University
Entrepreneurship for the Generation of Economic and Social Progress: A Case
Study of the City of Barranquilla
Hernán,
López-Arellano[1],
Francisco Javier, Arias-Vargas[2]
El
propósito de este artículo es analizar las estrategias pedagógicas
implementadas por las Escuelas de Negocios ubicadas en la ciudad de
Barranquilla (Colombia) para promover el emprendimiento universitario en sus
estudiantes y, de esta manera, contribuir al crecimiento económico y desarrollo
social de la región caribe colombiana. El estudio explora las metodologías
empleadas por tres universidades de Barranquilla para transferir competencias
emprendedoras a sus estudiantes, con el propósito de impulsar el desarrollo de
modelos de negocio nuevos e innovadores en la costa norte colombiana. Los
hallazgos muestran que los estudiantes adquieren habilidades emprendedoras a
través de una combinación de cursos obligatorios y electivos diseñados para
promover la generación de emprendimientos con impacto social y económico en una
de las regiones más dinámicas del país. Se optó por un diseño metodológico
cualitativo, empleando el estudio de caso como estrategia principal en
combinación con entrevistas semiestructuradas y análisis de contenido de
documentos relevantes para la investigación. A partir de la información recopilada,
se identificaron cuatro categorías principales: competencias para el
pensamiento estratégico, competencias comunicativas, competencias en
emprendimiento y ecosistema empresarial. Los resultados revelan que las
universidades emplean diferentes enfoques teóricos y métodos similares para
desarrollar y transferir las competencias emprendedoras en sus estudiantes,
para promover el emprendimiento universitario.
Palabras clave: Emprendimiento universitario, competencias
de emprendimiento, transferencia de conocimiento, Barranquilla.
Abstract
The purpose of this article is to analyze the
pedagogical strategies implemented by the Business Schools located in the city
of Barranquilla (Colombia) to promote university entrepreneurship in their
students and, in this way, contribute to the economic growth and social
development of the Colombian Caribbean region. The study explores the
methodologies employed by three universities in Barranquilla to transfer
entrepreneurial competencies to their students, with the purpose of fostering
the development of new and innovative business models in the northern coast of
Colombia. The findings show that students acquire entrepreneurial skills
through a combination of compulsory and elective courses designed to promote
the generation of ventures with social and economic impact in one of the most
dynamic regions of the country. A qualitative methodological design was chosen,
using the case study as the main strategy in combination with semi-structured
interviews and content analysis of documents relevant to the research. From the
information gathered, four main categories were identified: strategic thinking
competencies, communication competencies, entrepreneurship competencies and
entrepreneurial ecosystem. The results reveal that universities employ
different theoretical approaches and similar methods to develop and transfer
entrepreneurial competencies in their students to promote university
entrepreneurship.
Key words: University Entrepreneurship,
Entrepreneurship Competencies, Knowledge Transfer, Barranquilla.
Códigos
JEL: L23, O1, O15
Introducción
En las
primeras décadas del siglo veintiuno ha surgido gran interés de parte de
gobiernos, universidades y organismos privados para el desarrollo de programas
de formación en emprendimiento con el propósito de aumentar el número de nuevas
empresas, mejorar la competitividad y disminuir el desempleo y sus
consecuencias en las sociedades (Farashah, 2013;
Solomon, 2008). Para
los gobiernos, los nuevos emprendimientos son considerados como un medio de
estimular el crecimiento de la actividad económica (Farashah,
2013), aumentar las tasas de empleo y como una necesidad para incorporar nuevas
tecnologías al aparato productivo, permitiendo el desarrollo económico de las
sociedades (Hausmann & Rodrik, 2003; Li et al., 2012; Zhao & Yu, 2012).
Una serie
de estudios respecto del emprendimiento han demostrado que el adiestramiento en
la creación de empresas incrementa la intención de las personas a iniciar sus
propios negocios (Arias Vargas, 2021; Farashah,
2013), sin embargo, aún se carece de estudios más profundos en algunos aspectos
como el efecto de los mecanismos en la formación en emprendimiento y la
relación entre la transmisión de conocimientos tácitos y la capacidad
emprendedora.
El estudio
elaborado por Dickson, Solomon, & Weaver (2008) es considerado clásico
respecto de la educación para el emprendimiento, que liga la pedagogía y el
desarrollo de habilidades de los futuros emprendedores. Sugieren una fuerte relación entre
el nivel de formación en emprendimiento y algunas mediciones respecto de
emprendimientos exitosos (Li et al., 2020). En otras palabras, los resultados
muestran una relación positiva entre programas específicos de formación
emprendedora y el éxito posterior del emprendedor (Solomon, 2008).
Un aspecto para
tener en cuenta es el cambio del papel de la universidad en la sociedad y la
economía en las últimas décadas del siglo XX. Las universidades generan conocimientos que
facilitan el desarrollo tecnológico y son fundamentales para el crecimiento
económico y la competitividad de la economía. Por ello, se les ha exigido
recientemente asumir una tercera labor misional (emprendedora) para promover la
innovación y el desarrollo mediante la transferencia de tecnologías y el
impulso de emprendimientos empresariales (Sá et al.,
2018).
La tercera
función adquiere relevancia en relación con la producción de conocimiento útil,
apropiado y que pueda ser validado con usuarios finales a través del
emprendimiento universitario. El emprendimiento universitario constituye una estrategia que permite
pensar el conocimiento en términos de valor agregado para la inteligencia de
negocios y la prestación tecnológica de servicios originado en las
Universidades (Prokop, 2021). De ahí la importancia de entender
las formas en que el conocimiento es transferido por las Universidades,
garantizando de alguna manera el emprendimiento como forma de transferencia e
innovación en la sociedad, generando desarrollo.
Las
universidades son actores clave dentro de los ecosistemas empresariales
(Cohen-Granados et al., 2020), su involucramiento en actividades de
transferencia tecnológica y de emprendimiento han aumentado. Una repercusión positiva de su
actividad de creación y difusión de conocimientos es el establecimiento de
efectos secundarios académicos, que pueden generarse a través de Spin-offs, patentes, licencias, la divulgación, entre otros (Hossinger et al., 2020). En los últimos años, las
universidades se han centrado más en la creación de empresas spin-off como
medio para transferir el conocimiento relacionado con sus actividades de
investigación (Miranda et al., 2018). Esto ha generado un aumento de la
investigación académica sobre esta estructura empresarial con el fin de
identificar las mejores estrategias para su gestión y las políticas
universitarias más eficientes.
En este
sentido, el objetivo de este estudio es identificar las competencias
emprendedoras que se transfieren en tres destacadas escuelas de negocios
ubicadas en Barranquilla. Estas instituciones se centran en promover el
desarrollo de startups exitosas y potenciar la capacidad emprendedora de sus
estudiantes. A través de un análisis exhaustivo de las estrategias pedagógicas
implementadas por estas escuelas, se busca comprender cómo se fomenta y
transfiere el conjunto de habilidades y conocimientos necesarios para emprender
con éxito en el entorno empresarial actual. Este estudio contribuirá a una
mejor comprensión de los enfoques educativos utilizados en la formación
emprendedora, así como a la identificación de buenas prácticas y
recomendaciones para la mejora continua de la educación emprendedora en el
contexto de las escuelas de negocios en Barranquilla.
