Sistema de indicadores
para la gestión del turismo sostenible en el destino turístico de Acapulco,
Guerrero, (México).
System of indicators for the management of sustainable
tourism in the tourist destination of Acapulco, Guerrero, (México).
Marisol Guerrero-Millán[1], Juan Villagómez-Méndez[2], Miguel Apolonio
Herrera-Miranda[3]
Resumen
Los sistemas de indicadores son una herramienta muy útil a
la hora de gestionar y planificar la actividad turística, puesto que nos ayudan
a describir la realidad a través de parámetros objetivos. Estos indicadores no
solo son capaces de representar la realidad, sino también la de monitorizar su
evolución para con ello aplicar las estrategias necesarias en el futuro.
Estas características los convierten en instrumentos
idóneos para la medición de la sostenibilidad turística desde una perspectiva
holística ya que se reúne un sistema de indicadores pluridisciplinares que
tratan de evaluar el impacto que genera el turismo. Es por ello, que los sistemas
de indicadores proporcionan un marco de referencia a los gestores turísticos
para facilitar la incorporación de la sostenibilidad en el proceso de decisión.
En esta investigación proponemos la realización de un sistema de indicadores ya
que a nivel local el destino turístico de Acapulco no cuenta con una
metodología clara para la medición del turismo. En este contexto, este sistema
de indicadores se realizó tomando como referencia el modelo (PER)
Presión-Estado-Respuesta, propuesto por la OECD, abarcando las tres dimensiones
de la sostenibilidad turística (medioambiental, económica y social). Con un
total de 44 indicadores.
Palabras clave: sistema de indicadores,
turismo sostenible, Acapulco.
Abstract
Indicator systems are a very useful tool when it comes
to managing and planning tourism activity, since they help us describe reality
through objective parameters. These indicators are not only able to represent
reality, but also to monitor their evolution to thereby apply the necessary
strategies in the future.
These characteristics make them
ideal instruments for the measurement of tourism sustainability from a holistic
perspective since they meet a system of multidisciplinary indicators that try
to assess the impact generated by tourism. It is because of that
Indicator systems provide a
framework for tourism managers to facilitate the incorporation of sustainability
in the decision process. In this investigation we propose the realization of a
system of indicators since at the local level the tourist destination of
Acapulco does not have a clear methodology for the measurement of tourism. In
this context, this system of indicators was carried out taking as reference the
model (PER) Pressure-State-Response, proposed by the OECD, covering the three
dimensions of tourism sustainability (environmental, economic and social). With
a total of 44 indicators.
Key
words: indicator system, sustainable tourism, Acapulco.
Códigos JEL:
L83, Q01, Q56.
Introducción
El turismo como fenómeno ha venido adquiriendo una
presencia creciente en la dinámica económica internacional. Para muchas
naciones y regiones del mundo constituye una de sus actividades fundamentales,
generadoras de ingreso, empleo y desarrollo (OMT, 2005). A través de estos es
posible formular medidas para mantener los atractivos turísticos, los
beneficios económicos, elevar el nivel y la calidad de vida de las comunidades
y lograr una experiencia satisfactoria para los visitantes (Ibáñez y Ángeles, 2006, p.47). En
este sentido, el turismo se ha considerado generalmente como una exportación de
una región o nación hacia el lugar de destino, en el que se genera renta, se
favorece la creación de empleo, se aportan divisas que ayudan a equilibrar la
balanza de pagos, se aumentan los ingresos públicos y se fomenta la actividad
empresarial. Visto como actividad de masas el turismo gana importancia económica
y pasa a ser observado como sector. Analizado como causante de transformaciones
negativas y positivas para la sociedad y su medio, el turismo pasa a ser
observado como un fenómeno socio-espacial complejo y contemporáneo
(Fratucci, 2009, cit. en Rodrigues, Feder y Fratucci, 2015, p.118).
