Del aula a la empresa: Comprendiendo la intención
emprendedora en estudiantes universitarios
From the classroom
to the firm: Understanding entrepreneurial intention in college students
Ana Lucia, Ruiz-Vigil [1] Juan Bernardo, Amezcua-Núñez [2] Adriana, Méndez-Wong[3]
Resumen
Este
estudio tiene como objetivo analizar los factores que influyen en la intención
emprendedora de los estudiantes universitarios. La metodología empleada incluye
la recolección de datos a través de un cuestionario en escala de Likert,
aplicado a 431 estudiantes de la Facultad de Mercadotecnia de la Universidad
Autónoma de Coahuila, y el análisis utilizando un modelo de ecuaciones
estructurales (SEM). Los resultados indican que tanto la educación emprendedora
como el apoyo social y las características psicológicas de los estudiantes
tienen un impacto significativo en sus intenciones de emprender, con
diferencias notables según el género. Se identificaron elementos clave como el
papel de la educación en el fomento de la percepción positiva hacia el emprendimiento
y la importancia del apoyo social en el proceso. Las conclusiones destacan la
necesidad de fortalecer la educación emprendedora en las universidades y de
crear un entorno que favorezca el desarrollo de habilidades emprendedoras, lo
que podría contribuir a un aumento en la actividad emprendedora y al
crecimiento económico en el contexto local.
Palabras
claves: Estudiantes, emprendimiento, genero, apoyo académico.
Abstract
This study aims to analyze the
factors influencing entrepreneurial intentions among university students. The
methodology employed includes data collection through a Likert scale
questionnaire, applied to 431 students from the Faculty of Marketing at the
Universidad Autónoma de Coahuila, and the analysis
using a structural equation model (SEM). The results indicate that both
entrepreneurial education and social support, as well as the psychological
characteristics of the students, have a significant impact on their entrepreneurial
intentions, with notable differences according to gender. Key elements were
identified, such as the role of education in fostering a positive perception of
entrepreneurship and the importance of social support in the process. The
conclusions highlight the need to strengthen entrepreneurial education in
universities and to create an environment that fosters the development of
entrepreneurial skills, which could contribute to an increase in
entrepreneurial activity and economic growth in the local context.
Keywords: Students, entrepreneurship, gender,
academic support.
Códigos
JEL:
E24, I25,
D92
Introducción
Durante las décadas de 1940 y 1950, la
educación se centraba en preparar a los estudiantes para ocupar roles dentro de
empresas ya establecidas. El énfasis principal estaba en equipar a los
estudiantes con las habilidades y conocimientos necesarios para ingresar al
mercado laboral y desempeñarse eficientemente en funciones específicas dentro
de organizaciones existentes. Las instituciones educativas se enfocaban en
impartir conocimientos técnicos y teóricos relevantes para diversos sectores
industriales y comerciales, dando prioridad a disciplinas convencionales como
ingeniería, medicina, contabilidad y administración.
El sistema educativo estaba estrechamente
alineado con las demandas del mercado laboral, enfocándose en la adquisición de
habilidades prácticas y conocimientos especializados directamente aplicables en
entornos empresariales ya establecidos. Se prestaba poca atención al desarrollo
de habilidades empresariales, creatividad o iniciativa para emprender nuevos
negocios. En este contexto, el emprendimiento no era visto como una opción
principal ni se fomentaba activamente como una carrera viable. (Shane &
Venkataraman,2000).
Durante la década de 1960, se evidenció un
cambio significativo en la educación superior con la implementación de
programas académicos enfocados en el estudio del emprendimiento y la
administración de empresas. Las universidades comenzaron a reconocer la
necesidad de preparar a los estudiantes no solo para desempeñarse en roles
dentro de compañías ya establecidas, sino también para equiparlos con las
capacidades requeridas para iniciar y dirigir sus propios negocios. Este cambio
reflejó un mayor reconocimiento del espíritu emprendedor y la innovación como
impulsores fundamentales del crecimiento económico y el desarrollo empresarial.
(Kuratko, 2005).
En lo que respecta a la educación emprendedora,
se observa que, durante las últimas décadas del siglo XX, las reformas
educativas comenzaron a reconocer la importancia de fomentar habilidades
empresariales entre los estudiantes universitarios, se promovieron programas
académicos y curriculares enfocados en la administración de empresas y el
emprendimiento, reflejando una tendencia global hacia la valoración del
espíritu emprendedor como motor de desarrollo económico y social. Las
universidades mexicanas empezaron a implementar cursos y actividades que
incentivaban la creatividad, la innovación y la capacidad de los estudiantes
para iniciar y gestionar sus propios negocios. (González, 2009).
Según Kuratko, (2005)
la educación en el emprendimiento ha experimentado un crecimiento significativo
en respuesta a la creciente demanda de habilidades empresariales en el entorno
laboral actual. Además, tiene un impacto significativo al inspirar y nutrir una
mentalidad emprendedora entre los estudiantes universitarios. Más allá de
simplemente transmitir conocimientos prácticos en negocios, su enfoque abarca
el estímulo de la creatividad, la innovación y la mentalidad empresarial. Para
fomentar esta actitud emprendedora, es esencial emplear enfoques pedagógicos
que promuevan la autonomía, la resolución de problemas y la disposición para
asumir riesgos. Estrategias como el aprendizaje basado en proyectos, el trabajo
colaborativo y la exposición a casos reales de emprendimiento son fundamentales
para lograr este objetivo.