Transferencia de competencias en emprendimiento
Emprendimiento
El término
emprendimiento proviene del francés entrepreneur y apareció por primera vez en el Dictionnaire de la langue francaise publicado en 1437, el cual refiere a una
persona que es enérgica y suele obtener lo que se propone (Landstrom, 2005).
A partir
del siglo diecisiete, la definición fue tomando la forma moderna que conocemos.
Sin embargo, solo se aplicaba el término entrepreneur a aquellos que
tomaban los más altos riesgos contractuales con el gobierno para proveerle de
productos y servicios, como la provisión de armas o la construcción de
edificios públicos, castillos e iglesias (Landstrom,
2005).
El término
también ha sido ligado con procesos de creación de valor y de apropiación
liderados por empresarios en ambientes inciertos (Claire et al., 2021). Así, el
proceso de emprendimiento comienza con la identificación de una oportunidad,
luego se comparan los recursos disponibles con las necesidades para poner en
marcha el emprendimiento y la oportunidad de alcanzar una competencia
emprendedora, de tal forma que el empresario debe adquirir los recursos que
sean necesarios para la posterior creación de valor y terminar con la
apropiación de la recompensa emprendedora (Mishra &
Zachary, 2015). Por tanto, el emprendedor puede
ser definido como una persona que crea una empresa, en particular de índole
comercial, a menudo tolerando un riesgo financiero personal (Claire et al.,
2021; Ricketts, 2008).
De otro
lado, la conducta de la persona emprendedora ha sido caracterizada como:
innovadora, que asume riesgos, toma decisiones, posee los medios de producción,
es líder industrial, crea empresas, es perseverante, entre otros (Hébert &
Link, 1989; Wennekers & Thurik, 1999).
La teoría
de los rasgos define el emprendedor como poseedor de características
particulares de personalidad: oportunista, alta necesidad de logro, propensión
al riesgo, autonomía/independencia, innovador, creativo, imaginativo,
proactivo, incansable y es considerado un agente de cambio (Cromie, 2000;
Sjoerd, 2010).
Para Schumpeter
(1911), el emprendedor es un actor
primordial en la dinámica económica debido a que es el encargado de la creación
y promoción de las empresas en el sistema capitalista. Menciona que el
emprendedor es un innovador y, como consecuencia, desequilibra los mercados con
su accionar.
Años más
tarde, Kirzner (1973), en clara oposición a Schumpeter,
señala que el empresario responde a las oportunidades en lugar de crearlas, es
decir, captura las oportunidades “de beneficio” en lugar de generarlas. Según Kirzner, el empresario conduciría al mercado desde un
estado de desequilibrio hacia uno equilibrado, logrando con ello eliminar el
error del mercado, enfocando recursos para obtener ganancias y explotando las
oportunidades con su actividad comercial.
Algunos
autores consideran el emprendimiento como uno de los factores más relevantes en
el crecimiento económico de las sociedades (Burns, 2007; Gries & Naudé, 2010;
Toma, Grigore, & Marinescu, 2014; Wennekers & Thurik, 1999; Wennekers,
van Stel, Carree, & Thurik, 2009). De hecho,
las nuevas empresas constituyen uno de los medios privilegiados para el
estímulo del crecimiento de la actividad económica (Munyo
& Veiga, 2024) y una necesidad para incorporar nuevas tecnologías al
aparato productivo, permitiendo el desarrollo económico y social de los países
(Hausmann & Rodrik, 2003; Li, Zhang, Yang, & Zang,
2012; Zhao & Yu, 2012).
Algunas
definiciones del concepto se revisan en la Tabla 1.
Tabla 1
Algunas
definiciones de emprendimiento
Autores |
Definición de emprendimiento |
Toma et al. (2014) |
Es un proceso humano
creativo, que moviliza los recursos de un nivel de productividad a otro
superior. Implica la voluntad del individuo de asumir responsabilidades y la
capacidad mental de realización de la tarea de emprender, es decir, desde la
formulación de una idea hasta su implementación. |
Ganco (2013) |
Es el resultado de la
complejidad y la utilización de conocimientos dentro de las organizaciones
que permite la movilidad de empleados entre empresas del mismo sector o la
generación de nuevas empresas o star ups |
Fuente: elaboración propia a partir
de (Ganco, 2013; Toma
et al., 2014)
Para Burns (2007) hay tres razones por las que el
emprendimiento puede ser ligado al desarrollo económico: 1) estimula la
competencia e incrementa el número de empresas, esto requiere del flujo de
nuevas ideas y nuevos cambios (innovaciones) en los bienes y servicios ofrecidos;
2) permite compartir el conocimiento entre personas, empresas e instituciones,
a ese proceso se le conoce como Knowledge Spillover; y, 3) genera diversidad y variedad entre las
empresas en cualquier lugar. Cada empresa es de alguna manera diferente o única
y esto influye en el crecimiento económico (Prokop,
2021).
Así, la
importancia del emprendimiento radica en la conformación de nuevas soluciones a
necesidades sociales (Nicolau &
Martins, 2013; Wennekers & Thurik, 1999), el crecimiento económico de los
países en su conjunto (Wennekers &
Thurik, 1999; Wennekers et al., 2009), el crecimiento económico regional
debido a la cultura emprendedora de sus agentes (Sjoerd, 2010), la conformación de nuevas
políticas nacionales para el impulso de la I+D+i enfocada en el aprovechamiento
empresarial de bienes y servicios de valor agregado (Lopez-Arellano
& Montoya-Grajales, 2016; Malaver Rodríguez & Vargas Pérez, 2005;
Perdomo Charry, 2009; Tarapuez Chamorro et al., 2013) y el impulso a la creación de
empresas tecnológicas (spinoff)
que permita la transferencia de conocimientos tecnológicos y la creación de
nuevas soluciones a las necesidades de la sociedad .
Competencias
de emprendimiento
El
término competencia se encuentra generalmente relacionado con las aspiraciones
de los individuos para lograr un rendimiento superior en una determinada tarea,
así como el potencial para obtener una ganancia económica o alcanzar el éxito
en un negocio (Spencer & Spencer, 1993). Otra definición pretende destacar
las competencias como los estándares mínimos de desempeño deseados para la
ejecución de una tarea y están directamente relacionadas con las habilidades,
conocimientos, experiencias, atributos y comportamientos que un individuo
necesita para llevar a cabo su trabajo (Strebler et
al., 1997).
Para
Hunt (1997), una competencia es una característica subyacente del individuo,
que le permite realizar su trabajo eficazmente y es el resultado de una
variedad de factores entre los que se encuentran la motivación, los rasgos de
personalidad, el concepto de sí mismo, el conocimiento y las habilidades. El
autor observa que los individuos cuyo comportamiento está dirigido por factores
como la motivación, los rasgos de personalidad y el concepto de sí mismos, son
aquellos que ponen al servicio de una tarea todo su potencial, obteniendo con
ello altos estándares de desempeño.
Por
tanto, una competencia se puede entender como la definición y delimitación de
algo que una persona debe ser capaz de lograr, es decir, es la descripción de
una acción, conducta o resultado que un individuo debe estar en condiciones de
demostrar (Pennetta et al., 2024).
De
acuerdo con Mitchelmore & Rowley (2010), los
intentos de los investigadores por delimitar una serie de rasgos para definir a
un emprendedor fracasaron al contrastar la realidad, dado que no todos los
empresarios reunían las mismas características presentes en la literatura
acerca del emprendimiento.
