron en materiales reciclables que se utilizan
para hacer paletas en lugar de madera. Además, la empresa comenzó a utilizar
desechos recuperados de ríos y océanos para elaborarlas, así como el reciclaje de plástico.
·
Fiqueña®: AGROSAVIA y la
Universidad Jorge Tadeo Lozano desarrollaron una tecnología fácil de usar para
separar el jugo y el bagazo modular del fique. Incorpora una estrategia
comercial innovadora e importante para el desarrollo sostenible de la región de
Guajira, que cuenta actualmente con más de 2.100 hectáreas en cultivo en los
municipios de Fonseca, Dibulla, Riohacha y, principalmente, San Juan del Cesar.
Con y en su nuevo modelo de centros de procesamiento, el jugo y bagazo (96% de
la hoja) se puede utilizar para fines agroindustriales para producir:
biofáticos, biofertilizantes, compost, alimentación equilibrada, relleno y
relleno de vehículos, cuero vegano, telas jena, y muchos otros productos que ya
están en desarrollo en algunas partes del país.
·
D' Guadua "producción y consumo
responsable": hacen contenedores biodegradables a partir de las hojas que
caen naturalmente del árbol de la guadua, que son recogidos por los campesinos
y procesados utilizando procedimientos no contaminantes.
·
Jorge Humberto Borrero:
creó y patentó un método innovador para extraer fibra de celulosa de alta
resistencia de residuos de la caña de azúcar. Esta importante iniciativa
colombiana tiene como única intención proteger el medio ambiente al reducir la
desmedida tala de árboles para la fabricación de papel a partir de hojas de
caña de azúcar
·
Veolia:
fomenta la gestión sostenible de los recursos hídricos a fin de reusar el agua,
utilizar cenizas de azucareros, usar biogás para generar energía térmica y
generar energía mediante combustibles alternativos como el uso de residuos de
alto poder calorífico, entre otras cosas.
·
Maglo Trading SAS: fabrica
bolsas reutilizables.
·
Green Andina Colombia:
produce cosméticos a partir de materiales naturales.
·
Atrezzos SAS: produce
accesorios ideales para acompañar las comidas y recicla sus envases. Fabrica sus accesorios artesanalmente e
incorpora prácticas sostenibles al reutilizar los envases de vidrio que sus
consumidores, conscientes del medio ambiente, devuelven.
·
Edén Joyas: utiliza plata
reciclada para fabricar joyas combinando las habilidades artesanales
colombianas con el reciclaje para producir joyas de alta calidad.
Las ventajas competitivas que estas empresas
exportadoras colombianas han descubierto como resultado de producir bienes a
partir de materiales reciclados son numerosas, pero también pueden ser
aplicadas por otras empresas comprometidas con el reciclaje y la sostenibilidad
en general (Procolombia, 2024).
Lo ya expuesto, muestra que la EC como una alternativa
sostenible de crecimiento en Colombia representa para las empresas verdes una solución al problema ambiental y económico, debido a su
enfoque de la reutilización de materiales, aprovechando los recursos a lo largo
del ciclo de fabricación, lo cual genera impactos positivos en el país, como
por ejemplo, progreso económico, mejorar en la posición dentro del mercado y,
lo más importante, la aplicación de ecoprácticas sostenibles que cooperan con
el medio ambiente (Rozo, 2019).
Para
Villalba (2023), desde un punto de vista sostenible, las cosas que se estiman
tienen poco valor económico pueden convertirse en obras de arte que no sólo
mejoran la vida cotidiana, sino que también combaten las consecuencias
psicológicas negativas de la crisis. En este punto de la reflexión sobre la EC
y reconociendo los esfuerzos realizados desde los sectores gubernamentales y
empresariales, los cuales se evidencian en experiencias exitosas, cabe
mencionar que la EC es una estrategia de inclusión social porque promueve un
enfoque más sostenible, creativo y colaborativo de la producción y el consumo,
que tiene el potencial de revolucionar el trabajo de las artesanas (Villalba,
2023).
Infodef
(2017) indica que la Unesco (1997) resalta rasgos diferenciadores de la
artesanía que van desde lo utilitario hasta lo simbólico, al igual que pueden
ser ornamentales, tradicionales, funcionales, estéticos o religiosos; los
artículos artesanales se generan en cantidades ilimitadas y con materias primas
procedentes de recursos sostenibles.
Sendra et al. (2020) analizaron el futuro de la
artesanía en el marco del proyecto Craft your future (Europa); allí los
autores detectaron que el uso sostenible de los bienes culturales es
fundamental para mantener el atractivo turístico y la identidad de los países. Desde
esta perspectiva, la EC tiene un enorme impacto en el sector de la artesanía,
ya que fomenta la selección intencionada de materiales con el menor impacto
medioambiental, promoviendo así la eficiencia de los recursos, a lo cual se
debe añadir que los artesanos fabrican bienes duraderos y fáciles de reparar,
alargando su vida útil (Villalba, 2023).
