El Yeknemilis o buen vivir, principio de la comunalidad para la construcción de
redes estratégicas en una cooperativa
The Yeknemilis or good living, principle of communality for the
construction of strategic networks in a cooperative
Lucero, Díaz-García[1],
José María Enrique, Bedolla-Cordero[2],
Aurora, Cuautle-Fabián[3]
Uno de los mayores retos de una
cooperativa es la supervivencia, para lo que implementa estrategias como el
trabajo colaborativo que le permita acceder a recursos para la solución de
problemas colectivos, aunque en la mayoría de los casos, las relaciones no
perduran. Existen empresas longevas, tanto en lo individual como en las
relaciones con los colectivos con los que se integra, que cumplen los objetivos
sociales, ambientales, organizacionales y económicos que se plantean. Un
ejemplo de permanencia es la Unión de Cooperativas Tosepan
Titataniske de Cuetzalan, Puebla, México, por lo que
se eligió para un estudio de caso que permitiera comprender las características
que les ha fortalecido. Se utilizaron la observación, revisión documental, un
diario de campo y entrevistas semiestructuradas, que fueron analizadas con
apoyo del software NVivo 12 ®. Los resultados
muestran que los principios de vida de los pueblos originarios se han
trasladado a la filosofía organizacional y a las redes estratégicas de las que forma
parte, por lo que el Yeknemilis o buen vivir
orienta las actividades conjuntas, fortalece las relaciones entre diferentes
organizaciones y favorece la solución de problemas a partir de la construcción
de una identidad colectiva y la búsqueda del bien común.
Palabras
clave:
Comunalidad, buen vivir, redes estratégicas.
One of the biggest challenges a community enterprise faces is survival. In order to deal with it, it implements strategies such as
collaborative work with different organizations, trying to access resources
that make it possible to solve collective problems. However, in most cases,
relationships E do not last. It was identified that there are companies that endure,
both individually and in their relations with the groups with which they are
integrated, achieving the fulfillment of the social, environmental, organizational and economic objectives they set out.
Therefore, a case study was carried out in the Unión
de Cooperativas Tosepan Titataniske in Cuetzalan, Puebla,
México, to understand what characteristics have strengthened them. Observation,
documentary review, a field diary and semi-structured interviews were used and
analyzed with the support of NVivo 12 ® software. The results show that
the principles of life of the native peoples have been transferred to the
organizational philosophy and to the strategic networks of which they form
part, so that the Yeknemilis or good
living guides joint activities, strengthens relationships between different
organizations and favors the solution of problems based on the construction of
a collective identity and the search for the common good.
Key words: Communality, good living, strategic networks.
Códigos JEL: J54, P13,
Q13, Z13.
La desigualdad económica, el desempleo y las dificultades para el
desarrollo comunitario generadas a partir de la revolución industrial
motivaron, entre otras soluciones, proyectos productivos comunales que
cambiaron la manera de producir, proporcionar servicios y generar empleo, dando
origen a la
economía social y solidaria, alternativa que prioriza el bienestar social y
fortalece el sentido de pertenencia e identidad (Labrador Machín et al, 2017).
Este modelo tiene diferentes formas de organización social (LESS, 2019, p 2),
pero por los valores y principios que operan, principalmente se reconoce en las
cooperativas: iniciativas de trabajo colaborativo que priorizan el bien común
en su sistema de producción, buscan beneficios económico, social y medioambientales
para sus diferentes grupos de interés (Narrillos Roux, 2013), deciden de manera
conjunta y democrática cómo generar rentabilidad, la que saben una obligación,
pues las personas y su trabajo son el centro de su actividad (Labrador Machín
et al., 2017).
Como todas las empresas, se enfrentan a retos que tratan de resolver,
entre otras formas, uniendo fuerzas y talentos con cooperativas hermanas, para
compartir y potencializar recursos (Gulati & Zaheer., 2000; Jarillo, 1988; Hagedoorn
et al., 2006), estimular la innovación y el aprendizaje conjunto con la
reciprocidad como principio (Bonner et al., 2005; Antoldi & Cerrato, 2020), que les permita cumplir los
objetivos económicos, sociales y ambientales planteados (Vázquez & Portales, 2014). No obstante, sus ventajas, son
pocas las que permanecen, lo que hace necesario analizar a las sí que logran
perdurar y generan valor (Canestrino et al., 2019).
Diversas propuestas teóricas se han generado para apoyar a las
organizaciones a fortalecer sus relaciones con pares (Kohtamäki
et al., 2016; Bonner et al., 2005), pero siguen
predominando condiciones como el individualismo y la desconfianza que impiden
desarrollar su potencial (Sánchez et al., 2014). En contraste, se han
identificado cooperativas longevas con redes estratégicas funcionales de larga
duración que les apoyan a lograr sus objetivos económicos, sociales y
ambientales.
El promedio de vida de estas cooperativas, en su mayoría de pueblos
originarios, es mayor al de otras empresas de la economía social, por lo que el
objetivo de esta investigación es analizar qué condiciones influyen en la
permanencia y funcionamiento de sus redes estratégicas para el logro de los
objetivos planteados, a través de un estudio de caso en la cooperativa Tosepan Titataniske, Unión
de Cooperativas de origen indígena –nahuas y totonakú-
ubicada en Cuetzalan, Puebla, México, ya que han funcionado por muchos años,
con el soporte necesario para que continúe vigente desde su formación en 1977 (Tosepan,
2021, enero 30).
Las
empresas de la economía social buscan generar utilidades para la
sostenibilidad de la organización que les permitan satisfacer necesidades
sociales (Yunus et al., 2010), utilizando los mismos modelos de negocios y
las mismas estrategias de las empresas tradicionales, pero con objetivos tanto
sociales como organizacionales (Mahfuz Ashraf et al., 2019), combinan
los intereses del desarrollo social comunitario con los de la competencia en el
mercado (Mateo et al., 2011),
para lo que reconocen y aprovechan los recursos, saberes y
experiencia de las comunidades (Portales & Arandia
Pérez, 2015).
Difieren
de las empresas tradicionales porque: 1) Se prioriza al ser humano en sus
operaciones empresariales y productivas (Gallego Bono & Tapia Baranda, 2019), 2) los
socios participan democráticamente en la planeación y el desarrollo de las
actividades (Spieth et al.,
2018), 3) sus indicadores de desempeño incluyen los impactos organizacionales,
sociales, ambientales y económicos (Chandra,
2016) y 4) comparten ganancias y pérdidas (ICA,
2022), para mejorar la calidad de vida
de los socios (Alister et al. 2021).
