La transición
agroecológica de los pequeños productores de huertos familiares
The agroecological
transition of small producers of home gardens
Diana,
Castellanos-Guzmán1, Arcelia, Toledo-López2, Dora Lilia,
Guzmán-Cruz3
Resumen
En
este trabajo se describe el proceso de investigación acción participativa (IAP)
en la comunidad de Cuilápam de Guerrero, Oaxaca, en un contexto de
confinamiento causado por la pandemia de covid-19 (2021), situación que motivó
el interés por la actividad agrícola y de traspatio en algunos habitantes. El
objetivo de esta investigación fue generar alternativas agroalimentarias, a
través de huertos familiares agroecológicos, para reducir la inseguridad
alimentaria de las familias de pequeños productores agrícolas de subsistencia.
Se
integró un grupo solidario de 10 participantes de 7 Unidades de Producción
Familiar (UPF), interesados en la transición agroecológica para producir
alimentos más sanos y saludables. Siguiendo la metodología IAP, se identificaron
las necesidades de capacitación y se programaron los talleres con enfoque agroecológico.
A través de este proceso, los participantes obtuvieron nuevos conocimientos
para la práctica agrícola, intercambiaron saberes y establecieron valores dentro
del grupo de trabajo como, la solidaridad, ayuda mutua, cooperación,
reciprocidad y compromiso con el entorno.
Palabras
Clave: Investigación acción participativa, agroecología, huertos
familiares.
Abstract
This paper describes the
participatory action research (PAR) process in the community of Cuilápam de
Guerrero, Oaxaca, in the context of confinement caused by the covid-19 pandemic
(2021). This situation motivated interest in agricultural and backyard activity
in some inhabitants. This research aimed to generate agri-food alternatives
through agroecological family gardens to reduce the food insecurity of families
of small subsistence agricultural producers.
A solidarity group of 10
participants of 7 Family Production Units (FPU) interested in the
agroecological transition to produce healthier and healthier food, was
integrated. Following the IAP methodology, training needs were identified, and
workshops with an agroecological approach were scheduled. Through this process,
the participants obtained new knowledge for agricultural practice, exchanged
knowledge and established values within the working group, such as solidarity,
mutual aid, cooperation, reciprocity, and environmental commitment.
Key words: Participatory action research, agroecology, home
gardens.
Códigos JEL: Q12,
Q13, M11
1 Maestra en Gestión de
Proyectos para el Desarrollo Solidario; Instituto Politécnico Nacional, CIIDIR
unidad Oaxaca; desarrollo solidario y comunitario; dcastellanosg2100@alumno.ipn.mx
2 Doctora en Filosofía en
Administración; Profesora; Instituto Politécnico Nacional, CIIDIR unidad
Oaxaca; Estrategias de negocios
y comportamiento organizacional de las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs) de sectores fragmentados; artoledol@ipn.mx
orcid.org/0000-0002-2328-5438
3 Maestra en
Administración; Profesora; Instituto Politécnico Nacional, CIIDIR unidad
Oaxaca; gestión estratégica de los pequeños negocios; dlguzmanc@ipn.mx;
orcid.org/.0000-0002-9815-3229
Introducción
La Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura, (FAO) en el año 2018 declaró el año de la
seguridad alimentaria y nutrición en el mundo. Estableciendo que el acceso a alimentos inocuos, nutritivos y suficientes
se debe considerar como un derecho humano, para acabar el hambre y romper el
ciclo intergeneracional de malnutrición, indicando que se requiere un campo hacia
la agricultura para que tome en cuenta la nutrición y sistemas agroalimentarios
para proporcionar alimentos inocuos y de calidad para que el ser humano mantenga
una dieta saludable. Este año fue un compromiso y reto para el mundo porque depende de diferentes circunstancias externas que, al
alterarse, impactan en la seguridad alimentaria. Los fenómenos naturales y el
cambio climático, que provoca largas sequías e inundaciones, son las causas
principales de graves crisis alimentarias en las regiones donde se presentan,
pero también existen otras causas, económicas y sociales (Boix, 2021).
En las
condiciones actuales el consumo de alimentos frescos e inocuos es fundamental.
La pandemia de covid-19 subrayó la importancia de mantener una dieta sana que
contribuya a mantener una buena salud (Macaroff,
2021). La crisis de salud mundial puso
de manifiesto la mayor vulnerabilidad para acceder a una alimentación sana de
las familias, principalmente en los países en desarrollado, por esta razón,
organismos internacionales y nacionales promueven iniciativas para el cultivo
de alimentos a través de huertos familiares, con la finalidad de mejorar los
medios de subsistencia y el nivel de vida de las poblaciones.
Para
la FAO-UN y CEPAL (2020), la pandemia del covid-19 aumentó la inseguridad
alimentaria en el mundo. Las restricciones de movilidad y el confinamiento redujeron
en gran medida los ingresos económicos de las familias, y por ende el acceso a
alimentos de calidad y nutritivos. La pandemia incrementó la inseguridad alimentaria
de los hogares más pobres y puso en riesgo el bienestar de las familias, la
falta de acceso actividades económicas implicó también la falta de acceso a
alimentos por las condiciones de subsistencia en que se vive en las comunidades
más pobres del mundo. La pobreza sigue
siendo la causa principal del hambre y la desnutrición debido a “que impide a
la gente pobre producir o comprar los alimentos, independientemente de cuánto
haya disponible” (González, 2014, p.7).
La crisis de la pandemia también
afectó fuertemente a los pequeños productores, quienes, en la mayoría de los
casos, dependen de la venta de sus productos para obtener ingresos diarios para
la compra de alimentos. En Oaxaca, según el Centro de Estudios Sociales y de
Opinión Pública, la tercera parte de la población ocupada de esta entidad pertenecen
al sector primario, y que dicha población se encuentra condiciones de la
pobreza
En el contexto de la pandemia, la falta de
oportunidades de mercado por las restricciones de movilidad limitó a las
familias campesinas el acceso a alimentos variados y nutritivos. Además, redujo
los ingresos económicos para continuar trabajando en las actividades cotidianas,
así como los gastos familiares. La falta de ingresos generó cambios en las
actividades laborales del campo, los productores ya no tuvieron dinero para
comprar semillas, agroquímicos, abonos, maquinaria, etc., para continuar con la
agricultura tradicional, lo que afectó aún más la seguridad alimentaria (Salazar
et al., 2020). En contraste, según la SADER
(2023) el sector agroalimentario de México aumento el 4.5% de las exportaciones
con respecto 2022, y que durante la pandemia el sector cerró con un superávit de
7,192 millones de dólares, a pesar de que disminuyo en 39.9% respecto al cierre
de 2020 (SIAP 2021), pero en 2020 el sector primario creció en un 2.1%, lo que
se refleja en un incremento de las exportaciones de productos agroalimentarios
durante la pandemia del covid-19 (INEGI, 2021; SIAP, 2021). No obstante, este
crecimiento no es equivalente para producción agrícola nacional y tradicional
de México, que enfrentó problemas altos costos de insumos y productos, bajos de
precios y disminución de ventas (INEGI, 2022), lo que pone en riesgo la
producción de alimentos en el futuro (Salazar et al., 2020) y la seguridad
alimentaria de las familias más vulnerables de las áreas rurales, donde persisten
formas tradicionales y ancestrales de producción de alimentos, en pequeña
escala, como lo es el sector agroalimentario de las regiones de Oaxaca(CESOP,
2023).