La educación empresarial ha sido identificada
como un elemento fundamental que podría influir en las decisiones profesionales
de los estudiantes universitarios Por esta razón, es importante investigar cómo
la educación empresarial puede afectar la inclinación de los estudiantes
universitarios hacia el emprendimiento. (Keat, Selvarajah and Meyer, 2011). El objetivo general de esta investigación es
evaluar la influencia de la actitud emprendedora y la teoría de las capacidades
dinámicas en el desarrollo de la intención emprendedora de los estudiantes
universitarios del sur del estado de Coahuila.
Marco
teórico
Durante la década de 1940, se implementaron
medidas para fortalecer el sistema educativo en México, lo que incluyó la
ampliación de la educación superior. En consecuencia, en 1943 se creó la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se convirtió en una de las
principales instituciones educativas del país, desempeñando un papel clave en
la formación de profesionales en diversas disciplinas, se establecieron nuevas
universidades estatales en distintas regiones de México durante este período,
con el propósito de aumentar el acceso a la educación superior. Estas
instituciones educativas desempeñaron un papel importante en la democratización
del acceso a la educación superior y en el desarrollo de recursos humanos en
todo el país. (González, 2009).
Durante las décadas de 1980 y 1990, México
implementó una serie de reformas en su sistema universitario para hacer frente
a los retos de acceso, calidad y relevancia educativa. Estas reformas se
centraron en la modernización y actualización de los programas académicos, la
promoción de la autonomía universitaria, y la mejora de la calidad educativa,
se introdujeron programas de modernización y actualización curricular en las
universidades mexicanas con el fin de adaptar la educación universitaria a las
demandas cambiantes del mercado laboral. Estos programas se enfocaron en la
revisión y actualización de los planes de estudio para integrar nuevas
tecnologías, enfoques pedagógicos innovadores y habilidades relevantes para el
mundo laboral actual. (Serrano,1995).
La educación emprendedora ha evolucionado y se
ha establecido como un campo académico respetado y valioso dentro de la
educación superior. Ahora se reconoce la importancia de integrar tanto la
teoría como la práctica para proporcionar a los estudiantes una comprensión
completa de los fundamentos empresariales y las habilidades esenciales para
triunfar en el entorno empresarial contemporáneo. Esta aproximación unificada
capacita a los estudiantes para aplicar los conceptos teóricos en contextos
prácticos, estimulando la creatividad, la resolución de problemas y la toma de
decisiones eficaces. (Fayolle & Gailly, 2015).
Emprendimiento
El empleo asalariado, o lo que tradicionalmente
se consideraba como un empleo "seguro", ya no es una certeza, sobre
todo en el ámbito del sector público, para los individuos que han completado su
educación universitaria. Esta afirmación se fundamenta en las transformaciones
observadas en el mercado laboral contemporáneo, donde la estabilidad y la
garantía de empleo a largo plazo son cada vez más escasas, lo que impulsa a los
graduados a explorar alternativas de carrera que les otorguen mayor autonomía y
control sobre su futuro profesional. (Kamau,2006).
El emprendimiento se puede describir como el
proceso de reconocer, analizar y capitalizar oportunidades con el fin de
generar valor económico y social a través del establecimiento y manejo de
nuevos proyectos, compañías o empresas (Shane & Venkataraman,
2000).
El término emprendimiento se ha vuelto
omnipresente en nuestra sociedad contemporánea, resonando en diversas esferas
como la política, la economía, la academia e incluso entre los estudiantes
universitarios. Cada año, a lo largo y ancho del mundo, se llevan a cabo una
multitud de seminarios, conferencias y talleres que subrayan la trascendencia
del espíritu emprendedor en el contexto nacional, social y en el desarrollo
personal (Keat, Selvarajah
& Meyer, 2011).
El emprendimiento es ampliamente reconocido
como un impulsor fundamental del crecimiento económico y la generación de empleo,
ya que estimula la innovación, la competencia y la variedad económica (Autio et al., 2014). Además, se ha señalado que el
emprendimiento puede desempeñar un papel significativo en la promoción del
desarrollo sostenible al fomentar prácticas comerciales responsables y ofrecer
soluciones a los desafíos sociales y medioambientales (Fayolle
& Gailly, 2015).
La
Teoría de las Capacidades Dinámicas (TCD)
Es un marco conceptual desarrollado en el
ámbito de la gestión estratégica y empresarial. Esta teoría se centra en la
capacidad de las organizaciones para integrar, construir y reconfigurar sus
recursos internos y externos en respuesta a un entorno cambiante, con el
objetivo de generar y mantener ventajas competitivas sostenibles (Teece, 2007).
Según Teece (2007),
las capacidades dinámicas son "la capacidad de una organización para
integrar, construir y reconfigurar competencias internas y externas para
abordar de manera efectiva los cambios del entorno". Estas capacidades no
son solo habilidades o conocimientos específicos, sino procesos complejos que
permiten a las organizaciones adaptarse, innovar y responder de manera ágil a
las demandas del mercado y las oportunidades emergentes. Las capacidades
dinámicas se basan en tres procesos fundamentales (Teece,
2007):
Sensibilidad al entorno y capacidad de
aprendizaje: Las organizaciones deben ser capaces de detectar y comprender los
cambios en su entorno, así como aprender de sus propias experiencias y las de
otros. Esto implica una capacidad para escanear el entorno, interpretar señales
y actuar en consecuencia.
Capacidad de integración: Las organizaciones
deben ser capaces de combinar y reconfigurar sus recursos internos y externos
de manera efectiva para adaptarse a las demandas cambiantes del entorno. Esto
implica la capacidad de gestionar el conocimiento, coordinar actividades y aprovechar
sinergias entre diferentes partes de la organización.
Capacidad de innovación: Las organizaciones
deben ser capaces de generar y aplicar nuevas ideas, tecnologías y prácticas
para crear valor de manera sostenible. Esto implica la capacidad de
experimentar, explorar nuevas oportunidades y llevar a cabo cambios
significativos en la forma en que operan.