Enfrentan
los mismos retos que las empresas tradicionales pero utilizan, además del
capital financiero, que no es su prioridad pero les permite la permanencia
(Jasso &
Torres, 2008), visión
simbólica y capital social: relaciones, redes, confianza y cooperación (Gopalkrishnan, 2013, Abrar et
al., 2018), representado, en muchos casos, por las cooperativas
hermanas que con su experiencia, apoyan la optimización de los procesos, la
comprensión y adaptación a los cambios en busca de sostenibilidad (Jasso & Torres,
2008). En las cooperativas de origen indígena existen valores ancestrales
fundamentados en la comunalidad -forma de pensamiento, organización y acción en
armonía con la naturaleza-, que define la vida comunitaria y permite a las
redes ser el soporte para el crecimiento y sostenibilidad de la empresa
comunitaria (Martínez Luna, 2004), para
cuidar la vida en comunidad, que identifican como su mayor fortaleza (Boege & Fernández, 2022), con visión compartida,
confianza, compromiso, normas (Bonner et al., 2005),
buena voluntad y reciprocidad para compartir recursos, conocimientos,
experiencia y representatividad (Smith et al., 2013).
Los
valores y la identidad son esenciales para el logro de los objetivos de las
redes (Kohtamäki et al., 2016), se
fortalecen con la voluntad de
los socios y un líder visionario (Canestrino et al., 2019), los miembros se perciben como parte de un todo,
interdependientes para actividades específicas (Jarillo, 1988); y su ventaja competitiva está tanto en sus integrantes
como en lo complejo que resulta imitar o sustituir los atributos de cada
eslabón (Gulati & Zaheer,
2000). Su permanencia depende principalmente de la confianza mutua (Jarillo, 1988) y, a su vez, ésta depende en gran medida del entorno
socio- cultural (Borch & Arthur, 1995).
Las
redes influyen en la conformación de la identidad, ya que fomentan la
colaboración o el individualismo de los socios (Kohtamäki et al., 2016), la resistencia a compartir
información o la toma de decisiones conjuntas (Miller, 2007), la solución de
problemas comunes, con visión y valores compartidos. Se fortalece cuando se identifican claramente las ventajas del trabajo
colaborativo, tienen confianza, apoyo mutuo y se percibe la coordinación de los
miembros para cumplir los objetivos y comunicar los resultados (Bonner et al., 2005).
Las redes pueden surgir de la movilización de recursos, por intervención
del gobierno y fundaciones para generar capital, plantear objetivos,
estrategias y tomar decisiones que son afectadas por la autoridad o poder de
los participantes. O bien, de la movilización social, en la que los inversores
son socios que se ven como iguales, participan de manera equitativa y
democrática en la toma de decisiones (Agostini & Wegner,
2018), y pueden ser: a) De mercado -para una
actividad específica; b) Burócrata -generada por jerarquías; c) De clan,
-relación de confianza, a largo plazo, sin contrato, interna; y d)
Estratégicas, -la matriz establece acuerdos formales, con jerarquías e
inversiones en conjunto, pero manteniendo la independencia (Jarillo, 1988).
En
cuanto a la comunalidad, es un constructo que trata de explicar el sistema de
pensamiento de los pueblos indígenas (Guerrero, 2013), así como la manera en
que generan y aplican sus conocimientos en proyectos productivos, alineados a
su cosmovisión para mejorar sus condiciones de vida (Pérez Ramírez et al., 2012). Entre sus características, destacan la
mentalidad colectivista y la toma conjunta de decisiones, la búsqueda del bien
común y la subjetividad compartida. Este modelo
de vida prioriza, además de la autonomía y la autosuficiencia alimentaria, la
satisfacción de las necesidades básicas de la comunidad, pero con respeto por
el medio ambiente y la preservación de los recursos de su territorio (Maldonado,
2013, Martínez Luna, 2004, Aquino Moreschi, 2013,
Nava, 2013).
Esta
cosmovisión permite entender la dirección conjunta hacia el bien común (Díaz
Gómez et al., 2007), y el valor que le dan a su independencia -incluida la
económica- para la supervivencia de la comunidad (Martínez Luna, 2010), con
dinámicas propias, resultado histórico de la escasez económica y del origen
étnico. La apropiación social de la naturaleza hace de la sustentabilidad una
forma de vida, y el pensamiento económico se basa en el intercambio y la
complementariedad (Martínez Luna, 2004).
La
identidad colectiva, con relaciones sociales de apoyo mutuo, posibilita el
surgimiento de proyectos de desarrollo propio que utilizan respetuosamente los
recursos naturales como estrategia de supervivencia (Rosas Baños et al., 2013),
con sentido de pertenencia con su lugar de origen y el bien de la comunidad
como objetivo. Además, el servicio a la comunidad, también llamado tequio o
faena, otorga reconocimiento social y fortalece el respeto entre iguales,
muestra reciprocidad e implica comprender la interdependencia para resolver las
necesidades individuales o colectivas (Martínez Luna, 2013; Guerrero, 2015).
Estas
iniciativas se consolidan principalmente en cooperativas que mejoran la calidad
de vida de las comunidades, preservan su identidad cultural y protegen los
recursos naturales (Miranda Alonso, 2017; Martínez Chaterina,
2015). Concuerdan con los principios de la comunalidad en el objetivo social,
la gobernanza democrática, la autonomía y la propiedad colectiva (Solórzano
García et al. 2021), y generan riqueza
con proyectos de propiedad colectiva, con los principios de solidaridad y
cooperación centrados en el ser humano y su trabajo.
Además,
la asamblea, requisito legal de las cooperativas (LESS, 2019), genera respaldo
y compromiso social a las decisiones, que se orientan al bien común, resultado
de la participación social en la toma de decisiones (Rosas Baños et al., 2013,
Guerrero, 2015, Canedo Vázquez, 2008), como la elección para los cargos de representación, que son una distinción
temporal (Martínez Luna, 2004), un servicio de responsabilidad que muestra pertenencia y solidaridad con la
comunidad (Flores & Rello, 2001), se mantiene por
el poder solidario, se rige por los sistemas normativos propios (Wolfesberger, 2019), y preserva la cosmovisión de los pueblos
originarios al decidir de manera autónoma cómo solucionar sus diversos
problemas (Maldonado, 2013).