El
objetivo de esta investigación fue generar alternativas agroalimentarias para
reducir la inseguridad alimentaria, a través huertos familiares agroecológicos,
de las familias de pequeños productores agrícolas de subsistencia mediante la
aplicación de la metodología acción participativa. Para esta investigación se trabajó
con 7 unidades de producción familiar de la comunidad de Cuilápam de Guerrero
Oaxaca. Con la finalidad de contribuir a que las familias de los pequeños productores
tengan acceso a alimentos frescos e inocuos que, de otra forma, resultarían
fuera de su alcance por el precio en el que se ofertan en mercados orgánicos.
El
presente documento se estructura en tres secciones, en la primera se describe
el contexto teórico base que justifica la investigación, luego se describe la
metodología y finalmente se presentan los resultados y conclusiones de la
investigación.
Los huertos familiares y la
seguridad alimentaria
En México, de acuerdo
con el Censo Agropecuario 2017, existen 9.4 millones de terrenos rurales (194
millones de hectáreas), se calcula que 6.4 millones de dichos terrenos son
agrícolas, 96.8% de los productores realiza la agricultura a cielo abierto como
su actividad principal, el 51.9% son pequeños productores, que tienen menos de
2 hectáreas. Las entidades federativas donde predominan los terrenos con mayor
superficie de actividad agrícola son Tlaxcala (76% de su superficie) Oaxaca
(62%) y Chiapas y Guerrero (56%). El 52.0% de estas están ubicadas en
localidades de alta marginación y el 16.4% en localidades de muy alta
marginación (INEGI, 2016).
Censo Agropecuario (INEGI,
2016) reporta aproximadamente 4.2 millones de medianos y pequeños productores
agropecuarios, los cuales representan el 90 % del total de productores del país
y generan la mitad de la producción nacional. A pesar de lo anterior, estos
productores carecen de potencial productivo, se caracterizan por una baja
productividad, asociada al bajo nivel de activos; a la falta de acceso a
tecnología, insumos y servicios estratégicos. Sin embargo, generan 6 de cada 10
empleos del sector agropecuario, contratados y familiares; proveen 40 % de la
oferta nacional de granos básicos y trabajan con más de 300 cultivos.
Sobre los sistemas de
producción agrícola, según la Encuesta Nacional Agropecuaria (ENA) en 2019, el
67.4% de las unidades de producción dijeron utilizar fertilizantes químicos,
mientras que el 24.4% emplea los abonos naturales. El 60.2% utiliza coa o
azadón, mientras que sólo el 29.2% emplea sembradoras. Con respecto al acceso
de financiamiento, únicamente el 8.4% de las unidades de producción obtuvieron
algún crédito o préstamo. En cuanto a las principales problemáticas que
enfrentan el 73.8% de las unidades de producción son los altos costos de insumos
y servicios como: combustible, energía eléctrica, semillas, fertilizantes, mano
de obra, entre otros, mientras que 33.1% de las unidades reportaron dificultades
para la comercialización debido a precios bajos de los productos y bajas ventas.
De las problemáticas
y cambios que ha enfrentado el sector, hace insostenible la producción agrícola
tradicional en las regiones más pobres del país. Para Duru,
Therond y Fares (2015) en sistema agrícola tradicional
de insumos químicos y de eficiencia productiva está transitando a una agricultura
basada en la biodiversidad gestionada a nivel local, para contribuir a la
seguridad alimentaria de las familias campesinas de pequeña escala, a la vez
que contribuye a medio ambiente a través de la transición agroecológica con y
entre el sistema agrícola, cadena de suministros y la gestion de los recursos
naturales. Ibarra, Caviedes, Barreau y Pessa (2019), la
agroecología es una manera de transformar los sistemas de alimentación que han
sido afectados por la producción industrial de alimentos; se considera una
alternativa para mejorar y fortalecer los sistemas alimentarios y ambientes
rurales devastados.
La transición agroecológica es un enfoque integral
entre la ecología y lo social que tiene como objetivo reducir la contaminación
ambiental, el deterioro de recursos naturales de los sistemas de producción
convencional intensiva que produce grandes cantidades de alimentos para los
mercados mundiales a costa de la deforestación, el uso de agroquímicos, la
escasez de agua, la pedida de biodiversidad, entre otros daños al medio
ambiente (López-Garcia et al., 2021; SADER, 2023,). La transición hacia una agricultura
amigable con el ambiente es una mejor alternativa para hacer ciencia con la
gente a nivel local y en conjunto con investigación- acción participativa
facilita la transición agroecológica con principios ecológicos y sociales para garantizar
la seguridad alimentaria de las familias de los pequeños productores agrícolas
en contextos rurales, donde las familias son los principales actores de acción colectiva
para generar alternativas de gestion agroalimentarias sostenible (Duru et al., 2015; López-Garcia et al., 2021 SADER, 2023).
En los contextos rurales, la transición agroecológica
se desarrolla dentro del enfoque de la agricultura familiar con saberes
ancestrales para la producción de alimentos para el autoconsumo y
comercialización de excedentes, la producción es orgánica en pequeña escala (López-Garcia
et al., 2021). La agricultura familiar es
un tipo de producción clave para garantizar la seguridad alimentaria, que puede
disminuir el hambre, generar empleo rural, reducir la pobreza, conservar la
biodiversidad, mitigar el cambio climático y preservar el medio ambiente (FAO-UN
y CEPAL, 2020) y es un medio fundamental para el sustento y bienestar de las
comunidades rurales y se manifiesta a través de los huertos familiares.
México es una de las
regiones geográficas con mayor número de huertos familiares del mundo, que en
las últimas seis décadas se ha extendido en las regiones rurales y urbanas con valiosas
contribuciones. Este modo de producción se caracteriza por ser tradicional y
ecológicamente sustentable, consiste en la producción de cultivos variados que
complementan la dieta familiar y en la mayoría de los casos generan un ingreso
económico adicional, además, minimizan la dependencia del abasto
exterior de alimentos e insumos y permiten optimizar el uso de los recursos
propios en la producción (Maroyi, 2009).
Los huertos
familiares, pueden representar pequeños espacios de resistencia contra los
procesos de homogeneización cultural, agrícola y alimentaria. El cultivo de
huertas fortalece el ejercicio político y el derecho de personas, familias y
pueblos a definir sus sistemas de producción de manera ecológica, económica y
socialmente coherentes a su contexto (Ibarra et al., 2019). Para
González (2003) el huerto familiar es también un lugar que puede tener una
actividad económica y de esparcimiento para la familia, constituyéndose en una
expresión cultural de los pueblos rurales mexicanos.
González (2015) señala que el huerto familiar
es un sistema de conocimientos que responden a una lógica y criterios de
racionalidad basados en una cosmovisión del mundo, los cuales son validados y
transmitidos de generación en generación por mecanismos propios de la tradición
cultural, a partir de esta transmisión de saberes, los grupos étnicos construyen
su concepción y representaciones del proceso de salud-enfermedad.