La TCD ha sido ampliamente aplicada en el
contexto empresarial para comprender cómo las organizaciones pueden adaptarse y
prosperar en entornos turbulentos y altamente competitivos (Helfat
et al., 2007). Sin embargo, también se ha utilizado en otros campos, como la
innovación, la estrategia empresarial y, más recientemente, el emprendimiento,
donde se ha aplicado para comprender cómo los emprendedores pueden desarrollar
y utilizar capacidades dinámicas para crear y mantener empresas exitosas (Lichtenthaler y Lichtenthaler,
2009).
Teoría de las Capacidades Dinámicas y el
emprendimiento universitario
La convergencia entre el emprendimiento
universitario y la teoría de las capacidades dinámicas proporciona un marco
sólido para entender cómo las instituciones académicas pueden cultivar y
respaldar la iniciativa empresarial entre sus estudiantes. El emprendimiento
universitario, que engloba la creación de nuevas empresas o proyectos
empresariales por parte de miembros de la comunidad universitaria, ha emergido
como un fenómeno relevante por su potencial para impulsar la innovación y el
desarrollo económico (Audretsch et al., 2006). Por su
parte, la teoría de las capacidades dinámicas enfatiza la importancia de que
una organización pueda adaptarse y evolucionar frente a cambios en su entorno,
no solo aprovechando sus recursos existentes, sino también desarrollando nuevos
recursos y capacidades (Eisenhardt & Martin,
2000).
La integración de estas perspectivas teóricas
permite comprender cómo las universidades pueden potenciar el emprendimiento
entre sus estudiantes. Esto implica no solo la implementación de programas de
educación en emprendimiento, sino también la creación de una cultura
emprendedora arraigada en toda la institución y la construcción de redes de
apoyo para los emprendedores (Kuratko, 2005). Además,
la teoría de las capacidades dinámicas ofrece una lente a través de la cual las
universidades pueden adaptarse continuamente para satisfacer las necesidades
cambiantes de los estudiantes emprendedores y el entorno empresarial en general
(Teece, 2007). Esto implica la identificación de
oportunidades emergentes, la adaptación de los programas educativos en
consecuencia y el desarrollo de nuevos recursos y apoyos para los emprendedores
universitarios (Hitt & Ireland,
2005).
Este enfoque teórico proporciona una guía
integral para entender y promover el emprendimiento universitario como un motor
de innovación y desarrollo económico. Al abordar tanto la capacidad de
adaptación de las instituciones académicas como la necesidad de fomentar el
espíritu emprendedor entre los estudiantes, este marco teórico ofrece una
estrategia sólida para aprovechar el potencial del emprendimiento en el ámbito
universitario.
La TCD que se ha utilizado en el ámbito
empresarial y de emprendimiento para comprender cómo las organizaciones y los
individuos desarrollan y utilizan capacidades para crear y mantener ventajas
competitivas puede ser abordada desde el emprendimiento, mediante las
siguientes consideraciones: Apoyo
Institucional: Puede ser visto como una capacidad dinámica que incluye la
capacidad de la institución para generar nuevas ideas, fomentar el
emprendimiento estudiantil y establecer vínculos con la sociedad para emprender.
Intención Emprendedora: Puede ser considerada como el resultado de las
capacidades dinámicas de los individuos para reconocer y aprovechar
oportunidades de negocio, así como su capacidad para movilizar recursos y tomar
decisiones emprendedoras. Perfil Psicológico: Puede influir en la capacidad
dinámica de los individuos para adaptarse a diferentes situaciones, ser
creativos, perseverantes y seguros en sus esfuerzos emprendedores. Actitud para
Emprender: Puede ser vista como una capacidad dinámica que refleja la
orientación de los individuos hacia el emprendimiento, su capacidad para
superar obstáculos y su disposición para aprovechar oportunidades. Perfil
Personalidad: Puede influir en la capacidad dinámica de los individuos para
trabajar de manera colaborativa, ser socialmente responsables y buscar
continuamente la mejora en sus esfuerzos emprendedores. Apoyo Académico: Puede
ser considerado como una capacidad dinámica de la institución para proporcionar
orientación, apoyo financiero, acceso a herramientas y reconocimiento a los
estudiantes emprendedores.
La Teoría de las Capacidades Dinámicas ofrece
un marco conceptual que puede ayudar a comprender cómo los diferentes
constructos en la escala pueden influir en la intención emprendedora de los
estudiantes universitarios desde una perspectiva más contemporánea.
En resumen, la Teoría de las Capacidades
Dinámicas proporciona un marco conceptual poderoso para comprender cómo las
organizaciones y los individuos pueden adaptarse y prosperar en entornos
complejos y cambiantes, y cómo pueden generar y mantener ventajas competitivas
a lo largo del tiempo.
Metodología
La muestra es de 474 estudiantes universitarios
presenta una distribución en términos de los semestres que cursan. Una
proporción significativa de los estudiantes se encuentra en los primeros
semestres de su carrera, con un 15.6% en el primer semestre y un 41.4% en el
segundo semestre. Esto significa que el 57.0% de los estudiantes están en sus
etapas iniciales de formación universitaria. En contraste, solo el 0.4% está en
el tercer semestre, el 0.8% en el cuarto semestre, el 33.3% en el quinto
semestre y el 8.4% en el séptimo semestre. Esto sugiere una menor
representación de estudiantes en semestres avanzados dentro de la muestra.