La comunalidad y la organización
La
organización tradicional para la vida comunitaria se reproduce en los proyectos
colaborativos y fortalece la unión de los pueblos (Canedo Vázquez, 2008). Las
asambleas comunales y la cooperación generan redes que buscan trabajar,
establecer reglas y sanciones para el bien común (Ruiz Martínez et al., 2018),
cimentando en los pueblos el arte de vivir en comunidad y adaptarse a los
cambios, conservando sus tradiciones y generando nuevos aprendizajes (Guerrero,
2015; Aquino Moreschi 2013), para lo que tanto las
decisiones como el poder colectivo son elementos centrales (Santos López,
2014).
La
integralidad, valor de la comunalidad, reconoce al mundo como un todo en el que
cada elemento de la sociedad y la naturaleza cumplen una función necesaria. Por
eso, la realización personal se relaciona con la corresponsabilidad y el
servicio a la comunidad, genera ciclos de reciprocidad y formación de un
‘nosotros’, para solucionar problemas compartidos (Guerrero, 2013; Díaz Gómez,
2004).
La
identidad colectiva es dinámica, depende de la interacción social, del sentido
de pertenencia, de la historia común, expresa la relación del hombre con la
naturaleza, el territorio, la cultura (Cruz Moreno et al., 2019), los rituales
y la fiesta, que fortalecen la unión de la comunidad (Canedo Vázquez, 2008) y
permiten construir colectivamente (Martínez Luna, 2004). La simetría, igualdad
y armonía entre hombres y mujeres (Aquino Moreschi,
2013), expresa los lazos y el reconocimiento del otro con una interrelación e
interdependencia de todos, donde cada uno aprende y hace lo que le toca en la
comunidad (Guerrero, 2013, Guerrero, 2015).
Metodología
Para comprender la percepción de los individuos involucrados y entender
el fenómeno en todas sus dimensiones, se realizó una investigación cualitativa
con un alcance exploratorio, para buscar evidencia empírica que incorporara el
concepto de comunalidad a la teoría actual de empresa social y mostrara sus
relaciones potenciales (Hernández Sampieri et al., 2018). Se diseñó un estudio
de caso que permitiera un análisis profundo en su contexto real (Yin, 2014),
buscando empatizar con el estado mental, pensamientos, sentimientos y
motivaciones de los participantes en la investigación, comprender los objetivos
y propósitos de las personas, el significado de los signos o símbolos y la
relevancia de las instituciones sociales o de ritos religiosos (Stake, 1999).
Bajo un paradigma constructivista, se buscó entender qué es y cómo
funciona la comunalidad en el fortalecimiento de las redes estratégicas de una
cooperativa indígena en su propia realidad (Yin, 2014). El caso de estudio fue
la Tosepan Titataniske y
los diferentes escenarios que permitieron la comprensión de las dinámicas
internas, el objeto de estudio son sus redes estratégicas de colaboración.
La muestra se integró por hombres y mujeres que estaban en el momento
que se realizaron las entrevistas, que accedieron a participar y son socios
activos de la organización. Para el trabajo de campo se realizó una estancia en
la comunidad de Cuetzalan, Puebla, del mes de agosto del 2021 a febrero del
2022. Para la recolección de
datos se utilizaron un diario de observación y entrevistas a profundidad con un
diseño semiestructurado, para comprender la forma en que los valores de la
comunalidad impactan en las relaciones estratégicas duraderas que los
fortalecen, a partir de los constructos de comunalidad, empresa social y redes
estratégicas y descubrir cómo interviene uno en el otro.
En una etapa inicial, se verificó la pertinencia de la entrevista como
prueba de campo sin considerar los resultados en el análisis de la información,
sino para adecuar el instrumento. Una vez corregido, se aplicó el instrumento a
la muestra determinada y se analizaron los datos obtenidos con el apoyo de los
participantes para la triangulación, buscando en todo momento compararlos de
manera ordenada pero flexible, cuidando la alineación con el problema y las
preguntas de investigación (Álvarez-Gayou Jurgenson, 2019). Después de la revisión, la información
obtenida se transcribió y se procesó en el software NVivo
12 ® para una mejor comprensión.
Resultados
En este apartado se presenta la información derivada del análisis de los
documentos de la organización, las observaciones realizadas durante la estancia
que se documentaron en un diario de campo y los resultados de las entrevistas
aplicadas a 19 personas, que fueron recogidas en grabaciones y posteriormente
se transcribieron al procesador de textos Word para su procesamiento con
el programa NVivo 12 ®.
Los resultados de este análisis se presentan intercalados con los subtemas de
acuerdo con su relación e importancia del hallazgo.
La cooperativa madre
La
Tosepan Titataniske-Juntos
venceremos- es una unión de cooperativas que ha agrupado desde 1977 a pequeños
productores, para quienes el trabajo conjunto ha sido la única manera de
comercializar sus productos a precios más justos, tener acceso a servicios y
capacitación técnica (Cobo et al., 2018). En su mayoría (78%), son hombres y
mujeres indígenas, nahuas o totonakus, miembros
activos de cooperativas comunitarias que, a la vez, son parte de la cooperativa
madre, que las agrupa a todas en un conglomerado de nueve cooperativas y tres
asociaciones civiles que se han ido especializando de acuerdo con sus propias
necesidades y que integra a 48,680 socias y socios de cabeceras municipales
distribuidas por 34 municipios de la Sierra Nororiental de Puebla y Veracruz
(Díaz García, 2022).
La
organización ha integrado a la cosmovisión y la tradición de su pueblo la
influencia de formadores comunitarios de diferentes procedencias para la
formación y fortalecimiento del capital humano e intelectual local, respetuoso
de las costumbres, las tradiciones y las lenguas (Díaz García, 2022).
Díaz
Gómez et al. (2007), afirmaron que la comunalidad se manifiesta cuando, de
manera colectiva, se busca el bien común, en la complementariedad si se logra
la participación equitativa; y existe integralidad e identidad colectiva,
condiciones que se observan en la organización, pues la participación femenina
es de más del 60% del total de cooperativistas. De tal forma es importante su
participación, que la actual representante legal de la Unión de Cooperativas es
una mujer indígena, hablante de náhuat, elegida democráticamente en asamblea.
Del
mismo modo, la identidad organizacional se observa con el cumplimiento de las
políticas, la participación en actividades comunitarias, incluso en el hecho de
seguir trabajando a veces sin utilidades, como lo sucedido después de la
pandemia y el huracán Grace. Asimismo, la faena (Guerrero, 2013; Aquino Moreschi, 2013; Martínez Luna, 2013; Díaz Gómez, 2007;
Valencia 2010), fue mencionada 52 veces por 15/19 de los participantes y la
mano vuelta: hoy por ti, mañana por mí, se mencionó en todos los casos, evidenciando
la importancia del intercambio y la reciprocidad.