En
el caso de la artesanía colombiana, son
diversas las posibilidades que brindan las fibras vegetales para el diseño de
productos que como estrategia de ecodiseño permite entregarles a los
consumidores productos de bajo impacto ambiental (Alzate, 2022). Las fibras
vegetales se obtienen de todas las partes de las plantas:
tallos, hojas, raíces, cortezas, frutos, o incluso también se utiliza toda la
planta como fibra (Linares et al., 2008). Linares et al. (2008) resumen la
clasificación de las fibras de acuerdo con el libro “Fibras vegetales empleadas
en artesanías en Colombia”: fibras textiles, fibras para elaborar cepillos y
escobas, fibras para tejidos trenzados y fibras para elaborar papel. Es de
destacar que la fibra del fique, en particular, tiene utilidad tanto como fibra
textil como para elaborar papel. El artesanado colombiano cuenta con más de 100
especies productoras de fibra de las cuales, seis son endémicas: palma
estera, quitasol, táparo, cestillo, azufre, esparto (Linares et al., 2008), ello
ofrece la posibilidad de diseñar diversos objetos tanto utilitarios como
decorativos.
El
fique resurge dentro de la agroindustria como una alternativa para el diseño de
envases, especialmente frente a la batalla ambientalista contra el polietileno;
pero es de señalar que, esta planta no sólo genera materia prima para los
envases sino también para artículos de cuidado personal como champú y jabón,
entre otrosal tener un manejo tecnificado, se logran los beneficios económicos,
sustituyendo los empaques de polietileno,y permitiendo que el fique tome el
liderazgo en los mercados nacionales e internacionales (Ortiz, 2016). En las
fases iniciales de la producción se obtienen: fibra de fique (cabuya), residuos
sólidos, bagazo y jugo. La fibra se puede convertir en diversos bienes
agroindustriales (figura 4), como artesanías, hilos, textiles, empaques y biomantos (Montoya, 2010).
Del fique se
extrae la cabuya que es una fibra biodegradable que se utiliza en la producción
de empaques, bellas artesanías y utensilios para el hogar; se cultiva en
Santander, Boyacá, Antioquia, y el Eje Cafetero, entre otros departamentos,
aunque con muchos altibajos para los cultivadores, es frecuentemente utilizada
como cercas en las fincas (Ortiz, 2016). Por tanto, la fibra del fique se
presenta como una oportunidad de empleo para los artesanos, considerando que de
la misma pueden fabricar artículos de rápida elaboración como lazos, cintas y
pequeñas artesanías.
Colombia
es el mayor productor mundial de esta valiosa fibra, que ha sido utilizada como
empaque natural desde los primeros pobladores y se ha convertido en un eje
cultural y comercial. El fique ha acompañado a los campesinos en la confección
de sus prendas de vestir, utensilios de trabajo y domésticos, e incluso se ha
utilizado en la fabricación de licor y detergente artesanal, además de
convertirse en la fibra de origen natural preferida para empaques (Montoya,
2010). La artesanía elaborada de la fibra larga del fique incluye zapatos
(alpargatas), sombreros, mochilas, paraguas, cinturones, alfombras y cestas,
entre otros (Montoya, 2010).
Figura 4
Subproductos del fique
Fuente: Adaptado de Montoya (2010)
Para el Instituto para el Fomento del Desarrollo y la
Formación de España (Infodef, 2017) vincular la creación de productos
artesanales a los planteamientos creativos que aporta el ecodiseño supone
convertir esta forma de hacer las cosas (que puede estar definida por prácticas
más o menos sostenibles) en un paradigma de producción-distribución-consumo en
circuito cerrado. El ecodiseño puede utilizarse en la fabricación de productos
artesanales para cambiar los métodos de obtención de recursos de la biosfera y
crear un bien o servicio duradero, reutilizable o reciclable. Supone combinar
tradición e innovación para crear un planeta más sostenible.
El ecodiseño puede ser un agente de cambio,
transformando los procesos de creación de artículos artesanales y sirviendo de
estandarte para modelos de emprendimiento que promuevan una economía circular y
sostenible. Los productos artesanos sostenibles elaborados según el modelo de
economía circular (tras incorporar una estrategia y metodología de ecodiseño en
todo el proceso) tienen un doble valor añadido: además de la innovación
ecológica que suponen (mayor durabilidad, reducción de costes y residuos y, en definitiva,
del impacto ambiental), tienen un valor añadido por el trabajo personal que
confieren en términos de individualidad y calidad frente a los productos
industriales (figura 5).