En cuanto al sexo de los participantes, la
muestra está compuesta predominantemente por mujeres, quienes representan el
78.9% (374 estudiantes), mientras que los hombres constituyen el 21.1% (100
estudiantes). Respecto a la experiencia laboral en una empresa familiar, el
36.9% (175 estudiantes) ha trabajado o trabaja en un puesto de una empresa
familiar donde se fomenta el desarrollo de actitudes emprendedoras, en
comparación con el 63.1% (299 estudiantes) que no ha tenido esta experiencia.
Por último, en términos de educación en emprendimiento, el 58.4% de los
estudiantes (277) ha cursado alguna materia relacionada con el emprendimiento,
mientras que el 41.6% (197) no lo ha hecho. Esto indica un interés
significativo en el emprendimiento entre los estudiantes, aunque muchos aún no
han tenido la oportunidad de trabajar en un entorno empresarial familiar. Cabe
mencionar que esta encuesta se realizó a través de la plataforma SurveyMonkey
durante el periodo de mayo a septiembre de 2022.
El emprendimiento se ha convertido en un
fenómeno de gran importancia en el ámbito académico y empresarial, siendo
reconocido como un motor clave para la innovación, el crecimiento económico y
la creación de empleo. En este contexto, el papel del apoyo institucional y
académico se ha destacado como un factor crucial para fomentar y respaldar la
actividad emprendedora entre los individuos. En este estudio, se proponen las
siguientes hipótesis:
H1:
El Género tiene un impacto en la Intención Emprendedora.
H2:
La Actitud para Emprender tiene un impacto positivo en la Intención
Emprendedora.
H3:
El Apoyo Académico influye positivamente en la Actitud para Emprender.
H4:
El Apoyo Académico tiene un impacto en la Intención Emprendedora.
H5:
El Apoyo Institucional tiene un impacto en la Intención Emprendedora.
H6:
El Perfil Psicológico tiene un impacto en la Intención Emprendedora.
H7:
El Semestre tiene un impacto sobre el Apoyo Institucional.
H8:
El Perfil Psicológico modera la relación entre el Apoyo Institucional y la
Intención Emprendedora.
H9:
La Actitud para Emprender modera la relación entre el Apoyo Académico y la
Intención Emprendedora.
Resultados
y discusión
La investigación descrita es de tipo
exploratorio, transversal y cuantitativo. El objetivo de este estudio es
analizar las relaciones entre. De un
total de 474 estudiantes encuestados, el 15.6% está cursando el primer
semestre, el 41.4% se encuentra en el segundo semestre, solo el 0.4% está en el
tercer semestre, el 0.8% está en el cuarto semestre, el 33.3% cursa el quinto
semestre, y el 8.4% está en el séptimo semestre, el 78.9% se identifican como
mujeres, mientras que el 21.1% se identifican como hombres. El 36.9% de los 474
estudiantes ha trabajado o trabaja en una empresa familiar propia que apoya el
desarrollo de actitudes emprendedoras, mientras que el 63.1% no ha tenido esta
experiencia. En cuanto al trabajo en una empresa que apoye actitudes
emprendedoras, el 44.3% de los estudiantes ha tenido esta experiencia, mientras
que el 55.7% no ha trabajado en estas condiciones. El cuestionario empleó
preguntas categóricas y una escala Likert. La encuesta se llevó a cabo entre
mayo y septiembre de 2022. El análisis se realizó con el software SmartPLS 4, que permite evaluar tanto el modelo de medición
como el estructural, asegurando una interpretación precisa de las relaciones
entre las variables.
El modelo de la figura 1 presentado busca
analizar los factores que influyen en la Intención Emprendedora entre
estudiantes, considerando diversos constructos clave como Apoyo Institucional,
Perfil Psicológico, Apoyo Académico y Actitud para Emprender. Además, incorpora
variables de control como Semestre y Materia, las cuales permiten ajustar el
impacto de las principales variables sobre el emprendimiento. Los coeficientes
de las rutas directas indican la magnitud y dirección de las relaciones entre
constructos.
Figura
1
Modelo de investigación
Fuente: Elaboración propia con los resultados de SmartPLS
Validación
del modelo de medición.
El
análisis inferencial realizado con SmartPLS 4 reveló
que, de los 34 ítems evaluados en el instrumento, 31 alcanzaron cargas
factoriales superiores al valor recomendado de 0.707, conforme a la propuesta
de Hair et al. (2019). En la Tabla 1 se muestran las
cargas externas de los ítems para cada constructo, confirmando la robustez de estos.
Por ejemplo, los ítems del constructo "Apoyo Institucional"
presentaron cargas factoriales que varían entre 0.921 y 0.960, mientras que los
de "Intención Emprendedora" oscilaron entre 0.941 y 0.970. Estos
resultados reflejan una fuerte relación entre los ítems y sus respectivos
constructos, lo que asegura una adecuada fiabilidad y validez en el modelo de
medición.