Por
otro lado, la cooperativa ha asumido la preservación de la cultura como
principio, de tal manera que uno de los requisitos para trabajar en la
organización es hablar náhuat o totonaku además del
español, a excepción de los asesores técnicos, que solamente se comunican en
español. Esta conciencia étnica está presente en cada proyecto de desarrollo,
pues para organizarse buscan coincidir en el arraigo, la identidad, el amor a
la tierra y la defensa del territorio. Es tan importante para los
participantes, que consideraron el respeto a las tradiciones y su conservación
en la comunidad una condición para ser y permanecer como parte de la red.
Los
proyectos conjuntos han sido parte de la resistencia cultural y económica de
los pueblos, manteniendo y recuperando los saberes locales, pasaron de la
tradición oral a la escritura, a la conservación y la difusión, para lo cual Tosepan Limakxtum
(radio) y Wiki (servicios de
internet) juegan un papel muy importante (Díaz García, 2022). El pensamiento comunalitario se hace evidente en el lenguaje de los
participantes en las entrevistas (figura 1), específicamente en el nodo
comunalidad. Resalta el uso del plural mucho más que el singular.
Figura
1
Frecuencia
de palabras del nodo comunalidad
Fuente.
Con NVivo12 ® se
filtraron las 40 palabras más utilizadas por los participantes en las
respuestas relacionadas con el nodo comunalidad (Díaz García, 2022).
Así,
entre las 40 palabras más utilizadas aparecen nosotros, tenemos, hemos, estamos
y somos. También se repitieron frases como organización
comunitaria. En este orden de ideas, en el filtro de las 40 palabras más
utilizadas, combinando tanto el diario de campo como las entrevistas, sin
separarlas por constructo o nodos; las diez primeras son: cooperativa,
comunidad, personas, organización, trabajo, socios, nosotros, gente, todos,
reunión y asamblea. Este resultado muestra el pensamiento que hace posible la
organización: la identidad comunalitaria, la
importancia del trabajo –mencionado 78 veces, en todos los casos- y la persona,
además de la asamblea, principal medio de comunicación y espacio para la toma
de decisiones compartidas.
La identidad colectiva y la
formación de redes
Desde
la formación de la Tosepan, los comuneros se dieron
cuenta de que la única vía posible para solucionar sus problemas era la forma
ancestral de organización de sus pueblos, misma que les ha sido útil tanto para
resolver problemas básicos de supervivencia como para defender su territorio de
la depredación. Encontraron la fuerza en el trabajo conjunto primero en la
comunidad, y después con otras comunidades. La participación de la academia fue
también importante para reconocer sus capacidades y formar las bases para la
formalización de la cooperativa, para lo que combinaron los saberes ancestrales
de sus pueblos con los principios cooperativos, que son los que conducen su
comportamiento.
Uno
de los valores del sector social de la economía, de acuerdo con la LESS (Ley de
Economía Social y Solidaria, 2019) es la ayuda mutua, y contempla en el
artículo XII la integración y colaboración con otros organismos del sector, que
la Tosepan cumple tanto por obligatoriedad legal,
como por encontrar en la asociatividad la manera más eficiente de lograr el
impacto social al que ha aspirado desde sus inicios. El trabajo compartido,
elemento vital de la organización, se refleja en las respuestas de los participantes
representados en la figura 2.
Figura 2
Frecuencia de palabras del
nodo redes
Fuente. Con el programa NVivo12 ® se
filtraron las 40 palabras más utilizadas por los participantes en las
respuestas relacionadas con el nodo redes (Díaz García, 2022).
Igual
que en el nodo organización, predomina el uso del plural en la mayoría de las
respuestas, así como asambleas, faena, apoyo, comité y fiesta, elementos que
intervienen en la conformación de redes, con la confianza como principio.
Reconocen que tienen problemas comunes y comparten lo necesario para llevar a
los socios al Yeknemilis,
o vida buena a la que aspiran. Es por eso que quizá la
red más importante a la que pertenecen es el Comité del Ordenamiento
Territorial Integral de Cuetzalan (COTIC), con el que se ha trabajado por años
para la defensa del territorio, obteniendo el pasado marzo del 2022 el dictamen
negativo de la Suprema Corte para las tres concesiones otorgadas a Grupo Ferro
Minero en Cuetzalan, Tlatlauqui y Yahonáhuac.
Esta
resolución a favor de los pueblos es un gran logro del trabajo colaborativo que
ha impulsado la Tosepan. Implicó organizar a los
pueblos indígenas de la región para luchar contra la instalación de grandes
empresas nacionales e internacionales que instalarían minas a cielo abierto,
causando graves daños al medio ambiente y, por supuesto, a las condiciones de
vida social y económica de todas las personas, no solo de los habitantes de la
zona nororiental de Puebla (Díaz García, 2022).
Forman
parte también del Consejo Maseual Altepetajpianij,
integrado por defensores del territorio nombrados por sus comunidades, y
del Tiyat Tlali, que
agrupa a representantes del pueblo maseual y tutunakus para la defensa del territorio, ya que se
pretendía realizar grandes proyectos para la privatización y explotación de los
manantiales de la zona alta de Cuetzalan e incluía la construcción de las
llamadas Ciudades Rurales, adonde se concentraría, contra su voluntad, a la
población desplazada, ignorando sus necesidades, cultura y costumbres. Así mismo, son integrantes de
la Coordinadora Regional para el Desarrollo con Identidad (CORDESI),
organización regional que regula el tipo de servicios y comercios que se pueden
instalar en la zona, para evitar los grandes monopolios y favorecer a los
pequeños comerciantes, proteger los recursos naturales de la zona, a los
pequeños productores y la forma de vida de los pueblos.