En
efecto, la dificultad de proponer una única definición y un conjunto de
características que diera como resultado la delimitación de un término tan
esquivo como “ser empresario” plantea serios problemas al corroborar que las
diferencias y variedad de rasgos entre los emprendedores eran asombrosamente
mayores a las que diferencian a los empresarios de los que no lo son (Gartner,
1988). Por ello, se enfocaron los esfuerzos a desarrollar nuevas categorías o
tipos de emprendedores en los que se abarcaban rasgos bien definidos basados en
la personalidad de los individuos (Lessem, 1986) y
que generaron algunos avances en la materia.
Desde
una perspectiva educativa, Bird (1995, 2002), intenta
establecer competencias emprendedoras en el nivel individual para determinar su
importancia en la creación y éxito de nuevos emprendimientos. Ella manifiesta
la importancia de distinguir entre las competencias como un “mínimo o estándar
de referencia” (baseline) necesarias para poner en
marcha una nueva empresa y otro tipo de competencias que contribuyen al éxito
de un negocio que permiten a la organización sobrevivir y crecer. Estas
competencias pueden ser aprendidas posteriormente por futuros emprendedores a
través de programas de formación.
Onstenk
(2003), señala tres categorías en las que se pueden dividir las distintas
escuelas de pensamiento alrededor del tema: 1) habilidades clave para el
emprendimiento, 2) el emprendedor como un gerente y 3) el empresario “como
emprendedor”. Con respecto a la primera categoría, menciona que el desarrollo
de un espíritu emprendedor es a menudo señalado como el criterio más importante
para quien decide dedicarse a ser emprendedor y tener éxito en los negocios. El
espíritu empresarial de una persona abarcaría una serie de habilidades como la
motivación (locus interno), necesidad de autonomía e independencia, creatividad
y originalidad, iniciativa, tolerancia al riesgo, identificación de
oportunidades, autoconfianza, resistencia y elección y persecución de objetivos
(Liñán & Fayolle, 2015).
En
segundo lugar, las escuelas de negocio han atribuido preeminencia a las
habilidades gerenciales en los roles que desempeña el empresario en la creación
de Startups. Actividades como la planeación, el diseño organizacional, la
gestión financiera, el liderazgo y el control hacen parte del currículo de
escuelas de negocio, y se orientan a la transferencia de conocimientos
encaminados a la toma de decisiones. A estas actividades clásicas, se añade
otra serie de habilidades para tener éxito en nuevos emprendimientos:
facilitador y coordinador, comunicador y negociador, agente de cambio y
consultor interno (Tolentino, 1998).
La
tercera categoría, de acuerdo a Onstenk
(2003), se refiere a lo que él llama el “emprendedor como emprendedor” (entrepreneur as entrepreneur), y
que comprende las competencias apropiadas para iniciar una empresa, dirigir los
esfuerzos hacia el éxito, sobrevivir y crecer en el mercado. La premisa
fundamental es que, un empresario competente, debe ser capaz de utilizar los
conocimientos, actitudes y habilidades de una manera tal que le permitan hacer
frente eficazmente a las tareas, problemas, dilemas y contradicciones
subyacentes, por ejemplo, al enfrentarse a la feroz competencia o a las
demandas cambiantes de los clientes.
Las
competencias que están directamente relacionadas con esta categoría son, en
primera instancia, la capacidad de reconocer y analizar oportunidades de
mercado, que permite identificar circunstancias favorables para introducir
productos y servicios que generen ganancias futuras (Kirzner,
1973).
Segundo,
la capacidad de comunicación que permite a un empresario identificar
mentalmente, persuadir y discutir con los clientes, proveedores, competidores y
otros agentes interesados en el entorno empresarial, así como para conocer las
necesidades existentes en el mercado y responder a ellas con éxito, por tanto,
le permiten comprender mejor las expectativas, temores y exigencias latentes de
sus stakeholders.
Tercero,
networking o la capacidad de establecer vínculos con
otros empresarios y grupos interesados para un mutuo beneficio, aprender y
compartir conocimientos, compromisos de colaboración y otras actividades
conjuntas, encaminadas a la consecución de objetivos comunes (Onstenk, 2003).
En
cuarto lugar, el autor le atribuye al profesor Gibb
(1998) la necesaria integración de competencias clave para desarrollar una
capacidad fundamental en los emprendedores, que les permitan afrontar el mundo
del espíritu empresarial. Así, los empresarios deberán ser capaces de vivir con
la inseguridad cotidiana e incluso disfrutar de esa situación.
Como
las Startups no están exentas de lidiar con reestructuraciones, downsizing y la descentralización de otras organizaciones,
sus dueños deben desarrollar comportamientos empresariales y características
personales que les permita ser competitivos, para lo cual es necesario aprender
de manera efectiva en las interacciones con otros negocios y utilizar
estrategias para el uso de la información global. El mayor desafío es mantener
una buena relación con sus stakeholders a nivel
nacional e internacional, en combinación con un alto grado de inseguridad e
imprevisibilidad (Onstenk, 2003).
Mintzberg
et al. (1999) argumentan que la creación de estrategias de negocios se
encuentra en el interior de los procesos mentales del directivo y se considera
como un proceso individual en el cual el emprendedor es descrito como "el
arquitecto" de la empresa y orienta su organización hacia un nicho donde
puede competir y obtener recompensas deseadas, estos autores llaman Escuela
Empresarial al conjunto de teorías que se enfocan en el papel preponderante del
emprendedor y su visión empresarial. La declaración de una visión sirve de
inspiración tanto al líder como a sus subordinados, y su implementación está
íntimamente relacionada con rasgos como la intuición, el criterio, el talento,
la capacidad y la percepción del empresario.
La
Escuela Empresarial describe al empresario como una persona pragmática,
impulsada por una poderosa necesidad de logro e independencia. Además, posee la
virtud de tomar riesgos moderados. En cierto punto de su vida, cada empresario
enfrentó una crisis, un rompimiento o una insatisfacción con un producto o un
servicio, y fue allí donde emprendió las cosas por su cuenta para cambiar esa
realidad y mejorar la experiencia del cliente y añadir valor (Mintzberg et al.,
1999).
La
Escuela Empresarial es una derivación de los trabajos de Schumpeter,
esencialmente relacionada con la destrucción creativa, en la cual se concibe al
empresario como una persona innovadora que genera nuevas ideas de negocio o
nuevos productos o servicios que, en últimas, destruyen a las empresas
previamente establecidas o que hacen obsoletos antiguos modelos de negocio. De
este modo, la combinación de aspectos como el liderazgo, la creatividad y la
innovación, son necesarios para poner en funcionamiento una startup y orientar
sus acciones hacia el éxito en un mercado determinado.
En una
reciente investigación, Panikarova (2015) logró
categorizar tres grupos de competencias clave para la formación de
emprendedores en veinticuatro instituciones de nueve países diferentes. Su
objetivo era determinar qué competencias, desde el punto de vista de los jefes
de programa en emprendimiento, juegan el papel más importante en la formación
de futuros empresarios. De esta manera, logró definir tres grupos de
competencias clave que se detallan a continuación:
1)
competencias que forman el pensamiento empresarial;
2) la
comunicación empresarial y,
3)
habilidades empresariales.