Tabla 1 Cargas externas |
||
Constructo |
Ítems |
Cargas externas |
Apoyo Institucional |
B1 Generación de
nuevas ideas |
0.938 |
B2 Emprendimiento
estudiantil |
0.947 |
|
B3 Cursos y
talleres de emprendimiento |
0.922 |
|
B4 Incubación de
negocios |
0.939 |
|
B5 Fomento de
emprendimiento |
0.960 |
|
B6 Vínculo con la sociedad
para emprender |
0.930 |
|
Intención Emprendedora |
C1 Creación de
empresa propia |
0.959 |
C2 Ahorro para
emprender |
0.968 |
|
C3 Tiempo para
emprender |
0.962 |
|
C4 Apoyos de
financiamiento para emprender |
0.958 |
|
C5 Oportunidad de
negocio |
0.969 |
|
C6 Desarrollo de
actitudes de emprendimiento |
0.940 |
|
Perfil Psicológico |
D1 Aventurero |
0.930 |
D2 Receptivo |
0.954 |
|
D3 Perseverante |
0.947 |
|
Actitud para Emprender |
E4 Eficiencia |
0.953 |
E5 Practicidad |
0.968 |
|
E6 Toma de
decisiones |
0.969 |
|
Apoyo Académico |
G1 Guía para una
actitud emprendedora |
0.835 |
G2 Motivación para
una actitud emprendedora |
0.952 |
|
G3 Herramientas
para una actitud emprendedora |
0.960 |
|
G4 Influencia hacia
una actitud emprendedora |
0.961 |
|
G5 Desarrollo de
una actitud emprendedora |
0.959 |
|
G6 Reconocimiento
de una actitud emprendedora |
0.913 |
|
|
La tabla 2 muestra la fiabilidad y validez de
los constructos del modelo de medición, evaluada mediante el software SmartPLS. Se incluyen indicadores clave como el Alfa de
Cronbach, que mide la consistencia interna y presenta valores superiores al
mínimo aceptable de 0.70 en todos los casos. Además, la fiabilidad compuesta (rho_a y rho_c) supera el umbral
de 0.70, lo que indica una adecuada consistencia interna. Por otro lado, la
varianza extraída media (AVE) también excede el valor mínimo recomendado de
0.50, lo que sugiere una validez convergente satisfactoria.
Según los valores en la tabla 2, los cuatro
constructos, Apoyo Institucional, Intención Emprendedora, Perfil Psicológico,
Perfil de Personalidad y Actitud para Emprender cumplen con los criterios de
fiabilidad y validez, lo que refuerza la solidez del modelo de medición (Hair et al., 2019).
Tabla 2 Fiabilidad y validez de los constructos |
||||
Constructo |
Alfa de Cronbach |
Fiabilidad compuesta (rho_a) |
Fiabilidad compuesta (rho_c) |
Varianza extraída media (AVE) |
Actitud para Emprender |
0.961 |
0.962 |
0.975 |
0.928 |
Apoyo Académico |
0.969 |
0.974 |
0.975 |
0.867 |
Apoyo Institucional |
0.973 |
0.974 |
0.978 |
0.882 |
Intención
Emprendedora |
0.983 |
0.983 |
0.986 |
0.921 |
Perfil Psicológico |
0.938 |
0.940 |
0.961 |
0.890 |
Fuente: Elaboración propia con los resultados de SmartPLS |
La matriz de ratios Heterotrait-Monotrait
(HTMT) presentada en la tabla 3 es una herramienta utilizada en el análisis con
modelado de ecuaciones estructurales (SEM) para evaluar la validez
discriminante de los constructos. La validez discriminante asegura que los
constructos medidos no se solapan excesivamente entre sí, lo que garantiza que
cada constructo es único y distinto en su medición. En esta tabla, los valores
HTMT se muestran entre los distintos constructos analizados. De acuerdo con la
literatura (Henseler, Ringle y Sarstedt,
2015), si los valores HTMT son menores de 0.85, se considera que hay una
adecuada validez discriminante. Algunos puntos clave del análisis:
Valores cercanos al umbral: Por ejemplo, la
relación entre "Perfil Psicológico" e "Intención
Emprendedora" presenta un valor de HTMT de 0.846, lo cual está muy cerca
del umbral de 0.85. Esto indica que estos constructos están fuertemente
relacionados, aunque aún dentro del límite de validez discriminante. La mayoría
de los valores HTMT se encuentran por debajo de 0.85, lo que indica una
adecuada validez entre los constructos, como "Apoyo
Académico" y "Apoyo Institucional" (0.733), y "Intención
Emprendedora" y "Actitud para emprender" (0.808).
Dado que "Genero" es una variable de
control en este análisis, su propósito principal es moderar o controlar el
efecto de otros constructos en el modelo, en lugar de ser una variable que se
espera tenga fuertes relaciones con los constructos principales. Esto explica
por qué sus valores de HTMT son significativamente bajos con los demás
constructos, como se observa en la tabla (por ejemplo, 0.011 con "Actitud
para emprender" o 0.052 con "Apoyo Académico"). Estos bajos
valores son normales y esperados para una variable de control, ya que su
función es minimizar posibles efectos de confusión en las relaciones clave del
modelo. Su inclusión como variable de control permite aislar mejor el impacto
de las variables independientes sobre las dependientes, asegurando así la
robustez del análisis.
En la matriz HTMT (Heterotrait-Monotrait),
los efectos moderadores como "Perfil Psicológico x Apoyo
Institucional" y "Actitud para emprender x Apoyo Académico"
también son evaluados en cuanto a su validez discriminante respecto a otros
constructos del modelo. La tabla 3 indica, Perfil Psicológico x Apoyo
Institucional, el HTMT de este moderador con otros constructos son
relativamente bajos, por ejemplo, con "Genero" (0.033), "Apoyo
Académico" (0.320) y "Actitud para emprender" (0.601). Estos
valores están por debajo del umbral de 0.85, lo que indica una buena validez
discriminante. Es decir, este moderador está diferenciándose adecuadamente de
los demás constructos. De manera similar, Actitud para Emprender x Apoyo
Académico, este moderador también tiene valores HTMT aceptables, como con
"Apoyo Académico" (0.245) y "Apoyo Institucional" (0.304),
ambos por debajo de 0.85, lo que indica que la interacción moderadora no está
confundida con otros constructos.