La importancia del turismo para el contexto de la
sustentabilidad indica que aunque genere e intensifique impactos negativos si
es debidamente planeado dentro de límites apropiados puede aportar calidad al
intercambio entre los individuos, preservando el ambiente y la cultura de las localidades
y bienestar económico y social a los residentes y el entorno involucrado, más
allá de los estrechos intereses de la misma actividad (OMT, 2001, cit. en
Rodrigues, Feder y Fratucci, 2015, p.119). Desde el punto de vista económico
podemos mencionar: aquellos derivados de los costes provocados por la inflación
derivada del turismo, las fluctuaciones en cuanto a la demanda turística, la
estacionalidad de ciertas actividades turísticas que solo pueden realizarse en
determinadas épocas del año, la falta o control de la seguridad en el destino
cuyas consecuencias hacen que la llegada de turistas nacionales y extranjeros
sea menor, etc. En el ámbito socio-cultural podemos
señalar la pérdida de identidad, cultura y tradiciones, cambios radicales en la
vida de la población local, explotación de recursos culturales y naturales,
diferencias socioculturales entre la población residente y los turistas, por
mencionar algunas. Finalmente, tenemos el aspecto ambiental del cual podemos
apuntar algunos de los daños generados en la práctica de esta actividad
económica: la depredación
de áreas naturales, generación de basura, contaminación del agua, aire y suelo,
alteración de la flora y fauna, explotación de agua y energía, etc. Considerar
todas las dimensiones investigando sus aspectos positivos y negativos, dado el tamaño
del fenómeno y sus especificidades, puede contribuir a reducir el costo social
y potenciar los beneficios socioculturales y económicos de la actividad.
Con lo anterior expuesto el desarrollo de la actividad
turística puede favorecer el destino turístico y a la población residente, pero
también perjudicarlo si no se toman las medidas necesarias que minimicen estos
impactos negativos. Sin embargo, para que un destino turístico pueda sustentar
su contribución e impacto social, cultural, económico, y ambiental principalmente
en los territorios y las comunidades receptoras necesita contar con un sistema
de medición esto con el fin de realizar una buena gestión turística, para que
los encargados de tomar decisiones las efectúen de manera informada y objetiva.
En la práctica, los indicadores sólo se pueden aplicar si existe un mecanismo
viable para medirlos: encontrar las medidas adecuadas es fundamental en el
diseño de indicadores, dado que el acopio y el procesamiento de datos deben ser
técnica y económicamente posibles. Existen en la literatura un gran número de indicadores
diseñados para la medición del turismo desde diferentes aspectos (económicos,
sociales, competitividad, etc.) sin embargo, estos indicadores han sido
diseñados en base a las necesidades y condiciones de países desarrollados las
cuales suelen ser muy distintas en las economías emergentes. Es por ello, que
se necesita desarrollar indicadores turísticos que se adapten al contexto y
realidad de los países subdesarrollados.
Sustentabilidad turística. Antecedentes
En
la década de los 50 del siglo pasado, en un contexto de creciente preocupación
ambiental, empieza a tomar forma la idea de que todas las naciones deberían
unirse para proteger un interés común: la tierra que les sostiene. No obstante,
no será hasta los años 70 cuando este discurso empiece a incorporarse al ámbito
político. Para ello será fundamental la celebración de la primera Conferencia
Mundial sobre el Medio Humano en Estocolmo en 1972, su resultado fue la llamada
Declaración de Estocolmo, que consta de 26 principios sobre medio ambiente y un
plan de acción para afrontar entre todos los países la degradación ambiental y
la contaminación transfronteriza (Florido et al.,
2018, p.272). Es en
ese contexto cuando aparece el concepto de desarrollo
sostenible dentro de la Estrategia Mundial
para la Conservación, un documento elaborado en 1980 por la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza, el Programa para las
Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Fondo Mundial para la Vida
Silvestre (WWF en sus siglas en inglés) que puede considerarse como el primero
que integra las ideas de preservación y desarrollo sostenible a escala global.