En
1986 participaron en un Plan de Desarrollo Regional, que resultó del trabajo
colaborativo de las comunidades, logró el involucramiento de diez presidentes
municipales y tres representantes de cooperativas locales, logrando la atención
de las autoridades para llevar servicios y mejorar las vías de comunicación de
la zona (Cobo et al., 2018). Algunas otras redes a las que está integrada la Tosepan son: Coordinadora Nacional de Organizaciones
Cafetaleras, Unión Nacional de Productores de Pimienta, Red Colmena Milenaria,
A.C. (Micro finanzas),
Red Nacional de Productores Sociales de Vivienda, Red Indígena de Turismo de
México y el Comité de Ordenamiento Integral de Cuetzalan. Colaboran también con
diversas instituciones de educación nacionales y extranjeras, con las que
realizan trabajos de investigación, capacitación, educación inicial y asesoría
técnica, entre otras actividades, así como otras instituciones privadas y
públicas, para lo que tienen una vocera oficial que en este momento es la
representante legal de la Unión de Cooperativas Tosepan
Titataniske.
Las
redes se han construido de dos formas: la externa, que se mencionó previamente,
y la interna, con promotores comunitarios como actores estratégicos, que
involucra la integración de pequeñas cooperativas locales en las que los socios
se responsabilizan de la solución de los problemas comunitarios. Cada una
plantea los objetivos que quiere alcanzar, trabajan para su logro y le dan
seguimiento cada dos meses en la asamblea general. Con el poder solidario,
evidenciado en faenas y cooperación, han logrado mejorar sus comunidades,
fortalecer su identidad y sentido de corresponsabilidad.
Como
las redes de la Tosepan son tipo clan (Jarillo,
1988), rara vez establecen contratos, sus acuerdos son de palabra,
fundamentados en la confianza y reciprocidad, aunque en algunos casos, como en
los que se involucran con instituciones educativas, se firman convenios. Las
decisiones de trabajo conjunto también se consensan en asamblea. El entorno
socio cultural compartido (Borch & Arthur, 1995),
posibilita que el trabajo colaborativo se oriente al bien común. Esa identidad,
o asociación mental con lo colectivo (Kohtamäki, 2016), ha fortalecido las relaciones con
pares.
En
la Tosepan, los socios estratégicos son llamados amigos, lo que tiene un gran significado
no solo para la organización o persona con las cuales se forman alianzas, sino
para la propia cooperativa. Con ese título le otorgan
a los socios familiaridad, los hace parte de la organización, les muestra
confianza y sentido de pertenencia a un todo -la red- que busca cumplir
objetivos comunes (Jarillo, 1988).
Además,
la percepción de colectividad generada por la identidad étnica/ organizacional, corresponsabilidad,
codependencia, los valores de reciprocidad y solidaridad, propios de la
economía solidaria, funcionan como ejes integradores, donde las personas y su
bienestar son el objetivo central de la movilización social en la que los
socios invierten trabajo, tiempo y dinero como medios para el bien común (Díaz
García, 2022), y hace que las relaciones a largo plazo con los socios se cuiden
con honor (Cobo et al., 2018).
Los
resultados de sus redes se pueden clasificar en: sociales, económicos y medio
ambientales. A lo largo de su trayectoria, la Tosepan
ha insistido en la capacitación continua de sus socios para mejorar sus
actividades productivas, ha fortalecido la identidad étnica y organizacional,
al preservar la forma de vida de los pueblos originarios, incluyendo la lengua,
costumbres, creencias, danzas, alimentación y saberes ancestrales que incluyen
en cada una de sus actividades, tanto dentro como fuera de la organización.
En
el aspecto social, el trabajo de los promotores comunitarios ha apoyado a la
detección y solución de problemas de pequeñas comunidades al integrar,
capacitar y dar seguimiento al desempeño de las cooperativas locales. En la
parte económica, lograron colocar los productos del campo en el mercado del
comercio justo, han fortalecido el intercambio de trabajo con la mano vuelta y
de productos con el trueque, han generado empleos e hicieron posible el acceso
de los socios a servicios financieros para los que no eran considerados
candidatos y en la parte ambiental, han desarrollado ecotecnias
cuyos aprendizajes y beneficios no se han quedado solamente en los miembros de
la red, sino que han permeado en la región. La filosofía de vida del Yeknemilis se vive con acciones cotidianas que
fortalecen el trabajo de las redes al tener una carga simbólica vinculante.
Conclusiones y discusiones
El
objetivo general de esta investigación fue analizar las características de una empresa comunitaria para entender
los principios filosóficos y características organizacionales que inciden en el
logro de los objetivos de las redes estratégicas de las que forma parte, a través
de un estudio de caso en la Tosepan Titataniske
en Cuetzalan, Puebla. Durante la estancia de investigación se aplicaron
entrevistas, se realizó un diario de campo y se tuvo acceso a documentos de la
organización. Además, se participó en diferentes eventos como visitas a
cooperativas locales, reuniones con asesores técnicos internos y externos,
asambleas regionales de la cooperativa y asambleas de pueblos originarios para
la defensa de la tierra. Se pudo observar en el día a día de la organización
las características que la hacen diferente a otras empresas de la economía
social. El análisis de la información recabada permitió entender sus principios
filosóficos, que comparten con la mayoría de los socios estratégicos –amigos-
con que trabajan.
El
análisis de las respuestas de las entrevistas mostró que los principios y
valores de la comunalidad, junto con los objetivos de la Economía Social y
Solidaria, son las bases de las actividades de la Tosepan
Titataniske y los diferentes socios estratégicos, lo
que les da dirección en la búsqueda de mejores condiciones de vida para los
miembros de la organización y, en consecuencia, para la región.
Los
valores declarados en la Carta de Principios de la Economía Solidaria: equidad,
trabajo digno, cooperación, sostenibilidad ecológica, reparto justo de la
riqueza y compromiso con el entorno, para adaptarse a las necesidades
emergentes, con una visible orientación al cuidado del medio ambiente para el
sostenimiento de la vida con las personas, comunidades, pueblos, culturas,
entorno ambiental y bienes comunes (ES, 2022), se cumplen por la Tosepan Titataniske y sus amigos
de las redes, más por ser parte de su naturaleza y cosmovisión que por
obligatoriedad.
Además
de estos principios exógenos, la organización declara los propios, de los
cuales, el de identidad es el que más la ha fortalecido, tanto para el trabajo
dentro de la organización como para el trabajo con pares, así como la
confianza, reciprocidad, honestidad, el respeto y consideración del otro. Es
así que, partiendo tanto del reconocer que se tienen
problemas comunes como del compromiso compartido para su solución, las redes
han logrado grandes objetivos como impedir el propósito predador del territorio
de grandes empresas multinacionales, la movilización de grandes grupos de
personas hacia la producción orgánica, la organización de comunidades para
mejorar sus condiciones de vida, entre los muchos otros ya mencionados.