Dentro del
conjunto de competencias para desarrollo del pensamiento empresarial se
encuentran, por ejemplo, habilidades estratégicas (proceso visionario),
creatividad e innovación, toma de riesgos, descubriendo el emprendedor que hay
en ti (discover your inner entrepreneur), entre otras.
En la
categoría de competencias para la comunicación empresarial se encuentran
habilidades como trabajo en equipo, negociación, gestión de capital humano,
liderazgo, comunicación en crisis, entre otros.
Y, por
último, en el grupo de competencias referente a las habilidades propias del
emprendedor, se promueven las habilidades analíticas, cálculos económicos,
diseño de planes estratégicos, en otras palabras, las destrezas necesarias para
el desarrollo de nuevos proyectos empresariales, asociado a la toma de
decisiones.
Las IES
también deben poseer la infraestructura y participar de comunidades
empresariales para impulsar las Startups de sus estudiantes tales como: tecno
parques, incubadoras de empresas, centros de formación exclusivamente para
empresarios, laboratorios, clubes, departamentos para el licenciamiento de
innovaciones y protección de propiedad intelectual, proyectos y líneas de
investigación en el tema de emprendimiento, entre otros (Panikarova,
2015).
Finalmente,
subyace la pregunta: ¿de dónde provienen las competencias emprendedoras de los
individuos? Al respecto, se ha sugerido que los emprendedores con una variada
experiencia de trabajo, es decir, aquellas personas que han estado contratados
previamente al servicio de una empresa o que ya han creado empresa
anteriormente, poseen una mayor cantidad de habilidades emprendedoras (Stuetzer et al., 2013). Como resultado, las personas con
experiencia previa son mucho más perseverantes y poseen un mejor desempeño al
crear un startup.
Segundo, un
conjunto variado de experiencias previas de trabajo que poseen estas personas
les permite superar los indicadores de capital humano tradicionales. Los
autores creen que esta variedad de experiencias previas puede capturar las
interacciones y sinergias entre los diferentes aspectos de capital humano, los
cuales han sido categorizados en: vivencias obtenidas en Startups precedentes,
experiencia en gerencia, conocimientos y experiencias en el mismo sector
empresarial y la formación profesional (Stuetzer et
al., 2013).
Y, en
tercer lugar, los autores recomiendan programas de formación empresarial con
una mayor variedad de aprendizajes que se basen en conocimientos y experiencias
prácticas, en diferentes funciones y roles, con el fin de fomentar el
desarrollo de habilidades empresariales.
Transferencia
de Conocimientos
Finalizando
el siglo XX, las IES en ambientes altamente desarrollados, con comunidades
científicas e industriales amplias y bien relacionadas, asumieron nuevos roles
y empezaron a fortalecer una de sus funciones sustantivas, la extensión, a
través de la transferencia de conocimiento y de tecnología al sector productivo
mediante diversas formas de vinculación y la explotación de sus resultados de
investigación (Wright et al.,
2008). Como agente relevante en el sistema de I+D+i, el eje fundamental de la
Universidad sigue siendo la investigación, pues de ella se desprende la mayor
fuente de conocimientos y de tecnología innovadora, emerge la necesidad de
transferir los resultados de ella para ser aplicados al entorno productivo,
generando así valor comercial.
Las
universidades emprendedoras son instituciones que se caracterizan por ''una
mayor participación en el desarrollo económico y social, una comercialización
más intensa de los resultados de la investigación, actividades de patentes y
concesión de licencias, la institucionalización de actividades derivadas y
cambios de gestión y actitud entre los académicos con respecto a los proyectos
de colaboración con la industria'' (Van Looy et al.,
2011, p. 554). Por ello, las universidades deben operar como
empresas que comercializan sus resultados de investigación y generan nuevas
empresas basadas en el conocimiento (Kirby, 2006, p.
600).
Impulsar el
proceso de extensión universitaria implica cambios significativos en las formas
en que se crea y se transfiere el conocimiento. Es un reto complejo para las
Universidades en tanto las políticas institucionales promueven una relación
Universidad-Empresa-Estado enfocada más a la comercialización de los resultados
de la investigación, mientras que los investigadores sostienen una relación
teórica, académica e intelectual que no necesariamente termina en transacción
comercial (D’Este &
Perkmann, 2011; Dutrénit et al., 2010).
Julio César
García (2014) afirma que:
algunos de “los estudios sobre la
transferencia de conocimientos han identificado el papel que juegan las
instituciones en moldear la conducta de los académicos” a través de sus
“políticas y estructuras organizacionales”(…), mientras que otros resaltan la
capacidad tanto individual como colectiva de investigación científica y
tecnológica y su papel “como facilitadores en la comercialización de los
conocimientos”, reconociendo que la flexibilidad organizacional de la
institución facilita la transferencia (p.228).
El autor
concluye que “los cursos de emprendimiento aumentan las probabilidades de que
los investigadores se interesen en crear una empresa y mejoran sus habilidades
para emprender”, pero estos cursos se dirigen especialmente a estudiantes de
pregrado, quienes tienen bajas posibilidades de innovar. Por ello, las “células
de incubación” ofrecen la posibilidad de crear empresas basadas en la
investigación.
Las
universidades precisan transferir los resultados de sus investigaciones para
ser aplicados en el sector industrial y productivo, lo que se traduce en valor
comercial. Esta operación da origen a las Spin-Off Universitarias, que en los
últimos años se han convertido en los mecanismos de transferencia de
conocimiento y de tecnología (Calderón-Hernández
et al., 2020).
Román y Gómez (2014) mencionan el nuevo patrón que rige
las universidades modernas, conocido como el “paradigma empresarial” (término
trabajado inicialmente por Etzkowitz, 2003; Leydesdorff y Meyer, 2003), que incentiva la explotación comercial de los resultados de
las investigaciones realizadas en las universidades. En efecto, esta nueva
“misión” institucional complementa las funciones tradicionales de docencia e
investigación y exige a la universidad adoptar un formato emprendedor, integrando
su misión hacia el relacionamiento con la empresa y el estado (interacción
universidad-empresa-estado), contribuyendo de esta forma a la innovación y el
desarrollo regional (Vefago
et al., 2020). En esta nueva lógica, el emprendimiento
universitario ha alcanzado gran relevancia en la medida en que logra
convertirse en fuente de transferencia de conocimientos, genera retornos
económicos, dinamiza el crecimiento y el desarrollo económico local, moviliza
cambios en la cultura universitaria e incrementa la interacción
Universidad-Empresa-Estado (Rodeiro et al.,
2008).
La política
europea de innovación coloca las spin-off universitarias en el centro del
debate, al determinar que la transferencia de conocimiento de la Universidad
hacia la empresa es el eje fundamental de la transferencia de conocimiento.
Así, intentan minimizar una debilidad de las relaciones Universidad – Empresa –
Estado que las universidades norteamericanas superaron décadas atrás (Pradhan et al., 2020).