No obstante, no será hasta 1987 cuando la Comisión Mundial
para el Medio Ambiente y el Desarrollo creada por la ONU, en el documento Nuestro Futuro Común (popularmente
conocido como Informe Brundtland, define
expresamente el concepto de desarrollo sostenible como aquel “que satisface las necesidades actuales sin
comprometer la capacidad de las generaciones futuras para atender sus propias
necesidades)”. (Florido et al., 2018,
p.272). Planteando así la
imposibilidad de seguir tratando por separado medio ambiente y
economía en un mundo que pretende asegurar su futura estabilidad ecológica. Posteriormente,
en 1992, tuvo lugar en Río de Janeiro la celebración de la Cumbre Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, conocida como la Cumbre de la Tierra, en la que el
concepto de desarrollo sostenible comenzó a extenderse y popularizarse; la Agenda 21 Local, principal documento elaborado en esta reunión, sienta las
bases de la metodología a seguir para lograr la sostenibilidad en el siglo XXI.
Pilares de la
sustentabilidad
La sustentabilidad puede ser entendida desde una triple
dimensión esta es la ambiental, la económica y la social, y que es conveniente
precisar y analizar de forma individualizada. Para ello, se describen a
continuación los aspectos básicos a considerar en cada uno de estos tres
pilares de la sustentabilidad.
Dimensión ambiental
Siguiendo a Ramírez (2015), esta dimensión se refiere a los
daños o cambios irreversibles que producen en los ecosistemas los diferentes
destinos, por el contrario debe participar en la conservación de la diversidad
biológica y en una correcta gestión de los recursos naturales llevando a cabo
actuaciones que reduzcan la contaminación del aire, tierra y agua. Estos
indicadores se muestran en la figura 1.
Fuente:
Elaboración propia basado en Ramírez, 2015, p.14
Figura 1: Dimensión
ambiental de la sostenibilidad
Dimensión económica
Esta dimensión debe de asegurar los
niveles de ingresos que requiere el sector turístico para que sea viable. Ello
implica la inversión en mejoras y la continua innovación en las ofertas turísticas
realizadas, mejorando la experiencia y nivel de satisfacción del turista.
Asimismo, debe atenderse a la necesidad de colaborar económicamente con las
comunidades locales, que deben verse beneficiadas por la actividad turística,
como se observa en la figura 2.
Dimensión social
Supone un respeto hacia las diferentes
culturas, a los derechos humanos y a la igualdad de oportunidades para todos
los miembros de la sociedad. Igualmente, conlleva a un reparto equitativo y
justo de los beneficios, reduciendo, de este modo, la pobreza y evitando
cualquier forma de explotación (Ramírez, 2015). En la figura 3 se puede apreciar los aspectos que
conforman esta dimensión.
Fuente:
Elaboración propia basado en Ramírez, 2015, p.14
Figura 2: Dimensión
económica de la sostenibilidad
Fuente:
Elaboración propia basado en Ramírez, 2015, p.14
Figura 3: Dimensión
social de la sostenibilidad
Es en esta última dimensión en la que
profundizaremos ya que este aspecto es el más débil de los tres. Como menciona Foladori
(2002), el concepto de sustentabilidad social es, tal vez, el que ha generado
mayores polémicas y el que más ha cambiado en su contenido durante los últimos
treinta años. Un estudioso de la evolución del concepto de desarrollo
sustentable señala la diferencia entre sustentabilidad social y ecológica como
un gran problema conceptual: “Differentiating between ecological and social sustainability
could be a first step toward clarifying some of the discussion” (Lélé, 1991:
615, cit. en Foladori, 2002). Durante los últimos treinta años, la cuestión de
la sustentabilidad social tuvo como eje central la pobreza y/o el incremento
poblacional. Reducir la pobreza y limitar el crecimiento poblacional eran los
objetivos de cualquier programa de sustentabilidad social. Foladori y Tommasino
(2000), argumentan que hasta la década del noventa el concepto de
sustentabilidad social no era utilizado con fines auténticos; por el contrario,
su utilización tenía el espurio fin de encubrir el interés por la
sustentabilidad ecológica.