El
trabajo colaborativo ha sido relevante para su consolidación y permanencia. El
ecosistema del que forma parte la cooperativa les ha proporcionado, con base en
la confianza y reciprocidad, la capacidad de enfrentar las condiciones adversas
de manera que se han ido adaptando a diferentes circunstancias, por lo que la Tosepan permanece y se fortalece con los años, gracias a la
comunalidad organizacional, concordando con lo que sostuvieron
Cardoso-Hernández et al. (2023, p. 9), en un sistema productivo vinculado a “un
entorno bio-físico-geográfico heterogéneo, a un fin organizativo propio y a un
orden cosmológico mayor”.
Los
valores de la comunalidad fortalecen la formación de las redes y son, en primer
lugar, el concepto del nosotros, que,
en náhuat, involucra un sentido de relación con lo que es de todos y, por
tanto, con la trascendencia. En segundo lugar, el trabajo comunitario o faena,
que está orientado al bien común y genera identidad. Tercero, las relaciones
que se establecen gracias al trabajo colaborativo y recíproco con los amigos apoyan a las comunidades en
diferentes actividades y trabajan para que la cultura se mantenga y fortalezca.
En
este sentido, al ser llamados amigos, los
socios estratégicos son reconocidos como personas y adquieren con esta relación
un compromiso que es producto de una motivación interna donde los valores
personales, organizacionales y de la comunalidad se engranan de tal forma que
encaminan las actividades hacia metas de interés y beneficio comunitario, se
perciben unos a otros como parte de un todo, con el que lograrán solucionar
problemas comunes como la amenaza a su territorio, la pobreza y abuso de poder.
Esa interdependencia les da la certeza de saberse más fuertes al permanecer
unidos.
En
la figura 3 se observa cómo la comunalidad fortalece el funcionamiento de las
redes estratégicas por la percepción de colectividad, la identidad étnica y
organizacional, corresponsabilidad y codependencia, aunado a los valores de
reciprocidad y solidaridad, propios de la economía social, y
por tanto, del cooperativismo. Son éstos los ejes integradores, donde las
personas y su bienestar se convierten en el objetivo central de las
operaciones, y las actividades conjuntas –movilización social- que implican la
inversión de trabajo, tiempo y dinero de los mismos socios como medios para el
bien común.
Figura
3
Ecosistema
de amigos de la Tosepan
Fuente. La influencia de la comunalidad en el
objetivo común de lograr el bienestar de las personas a través del trabajo en
redes, emulando un bordado tradicional náhuat (Díaz García, 2022).
La
confianza entre los miembros de las redes implica la seguridad de que quienes
se acercan para realizar trabajo colaborativo tienen el mismo compromiso para
solucionar problemas que les son comunes. La reputación y el planteamiento de
los objetivos del trabajo propuesto permiten confirmar el interés genuino en la
colaboración y, como la ayuda mutua es una costumbre comunitaria, se espera la
ayuda del otro en caso de necesitarla. Así mismo, el respeto al otro, a la
vida, al territorio y a la libre determinación es otro valor que ha favorecido
la permanencia de las redes, así como la solidaridad, entendida como el apoyo
sin condiciones que se puede dar a los socios y a los no socios en situaciones
difíciles.
Estos
valores se han validado tanto con socios comerciales como con proveedores o
cooperativas hermanas, con la aportación de bienes materiales, trabajo o tiempo
para apoyo mutuo cuando es necesario, como participación comunitaria. Los
valores compartidos -de adentro hacia afuera, es decir, partiendo de la
cosmovisión y no de la imposición administrativa- así como el reconocimiento de
los socios estratégicos –amigos, generalmente
líderes de opinión o académicos, voluntarios en su mayoría, que funcionan como
voceros o asesores técnicos- como seres humanos, son los pilares que han
favorecido y fortalecido a lo largo de los años a las redes estratégicas.
Finalmente,
al considerar que estos son resultados de un caso de estudio único, no se
pueden generalizar. Además, la relación establecida tanto con el tema de
investigación como con los participantes generó un encantamiento ideológico que
claramente puede influir en la interpretación de resultados. Por tanto, se
encuentra una oportunidad en la realización de una investigación similar en
otra organización, que sea también de un pueblo originario y que haya logrado
permanecer por un largo periodo de tiempo para contrastar los resultados y
verificar que los valores de la comunalidad organizacional, principalmente la
orientación al bien común o Yeknemilis es el elemento que fortalece las relaciones con
pares.
Abrar, A., Gohar, M., & Shoaib, S.
(2018). Social entrepreneurship
as creative destructors. Abasyn University Journal of Social Sciences, 1–20.
http://ajss.abasyn.edu.pk/admineditor/specialissue/papers/CP
Agostini, L., & Wegner, D. (2018). How government
policies shape the development process of strategic networks. Business Excellence, 22(2), 146-164. https://doi.org/10.1108/MBE-10-2017-0075
Alister, C., Coloma, J., & Padilla, G.
(2021). Cooperativas de trabajo como
estrategia frente a la precariedad laboral. El caso de Cooperativa Trabajo
Vivo. Ariadna EdicionesOpenAIRE,
113-130. http://books.openedition.org/ariadnaediciones/4967
Álvarez-Gayou Jurgenson, J. A. (2019). Cómo hacer investigación cualitativa. Fundamentos y metodología
(13ª ed.). Paídós.
Antoldi F., & Cerrato D. (2020). Trust, control, and value creation in strategic
networks of SMEs. Sustainability (Switzerland), 12(6), 1-20. https://doi.org/10.3390/su12051873.
Aquino Moreschi,
A. (2013). La comunalidad como
epistemología del Sur: Aportes y retos. Cuadernos del Sur. Revista de Ciencias Sociales, 18(34),
7-19. https://cuadernosdelsur.com/revistas/34-enero-junio-2013/
Boege,
E. & Fernández, L.E. (Coordinadores). (2022). Códice Masewual.
Plan de vida 2017-2057. Soñando los próximos 40 años. Líneas estratégicas del
Plan de Vida y programas para el florecimiento. Sociedad Cooperativa
Agropecuaria Regional Tosepan Titataniske.
BUAP/Rosa Luxemburg Stiftung.