Algunos estudios sobre el impacto de los
huertos familiares en la seguridad alimentaria de las comunidades rurales
aseguran que a través de la transición agroecológica se puede contribuir de
manera económica y saludable a la alimentación nutritiva y de calidad de las
familias. Dejar de producir de manera tradicional para buscar alternativas de
producción limpia, libre de agroquímicos e inocuos es el gran paso para una
alimentación saludable, nutritiva y segura. Por ejemplo, en el estudio de Zurita
(2012) sobre el análisis etnobotánico y ecológico de 17 huertos familiares de
San Andrés Paxtlán en Miahuatlán, Oaxaca y encontró que
por cada 5.2 habitantes existe un huerto familiar, los cuales son fuente de alimentos
para 89 personas; las especies
sembradas son comestibles con fines nutricionales y tienen un aporte a la
alimentación de la familia como la calabaza, anona, naranja, aguacate, Manzana,
níspero, chabacano, tejocote, capulín, guajes, maíz, trigo y frijoles, además
de plantas medicinales y ornamentales.
Ordoñez, Ordoñez y Lope-Alzina
(2018) realizaron un Atlas biocultural de huertos familiares en tres estados
del país: Hidalgo, Oaxaca y Chiapas para analizar la contribución de los
huertos a la seguridad alimentaria. En Oaxaca trabajaron en las ocho regiones y observaron el crecimiento de 114 especies vegetales
cultivadas y arvenses nativas que aportan a la alimentación de las regiones más
pobres del país. La presencia de los huertos familiares en México es muy antigua.
No obstante, existen escasos estudios que limitan visibilidad de la aportación
de esta actividad en la economía y bienestar de las familias en contextos
rurales e indígenas, por lo que es importante impulsar proyectos que transmitan
conocimiento sobre un adecuado manejo los huertos familiares. Para López-Garcia
et al. (2021) en la literatura agroecológica existe escasa evidencia empírica sobre
los procesos de transición agroecológica aplicado a la agricultura en pequeña
escala para la seguridad alimentaria. La mayoría de los estudios están
dirigidos a mejorar la relación de la agricultura y el medio ambiente, analizar
la cadena de suministro y el fortalecimiento de los múltiples stakeholders del sistema agroalimentario.
De la Rosa-Reyes et al. (2014), en su estudio
sobre los huertos familiares y seguridad alimentaria en Cuilápam de Guerrero,
Oaxaca, analizaron 20 huertos del barrio San Juan (primera y cuarta sección), por
ser zonas por la disponibilidad del agua, estructura, función y manejo de los
huertos familiares. concluyeron que en los huertos cultivaban especies
comestibles como frutos entre las que destacan la lima, nopal calabaza; así
como especies medicinales, como: hierbabuena, manzanilla, sábila y árnica. En
este contexto el trabajo en el cultivo de milpa es responsabilidad del jefe de
familia, mientras que el huerto familiar está a cargo de la mujer, ambos
sistemas de producción fortalecen la seguridad alimentaria de la familia en todo
el año.
Álvarez-Hidalgo et al. (2017) implementaron la metodología
investigación-acción participativa (IAP) para desarrollar una experiencia en
capacitación y establecimiento de huertos familiares, desde un enfoque
agroecológico en el municipio de San Bartolomé Loxicha, Oaxaca, con el fin de
contribuir en la mejora de calidad de vida de las familias. La propuesta en
diseño, establecimiento y manejo de huertos familiares se adaptó a la condición
económica, social, cultural y geográfica de la región; promoviendo la
diversificación productiva e incorporando especies nativas, para una dieta
alimenticia más equilibrada y sana en las familias involucradas. En este
proyecto se logró como resultado la participación de 12 familias campesinas y
la consolidación de un grupo de trabajo compuesto por tres familias completas,
quienes recibieron capacitación sobre prácticas, dentro del intercambio de
experiencias se reconoció el trabajo de la mujer indígena y la seguridad
alimentaria de las familias.
Díaz-Ortega y Pérez-Flores
(2022)
aplicaron la metodología participativa para atender necesidades de seguridad
alimentaria y de utilidad en el ejercicio de las relaciones de solidaridad
entre mujeres de la comunidad rural El Sandial, Huayápam,
Oaxaca. lo que generó como resultado implementación de acciones colectivas y el
empoderamiento de las mujeres para la toma de decisiones para el beneficio
familiar. López-García et al., (2021) refiere que la metodología IAP en un
contexto rural tiene el objetivo de construir empoderamiento de la comunidad a través
del proceso de acción-reflexión colectiva, además permite combinar teoría,
acción y participación comprometida de los participantes con diferentes técnicas
que combinan conocimiento y análisis de poder para mejorar su entorno.
Así la
propuesta de este proyecto fue trabajar con un grupo de pequeños productores del
Barrio San Juan de Cuilápam de Guerrero, Oaxaca en el manejo de sus huertas
familiares, utilizando la metodología IAP para la organización y capacitación
para la identificación y solución de sus problemáticas productivas, así como para
fomentar la autogestión de los recursos propios y necesarios, para la
transición agroecológica de huertos familiares y el desarrollo de capacidades
que les permiten producir alimentos frescos y saludables de manera sustentable
que aporten a la seguridad alimentaria y a la economía familiar.
Método
La
metodología de trabajo fue la investigación acción participativa (IAP) para
llevar a cabo el proceso hacia la transición agroecológica. La IAP es una
metodología ampliamente utilizada en contexto de proyectos de intervención
apropiación y transferencia de tecnología en contextos de pobreza y del
campesinado
Méndez et al. (2017) refiere que los procesos
de la IAP representan espacios donde interactúan individuos y organizaciones
con diferentes antecedentes e historias (por ejemplo, campesinos e
investigadores, ONG y universidades), lo que en uno u otro momento generalmente
llevará a algún grado de conflicto, sin embargo, el nivel de IAP que se logre
dependerá del compromiso y participación de los involucrados.
López-García et al. (2021) señala que la IAP es
un método que facilita la interacción directa entre el investigador y los
campesinos para generar conocimiento en atención a las necesidades de los
actores. En una transición agroecológica la IAP contribuye al proceso de
aprendizaje para erradicar el hambre, además de un empoderamiento rural a través
de las construcciones de acciones y reflexión dentro del espiral
acción-reflexión-acción de todos los participantes. Establece 3 etapas de la metodología IAP: diagnostico
participativo, implementación de plan de acción, evaluación y supervisión,
previo al diagnóstico se debe hacer un diagnóstico, acercamiento y al final de
debe analizar la posibilidad del inicio de un nuevo ciclo.
Para la organización y desarrollo de este
proyecto se agrupa en cuatro etapas de la IAP: diagnóstico participativo
(incluye el prediagnóstico), diseño del plan estratégico, implementación y evaluación-
seguimiento. El enfoque para las cuatro etapas fue participativo, que involucra
la participación colectiva de los interesados en la identifican las necesidades
y la generación de propuestas de solución a sus problemáticas y necesidades,
acompañados por un grupo de especialistas para generar un proceso de
aprendizaje y conocimiento compartido.
El trabajo de campo se desarrolló en el Barrio
San Juan, perteneciente al Municipio de Cuilápam de Guerrero. Cuilapam de
Guerrero. Se localiza en la zona sur de los Valles Centrales en el estado de Oaxaca,
pertenece al distrito del centro, a 10 km de la Ciudad de Oaxaca de Juarez,
capital del Estado. Es una comunidad indígena de influencia mixteca. Las
lenguas indígenas más habladas es el Zapoteco (865 habitantes), Mixe (438
habitantes) y Mixteco (224 habitantes). La población total de Cuilápam de
Guerrero es de 26,882 habitantes, 37.3% de la población se ubica en
pobreza moderada y 20.1% en pobreza extrema (INEGI, 2020).