Puesto de otra forma: para las instituciones
internacionales como la ONU o el Banco Mundial entre otras, la pobreza y/o el incremento
poblacional no eran considerados como un problema de insustentabilidad en sí
mismo, sino en la medida en que causaran insustentabilidad ecológica. Los
autores señalan dos ejemplos para comprender mejor estos conceptos. El primero
puede ser aquel mostrado por Lélé, de campesinos pobres que por la falta de
recursos degradan el suelo provocando erosión. El problema de insustentabilidad
en dicho caso no es la pobreza per se, sino el resultado de la erosión del
suelo. Es decir que aun cuando se considere a la pobreza como un problema de
insustentabilidad social, lo que verdaderamente interesa es la insustentabilidad
ecológica que provoca. El segundo ejemplo es el del crecimiento poblacional.
Los pobres se reproducen más que otros estratos de la población. En este caso,
el problema de insustentabilidad social es el crecimiento de la pobreza. Sin
embargo, el interés explícito –aunque no evidente– es que el aumento de la
población presiona sobre los recursos e incrementa los residuos. Tanto en el primero
como en el segundo ejemplos, la insustentabilidad social es utilizada en la
medida en que se constituya en elemento que afecte la sustentabilidad
ecológica. Se trata, evidentemente, de una sustentabilidad social limitada
(Foladori y Tommasino, 2000, p.46).
Los
autores llaman a esa forma de entender la sustentabilidad social como “puente,
en la medida en que el interés por la sustentabilidad social es simplemente el
de alcanzar una meta ecológica para la cual la sustentabilidad social se
constituye en un instrumento o medio” (Foladori y Tommasino, 2000, p.46). Más
allá de las voces de denuncia de la sustentabilidad social como medio y no como
fin, lo que tienen en común esas formas de considerar la sustentabilidad, sea
la ecológica o la social, es su perspectiva técnica. Para Foladori (2002), los
seres humanos establecen relaciones técnicas con el medio ambiente externo.
Esas relaciones técnicas son las que permiten que cualquier proceso de trabajo
dé como resultado un producto útil. Todas
esas relaciones que el ser humano establece con el ambiente externo son
relaciones técnicas. Y entonces para resolver problemas técnicos se necesitan
soluciones técnicas, por ejemplo, tecnologías verdes, mejor aprovechamiento de
los residuos, cambio en el uso de recursos no renovables hacia renovables, etc.
Para comprender mejor esta dimensión
social es tener claro que no son técnicas equivocadas las que provocan
insustentabilidad, sino las propias relaciones sociales capitalistas. Estas
manifestaciones de insustentabilidad nunca son analizadas por los autores o
instituciones que se orientan hacia los ejes que hemos llamado de
sustentabilidad ecológica restringida, y de sustentabilidad social limitada.
Más aún, en las diferentes mediciones de la sustentabilidad, tanto las
físico-naturales, como las socio-políticas, o las
económicas, no hay indicadores para medir este tipo de insustentabilidad
derivado de las relaciones sociales capitalistas (Foladori, 2000).
El concepto de
desarrollo sustentable
Para Lélé (1991), el término
sustentabilidad, en términos literales, significa continuación a través del
tiempo: “Taken literally, sustainable development would simply mean
`development that can be continued – either indefinitely or for the implicit
time period of concern” (Lélé, 1991, cit. en Foladori y Tommasino, 2000, p.45).
Los autores Foladori y Tommasino (2000), realizaron un agrupamiento tras la
gran diversidad de concepciones sobre el concepto de desarrollo sustentable. Reduciéndolas
en 3 grandes ejes:
1.- Aquellos para quienes las sustentabilidad es
exclusivamente ecológica.
2.- Aquellos para quienes la sustentabilidad es ecológica y
social, pero donde la parte social es un vínculo para llegar a la
sustentabilidad ecológica (sustentabilidad
limitada).
3.- Aquellos para quienes la sustentabilidad debe ser
realmente social y ecológica en forma de coevo lución (coevo lución sociedad-naturaleza).
Como puede apreciarse, en los tres ejes o grupos hay dos
elementos en juego: la sustentabilidad ecológica y la sustentabilidad social.