Bonner,
J. M., Kim, D., & Cavusgil, S.T. (2005).
Self-perceived strategic network identity and its effects on market performance
in alliance relationships. Journal of
Business Research, 58(10), 1371-1380. https://doi.org/10.1016/j.jbusres.2004.07.002
Borch O. J., Arthur M. B. (1995). Strategy networks among
small firms: Implications for strategy research methodology. Journal of Management Studies, 32(4),
419-441. https://doi.org/10.1111/j.1467-6486.1995.tb00783.x
Canedo Vásquez, G. (2008). Una
conquista indígena: Reconocimiento de municipios por “usos y costumbres” en
Oaxaca (México). La economía política de
la pobreza / Alberto Cimadamore (comp.). CLACSO.
Canestrino, R.,
Ćwiklicki, M., Di Nauta, P., & Magliocca, P. (2019). Creating social value through
entrepreneurship: The social business model of La Paranza. Kybernetes, 48(10), 2190-2296. https://doi.org/10.1108/K-03-2018-0135.
Cardoso-Hernández, I.,
Luna-Nemecio, J., & Arribalzaga Tobón, V. M. (2023). Tecnología ambiental
ancestral, fundamentos prehispánicos para pensar la sustentabilidad
regenerativa. Entreciencias: Diálogos En La Sociedad Del Conocimiento, 11(25),
1–14. https://doi.org/10.22201/enesl.20078064e.2023.25.84247
Chandra,
Y. (2016). A rhetoric-orientation view
of social entrepreneurship. Social Enterprise Journal,
12(2), 161-200. http://dx.doi.org/10.1108/SEJ-02-2016-0003
Cobo, R., Paz Paredes, L., & Bartra A. (2018). ¡Somos Tosepan! 40 años haciendo camino (1a
ed.). Circo Maya.
Cruz
Moreno, I. A., Zizumbo Villarreal, L., & Pérez
Ramírez, C. A. (2019). La comunalidad en espacios re-creados:
Una mirada teórica metodológica. Revista Ateliê
Geográfico, 13(2), 6–29. https://doi.org/10.5216/ag.v13i2.47314
Díaz
García, L. (2022). La comunalidad en
empresas sociales: Aspecto clave de sus redes estratégicas. Caso Tosepan (Tesis Doctoral, Universidad Popular Autónoma
de Puebla).
Díaz, Gómez, F., Cardoso, R., &Robles,
S. (2007). Floriberto Díaz, Comunalidad
energía viva del pensamiento Mixe; (14). UNAM, Dirección General de
Publicaciones y Fomento Editorial. México.
ES. El Portal de la Economía
Solidaria (2022). Carta de Principios
de la Economía Solidaria. https://www.economiasolidaria.org/carta-de-principios-de-la-economia-solidaria/
Flores
Amador, C., Zizumbo Villarreal, L., Cruz Jiménez, G.,
& Vargas Martínez, E. E. (2014). Economía social, comunalidad: Orientación
teórica para el turismo rural, como alternativa de desarrollo. Revista
mexicana de Ciencias Agrícolas, 5(9), 1645-1658. https://doi.org/10.29312/remexca.v0i9.1054
Flores, M., & Rello.,
F. (2001). Capital social: Virtudes y limitaciones. Ponencia presentada en la
Conferencia Regional sobre Capital Social y Pobreza. Chile: CEPAL y Universidad
del Estado de Michigan.
Gallego
Bono, J. R., & Tapia Baranda, M. R. (2019). Los valores de la economía
social como impulsores del cambio en clústeres con fuerte fragmentación del
conocimiento: El caso de la caña de azúcar en Veracruz (México). CIRIEC-España, Revista de Economía
Pública, Social y Cooperativa, 97, 75-109. https://doi.org/10.7203/CIRIEC-E.97.14108
Gopalkrishnan, S. (2013). A new resource for social
entrepeneurs: Technology. American
Journal of Management. 13(1), 66-78. http://www.na-businesspress.com/AJM/GopalkrishnanSS_Web13_1_.pdf
Guerrero, O. A. (2013).
La comunalidad como herramienta: Una metáfora espiral. Cuadernos del Sur. Revista de Ciencias Sociales, 18(34),
39-55. https://cuadernosdelsur.com/revistas/34-enero-junio-2013/
Guerrero, O. A. (2015). La comunalidad como herramienta: Una
metáfora espiral II. Bajo el volcán, 15(23),
113-129. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México. http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=28643473007
Gulati, R., Nohria, N., & Zaheer,
A. (2000). Strategic networks. Strategic
Management Journal, 21(3), 203-215. https://doi.org/10.1002/(SICI)1097-0266(200003)21:3<203::AID-SMJ102>3.0.CO;2-K
Hagedoorn,
J., Roijakkers, N., & Van Kranenburg,
H. (2006). Inter-firm
R&D networks: The importance of strategic network capabilities for
high-tech partnership formation. British
Journal of Management, 17(1), 39-53. https://doi.org/10.1111/j.1467-8551.2005.00474.x.
Hernández-Sampieri, R. & Mendoza, T.C.P. (2018). Metodología de la
investigación (13a. ed.). Mc Graw Hill.
ICA. International
Cooperative Alliance. (2022, junio 30). https://www.ica.coop/en
Jarillo, J. C. (1988). On strategic networks. Strategic Management Journal, 9(1),
31-41. https://doi.org/10.1002/smj.4250090104
Jasso, V. J., &
Torres, V. A. (2008). La gestión del conocimiento en las empresas y
organizaciones: el dilema de la absorción, creación, resguardo y aprendizaje. Revue Sciences de Gestion, (66), 258–302.
Kohtamäki, M., Thorgren, S., & Wincent, J. (2016)
Organizational identity and behaviors in strategic networks. Journal of business and industrial
marketing, 31(l), 36-46. https://doi.org/10.1108/JBIM-07-2014-0141
Labrador Machín, O.,
Alfonso Alemán, J. L., & Rivera Rodríguez, C. A. (2017). Enfoques sobre la
economía social y solidaria. Cooperativismo
y Desarrollo, 5(2), 137–146. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6231786
LESS. Ley de la Economía Social y Solidaria.
(2019). https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/101052/2.-_Ley_de_Econom_a_Social_y_Solidaria.pdf
Maldonado, A. B. (2013). Comunalidad y responsabilidad autogestiva. Cuadernos del
Sur. Revista de Ciencias Sociales, 18(34).
21-27. https://cuadernosdelsur.com/revistas/34-enero-junio-2013/
Martínez Luna, J.
(2004). Comunalidad y desarrollo.
Diálogos en la acción, segunda etapa. Culturas populares e indígenas. 335-354.