Figura 5
Relación entre artesanía,
ecodiseño y Economía Circular
Fuente: Adaptado de Infodef (2017)
El mercado demanda cada vez más productos fabricados
de forma respetuosa con el medio ambiente, y los materiales reutilizables han
ido ganando popularidad con el paso del tiempo. Es por ello por lo que
presentar un producto artesano y sostenible que responda a los principios de la
EC puede generar un nuevo nicho especializado de mercado (figura 6). Además,
las empresas con prácticas sostenibles pueden obtener certificados que las
identifiquen como empresas respetuosas con el medio ambiente, lo que les
permite competir más eficazmente en el comercio internacional y promocionar sus
productos en mercados que tengan en cuenta estos certificados en el momento de
la compra y la distribución (Procolombia, 2024).
Figura 6
Producto artesano y sostenible
Fuente: Adaptado de Infodef (2017)
Reflexión
final
Como conclusión se puede decir que la economía circular representa una
alternativa para enfrentar los desafíos de sostenibilidad en el sector
artesanal. A diferencia del modelo lineal tradicional, centrado en una extracción
de recursos, procesos de producción y generación de residuos, la economía
circular propone un sistema más eficiente que maximiza el aprovechamiento de
los materiales y minimiza los residuos. En el ámbito artesanal, donde la
producción a menudo se basa en el uso intensivo de recursos naturales y
procesos manuales, la adopción de estos principios puede ser una decisión de
innovación que permite mejores productos, nuevos mercados y menor o mejor
utilización de los recursos naturales. Al innovar en los productos y procesos
los artesanos pueden tener productos que combinen valor estético con
responsabilidad ambiental, un aspecto cada vez más valorado por los
consumidores.
La propuesta de un sistema circular proporciona a los artesanos nuevas
oportunidades en regiones donde los recursos naturales son limitados o
costosos, además es posible reducir los costos productivos y generar nuevos
diseños con la recuperación de materiales, lo cual puede convertirse como un
sello de exclusividad y autenticidad desde lo cultural y simbólico.
Estos procesos, además, podrían fortalecer las economías locales y el
desarrollo de la autosuficiencia en las comunidades, se busca diversificar
mercados, entender a los consumidores que cada vez son más conscientes del
impacto ambiental.
Este enfoque circular no solo contribuye a la sostenibilidad ambiental y
económica del sector artesanal, sino que también ayuda a preservar y
revitalizar tradiciones culturales, se busca mantener vivas las tradiciones y
hacerlo sostenible en el largo plazo. Al aprovechar materiales reciclados o de
origen local, los artesanos pueden reducir costos y diferenciarse por ofrecer
productos únicos con bajo impacto ambiental.
Para el caso colombiano se encuentra que la implementación de la
economía circular en el sector artesanal colombiano representa una gran
oportunidad para fortalecer la sostenibilidad y competitividad de esta
industria, que es clave para las comunidades rurales e indígenas. En Colombia,
los artesanos, que a menudo utilizan recursos locales como fibras naturales,
arcillas y maderas, pueden integrar principios circulares mediante la
reutilización de materiales, la reducción de desechos y la optimización del uso
de recursos renovables, lo que generar un valor añadido a los productos
artesanales, dándoles un atractivo único en el mercado nacional e
internacional.
Los estudios futuros deberán centrarse en la incorporación de los
materiales subproductos de esta u otras industrias y su adaptabilidad para la
solución de las necesidades y deseos de los futuros clientes, lo que puede está
apoyado de nuevas tecnologías, modelos de negocio circular, producción bajo
demanda, redes de apoyo entre los productores y el desarrollo de un marketing
consciente, para valorar no solo el valor estético sino también ético. En
cuanto sea posible mostrar más casos de éxito será posible extender esta forma
de pensamiento no sólo en este sector sino en sectores de apoyo de este como el
turismo, la alimentación o de servicios. Debe reconocerse las importantes
limitaciones para la implementación como lo son la falta de acceso a tecnología
adecuada, capital para inversión en materiales sostenibles, acceso a mercados y
apoyo técnico.
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[1] Doctora en Ciencias Económicas; Profesora titular de la
Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia; Colombia, líneas de
investigación: Marketing, gestión organizacional, correo: lamontoyar@unal.edu.co y ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4896-1615
[2] Doctor en Ciencias Económicas; Profesor titular de la
Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia; Colombia, líneas de
investigación: Estrategia, prospectiva, agroindustria, correo: iamontoyar@unal.edu.co y ORCID: https://orcid.org/0000-0003-0959-3466
[3] Doctora en Ciencias Sociales; Investigadora activa de la
Universidad de Carabobo; Venezuela, línea de investigación: Gestión
organizacional, correo: acordero2@uc.edu.ve y ORCID: https://orcid.org/0000-0002-3024-6568