El trabajo de campo inició en abril 2021, con
una reunión informativa con los pequeños productores de la localidad como
acercamiento y análisis del contexto (prediagnóstico). No obstante, derivado intensificación
de las medidas de sanidad y restricciones de movilidad establecidos por las
autoridades de salud por pandemia covid-19, las actividades programadas para
iniciar la etapa de diagnóstico fueron suspendidas, ya que la comunidad prohibió
realizar todo tipo de reuniones para evitar contagios. Una vez que se redujeron
los números de contagios y que un mayor porcentaje de la población ya estaba vacunada,
se retomaron las actividades para la continuidad de las etapas de la
investigación-acción participativa en marzo de 2022, con una duración de 10
meses para completar las cuatro etapas (Figura 1).
Se formó un grupo solidario integrado por 7
Unidades de Producción Familiar (UPF) con 10 participantes. Estas unidades de
producción son unidades familiares de producción agroalimentaria en pequeña
escala, 5 tenían una extensión de menos de 0.5 hectárea y 2 eran de traspatio. El
50% los participantes fueron hombres y 50% mujeres. la edad de los
participantes fue entre los 33 y 56 años. para el 10% de los participantes, el
conocimiento agrícola de los pequeños productores fue hereditario y las
prácticas de producción fue ancestral adquirido a través padres y abuelos,
además contaban con terreno propio y mantienen la tradición de transmisión de
conocimiento a futuras generaciones involucrando a los hijos en el cultivo. En
la etapa de capacitación 3 de las 7 unidades de producción participantes
involucraron también a familia, principalmente a la esposa.
Figura 1
Línea de tiempo del proceso de
organización
Fuente: elaboración propia
con base en el método de trabajo de campo
Diagnóstico. Como primera etapa, se
llevaron a cabo encuestas con productores de la comunidad y se realizaron
talleres participativos para obtener información de las necesidades de los
productores, a través de los datos obtenidos en el diagnóstico participativo se
logró la caracterización de las UPF y se pudieron identificar las siguientes
problemáticas existentes: baja productividad del suelo, falta de capacitación y
apoyo técnico, alta dependencia y altos costos de insumos externos, falta de
conocimientos para el control de plagas, falta de agua, así como falta de
organización entre productores y alto grado de individualismo. Esta etapa fue
de marzo-abril de 2022.
Diseño del Plan Estratégico. En
esta segunda etapa, a través del análisis y debate de las problemáticas
detectadas en la etapa uno, se llevó a cabo la priorización de las necesidades
de capacitación, se diseñó un programa de capacitación agroecológica que
incluyó la producción de abonos y plaguicidas orgánicos para contribuir a la
regeneración de suelos, a la reducción de agroquímicos y a la recuperación de
técnicas y saberes ancestrales. Esta etapa fue de abril-agosto de 2022.
Para la implementación de la etapa tres
de la metodología, se llevaron a cabo los talleres y se establecieron
relaciones de cooperación y solidaridad con Instituciones educativas,
asociaciones civiles, colectivos, dependencias de gobierno y otras UPF de la
ciudad de Oaxaca. Esta etapa fue de agosto-noviembre de 2022.
La evaluación como última etapa, se
realizó tomando en cuenta las prácticas agroecológicas aprendidas y adoptadas
por las UPF, se realizó una nueva caracterización de las UPF para compararla
con la realizada en el diagnóstico y de igual manera se evaluaron los valores
solidarios establecidos dentro del grupo y con otras organizaciones y se llevó
a cabo la escalera de la participación
Resultados
Siguiendo la metodología IAP se describen los
resultados las cuatro etapas de la metodología implementada para el proceso
hacia la transición agroecológica:
Etapa 1. Diagnóstico y caracterización de las UPF
participantes en el proyecto
a)
Prediagnóstico y acercamiento al
contexto: En el Barrio
“San Juan” del Municipio de Cuilápam de Guerrero se propiciaron pláticas
informales y se tocaron temas de costumbres y problemáticas de la comunidad.
Los participantes de mantera colectiva identifican problemas como el
encarecimiento de los alimentos, la crisis de salud provocada por la pandemia
de Covid-19, el cambio del temporal climático que provoca escasez de lluvias,
el abandono del campo y la falta de apoyos para los productores.
Durante
los meses de enero a julio del año 2021 se participó en actividades organizadas
por el comité de vigilancia del Barrio San Juan, quienes realizaron recorridos
nocturnos con los vecinos, diariamente por las calles del mismo barrio, en los
cuales se estableció diálogo con algunos participantes, dentro de las
conversaciones se comentaron temas como: el alto costo de los fertilizantes, la
reducción de terrenos de siembra por la venta y construcción de casas (la
urbanización en zonas que eran destinados al cultivo), razón por la cual se ha
visto una disminución de la actividad agrícola y cría de animales de traspatio,
los cuales afectan la economía porque todos los alimentos son comprados y
dificultan el ahorro familiar.
El
cambio del ciclo de lluvias y la disminución de lluvias en la temporal de
producción desanima a los productores, porque se pone en riesgo la cosecha,
algunos vecinos recordaron que en años anteriores se cosechaba mejor y era
costumbre las prácticas del tequio y el trueque de productos y semillas, lo
cual aumentaba y fortalecía las relaciones entre los miembros de la comunidad.
Los participantes indicaron que durante la cosecha había más muestras de
solidaridad entre los vecinos ya que aportaban un refrigerio de café y pan para
los participantes en los rondines. En los recorridos de campo se identificaron
dos productores de maíz y hortalizas, que llevan algunos años sin usar
agroquímicos y siembran semillas criollas, además cuentan con suficiente
experiencia en el manejo de huertas, por lo que fueron seleccionados como informantes
clave del proyecto.
b)
Revisión documental: Se revisó
literatura referente a Agricultura Familiar, Agroecología, estudios de caso de
organizaciones campesinas que han transitado a sistemas de producción
sustentables y han propiciado el desarrollo de sus comunidades, principalmente
se analizó el artículo Los huertos familiares y la seguridad alimentaria de
Cuilápam de Guerrero, Oaxaca, México, trabajo de investigación realizado en las
secciones 1ª y 4ª de esta comunidad, cabe mencionar que, dentro de la sección
4ª se ubica el Barrio San Juan, donde se llevó a cabo el proyecto.
c)
Informantes clave: se seleccionó a
dos informantes clave quienes son productores que en su sistema de producción
agroalimentaria no usan agroquímicos y utilizan semillas criollas para la
siembra, con varios años experiencia en el proceso. Ambos informantes son
familiares (suegro y yerno) y trabajan de manera conjunta, se dedican al
cultivo de maíz criollo y hortalizas orgánicas desde hace tres años en la
comunidad, fueron los primeros interesados en iniciar con algunas actividades
que pudieran capacitarlos para mejorar sus cultivos. Por medio de diálogos
informales y de visitas a sus domicilios se obtuvo la información de otras
personas dedicadas a la actividad agrícola y que podían interesarse en formar
parte del proyecto. Así se realizó la invitación a diez productores de la zona.