Cerrando el
siglo XX la literatura científica acerca de las spin-off universitarias tuvo un
auge sin precedentes debido a su papel en la economía, en el crecimiento de la
producción, la generación de empleo de calidad, su contribución al desarrollo
económico y a la transferencia de conocimiento (Trenado &
Huergo, 2007), aunque desde la década de los ochenta se
venía estudiando el fenómeno (McQueen &
Wallmark, 1982),
Miranda,
Chamorro y Rubio (2017) consideran que las últimas tres
décadas han sido significativas en la creación de spin-off universitarias (USO)
a nivel global, posiblemente por la necesidad de hacer un uso más eficiente y
efectivo del conocimiento científico, especialmente de aquel generado a través
de investigaciones financiadas con fondos públicos. Por ello, las USO se
consideran instrumentos importantes en la contribución para la generación de
negocios, la creación de trabajos, además de su contribución al mantenimiento
del balance del sistema económico y su influencia positiva en los procesos de
innovación (Miranda et al.,
2017).
Al revisar
la literatura existente sobre las spin-off universitarias (Feola et al., 2021),
encuentran algunas áreas de interés, entre ellas los atributos de personalidad
de los emprendedores académicos, la dotación de recursos y capacidades de la
institución, la estructura y la política de la Institución que facilitan la
comercialización de los resultados de investigación; los factores ambientales
que influyen en el espíritu emprendedor de la academia; el desarrollo y el
rendimiento de las spin-off y el impacto económico de estas en las economías
regionales (Pacheco & Franco, 2023).
Este artículo
es resultado de una investigación de tipo cualitativa que pretende hallar el
conjunto de competencias necesarias para la creación de Startups y Spin-off
exitosas incubadas en las universidades de la ciudad de Barranquilla, así como
el mejoramiento de la capacidad emprendedora de estudiantes universitarios a
través de prácticas de transferencia de conocimiento relevantes en los procesos
de docencia y extensión de estas instituciones.
Para ello,
se utilizó el método de estudio de caso, una estrategia de investigación eficaz
de las ciencias sociales que se centra en la comprensión de la dinámica
presente dentro de un fenómeno, y se recomienda para hacer análisis de
comportamientos individuales y grupales a fin de entender su complejidad (George &
Bennett, 2005).
Regularmente,
esta técnica se combina con otros métodos. En este caso, se recurrió a
entrevistas semiestructuradas (Kvale, 2011) y análisis de contenidos (Noguero, 2002) a los syllabus de las asignaturas
de formación en emprendimiento, documentos de las instituciones participantes
del estudio, cartillas y otros documentos académicos importantes, para recabar
datos e información pertinente que permitiera medir la frecuencia y las
características más representativas tanto de las percepciones de los
entrevistados, como de las prácticas de transferencia de conocimiento más
relevantes para el estudio.
Las entrevistas se elaboraron a los directores de las
áreas de emprendimiento de las universidades participantes: Universidad Libre
Seccional Barranquilla, Universidad de la Costa y Universidad Autónoma del
Caribe. Estas universidades voluntariamente decidieron participar en el estudio
y dieron su autorización para que los autores pudiéramos analizar documentos
relevantes para la investigación y lográramos desarrollar las entrevistas que
sirvieron para enriquecer el análisis de los resultados. Los investigadores
estamos agradecidos con estas instituciones por haberse involucrado en este
estudio.
Asimismo, se entrevistó a funcionarios de la Cámara de
Comercio de Barranquilla involucrados en la Red de Emprendimiento del Atlántico
– REMA, los cuales respondieron nuestras preguntas de forma voluntaria.
Esta investigación utiliza la categorización elaborada por Panikarova (2015) para clasificar las distintas
competencias emprendedoras en tres categorías; y una categoría adicional que
permite determinar elementos de contexto para comprender cómo opera el
ecosistema de emprendimiento en la ciudad de Barranquilla (Ver tabla No. 2).
Tabla 2
Categorías de análisis utilizadas en la investigación
Categoría evaluada |
Competencias
emprendedoras y habilidades gerenciales |
Competencias
relacionadas con la formación del pensamiento empresarial (desarrollo de
pensamiento estratégico) |
Habilidades estratégicas (proceso visionario);
Creación de la visión, misión, y objetivos estratégicos; Creatividad e
innovación, Toma de riesgos, Toma de decisiones, Habilidades técnicas,
coordinación. |
Competencias
para la comunicación empresarial. |
Trabajo en equipo, negociación, gestión del
capital humano y liderazgo, habilidades para el discurso, motivación,
influencia Inteligencia emocional. |
Competencias para el emprendimiento |
Habilidades analíticas, cálculos económicos,
diseño de planes estratégicos, identificación de oportunidades, Creación de
nuevos modelos de negocios, espíritu empresarial, capacidad de establecer
vínculos con otros empresarios y grupos interesados para un mutuo beneficio (networking) |
Ecosistema
de emprendimiento, infraestructura para el desarrollo de habilidades
gerenciales |
Factores exógenos Políticas nacionales, regionales y locales para
el fomento del emprendimiento (marco legal), Pertenencia a redes o convenios
para el emprendimiento, Organizaciones que promueven el emprendimiento a
través de concursos, convocatorias o inversión ángel, Otras fuentes de
financiamiento para nuevas empresas Factores endógenos Política institucional para el emprendimiento,
espíritu empresarial presente en la misión de facultad o escuela, áreas del
saber desde donde se promueve el espíritu empresarial, proyectos o grupos de
investigación dedicados a investigar en temas de emprendimiento Instituto, departamento o área especializada para
el impulso de star-ups, Oficina para la protección
de propiedad intelectual, Experiencia en emprendimiento de los profesores,
currículos y diseño de planes para el emprendimiento. |
Fuente: Adaptado de (Madrigal, 2009;
Onstenk, 2003; Panikarova, 2015)
El análisis de datos cualitativos se elaboró a través
de un riguroso proceso de acopio de información que es el resultado de la
aplicación de las técnicas de análisis documental y entrevistas, de las que se
obtuvieron los datos que luego fueron sometidos a una codificación abierta para
identificar información relevante que permitiera enriquecer el análisis acorde
con las categorías estudiadas (Ver tabla 2).
Pasos institucionales previos y sensibilización
Antes de comenzar
con la transferencia de las competencias relacionadas con el emprendimiento,
las universidades recurren a jornadas de sensibilización para motivar a sus
estudiantes a considerar en sus proyectos de vida dedicarse a ser
emprendedores. Los casos de la Universidad Libre Seccional Barranquilla y la
Universidad de la Costa son ejemplos de este tipo de ideologización, pues a
través de reuniones lúdicas y presentación de casos reales (conferencias
temáticas) muestran a sus estudiantes los beneficios de ser independientes y de
crear empresa, a través de lo que ellos llaman “trabajar sus mentes”, que no es
otra cosa que apelar a su inconsciente para cambiar sus apreciaciones respecto
de su futuro pensando en su libertad financiera.
Para ello,
recurren a formas de comunicación dirigidas a cambiar el modo de pensar de sus
estudiantes, tratando con ello de despertar el espíritu empresarial y fomentar
la cultura del emprendimiento, enmarcadas en actividades curriculares y
extracurriculares en cada institución. Asimismo, se canalizan los esfuerzos del
área de emprendimiento hacia la investigación en temas de creación de empresas,
spin-off y, en especial, hacia la identificación y promoción de convocatorias
internas y externas para presentar a concurso los proyectos de empresa de sus
estudiantes.