Tabla 3 Matriz de ratios Heterotrait-Monotrait
(HTMT) |
|||||||||
Constructos |
Actitud para emprender |
Apoyo Académico |
Apoyo Institucional |
Genero |
Intención Emprendedora |
Perfil Psicológico |
Semestre |
Perfil Psicológico x Apoyo Institucional |
Actitud para emprender x Apoyo Académico |
Actitud para
emprender |
|||||||||
Apoyo Académico |
0.570 |
||||||||
Apoyo Institucional |
0.513 |
0.733 |
|||||||
Genero |
0.011 |
0.052 |
0.082 |
||||||
Intención
Emprendedora |
0.808 |
0.528 |
0.625 |
0.088 |
|||||
Perfil Psicológico |
0.846 |
0.598 |
0.612 |
0.031 |
0.849 |
||||
Semestre |
0.033 |
0.142 |
0.101 |
0.079 |
0.052 |
0.024 |
|||
Perfil Psicológico
x Apoyo Institucional |
0.601 |
0.320 |
0.351 |
0.033 |
0.662 |
0.708 |
0.013 |
||
Actitud para
emprender x Apoyo Académico |
0.566 |
0.245 |
0.304 |
0.050 |
0.640 |
0.641 |
0.024 |
0.763 |
|
Fuente: Elaboración propia con los resultados de SmartPLS |
Validez del modelo
estructural
En este análisis del modelo estructural, las
métricas clave incluyen el coeficiente de determinación R² que se muestran en
la tabla 4, que muestran, Actitud para emprender (R² = 0.304; R² ajustada =
0.303), este valor indica que aproximadamente el 30.4% de la varianza de la
Actitud para emprender está explicada por los constructos que la afectan. Según
los criterios de Chin (1998) y Hair et al. (2019),
este R² puede considerarse moderado (por encima de 0.33 sería más robusto, pero
está cerca de esa referencia). Mientras que para, Apoyo Institucional (R² =
0.010; R² ajustada = 0.008), aquí el R² es extremadamente bajo, lo que indica
que las variables incluidas en el modelo explican solo el 1% de la varianza en
el Apoyo Institucional. Esto sugiere que otros factores no considerados en el
modelo podrían estar influyendo en este constructo, y este R² se clasificaría
como débil (por debajo del umbral de 0.19). Sin embargo, para, Intención
Emprendedora (R² = 0.767; R² ajustada = 0.763), este R² es elevado, indicando
que el modelo explica un 76.7% de la varianza en la Intención Emprendedora, lo
que según Chin (1998) es considerado sustancial. Esto sugiere que las variables
independientes en el modelo capturan una gran parte de lo que influye en la
intención de emprender.
Tabla 4 Coeficiente de determinación R2 |
||
Constructo |
R2 |
R2 ajustada |
Actitud para
emprender |
0.304 |
0.303 |
Apoyo Institucional |
0.010 |
0.008 |
Intención Emprendedora |
0.767 |
0.763 |
Fuente: Elaboración propia con los
resultados SmartPLS 4 |
El
análisis de los coeficientes estructurales (path), se
evaluaron las relaciones entre los diferentes constructos propuestos en el
modelo estructural, utilizando los valores β, las desviaciones estándar, los
estadísticos t y los valores p obtenidos mediante el procedimiento de bootstrap en SmartPLS 4. A
continuación, se describen los resultados obtenidos para cada hipótesis en la
tabla 5.
Tabla 5 Coeficientes path |
||||
Constructo |
β |
Desviación estándar |
Estadísticos t |
Valores p |
Genero->
Intención Emprendedora |
-0.129 |
0.057 |
2.257 |
0.012 |
Actitud para
emprender -> Intención Emprendedora |
0.341 |
0.058 |
5.917 |
0.000 |
Apoyo Académico
-> Actitud para emprender |
0.551 |
0.041 |
13.569 |
0.000 |
Apoyo Académico
-> Intención Emprendedora |
-0.082 |
0.049 |
1.658 |
0.049 |
Apoyo Institucional
-> Intención Emprendedora |
0.254 |
0.058 |
4.378 |
0.000 |
Perfil Psicológico
-> Intención Emprendedora |
0.295 |
0.058 |
5.081 |
0.000 |
Semestre ->
Apoyo Institucional |
-0.100 |
0.046 |
2.201 |
0.014 |
Perfil Psicológico
x Apoyo Institucional -> Intención Emprendedora |
-0.067 |
0.047 |
1.427 |
0.077 |
Actitud para
emprender x Apoyo Académico -> Intención Emprendedora |
-0.117 |
0.045 |
2.576 |
0.005 |
Fuente: Elaboración propia con los resultados SmartPLS
4 |
El Género tiene un impacto negativo en la
Intención Emprendedora (β = -0.129, t = 2.257, p = 0.012), se acepta H1, lo que
sugiere que el género influye negativamente en la intención emprendedora,
indicando que, en este contexto, las mujeres podrían presentar menor intención
emprendedora que los hombres. Este hallazgo es consistente con el trabajo de
Gupta et al. (2009), que identificaron diferencias significativas en la
intención emprendedora entre géneros. Además, la TDA sugiere que las decisiones
de los actores están influenciadas por sus características personales y
sociales. En este caso, las diferencias de género pueden afectar las
percepciones de autoeficacia y las oportunidades percibidas, lo que influye en
la intención emprendedora.
La Actitud para Emprender tiene un impacto
positivo en la Intención Emprendedora (β = 0.341, t = 5.917, p < 0.001), H2
se acepta, indicando que una actitud positiva hacia el emprendimiento está
fuertemente correlacionada con la intención de emprender. Este hallazgo apoya
la teoría de Ajzen (1991) sobre la relación entre las
actitudes y el comportamiento. Mientras una relación con la TDA con un perfil
psicológico positivo refleja la capacidad de los individuos para adaptarse y
responder a un entorno dinámico. Ser aventurero y receptivo permite identificar
y capitalizar oportunidades, lo cual es esencial para el emprendimiento.