d)
Encuestas: Se diseñó un
cuestionario preliminar de 20 preguntas abiertas y cerradas como instrumento de
medición para obtener datos socioeconómicos de los productores, las condiciones
bajo las cuales producen las UPF, los cultivos que siembran, las problemáticas
que presentan y las necesidades de capacitación que manifiestan, así como el
interés que los motivó a participar en el proyecto.
e)
Prueba Piloto: Se rediseñaron 4 versiones del
cuestionario hasta llegar a la versión final que consta de 25 preguntas de información sociodemográfica y productiva de diez UPF, lo
que capturó datos importantes acerca del funcionamiento, condiciones y manejo
de cada huerta familiar. La tercera versión se aplicó a uno de los
informantes clave como prueba piloto, con la finalidad de tener la seguridad de
que el cuestionario estaba redactado de acuerdo con el contexto, y que las
preguntas fueran claras. Se hicieron algunas adecuaciones al instrumento algunas
preguntas para obtener la versión final.
f)
Entrevistas semiestructuradas;
Se entrevistaron a 10 productores del Barrio San Juan para
obtener información sobre el conocimiento que tienen sobre la implementación de
huertos familiares, esto con la finalidad de capturar datos de forma directa,
recibir opiniones e ideas, así como anotar los temas de interés que manifiestan
para la retroalimentación y continuidad de las etapas del proyecto.
g)
Visitas de Campo: Se realizaron
recorridos de campo con la finalidad de observar las condiciones y
características de las huertas, en algunos casos se pudo observar el sistema de
riego de los cultivos y el trabajo familiar en las huertas.
El día 27 de abril del año 2021 se llevó a cabo
la primera reunión formal con un grupo de 12 personas, 9 de ellos productores
interesados en el proyecto, de manera colectiva se establecieron las dinámicas
de la reunión y cada uno de los asistentes se presentó y de manera breve y describió
su trabajo en actividades agrícolas, su ocupación principal y algunas
problemáticas que presentaban en sus cultivos. Al finalizar la reunión acordaron
trabajar en grupo para afrontar las problemáticas que presentaban en la
producción de los cultivos dentro de sus huertas familiares, y aceptaron
proporcionar más información para la integración del diagnóstico para determinar
el plan estratégico y la programación de la capacitación.
Etapa 2. Diseño del plan estratégico y programación
de las actividades
a) Una
vez identificadas las problemáticas colectivas de los participantes, se
diseñaron talleres para el análisis participativo, se realizaron mesas redondas
de discusión e intercambio de opiniones, para definir y contextualizar las
oportunidades e identificar los recursos con los que cuentan los productores
para resolver y priorizar las problemáticas para atender.
b) A
través de las asambleas participativas se establecieron las estrategias y
líneas de acción a seguir. Estas estrategias y líneas de acción fueron
participativo y colectivo, tomando en cuenta la opinión de cada uno de los
miembros del grupo. Las propuestas de acción final fueron sometida a consenso y
se tomaron decisiones colectivas.
c) Se
elaboró el plan estratégico y el cronograma de actividades, especificando los
recursos, fechas y los tiempos de ejecución.
d) Una de
las principales estrategias fue la necesidad capacitación al grupo. Se
definieron los temas prioritarios y se realizó la gestión necesaria para
invitar a posibles capacitadores para llevar a cabo los talleres.
e) Los
talleres de capacitación se llevaron a cabo bajo el enfoque de la metodología
aprender haciendo, para promover la experimentación y facilitar el aprendizaje
(Wompner, 2007). En esta etapa los saberes
tradicionales de cada participante fueron relevantes, hubo un intercambio de conocimientos
y experiencias.
Etapa 3. Implementación del programa de capacitación
En etapa se llevaron a cabo los talleres,
utilizando la técnica de aprender haciendo, la cual involucró la experimentación
en vez de la memorización u observación (Wompner,
2007). Se impartieron 8 talleres para la sensibilización, interacción y
aprendizaje de los participantes. El objetivo de los talleres fue establecido
integrantes del grupo de manera participativa y colectiva, quienes en consenso
expresaron sus necesidades para mejorar los procesos de producción con técnicas
agroecológicas. Los talleres fueron impartidos por especialistas en el tema de
instituciones e integrantes del grupo.
Los instructores de los talleres que aceptaron
participar en el proyecto son especialistas en el tema de cada taller, se logró
la colaboración de universidades, agricultores e instituciones de gobierno. Se
contó con la colaboración del Dr. Sabino Honorio Martínez Tomás especialista en
entomología agrícola del Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo
Integral Regional Unidad Oaxaca (CIIDIR Unidad Oaxaca) y Ing. Noé
Cruz García, agrónomo egresado del Instituto tecnológico del Valle de Oaxaca (ITVO)
y capacitador de la estrategia de acompañamiento técnico del programa federal.
Producción para el bienestar de la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural
(SADER), así como del pasante de biología: Juan Carlos Julián Morales con
el taller de asociación de cultivos,
quien es integrante y capacitador de la organización ideas comunitarias, A.C., el
colectivo de aprendizaje en alimentos sanos (CAAS ) un grupo formado por ideas
comunitarias A.C. y Santas Hiervas, A.C. entre otros productores y emprendedores
que capacitaron a las UPF de forma gratuita y como una acción de reciprocidad
se les invitó al taller de agrohomeopatia (Tabla 1).
Tabla 1
Talleres
de capacitación
No. |
Nombre del taller |
Objetivo |
Metodología |
1 |
Taller de Sensibilización;
“Unidos producimos mejor” |
Sensibilizar
a los productores acerca de los beneficios de la organización y la
participación para gestionar las soluciones a las problemáticas locales. |
Se formó una
mesa redonda y por turnos cada productor se presentó y, explicó los motivos
por integrarse al grupo, las problemáticas que enfrentan en el manejo de su
huerta familiar, al final se encontraron puntos de coincidencia y se reafirmó
el interés por organizarse. |
2 |
Taller de Presentación de Resultados del
Cuestionario |
Analizar las problemáticas que Identificadas con el
cuestionario y priorizarlas para elegir y programar los temas de
capacitación. |
Los productores reconocieron las problemáticas
que resultaron del análisis del diagnóstico y acordaron los temas de su
interés para la capacitación. |
3 |
Primer
taller de agro homeopatía. Capacitador.