La primera ligada
a la depredación de recursos, al aumento de la contaminación y a la pérdida de
valores “ecológicos” como la biodiversidad, los paisajes y el medio ambiente de
vida en general. La segunda ligada al tema de la pobreza, entendida como
generadora del deterioro ambiental, ya que el crecimiento poblacional implica
una mayor presión sobre los ecosistemas. (Foladori y Tommasino, 2000, p.45). El
concepto de desarrollo sustentable abarca, resumidamente, tres aspectos: a) la
degradación ambiental (en gran parte causada por la pobreza pero cuyos
resultados afectan a todos), b) los objetivos tradicionales del desarrollo como
el aumento de la productividad para satisfacción de las necesidades básicas,
ligado a métodos ambientalmente “amigables” y, en algunos casos, c) procesos de
desarrollo participatorios (Lélé, 1991, cit. en Foladori y Tommasino, 2000,
p.47).
Sostenibilidad en el
turismo
Aunque pueden señalarse antecedentes tan significativos
como la Declaración de Manila del Turismo
Mundial (1980), la Declaración de
Derechos del Turismo y el Código del Turista de Sofía (1985) y la Declaración de la Haya sobre Turismo
(1989) donde ya se plantea la necesidad de un turismo que respete los intereses
económicos y sociales de las comunidades de acogida, los recursos medioambientales
y el patrimonio histórico y cultural (Calderón, 2010), en la formulación
expresa del concepto un hito de referencia será la celebración en abril de 1995
de la I Conferencia Mundial de Turismo
Sostenible de Lanzarote, patrocinada por la ONU, la Organización Mundial
del Turismo (OMT) y la Unión Europea (UE). El acontecimiento, de enorme
trascendencia, propició la publicación de la Carta del Turismo Sostenible donde se establecen los principios que
deben guiar todas las actuaciones del sector turístico para integrar el
concepto de sostenibilidad y conseguir una actividad más responsable con el
patrimonio colectivo y universal.
Con posterioridad a la redacción del documento, a cuya
puesta en práctica se han comprometido un número creciente de agentes e
instituciones vinculadas al sector, otras muchas iniciativas han ido sumando
ideas para avanzar en este camino. Cañizares (2013), considera las más
destacadas la Agenda 21 para la Industria
de los Viajes y el Turismo de 1996; la Declaración
de Berlín de 1997; el Código Ético
Mundial para el Turismo de 1999; la Agenda
Europea por un Turismo Sostenible y Competitivo de 2007; la Declaración de Madrid. Hacia un modelo
turístico socialmente responsable de 2010 y la Comunicación de la Comisión “Europa, primer destino turístico del mundo:
un nuevo marco turístico para el turismo europeo 2010”.
También en esta línea de apoyo a la sostenibilidad
turística se sitúa la aparición del Consejo Global de Turismo Sostenible,
creado en 2010 con el objeto de idear y gestionar instrumentos que ayuden a
gobiernos, empresas y otros agentes a alcanzar los objetivos de sostenibilidad
de los destinos y cuya última actividad pública ha sido la celebración en Chile
de la Conferencia Mundial de Turismo
Sostenible en Septiembre de 2017. Las últimas
actuaciones se sitúan dentro del marco establecido por la Asamblea General de
la ONU con la aprobación de la Agenda 2030
para el Desarrollo Sostenible (ONU,
2015 cit. en Florido, et al.,
2018), en 8 de cuyos 17 objetivos
globales se cita al turismo como una actividad fundamental para la consecución
de las metas marcadas. Sobre esa base, la OMT y la Red Española del Pacto
Mundial firmaron la alianza “Turismo
responsable: un compromiso de todos” con la idea de fomentar la responsabilidad
social corporativa entre los agentes del sector y promover su compromiso con
los principios éticos para el logro de un turismo responsable, todo ello desde
la asunción de los retos señalados por la Agenda
2030.
En esta línea, la declaración de 2017 como el Año Internacional para el Turismo Sostenible
para el Desarrollo ha pretendido “fomentar un cambio en las políticas, las
prácticas de empresa y el comportamiento de los consumidores para promover un
sector turístico más sostenible” (OMT, 2017 cit. en Florido et al.,
2018). Con estos planteamientos,
queda claro que el Turismo Sostenible se entiende como un modelo integral que
abarca las tres dimensiones (ambiental, social y económica) de forma equitativa
como única manera de garantizar su mantenimiento a largo plazo.