El Apoyo Académico influye positivamente en la
Actitud para Emprender (β = 0.551, t = 13.569, p < 0.001) H3 se acepta, lo
que sugiere que un mayor apoyo académico mejora significativamente la actitud
hacia el emprendimiento. Este resultado es coherente con los hallazgos de Peterman y Kennedy (2003), quienes encontraron que la
educación influye en las actitudes emprendedoras. La TDA menciona que, las
actitudes relacionadas con la eficiencia y la toma de decisiones son
indicativas de la capacidad de los emprendedores para implementar innovaciones
y adaptarse a los cambios del entorno. Así mismo un entorno académico que
fomenta la eficiencia y la toma de decisiones prepara a los estudiantes para
enfrentar los desafíos del emprendimiento
El Apoyo Académico tiene un impacto negativo en
la Intención Emprendedora (β = -0.082, t = 1.658, p = 0.049), H4 se acepta,
aunque el efecto es débil. Esto indica que, en este caso, un aumento en el
apoyo académico podría no estar asociado con un incremento en la intención
emprendedora. Esto contrasta con estudios anteriores que sugieren que el apoyo
académico generalmente tiene un efecto positivo (Sánchez et al., 2013), con
relación con la TDA, la intención emprendedora está influenciada por la
capacidad de reconocer y aprovechar oportunidades. La disponibilidad de tiempo
y financiamiento permite a los emprendedores evaluar y actuar sobre
oportunidades de negocio, por lo tanto, una actitud proactiva en el desarrollo
de emprendimientos puede incrementar la intención de crear nuevas empresas.
El Apoyo Institucional tiene un impacto
positivo en la Intención Emprendedora (β = 0.254, t = 4.378, p < 0.001), H5
se acepta, sugiriendo que el apoyo institucional promueve la intención
emprendedora. Este resultado respalda la investigación de De
Jong et al. (2015), quienes hallaron que el entorno institucional es crucial
para fomentar el emprendimiento. Relación con la TDA, estos ítems representan
la capacidad de las instituciones para crear un entorno propicio para el
emprendimiento, la generación de nuevas ideas y el vínculo con la sociedad son
ejemplos de cómo el apoyo institucional puede facilitar la capacidad de
innovación y adaptación, permitiendo a los estudiantes desarrollar su potencial
emprendedor mediante recursos y oportunidades.
El Perfil Psicológico tiene un impacto positivo
en la Intención Emprendedora (β = 0.295, t = 5.081, p < 0.001), H6 se
acepta, indicando que un perfil psicológico adecuado mejora la intención
emprendedora. Esto concuerda con los hallazgos de Zhao et al. (2010), que
subrayan la importancia de las características psicológicas en el
emprendimiento.
El Semestre tiene un impacto negativo sobre el
Apoyo Institucional (β = -0.100, t = 2.201, p = 0.014), H7 se acepta,
sugiriendo que a medida que avanza el semestre, el apoyo institucional
percibido puede disminuir. Este hallazgo podría estar relacionado con la carga
académica creciente a lo largo del semestre.
El Perfil Psicológico modera la relación entre
el Apoyo Institucional y la Intención Emprendedora (β = -0.067, t = 1.427, p =
0.077), H8 no se acepta a un nivel significativo, indicando que el perfil
psicológico no actúa como un moderador en esta relación.
La Actitud para Emprender modera la relación
entre el Apoyo Académico y la Intención Emprendedora (β= -0.117, t = 2.576, p =
0.005), H9 se acepta, lo que sugiere que la actitud para emprender sí modera la
relación entre el apoyo académico y la intención emprendedora. Esto resuena con
las investigaciones de Schlaegel y Koenig (2014), que identificaron la importancia de la
actitud en la mediación de influencias externas.
Discusión
La interacción entre el perfil psicológico, el
apoyo institucional y la intención emprendedora presenta patrones complejos que
requieren un análisis detallado. La evidencia indica que las características
psicológicas de los estudiantes son fundamentales para su disposición a
emprender. Según Carreras et al. (2018), un perfil psicológico positivo, que
abarca rasgos como la autoeficacia y la resiliencia, se asocia con una mayor
intención emprendedora. Sin embargo, el apoyo institucional puede resultar insuficiente
si no se ajusta a las necesidades específicas de los estudiantes, lo que podría
llevar a una disminución de la intención emprendedora en aquellos con un perfil
psicológico menos favorable.
Asimismo, la relación entre la actitud hacia el
emprendimiento y el apoyo académico también presenta desafíos significativos. A
pesar de que el respaldo académico es esencial para cultivar actitudes
positivas hacia el emprendimiento, su efectividad puede verse comprometida si
las actitudes de los estudiantes son poco optimistas. Como destaca Martin et
al. (2013), la naturaleza y calidad del apoyo proporcionado por las
instituciones educativas tienen un impacto notable en la formación de
intenciones emprendedoras, lo que subraya la necesidad de no solo proporcionar
recursos, sino también de fomentar una mentalidad emprendedora activa entre los
estudiantes.
Además, la investigación de Kautonen
et al. (2015) resalta el impacto de la educación en las intenciones
emprendedoras. Simplemente recibir apoyo académico no garantiza una mayor
disposición a emprender; es esencial que este apoyo se adapte a las diferentes
etapas de desarrollo personal y académico de los estudiantes. Como señalan Dyer
y Ross (2008), el capital social y las redes de contacto son elementos
cruciales que complementan el apoyo institucional, y deben ser integrados en las
políticas educativas orientadas a promover el emprendimiento.