Dr. Sabino Honorio Martínez Tomás (CIIDIR Unidad Oaxaca) |
Capacitar a
los productores sobre la preparación de fórmulas homeopáticas para el control
de plagas y enfermedades de los cultivos. |
El facilitador
expuso a los asistentes el origen y el uso de la agro homeopatía, el proceso
de preparación de las soluciones homeopáticas para que ellos pudieran
replicarlas con sus muestras de plaga. Los productores hicieron 3 equipos
para poner en práctica el proceso, cada equipo eligió
una plaga y elaboró los
siguientes compuestos: 1 compuesto
para plaga de limón 1 compuesto
para plaga de sandía 1 compuesto
para plaga de tomate |
4 |
2º. Taller de agro homeopatía. Capacitador. Dr. Sabino Honorio Martínez Tomás
(CIIDIR Unidad Oaxaca) |
Elaborar a partir de las muestras de plagas y
enfermedades llevadas por los productores, las diluciones para el control de
plagas y enfermedades. |
Como retroalimentación el capacitador expuso los
resultados de su investigación y experimentación para el control del picudo
de chile. Cada productor llevó su muestra de plaga para elaborar su compuesto
homeopático. 1 compuesto de plaga de aguacate 1 compuesto de plaga de pino 1 compuesto de plaga de frijol 1 compuesto de plaga de maíz Se intercambiaron compuestos entre los
productores Se integró un botiquín de compuestos homeopáticos
disponible para los miembros del grupo. |
5 |
Taller de
producción y aplicación de lombricomposta I. Capacitador:
Ing. Noé Cruz García (SADER) |
Capacitar a
los productores en el manejo adecuado de lombriz californiana para la
producción y aplicación de bioinsumos, para la
fertilización de sus huertas familiares. |
El
capacitador explicó a través de su unidad de producción la infraestructura
necesaria para la instalación del lombricompostero,
los cuidados y la alimentación para las lombrices, así como la técnica para
la cosecha de humus de lombriz y lixiviados. Los productores hicieron
preguntas y aclararon dudas. 1 Lombricompostero colectivo de madera. 3 costales
de 30 kg de humus de lombriz |
6 |
Taller de Elaboración de Bocashi. Capacitador: Lorena Robles, propietaria del
huerto “Terreno Familiar” y miembro del Colectivo CAAS |
Capacitar a los productores para el
aprovechamiento de recursos locales y disponibles, para la elaboración y
aplicación del bocashi. |
El taller se llevó a cabo en la huerta de uno los
productores del grupo, se inició con una dinámica de presentación de cada uno
de los integrantes del grupo a quienes la capacitadora entregó una tarjeta
con cada uno de los materiales usados para la elaboración del bocashi y su finalidad en el proceso. Después se procedió
a la elaboración del abono orgánico y al final se integró un programa semanal
de paleo para que cada integrante del grupo cumpliera con el rol de oxigenar
y monitorear el abono. Resultado: muestra de 3 costales de abono Bocashi. Aplicación en 2 parcelas de maíz y 1 de ejote. |
6 |
Taller de
Elaboración de Lombricompostero. Facilitador:
Lenin Abad Flores (integrante del grupo con conocimientos de carpintería) |
Diseñar y
elaborar un lombricompostero para la producción de
lombrices, para producir bioinsumos para las
huertas familiares. |
Uno de los
productores facilitó su asesoría y su herramienta para la construcción de 1 lombricompostero de madera para el grupo con capacidad
para 130 kg de humus. |
7 |
Taller de Asociación de Cultivos. Capacitador: Juan Carlos Julián Morales (Ideas
Comunitarias, A.C.) |
Conocer las especies que pueden asociarse en un
cultivo, para beneficiarse entre sí y mejorar su producción. |
Incorporación de nuevas especies a los terrenos
de cultivo. Aprovechamiento y cuidado de especies nativas. |
8 |
Taller de
Elaboración de Pomadas con hierbas nativas (Santas Hiervas, A.C.) |
Aprender a elaborar
pomadas de forma artesanal con plantas locales e insumos orgánicos. |
1 kg de
Pomada de caléndula y sábila. 1 kg de
árnica y cannabis. |
Fuente: elaboración propia con base en el método de trabajo
de campo
Desarrollo de la siembra e implementación de
prácticas agroecológicas
a) Cada
productor de acuerdo con su plan de cultivo sembró diferentes especies en la
huerta familiar, y en los talleres participativos se intercambiaron
experiencias del proceso de cultivo.
b) Se dio
seguimiento al proceso de cultivo en cada una de las huertas, a través de
recorridos de campo para revisar la aplicación de las técnicas agroecológicas
aprendidas, el uso adecuado de los recursos locales y detectar si había
presencia de plagas.
Etapa 4. Evaluación
Esta esta se dividió en
dos partes, la primera para la evaluación de la producción y participación
colectiva y la segunda la evaluación del nivel de y participación del grupo
integrado, dando como resultado la creación de una escuela de campo gestionado
por los pequeños productores del proyecto en conjunto con las organizaciones, gobierno
y universidades participantes.
Evaluación de
la producción y del grupo participativo
a) Para
la evaluación, se elaboraron formatos para que cada productor registre sus prácticas
de cultivo desde la siembra hasta la cosecha. En talleres participativos se
analizaron los resultados sobre el manejo de la huerta.
b) También
se integró un registro del número de productos cultivados dentro de la huerta
familiar para contabilizar la cantidad y variedad de alimentos disponibles para
autoconsumo. Se visitó cada una de las huertas se tomaron fotografías para
generar evidencias de las prácticas agroecológicas y de la calidad física y de
sanidad de los agroalimentos.
c) Mediante
talleres participativos se elaboró un censo de problemas que se presentaron en
el proceso de cultivo, se hizo una matriz de comparación para detectar problemáticas
comunes entre los productores y ofrecer alternativas de solución.
d) Se
midió el nivel de participación del grupo a través de la escalera de la
participación (Geilfus, 2009), así como los cambios
de actitud y percepción de los participantes (Figura 2).
Evaluación del nivel de Participación del Grupo
Solidario
Geilfus (2009)
refiere que la escalera de la participación muestra el grado participación de
los integrantes del proyecto en la toma de decisiones, mediante esta
herramienta se puede explicar cómo las personas involucradas pueden pasar de un
nivel de pasividad a ser protagonistas y tomar el control de sus acciones
(empoderamiento). El enfoque participativo es muy importante analizar el
desarrollo de los participantes. De acuerdo con la escalera de la participación,
en el escalón inicial de la intervención los participantes mostraron interés,
pero esperaban que la facilitadora les presentara un programa de capacitación
ya establecido, para saber qué tipo de beneficios podrían recibir por lo que se
encontraban en expectativa y mostraban cierta pasividad y desconfianza (Figura 2).
Figura
2
Escalera de participación
Fuente: Elaboración propia a partir de Geilfus (2009)
En la presentación de los resultados del
cuestionario diagnóstico, el 100% de los productores manifestó su interés por
la transición agroecológica para la solución de las problemáticas del manejo de
su huerta, pero mostraron desinterés por la formalización de una organización.
Para la capacitación, solicitaron que la facilitadora elaborara un plan de
trabajo para que ellos únicamente lo aprobaran. Cuando se les explicó el
enfoque participativo accedieron a integrar un grupo de trabajo y de manera
conjunta se eligieron los temas de capacitación.
Al inicio, para la impartición de talleres, la facilitadora
se encargó de la gestión y coordinación, se consiguió un local prestado para la
impartición de talleres. Por su parte, los participantes proporcionaron los
materiales solicitados para cada actividad y cooperaron con la aportación de
alimentos para compartir y productos cosechados y obsequiárselos a los
capacitadores.
Para la replicación de la elaboración de abono bocashi algunas de las participantes tuvieron la iniciativa
de hacerlo en conjunto y de manera cooperativa, se coordinaron para el
monitoreo y volteado del abono. Después de la aplicación de abono bocashi en dos parcelas de cultivo de maíz y ejote, en
sustitución de sulfato de amonio, se obtuvieron buenos resultados de producción
y se realizó el análisis de comparación de costos de ambos insumos, lo que
generó mayor interés y compromiso.