Por su
parte, la oficina de emprendimiento de la Universidad Autónoma del Caribe
dirige talleres y conferencias de libre acceso de acuerdo a un cronograma
previo para la sensibilización de sus estudiantes en diferentes temas que son
clasificados en dos etapas: la formación en emprendimiento, que comprende temas
como creatividad, innovación, plan de negocio, metodologías para el
emprendimiento, entre otros; y, el fortalecimiento de las competencias del ser,
que giran alrededor de temas como liderazgo, trabajo en equipo, administración
del tiempo, comunicación, entre otros. Estas sirven como ciclo de
fundamentación con el propósito de involucrar a sus estudiantes en la
construcción de proyectos empresariales que luego son inscritos en concurso
interno de la Vicerrectoría de Extensión y Proyección
Social denominado Idea tu Empresa o en convocatorias externas.
Esta etapa
previa es necesaria para despertar en el individuo su curiosidad y ambición
para dirigir su conducta hacia la iniciación de una vida como empresario y
ligar su proceso de formación a la generación de spinoff
y startups que le permitan alcanzar sus objetivos personales y financieros
futuros.
Competencias
relacionadas con la formación del pensamiento empresarial.
En primer lugar, es necesario destacar la
irrenunciable responsabilidad institucional que tienen las universidades
estudiadas en la formación de nuevos empresarios, pues la sociedad
barranquillera exige una mayor atención a esta nueva labor misional
universitaria, esto es, la transferencia de conocimientos orientados a la
formación de nuevos empresarios. Un ciclo de capacitación completo y una
infraestructura de capacitación que cubra aspectos fundamentales del
emprendimiento y de habilidades administrativas, tales como, elaboración de
planes de negocio, finanzas, mercadeo, liderazgo, ventas, innovación y un
acompañamiento o apoyo constante a los nuevos empresarios, pueden contribuir
significativamente al desarrollo local y regional de esa zona del país, así
como del fortalecimiento del ecosistema emprendedor fomentando el espíritu
emprendedor y vinculando las nuevas empresas con el sector productivo. Lo
anterior coincide con las buenas prácticas propuestas por Panikarova
(2015) según el análisis de los programas de capacitación en veinticuatro
universidades de nueve países en los que incluyen Estados Unidos, Reino Unido,
Singapur, Francia, Canadá, entre otros.
Segundo, los autores encontramos también similitudes
con el estudio de Ostenk (2003) y y
Pugh et al., (2021), acerca de cómo las instituciones de educación superior
estudiadas orientan sus esfuerzos en la transferencia de competencias
relacionadas con el desarrollo de pensamiento estratégico, la toma de
decisiones y la gerencia, es decir, competencias relacionadas con la
competencia de gestión, que son determinantes para la puesta en marcha de los
nuevos emprendimientos universitarios.
Las competencias de gestión son desarrolladas a través
de asignaturas obligatorias para el programa de Administración de Empresas y
como electivas en los demás programas académicos de las universidades
involucradas en el estudio. Estas competencias son articuladas posteriormente a
los talleres, asignaturas y cursos de formación en emprendimiento (esto es,
competencias emprendedoras propiamente dichas) para el desarrollo de diseño de
proyectos y posterior postulación a concursos de capital semilla o a inversionistas
interesados. En otras palabras, el estudiante debe cursar o haber asistido a
las asignaturas o seminarios relacionados con el desarrollo de habilidades
gerenciales durante su formación académica para incursionar de manera exitosa
en las cátedras de emprendimiento ofrecidas por su universidad.
Se evidencia, también, que los talleres, seminarios y cursos
cortos ofrecidos por las universidades estudiadas incluyen temas para la
formación del pensamiento empresarial. Como, por ejemplo, creatividad e
innovación, planeación estratégica, liderazgo y gerencia, neuromarketing,
emprendimiento social, entre otros, en los que se incluyen casos empresariales
reales, conferencias con empresarios y actividades de experimentación social,
que le permiten al estudiante acercarse de manera directa a la realidad
empresarial y desarrollar las competencias estratégicas necesarias.
Finalmente, es relevante también señalar que los
estudiantes prefieren un enfoque didáctico más práctico, experiencial si se
quiere, que los prepare para los retos que enfrentarán en el mundo empresarial.
De este modo, enfoques y metodologías activas son necesarias para involucrar y
motivar la adquisición de habilidades emprendedoras por medio de proyectos de
aula, visitas empresariales, actividades colaborativas con emprendedores
experimentados y prácticas profesionales o pasantías que permitan a los estudiantes
tener un acercamiento a la praxis profesional y a la realidad de los negocios.
Lo anterior es similar a los hallazgos de Ostenk
(2003), en el sentido de que es más gratificante para los nuevos emprendedores integrar
de forma dinámica y simultánea los contenidos curriculares, el desarrollo de
competencias específicas y la práctica profesional, para promover la participación activa de los estudiantes.
Competencias relacionadas con la
comunicación empresarial.
Las
competencias de comunicación se desarrollan a través de talleres o dentro del
contenido de las asignaturas y pretenden generar en el estudiante habilidades
asertivas para transmitir sus propuestas empresariales de forma efectiva. Los
datos arrojan que algunas de las universidades involucran metodologías como Elevator Pitch, una técnica de comunicación que ayuda a
articular y sintetizar un mensaje dirigido a la venta de una idea, proyecto o
producto, permitiendo así “cerrar el trato” con posibles inversionistas o
potenciales clientes (O`Leary, 2008). Esta técnica permite al empresario
transmitir un mensaje conciso, preciso y entendible a cualquier tipo de
público, la función del producto/servicio o solución a una necesidad en el
mercado.
El trabajo
en equipo es una competencia esencial en el proceso de formación de
competencias relacionadas con la comunicación empresarial, pues permite
desarrollar capacidades singulares en los individuos para aportar habilidades
necesarias a los proyectos empresariales y generar valor para el mercado. Esta
competencia va ligada al desarrollo del individuo en su entorno social,
permitiéndole dirigir su conducta hacia el alcance de metas de manera conjunta,
construir relaciones sociales perdurables y provechosas. El trabajo en equipo
se relaciona directamente con las capacidades que debe desplegar el individuo
para asociarse con el propósito de alcanzar fines específicos comunes y
elaborar acciones destinadas a innovar y aprovechar oportunidades de negocio.
Otra
competencia ligada a las anteriores es el liderazgo empresarial. Los
entrevistados dieron especial énfasis a esta competencia, pues consideran que
es un elemento primordial para llevar a cabo emprendimientos exitosos. El
liderazgo está ligado a la motivación personal, el autocontrol, la influencia
interpersonal y la inteligencia emocional necesarias para llevar a cabo
acciones dirigidas a metas de todo tipo, desde las metas personales de cada
individuo, hasta los objetivos empresariales que requieren de la negociación y
participación de individuos con propósitos comunes. Las facultades de ciencias
económicas y de administración incluyen cursos obligatorios y electivos en el
currículo de sus programas académicos, en esos cursos se transfieren a los estudiantes
las competencias asociadas a la gerencia como profesión, la influencia de
grupos, el estudio de las teorías acerca del liderazgo, la creación de modelos
de negocio innovadores, entre otros.
Sin
embargo, cada universidad en Barranquilla define, desde la particularidad de su
cultura, los estilos de liderazgo en los que introducirá a sus estudiantes, de
acuerdo con sus valores institucionales y en torno a los tipos de liderazgo
acostumbrados en el territorio. De esta manera, el desarrollo de las
competencias en liderazgo empresarial se supedita a la especificidad
identitaria de cada universidad y por tal razón existe heterogeneidad en la
formación gerencial que soporta la formación en emprendimiento.