En conclusión, la interrelación de un perfil
psicológico positivo, un apoyo institucional que responda a las necesidades de
los estudiantes y la promoción de actitudes proactivas hacia el emprendimiento
son factores interdependientes que influyen en la intención emprendedora. Las
instituciones educativas tienen el deber de crear un entorno que no solo
ofrezca recursos, sino que también inspire y motive a los estudiantes a
desarrollar sus capacidades emprendedoras.
Conclusiones
Los resultados indican que el género sigue
siendo un factor determinante en la intención emprendedora, afectando
negativamente a las mujeres. Persisten barreras estructurales que impactan desproporcionadamente
a este grupo. Las brechas en la intención emprendedora se deben en gran medida
a percepciones sociales sobre las capacidades de las mujeres y a los roles de
género tradicionales que consideran el emprendimiento como una actividad inapropiada
para ellas. Además, las mujeres suelen enfrentar limitaciones en el acceso a
redes de apoyo, mentores y capital, lo que restringe sus oportunidades para
iniciar y mantener negocios exitosos. Esto se alinea con investigaciones que
argumentan que el emprendimiento es frecuentemente una actividad basada en el
capital social y las conexiones, áreas en las que las mujeres están menos
integradas (Díaz-García & Jiménez-Moreno, 2010).
La actitud hacia el emprendimiento se establece
como el principal predictor de la intención emprendedora, en línea con la TCD,
que destaca la importancia de adaptarse y responder a cambios en el entorno
para lograr el éxito emprendedor. Aquellos con actitudes positivas son capaces
de identificar oportunidades donde otros ven obstáculos y movilizar recursos y
redes para aprovecharlas (Teece, 2007). Este enfoque
está respaldado por estudios que muestran que los estudiantes con una actitud
favorable hacia el emprendimiento tienen una mayor disposición a iniciar
negocios (Fayolle & Gailly,
2015).
Las instituciones educativas juegan un papel
crucial en la promoción de actitudes emprendedoras al implementar programas que
estimulan el pensamiento crítico, la innovación y la resiliencia. Este enfoque
sugiere que el desarrollo de una cultura emprendedora en las universidades es
vital para potenciar las intenciones emprendedoras de los estudiantes. Saeed et al. (2015) destacan que el apoyo académico ejerce
un impacto significativo en la formación de actitudes positivas hacia el
emprendimiento; los estudiantes que reciben un sólido respaldo académico, que
incluye mentoría y acceso a programas de emprendimiento, son más propensos a
adoptar una perspectiva favorable hacia el emprendimiento.
A medida que los estudiantes progresan en su
carrera, tienden a percibir una disminución en el apoyo institucional
disponible. Esta percepción puede estar vinculada a una menor participación en
programas de emprendimiento, así como a la creciente necesidad de un apoyo más
específico y personalizado para quienes están en etapas avanzadas de su
formación (De Jorge Moreno et al., 2012). Es posible que este hallazgo se deba
a que los estudiantes en etapas avanzadas, al percibir un mayor apoyo
institucional, desarrollen una sensación de comodidad en su situación actual,
lo que podría disminuir su motivación para emprender. Alternativamente, el tipo
de apoyo que reciben puede no estar alineado con sus necesidades específicas en
esta fase de su formación académica. En consecuencia, el aumento en el apoyo
institucional podría correlacionarse con una reducción en la intención
emprendedora, reflejando las experiencias y percepciones de los estudiantes en
este momento de su trayectoria educativa.
La interacción entre el perfil psicológico y la
intención emprendedora, mediada por el apoyo institucional, revela un
coeficiente negativo, sugiriendo que un perfil psicológico menos favorable está
asociado con una disminución en la intención de emprender. Los estudiantes que
poseen características psicológicas positivas, tales como autoeficacia,
resiliencia y apertura al cambio, tienden a beneficiarse más del apoyo
institucional, lo que puede aumentar su propensión a emprender. Por el
contrario, aquellos con un perfil psicológico menos favorable pueden no capitalizar
adecuadamente el apoyo disponible, lo que resulta en una menor disposición para
iniciar un negocio. Este fenómeno subraya la necesidad de considerar tanto las
características individuales como el contexto de apoyo al analizar el
desarrollo de la intención emprendedora (Jiménez-Moreno, 2010).
La relación entre la actitud hacia el
emprendimiento y el apoyo académico en el contexto de la intención emprendedora
presenta un coeficiente negativo, lo que sugiere que un incremento en el apoyo
académico no necesariamente conduce a un aumento en la intención de emprender.
Esto indica que, aunque un respaldo académico sólido es fundamental para
cultivar actitudes positivas hacia el emprendimiento, su eficacia puede
disminuir si las actitudes de los estudiantes no son lo suficientemente
favorables. Los estudiantes con una actitud emprendedora fuerte que reciben
apoyo académico tienden a sentirse más motivados para iniciar un negocio,
mientras que aquellos con actitudes menos optimistas pueden no experimentar los
mismos beneficios. Por lo tanto, es crucial fomentar una mentalidad
emprendedora entre los estudiantes, ya que una actitud proactiva podría
amplificar el efecto del apoyo académico en sus intenciones emprendedoras.
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[1] Doctora, Facultad de Mercadotecnia Universidad Autónoma de Coahuila, México, Consumo responsable, marketing operativo, anruizv@uadec.edu.mx https://orcid.org/0000-0002-4160-8587
[2] Doctor, Facultad de Mercadotecnia Universidad Autónoma de Coahuila, México, Consumo responsable, marketing operativo juan.amezcua@uadec.edu.mx https://orcid.org/0000-0001-6227-2202
[3] Doctora, Facultad de Mercadotecnia Universidad Autónoma de Coahuila, México, Consumo responsable, marketing operativo, adrianamendezwong@uadec.edu.mx https://orcid.org/0000-0003-3935-1265