Como parte de la investigación- acción la
facilitadora propone al grupo la integración de la escuela de campo
(ECA), el grupo acuerda y participa activamente en integración de dicha
escuela. Se inició una participación interactiva, integrantes participaron
activamente en la difusión e invitación para la asamblea informativa, durante
la asamblea dieron a conocer sus testimonios acerca del uso de abonos orgánicos
y generaron confianza a los interesados. A partir de la integración de la ECA
del Barrio San Juan, el número de participantes pasó de 10 a 31 personas
registradas, el 60% tiene una participación constante y el resto lo hace de
manera variable. Durante el proceso hacia la transición agroecológica y la
formación de la escuela de campo se involucraron organizaciones sin fines de
lucro, gobierno, universidades y pequeños productores que contribuyeron en el
proceso de enseñanza-aprendizaje de los actores participantes (Cuadro 2).
Tabla 2
Relaciones solidarias establecidas con otros actores.
Nombre de la
Asociación o Institución |
Aportación |
Prácticas
solidarias |
Instituto
Politécnico Nacional. Dr. Sabino
Honorio Martínez Tomás |
Taller de
capacitación de Agro homeopatía para el control de plagas y enfermedades. I y
II |
Cooperación: En la presentación del presente proyecto en las
Jornadas Politécnicas 2021 el facilitador se ofreció a capacitar a los
productores gratuitamente. Reciprocidad: A manera de reciprocidad al finalizar los
talleres los participantes entregaron productos de su cosecha al facilitador:
maíz criollo, sandía, huevos criollos, calabaza. Organización: Los insumos se compraron en conjunto y los
costos se dividieron en partes iguales. Intercambio: Al
finalizar el taller se intercambiaron los compuestos homeopáticos entre los
integrantes del grupo. |
Ideas
Comunitarias A. C. Colectivo de Aprendizaje en Alimentos Sanos (CAAS) |
Taller de Asociación de Cultivos |
Cooperación: En coordinación con el CAAS se llevó el taller
de asociación de cultivos con la finalidad de promover la biodiversidad en
los cultivos y el aprovechamiento de especies nativas. Compartencia: Al finalizar el
taller se llevó a cabo una convivencia con refrigerios proporcionados por los
productores, |
Huerto: “Terreno
Familiar” productora Lorena Robles |
Taller de
Elaboración de Bocashi |
Trueque: Se gestionó el taller de Bocashi
como trueque por haber compartido con algunos integrantes del CAAS los
talleres de Agrohomeopatía. |
MUSDECO A.C. Facilitador:
Ing. Santiago Silva |
Curso de Cestería de Carrizo |
Intercambio de saberes: Como parte complementaria a los temas de agricultura
e identidad campesina, se integró el taller de cestería de carrizo,
gestionado por la asociación civil que ofreció gratuitamente en trabajo
cooperativo al grupo. Con el objetivo de que los participantes elaboren sus
propios canastos de carrizo para la cosecha de los cultivos. |
Colectivo de
Aprendizaje en Alimentos Sanos (CAAS) |
Donación de ½ kg
pie de cría de lombriz californiana Tequio para la
elaboración de bocashi. |
Donación: Por la asistencia a los talleres de capacitación
de Agrohomeopatía. Asistió como
apoyo de la facilitadora al taller de elaboración de bocashi. |
Santas Hierbas
A.C. |
Taller de elaboración de pomadas |
Intercambio de saberes: Con la finalidad de que sean aprovechadas
algunas especies cultivadas en los huertos con fines terapéuticos y
medicinales, se elaboraron 2 pomadas, una de sábila con caléndula y otra de
árnica con la participación de las integrantes de la asociación Civil Santas
Hierbas. |
Fuente: elaboración propia con
base en el método de trabajo de campo
Creación de la Escuela de
Campo “Renacimiento Campesino”
Como resultado de la metodología de
investigación-acción participativa en el proyecto de transición agroecológica
de los huertos familiares, se integra el grupo solidario Barrio San Juan, y se
gestión el establecimiento de la escuela de campo (ECA) que forma parte de la
Estrategia de Acompañamiento Técnico (EAT) del Programa de Producción para el
Bienestar del gobierno federal, coordinado por la SADER. ECA inició a gestarse
en julio de 2022, fecha en que se contactó a la encargada del territorio
funcional 114 de la EAT para obtener información sobre los requisitos para que
el grupo solidario pueda tener su propia escuela de campo. Posteriormente se
llevó a cabo una reunión con el grupo solidario el día 23 de julio de 2022, y los
integrantes se mostraron convencidos de gestionar y realizar las acciones
necesarias para la creación de la ECA del Barrio San Juan.
En este proceso se pudo observar la
concientización de los productores acerca de los beneficios de estar
organizados, para el inicio de la operación se realizó un censo de productores
del barrio que cultivan principalmente maíz, frijol, calabaza, frutales en el
campo o traspatio. Se obtuvieron datos de cuarenta y dos productores, que con
la coordinación con el regidor del barrio fueron invitados de manera personal y
por medio de aparato de sonido, para llevar a cabo la asamblea informativa. El
13 de agosto de 2022 se reunieron en asamblea participación 36 pequeños productores
como invitados, los productores del grupo solidario San Juan, compartieron sus
experiencias con los invitados mostrando como evidencia los resultados obtenidos
por su participación en el proyecto de transición agroecológica de huertos
familiares implementado con la metodología IAP.
Como resultado de la asamblea informativa, se
inscribieron treinta y dos personas interesadas en integrase al grupo y se
programó una nueva asamblea para la formalización de la Escuela. El día
diecisiete de agosto de 2022 se llevó a cabo la constitución oficial del Módulo
de Intercambio de conocimiento e innovación denominado Escuela de Campo
“Renacimiento Campesino” con la presencia e integración de veintinueve
productores del Barrio San Juan. con la puesta en marcha de la ECA, los
principales responsables del funcionamiento son los pequeños productores, lo
que demuestra un empoderamiento colectivo en las acciones para detectar y
solucionar problemas a través de acción-reflexión-acción como para del inicio
del nuevo ciclo, donde los actores principales son ellos mismos.
Discusión
La esencia principal de la metodología IAP es el enfoque participativo, las acciones
colectivas y democráticas en la toma de decisiones, además de contribuir a los
cambios social y empoderamiento de los participantes. En contextos rurales, el
IAP produce conocimientos importantes para los participantes en la atención y
soluciones de necesidades apoyados por el capital social comunitario y la revalorización
de acciones culturales y solidarias propias de la comunidad.
En cuanto a la participación
de los productores fue constante en las cuatro etapas del IAP, las 7 UPF fue
dinámica y participativa. A pesar de que, al inicio del diagnóstico, los participantes
llegaron con actitud reactiva, esperando que los investigadores les dieron
instrucciones que hacer y cómo hacer su en la transición, poco a poco se fueron
involucrando y participando hasta ganar confianza para ser receptores y emisores
de las propuestas de acción colectiva.
Para la toma de decisiones del
grupo, se generaron debates colectivos y democráticos, e involucró la participación
de hombres y mujeres de manera equitativa para emitir sus opiniones con respeto
mutuo, facilitando el diálogo y reflexión que enriquecieron el desarrollo del proyecto.