La
investigación también arroja dos posiciones críticas respecto de la formación
en competencias específicas en liderazgo empresarial y que pueden ser objeto de
mejora en las universidades. De un lado, el uso de manuales gerenciales, libros
categorizados como best seller
y documentos de fácil lectura son utilizados para introducir al estudiante en
la técnica gerencial, esto es, en las formas de gobierno clásicas estudiadas en
escuelas norteamericanas o centradas en las características deseables de un
líder, olvidando competencias específicas para el desarrollo de habilidades en
el nivel estratégico necesarias para la toma de decisiones empresarial, acordes
a las especificidades del territorio costeño.
Y de otro
lado, el ánimo de cumplir con los indicadores relacionados con el
emprendimiento impuestos por el gobierno central, podría haberse convertido en
obstáculo para una verdadera formación de capital humano, en el tema de
liderazgo para la empresa, de modo que se ha olvidado intervenir el ser, para
cambiar el arraigo de sesgos mentales hereditarios respecto a la creación de
empresas, que permitan al individuo entender que es el artífice de su destino y
que el éxito o el fracaso de su emprendimiento dependen de sí mismo y de su
vinculación al ecosistema de emprendimiento (networking).
Competencias para el emprendimiento.
Las
competencias para el emprendimiento están ligadas a las habilidades técnicas empresariales
(Madrigal, 2009); ellas le permiten al emprendedor
hacer uso de conocimientos específicos en áreas específicas de la empresa y
tomar decisiones respecto de los datos observados. Estas competencias
involucran técnicas derivadas de campos disciplinares necesarios para la puesta
en marcha de proyectos empresariales, tales como: conocimientos específicos del
mercado (investigación de mercados), cálculos económicos, análisis financiero,
análisis técnico, análisis legal, estructura de costos, entre otros,
permitiéndole al estudiante diseñar sus planes de negocio .
Dentro de
las técnicas utilizadas por las universidades involucradas en el estudio
destaca el Design Thinking e
Innovación, una metodología utilizada para el desarrollo de nuevos
productos/servicios, o nuevas formas de resolver problemas reales en ambientes
colaborativos, permitiendo la identificación y aprovechamiento de oportunidades
y tendencias sociales para elaborar soluciones a medida (Innovation Factory Institute,
2013). Asimismo, se utiliza la
metodología canvas permitiéndole diseñar al emprendedor,
en una hoja dividida en nueve secciones, la oferta de valor que luego se
cristalizará en un modelo de negocio innovador (Osterwalder & Pigneur, 2010).
Otra
metodología utilizada es el lean planning, o método ligero de emprendimiento, un proceso
teórico-práctico utilizado en la Universidad de la Costa que pretende responder
al menos cuatro preguntas: ¿Qué oferta de valor se ofrecerá a los clientes?
¿Quiénes son los clientes? ¿Cómo validar los supuestos acerca del negocio y
medir su progreso? ¿Cómo pronosticar las ventas, elaborar el presupuesto y cómo
controlar ambos procesos? Lean Planning establece que se debe hacer un plan no
detallado (Plan-as-you-go) que
pretende elaborar un resumen ejecutivo de las metas y objetivos del proyecto de
empresa, definir la manera de medir el progreso de la startup, y posteriormente
revisar este plan tantas veces como sea necesario en la medida que se descubre
nueva información (Parsons, s.f.). Existen ciertas discrepancias
entre el proceso clásico de planeación, que es un proceso formal y detallado, y
el método Lean Planning.
Al
respecto, Berry (2008) señala al menos cuatro diferencias
esenciales entre ambos enfoques. La primera hace alusión entre la planeación en
sí misma (proceso de planear), en oposición a la elaboración de un plan
detallado, in extenso.
La segunda menciona que se debe comenzar elaborando una lista simple de cosas
que tengan sentido para el emprendedor, como la declaración del core business de
la empresa, la estrategia de ventas y el presupuesto de ventas, a medida que la
empresa crece, el plan debe crecer con ella y cambiar según cambien las
condiciones iniciales.
Tercera
diferencia: se debe separar el plan de los resultados deseados. El plan son las
acciones concretas que llevará a cabo el empresario. El resultado del plan
puede ser un documento escrito, un discurso, una presentación, entre otros. Y
cuarto, al separar la información que soporta el plan del plan en sí mismo, el
autor se refiere a que no es necesario elaborar una investigación de mercados
extensa para probar que existen clientes interesados en el producto (Berry, 2008).
Estas
metodologías activas permiten a sus estudiantes, a través de un proceso
pedagógico coherente entre la teoría y la práctica, desarrollar las
competencias enfocadas en el emprendimiento, al tiempo que diseñan sus modelos
de negocios, identifican nichos de mercado y elaboran planes para su despliegue
comercial. Así mismo, desarrollan habilidades que les permiten elaborar los
estudios necesarios de planta, equipo, personal, análisis de riesgo y legal
necesarios para redactar un plan de negocios formal que luego presentarán a convocatorias
del Fondo Emprender para acceder a capital semilla, o bien a convocatorias
internas de las universidades para crear startups o spin-off, o a otros
concursos convocados por inversionistas ángeles ubicados en el ecosistema de
emprendimiento.
Ecosistema de emprendimiento en la ciudad de
Barranquilla
El
emprendimiento en Colombia está regulado a través de la Constitución Política
Colombiana y la ley 1014 de 2006, cuyo propósito es el fomento a la cultura del
emprendimiento y sentar las bases de una política estatal y un marco jurídico
para promover la creación de empresas en el país. En ese sentido, su objeto
primordial es el de promover el espíritu emprendedor en todo el sistema de
educación nacional, ello tiene implicaciones en la forma en que se ha venido
desarrollando las actividades de docencia, investigación y de extensión y
proyección social desde el nivel preescolar hasta la formación universitaria,
así como en las dos modalidades legales, educación formal y no formal.
En efecto,
la misma ley expresa la necesaria articulación de la formación de las
competencias básicas, competencias laborales, competencias ciudadanas y
competencias empresariales con el aparato productivo nacional como uno de sus
fundamentos (Senado de la República de Colombia, 2006), esto lleva a concebir
currículos de formación integral que propendan por la formación para la
ciudadanía, esto es, una formación que congracie los saberes culturales, la
estética, la ética y la moral, de un lado, y una fundamentación tecnológica y
científica que le permitan al individuo ser un profesional competitivo en las
organizaciones (López, 2008).
La ley
1014 de 2006 también ha creado La Red Nacional para el Emprendimiento, adscrita
al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, y las Redes Regionales de
Emprendimiento, anexas a las Gobernaciones Departamentales, las cuales
aglomeran representantes del gobierno, del empresariado y las universidades con
funciones específicas para el fomento, vigilancia, apoyo, propuestas y acciones
relacionadas con el emprendimiento local y nacional (Senado de la República de
Colombia, 2006).