Como resultado de todas estas actuaciones,
en 1999 la OMT redacta una de las primeras definiciones que formulará sobre el
concepto de desarrollo turístico sostenible, éste es aquel que: Según Rivas y
Magadán (2007), “Atiende las necesidades de los turistas actuales y de las
regiones receptoras y, al mismo tiempo, protege y fomenta las oportunidades
para el futuro. Se concibe como una vía hacia la gestión de todos los recursos
de forma que puedan satisfacerse las necesidades económicas, sociales y
estéticas, respetando la integridad cultural, los procesos ecológicos
esenciales, la diversidad biológica y los sistemas que sostienen la vida”
(p.28). Para Ramírez (2015), estas tres dimensiones son, en gran medida,
interdependientes como se muestra en la figura 4. Esto significa que, o bien
pueden unirse y trabajar en consonancia, o bien pueden estar enfrentadas. Un
correcto desarrollo del turismo dependerá de un adecuado equilibrio y una
priorización en la toma de decisiones que orienten la actividad turística en
torno a un modelo sostenible (p.16).
Fuente:
Elaboración propia basado en Ramírez, 2015, p.16
Figura 4: Dimensiones
de la sustentabilidad turística
Por lo anteriormente expuesto, y a modo de
conclusión, para lograr un correcto equilibrio, los procesos de planificación
turística se deben desarrollar de forma que se tengan en cuenta las dimensiones
sociales, económicas y ambientales que conforman un adecuado modelo de turismo
sostenible. A través del respeto y el
uso responsable del medio ambiente, y con una adecuada gestión basada en la
equidad social, se podrá conseguir un desarrollo turístico duradero en los
destinos turísticos, fomentando a su vez la economía y “generando retornos suficientes para mantener un alto valor añadido”
(PNIT. Plan Nacional Integral de Turismo, 2012-2015 cit. en Ramírez, 2015,
p.17).
Indicadores de sostenibilidad
turística
Hemos visto que el desarrollo sostenible
es un proceso de cambio, donde se busca la integridad de las tres dimensiones
que lo forman: la económica, la social y la ambiental, ya que con la
integración de estas dimensiones se puede medir el turismo desde una
interpretación holística, es decir, combinar una batería de indicadores
pluridisciplinares que midan de manera satisfactoria fenómenos de naturaleza
transversal como el turismo. Siguiendo este orden de ideas, Gallego
(2014), señala: “Para hacer posible este cambio cualitativo, en el que pasamos
de un sistema turístico tradicional a un sistema basado en la sostenibilidad,
se hace necesaria la gestión y planificación del turismo mediante la
utilización de diversas herramientas, como son en este caso los indicadores de
sostenibilidad turística. La aparición de este tipo de indicadores (surgidos a
partir de los indicadores ambientales), ha facilitado la labor de los gestores
turísticos en lo referente a la planificación y creación de políticas
turísticas relacionadas con la sostenibilidad, a la vez que determina la toma
de decisiones en determinadas situaciones” (p.4).
Características de los
indicadores de sostenibilidad turística
En la práctica, los indicadores sólo se
pueden aplicar si existe un mecanismo viable para medirlos, encontrar las
medidas adecuadas es fundamental en el diseño de indicadores, dado que el
acopio y el procesamiento de datos deben ser técnica y económicamente posibles.
La OMT (2005), sugiere cinco criterios para la selección de indicadores; no
obstante, César (2011), considera que los buenos indicadores deben cumplir con
las siguientes características:
·
Rigurosidad:
no deben de dar lugar a distintas interpretaciones o subjetividades.
·
Pertinencia:
deben responder a una cuestión específica de manera contundente.
·
Factibilidad:
la información debe poder obtenerse sin mayores dificultades.
·
Credibilidad:
las fuentes deben de ser fiables y los datos confiables y objetivos.
·
Comparabilidad:
deben poder cotejarse en el tiempo y para distintas jurisdicciones.
·
Representatividad:
deben ser bien representativos de su temática específica.
·
Sensibilidad:
tienen que mostrar una importante variabilidad o dispersión.