El dialogo propició el análisis y se dirigió al desarrollo de conciencia
crítica en los participantes, en este caso es importante recalcar que, proceso
de comunicación directa con investigadores quienes participaron con los
productores en la organización sistematización y gestión de información para integrar
un equipo multidisciplinario en el plan de acción. La confianza juega un papel
importante en este proceso, el establecimiento de objetivos claros generó
intereses para que los productores fueran participativos y se mantuvieran
durante los 10 meses del desarrollo del proyecto. Al final del proyecto se
observa empoderamiento, los miembros del grupo solidario integrado en la
primera etapa del IAP se comunican efectivamente y se muestran interesados en escucharse
y apoyar a otros.
Los saberes locales son
importantes para la generación resultados en prácticas agrícolas ancestrales,
así como para el conocimiento científico. Los investigadores no deben suponer
que existe un solo método de investigación para contextos rurales, todo depende
del contexto del capital social comunitario, la confianza y reciprocidad son
valores sociales que predominan y se mantienen vivas en entornos rurales (Greenwood,
2000).
Para el cambio social, la
transición agroecológica se dio a través de la capacitación y el aprendizaje de
nuevas técnicas de producción y la recuperación de otras, como la fertilización
del suelo a base de abonos orgánicos que fue algo nuevo y novedoso para los
pequeños productores.
Los resultados de la
transición agroecológica en este contexto de estudio fueron similares de otros
estudios realizados en Oaxaca. así como señala Álvarez-Hidaldo et al. (2017) en la capacitación y establecimiento
de huertos familiares en el municipio de San Bartolomé Loxicha, Oaxaca, la participación
de la mujer fue activa en la toma de decisiones sobre el manejo de sus huertos
familiares, además en cada huerto establecido se incrementó el número de especies
vegetales que aportan nutrientes a la dieta familiar, como la calabaza, tecojote, anona, maíz, entre otros.
El ejercicio político que desempeñaron los
participantes fue democrático, en todo momento se respetaron los acuerdos
colectivos, así como lo describen Ibarra et
al. (2019) la transición agroecológica es una forma que tienen los campesinos
para ejercer su derecho a elegir sus métodos de producción y los tipos de
cultivos a sembrar, priorizando el interés de cultivar alimentos sanos para sus
familias y su comunidad. así se mantiene un equilibrio entre la seguridad alimentaria,
la biodiversidad, los valores sociales y culturales de las comunidades rurales.
Conclusiones
La metodología de investigación
y acción participativa (IAP) está siendo aplicada para la transición agroecológica
en contextos urbanos para fortalecer las relaciones con los stakeholders
y generar políticas públicas para el sistema agroalimentario basado en la
biodiversidad. En contextos rurales se han encontrado evidencia que demuestra
que la metodología IAP empodera a los campesinos participantes de la transición
agroecológica para reducir el hambre, generando conocimiento y aprendizaje
participativo y comunitario para la seguridad alimentaria. En las etapas de la
IAP se involucran equipos multidisciplinarios para contribuir a la demanda
local de los participantes, lo que puede generar una agroecología
transdisciplinaria (Duru et al., 2015; Lopez-García
et al., 2021). Los resultados de esta investigación y acción participativa de
la transición agroecológica de los huertos familiares en Cuilapam de Guerrero
Oaxaca dan evidencia del alcance de la metodología IAP para empoderar a los
pequeños productos y contribuir a la seguridad alimentaria de las familias
durante la crisis sanitaria mundial por el covid-19.
Con la metodología IAP en la
transición agroecológica se muestra cómo a través de la participación colectiva
y multidisciplinaria, de los pequeños productores se pueden lograr cambios
positivos en sus procesos productivos y sociales. El factor clave para el éxito
de los proyectos de transición agroecológica fue valorar el contexto
sociocultural para motivar acciones colectivas para que los propios productores
retomaran los temas de interés, identificaran sus problemáticas, priorizaran las
necesidades más urgentes para atender de manera participativa y colectiva para
el diseño su propio plan de acción.
Partiendo de sus saberes tradicionales
campesinas, fue posible fortalecer sus conocimientos y enriquecer no solo sus
capacidades productivas individuales, sino también generar un cambio
organizacional para transformarse en un pequeño grupo solidario con
participación interactiva para compartir conocimientos, experiencias y
aprendizajes participativas con otros pequeños productores agrícolas a traces
de la puesta en marcha de la Escuela de Campo.
Tomando con referencia el prediagnóstico,
el 80% de los participantes no formaban parte de ninguna organización, preferían
trabajar de manera individual, no obstante, conforme se iba avanzando en las
etapas del IAP, se revalorizaron los valores solidarios y el capital social
comunitario entre los integrantes. Se establecieron relaciones de reciprocidad
con las organizaciones e instituciones que impartieron los talleres, además de generar
sinergias y ayuda mutua con otras ECA de comunidades vecinas, con colectivos,
asociaciones civiles, instituciones y a nivel local y se fortalecieron los
lazos comunitarios.
En cuanto a la transición
agroecológica, se logró iniciar la producción y aplicación de abonos y
plaguicidas orgánicos elaborados a partir del aprovechamiento de residuos
locales como cenizas, excretas de animales de traspatio, rastrojo y algunos
arvenses, disminuyendo en gran medida el uso de agroquímicos y contribuyendo a
la conservación del medio ambiente, a la producción de alimentos sanos para el
autoconsumo y a la seguridad alimentaria de la comunidad.
Dentro de las líneas de acción
(el inicio de una nueva etapa) se está trabajando en la construcción de una
unidad de producción de biofertilizantes que les permita a los productores el
abastecimiento para sus parcelas y huertos familiares, disminuyendo la
dependencia de factores externos. A través de la autogestión, se pretende promover
la creación de otras ECA dentro de la misma comunidad con otras actividades
productivas para ampliar el espectro de atención de seguridad alimentaria con
la transición agroecológica.
A nivel organizacional del
grupo solidario de productores de la localidad, se está trabajando en la
construcción de redes para la venta y el intercambio de productos cosechados,
semillas, bioinsumos y saberes entre los productores.
Se prevé integrar un directorio para mantener contacto con otras organizaciones
y colectivos con enfoque agroecológico para realizar alianzas productivas que
fortalezcan la transición. Se concluye la que la metodología IPA para la
transición agroecológica de productores en pequeña escala en contextos rurales fortalece
las redes de cooperación, sinergia, reciprocidad e intercambio de experiencia y
conocimiento multidisciplinario entre productores-ONGs-universidades
y gobierno para contribuir a la seguridad alimentaria.
Las limitaciones de este
estudio fueron las restricciones sanitarias por la pandemia del covid-19,
recortó el tiempo de ejecución de las etapas del proyecto, así como la baja
participación de las familias y productores locales por el miedo al contagio. Estas
restricciones de movilidad también limitaron la implementación de acciones de
intercambio de experiencias y redes de ventas fuera de la comunidad para
explorar mercados para la venta de excedentes que contribuya a la económica de
las familias. Otras de las limitaciones del estudio el alcance del proyecto
porque solo se pudo trabajar con un pequeño grupo de un solo barrio de la
comunidad. Por lo que en futuras investigaciones se recomienda trabajar con
grupos más grandes y diversos, así como ampliar los plazos para la etapa de
implementación, evaluación y seguimiento del proyecto para generar información
estadística que den evidencia empírica del impacto de la metodología IAP en la
transición agroecología de las familias campesinas de las áreas rurales.
Agradecimientos: Los resultados de este articulo es parte de la tesis de
maestría en gestión de proyectos para el Desarrollo Solidario del Instituto
Politécnico Nacional CIIDIR unidad Oaxaca.
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