La Red de
Emprendimiento del Atlántico -REMA- es otra agremiación que articula
representantes del gobierno local, representantes de las Instituciones de
Educación Superior, Cajas de Compensación, incubadoras de empresas y
empresarios locales para impulsar el emprendimiento en la ciudad de
Barranquilla, esta red se rige por la ley 1014 de 2006 y el Decreto 1074 de
2015. El Consejo Departamental de Ciencia, Tecnología e Innovación – CODECTI y
el Consejo Departamental Mipyme, también son agremiaciones que velan por el
avance del emprendimiento en la zona geográfica del Atlántico.
La
iniciativa privadas e incubadoras también juegan un rol relevante en la
inversión de capital por medio de concursos y convocatorias dirigidas a la
creación o fortalecimiento de startups y spin-off en la ciudad de Barranquilla.
Fundación Bavaria, Bancolombia, Caribetic, MacondoLab, Ventures Región Caribe, Endeavor Colombia,
Colombia Tech Studio, son algunos ejemplos de estas
iniciativas privadas que apoyan el ecosistema de emprendimiento Barranquillero.
Las Cajas de Compensación Familiar, que son entidades privadas sin ánimo de
lucro creadas por el Gobierno Nacional para la repartición de la riqueza;
también participan del ecosistema de emprendimiento a través de la gestión y
entrega de créditos, subsidios y capacitación para apoyar las iniciativas emprendedoras
de sus afiliados y no afiliados.
El caso de
la Caja de Compensación Familiar, Cajacopi, es
emblemático. Según los resultados de la investigación, existe una alianza
estratégica entre la entidad y la Universidad de la Costa, por medio de la cual
ambas instituciones han creado el Centro Desarrollo Empresarial Cajacopi-CUC cuyo propósito es apoyar el desarrollo
económico de la región caribe. El portafolio de servicios incluye capacitación
en temas empresariales, para el desarrollo de competencias necesarias para los
nuevos negocios, así como financiación a sus usuarios. Estos últimos pueden ser
estudiantes o egresados de la Universidad de la Costa o afiliados a la Caja de
Compensación Familiar, o ambos.
Asimismo,
las universidades son un eslabón sustancial en el ecosistema de emprendimiento.
De una parte, forman el capital intelectual que permite a las empresas utilizar
el conocimiento y destrezas necesarias para generar valor a sus clientes y, en
segundo lugar, son fuente de nuevas ideas, nuevas soluciones a problemas
empresariales y sociales, y la cantera de nuevas empresas (Startups y
spin-off). Como se dijo anteriormente, las universidades ofrecen cursos
electivos y obligatorios en emprendimiento a sus estudiantes, para la
transferencia de competencias clave que sirven para encausar las conductas de
sus estudiantes hacia la generación de ideas de negocio, la creación de modelos
de negocio innovadores, validar en el mercado startups y diseñar planes de
negocio.
Por
último, existen espacios de co-working en la ciudad
de barranquilla que permiten a los emprendedores encontrar servicios de
mentoring y asesoramiento para impulsar sus negocios, así como acceder a
oficinas dotadas a través de renting y servicios para el diseño y ejecución de
planes de negocio. De acuerdo con la Cámara de Comercio de Barranquilla,
existen al menos cuatro organizaciones dedicadas al co-working,
ellas son: Área Dos, Monokuko Space,
MacondoLab y Work & Go, cada una dirigida a la satisfacción de necesidades
específicas de los emprendedores de la ciudad de Barranquilla.
El artículo revela aspectos clave acerca de la
formación de competencias emprendedoras y fomento a la cultura emprendedora que
pueden desempeñar un papel crucial en la formación de nuevos empresarios: 1) Ciclos
de capacitación orientados al desarrollo de competencias emprendedoras, de
comunicación y de gestión, 2) Enfoque en la innovación, la creatividad y
modelos de negocio innovadores, 3) Uso de metodologías activas que permitan a
los estudiantes aplicar sus conocimientos a situaciones reales y desarrollar las
competencias deseadas y, 4) Vinculación con el ecosistema emprendedor local,
facilitando la colaboración y la inserción de los emprendedores en proceso de
formación para acceder a recursos y oportunidades (como financiación y mentorías),
aprendizajes prácticos, identificación de necesidades en el mercado, entre
otros.
Este estudio contribuye a la literatura existente
acerca del emprendimiento universitario al proporcionar un análisis detallado
de los ciclos de formación, metodologías pedagógicas y fomento a la cultura
para el emprendimiento en tres universidades ubicadas en la ciudad de
Barranquilla. La relevancia del estudio radica en cómo este tipo de
investigaciones puede arrojar luz acerca del papel fundamental de la
universidad y su “misión” emprendedora (Vefago et al., 2020) en
dos sentidos, primero, en la formación de la nueva generación de empresarios
acorde con las necesidades sociales locales y el contexto socioeconómico actual
de Barranquilla y, en segundo lugar, como catalizador del desarrollo económico
local destacando la necesidad de colaboración entre las universidades, el
empresariado y el gobierno locales, para la creación de un entorno propicio
para la creación de nuevas empresas que contribuyan al desarrollo y a la
innovación de la región, dándole solución a los desafíos económicos actuales y
futuros.
El
presente estudio destaca la importancia de tres instituciones educativas
barranquilleras en el fomento del emprendimiento universitario como catalizador
del desarrollo socioeconómico local. Los resultados obtenidos revelan el uso de
prácticas pedagógicas efectivas, centradas en el estudiante, para cultivar el
espíritu emprendedor en estudiantes universitarios y pueden servir como
referente para otras instituciones interesadas en fortalecer sus programas de
emprendimiento. Asimismo, se evidencia que, si bien las universidades poseen
enfoques teóricos diversos, ellas comparten métodos y técnicas similares para
transferir conocimientos y desarrollar competencias emprendedoras en sus
estudiantes. Esta convergencia podría atribuirse a la estandarización de los
requisitos establecidos en convocatorias externas para la obtención de capital
semilla, lo que podría haber obligado a las universidades a adaptar sus
estrategias pedagógicas para alinearlas con los requisitos establecidos.
Igualmente,
se pueden apreciar similitudes en la forma como llevan a cabo acciones de
formación de competencias emprendedoras en sus estudiantes; primero, inician
con una etapa de sensibilización, luego se desarrollan cursos específicos para
el desarrollo de competencias específicas y, tercero, el proceso
teórico-práctico culmina en un plan de negocios que puede ser presentado a
convocatorias internas o externas para iniciar los proyectos beneficiados.
Desde un
punto de vista pedagógico, se lograron identificar las competencias más
relevantes que pretenden desarrollar en sus estudiantes las universidades de
Barranquilla relacionadas con el emprendimiento universitario, así como las
metodologías utilizadas para elaborar planes de negocio orientados a la
creación de startups y spin-off universitarias. Por último, existe un
ecosistema complejo, debidamente regulado, que soporta la creación de nuevos
negocios en la ciudad de Barranquilla.
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[1] Magíster en
Administración; Docente Tiempo Completo; Facultad de Ciencias Económicas y
Administrativas; Universidad de Medellín; Colombia; línea de investigación:
Organizaciones, correo electrónico: helopez@udemedellin.edu.co y ORCID: https://orcid.org/0000-0002-2575-9641
[2] Doctor en
Administración y Dirección de Empresas. Docente
Tiempo Completo; Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas; Universidad
de Medellín; Colombia; línea de investigación:Emprendimiento;
correo electrónico: farias@udemedellin.edu.co y ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4483-1741