DGCPI. https://abacoenred.com/wp-content/uploads/2020/10/Comunalidad-y-desarrollo.pdf
Mahfuz Ashraf, M., Razzaque, M. A., Liaw,
S. T., Ray, P. K., & Hasan, M. R. (2019). Social business as an entrepreneurship model in
emerging economy: Systematic review and case study. Management Decision, 57(5), 1145-1161. https://doi.org/10.1108/MD-04-2017-0343.
Mateo, G., Méndez Reyes, J., & Solveira, B. (2011). Presentación del Dossier Economía Social, cooperativismo agrario e
intervención estatal: Estudios de caso en Argentina y México / Presentation Dossier Social Economy,
Agricultural Cooperativism
and State Intervention:
Argentina and Mexico Cases. Mundo Agrario, 11(22). http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1515-59942011000100012&lng=en&tlng=en
Martínez Chaterina, A.
(2015). Las cooperativas y su acción sobre la sociedad. REVESCO. Revista de Estudios Cooperativos, 117, 34-49. Facultad de
Ciencias Económicas y Empresariales. Madrid, España. http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=36735416003
Miller,
N. J., Besser, T., & Malshe,
A. (2007). Strategic
networking among small businesses in small US communities. International Small Business Journal, 25(6), 631-664. https://doi.org/10.1177/0266242607082525.
Miranda Alonso, D. I. (2017). Diversificación de cultivos y exportación de café orgánico. Unión de Cooperativas Tosepan Titataniske. Sagarpa, México.
Narrillos Roux, H.
(2013). Economía social: Valoración y
medición de la inversión social: método SROI. Madrid: Ecobook.
Nava Morales, E. (2013). Comunalidad: semilla teórica en
crecimiento. Cuadernos del Sur. Revista de Ciencias Sociales, 18(34).
57-69. https://cuadernosdelsur.com/revistas/34-enero-junio-2013/
Pérez Ramírez, C.,
Zizumbo Villarreal, L., Moterroso Salvatierra, N., & Madrigal Uribe, D.
(2012). Marco metodológico para el
turismo rural: Perspectiva de análisis desde la comunalidad. Estudios y Perspectivas en Turismo, 21, 436 – 460. https://www.estudiosenturismo.com.ar/PDF/V21/N02/v21n2a10.pdf
Portales,
L., & Arandia Pérez, O. (2015). Emprendimiento y
empresa social como estrategia de desarrollo local. Recherches
en Sciences de Gestion,
(111), 137–157. https://doi.org/10.3917/resg.111.0137
Porter,
M. E. (1982). Estrategia competitiva.
Técnicas para el análisis de los sectores industriales y de la competencia. Grupo
Editorial Patria.
Rosas Baños, M., Correa
Holguín, D., & Cruz Álvarez, A. (2013). Economía solidaria y comunalidad en
la construcción del progreso rural: El caso de La Nevería en México. Spanish Journal of Rural Development, IV (2). 69-78. https://doi.org/10.5261/2013.GEN2.07
Sánchez, M., Chang, E., Camacho, K. & Bonett, K. (2014). Microemprendimientos, asociatividad y gestión de
organizaciones sociales. Sotavento MBA, 24,
44-56.
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5137566
Santos López, A. M.
(2014). La comunalidad y las mujeres indígenas en Oaxaca: Enseñanzas de las
expresidentas municipales de Tlalixtac de Cabrera, Guelatao de Juárez y Santa
María Yavesía. Cuadernos del Sur. Revista
de Ciencias Sociales, 19(36), 61-69. https://cuadernosdelsur.com/revistas/36-enero-junio-2014/
Solórzano García, M.,
Rodríguez Guzmán, A.P., & Real Castelao, S. (2021). Construir el territorio
desde la economía social y solidaria y el feminismo: proyecto “Quédate”. Revista Euroamericana De Antropología, (10),
177-201. https://doi.org/10.14201/rea202010177201
Smith, W. K., Gonin, M., & Besharov, M. L. (2013). Managing social-business tensions: A review and
research agenda for social enterprise. Business
Ethics Quarterly 23(3), 407-442. https://doi.org/10.5840/beq201323327
Spieth, P., Schneider, S., Claub,
T., & Eichemberg, D. (2018). Value drivers of
social business: A business model perspective. Long Range Planning, 1-18. https://doi.org/10.1016/j.lrp.2018.04.004
Stake, R.E. (1999). Investigación con estudio de casos (2ª ed.). Morata.
Tosepan. (2021, enero 30). Página oficial de Tosepan Titataniske. http://www.tosepan.com/index.htm
Valencia, L.E. (2010). Hacia la modernización orgánica y el
fortalecimiento democrático de la acción comunal en Colombia. Administración & Desarrollo, 38(52),
201-209. ISNN-e 0120-3754. https://revistas.esap.edu.co/index.php/admindesarro/article/view/165/pdf
Vázquez, M. M., &
Portales, L. (2014). La empresa social como detonadora de calidad de vida y
desarrollo sustentable en comunidades rurales. Pensamiento y Gestión, Universidad del Norte, 37, 255-284. https://rcientificas.uninorte.edu.co/index.php/pensamiento/article/view/7028
Yin, R.K. (2014) Case
Study Research: Design and Methods
(5th ed.). Thousand Oaks, CA: SAGE.
Yunus, M., Moingeon, B., &
Lehmann-Ortega, L. (2010). Building social business models: Lessons from the
grameen experience. Long Range Planning, 43(2–3), 308–325. https://doi.org/10.1016/j.lrp.2009.12.005
[1] Doctora en
Planeación Estratégica y Dirección de Tecnología, Docente de Tiempo Completo
del Departamento de Ciencias Económico-Administrativas del TecNM campus Puebla.
Línea de investigación: Emprendimiento solidario, mercadotecnia y desarrollo de
nuevos productos. lucero.diaz@puebla.tecnm.mx ORCID ID: 0000-0002-1965-2565.
[2] Doctor of Management in Information Systems and Technology, Docente de tiempo completo en la Vicerrectoría de Posgrados e Investigación
de la Universidad Popular Autónoma de Puebla. Línea de
investigación: Adopción y uso de tecnología de la información, liderazgo y
gestión estratégica de organizaciones. josemaria.bedolla@upaep.mx ORCID ID: 0000-0003-3418-9940.
[3] Maestra en
Administración Pública. Docente de tiempo completo del Departamento de Ciencias
Económico Administrativas del TecNM campus Puebla. Líneas de investigación:
Modelos de Negocios, emprendimiento y start up. aurora.cuautle@puebla.tecnm.mx ORCID ID: 0000-0003-4997-4562.