·
Valor
predictivo: deben servir como alerta temprana para la
toma de decisiones.
·
Integralidad:
deben poder combinarse con otras herramientas de la planificación y la gestión:
modelos matemáticos, cartografía, SIG, etc.
·
Aplicabilidad:
deben ser fácilmente aplicables a procesos de planificación y gestión (p.36).
Por otra parte, dependiendo de la información disponible
que se tenga, de su complejidad y de la complementariedad, Sánchez y Pulido
(2007), clasifican los indicadores de sostenibilidad en dos tipos: indicadores
simples e indicadores complejos.
Los indicadores simples son aquellos que obtienen
información “directamente de la realidad” (Torres, 2013. p.6), apenas tratan la
información obtenida y son válidos para situaciones concretas y específicas,
por lo tanto solo “podrán ser aplicados de forma simple a dimensiones concretas
del desarrollo sostenible” (Fernández, 2006, p.21). En cambio los indicadores
complejos (también llamados indicadores sintéticos o índices), son “medidas
adimensionales que surgen de combinar varios indicadores simples” (Torres,
2013, p6). Fernández (2006), afirma que los índices “resultan de la combinación
o agregación matemática de varios parámetros, teniendo como resultado final un
número, […] los índices oscilan entre dos valores fijos que constituyen sus
límites de variabilidad”. (p.22). Con los indicadores sintéticos la
interpretación de los resultados es más compleja, pero son de gran valor a la
hora de entender de forma general e integrada los diferentes escenarios
analizados. Torres (2013), señala que “entre los dos tipos de indicadores
comentados se encuentra una situación intermedia como se muestra en la figura 5,
el sistema de indicadores, que consiste en una recopilación de indicadores
simples cuyo resultado se interpreta de manera conjunta” (p.5).
Fuente:
Elaboración propia basada en Torres, 2013
Figura 5: Sistema de
indicadores
Por este motivo, es común utilizar sistemas de indicadores
para evaluar la sostenibilidad turística, por lo que son instrumentos idóneos
para los agentes turísticos tanto para gestionar de manera eficiente como para
planificar adecuadamente. Por lo que teniendo en cuenta esta información y siguiendo
a Gallego (2014), señala que: “Tenemos que tener en
cuenta que los indicadores que constituyen un sistema de indicadores no se
eligen de forma aleatoria, sino que estos son escogidos según sean más
adecuados para una determinada situación y teniendo en cuenta el objetivo que
se pretende”. (p.6)
Sistema de indicadores
Los sistemas de indicadores son una recopilación de
indicadores simples que se estructuran en un modelo de organización concreto de
forma que generan una realidad nueva y diferente a partir de la que estudiar un
fenómeno. Así, un sistema de indicadores es más que una simple suma de
estadísticas pues responde a un interés genérico y de conjunto que hace que la
información proporcionada sea mayor y diferente a la que ofrecía cada una de
sus partes (Castro, 2004 cit. en Torres, 2013). Según los autores Rivas y
Magadán (2007), su principal objetivo es “ofrecer información cuantitativa
acerca del comportamiento ambiental de un determinado desarrollo socioeconómico
en una determinada zona geográfica”. Su desarrollo es relativamente reciente,
son aún escasos las áreas o países que lo han elaborado e implantado y el grado
de homogeneidad y comparabilidad entre los que están operativos es aún
limitado. Generalmente, se han diseñado para evaluar el comportamiento
ambiental de la globalidad de la actividad económica y social, y menos para
aspectos parciales de la misma (Rivas y Magadán, 2007, p.33). Sin duda, una de
las virtudes del sistema de indicadores es organizar la información, de manera
que se puedan establecer las relaciones causales entre las variables y
facilitar la interpretación conjunta y la comunicación; pero también lo es
seleccionar las variables relevantes, pues obviamente un fenómeno tiene
múltiples formas de ser abordado y, por tanto, muchos indicadores simples a
partir de los que ser estudiado (Torres, 2013).
Finalmente Gallego (2014), afirma: “Un
sistema de indicadores es como un manual de aplicación, elaborado a partir de
la suma de un conjunto de indicadores simples, que nos ofrecen (en mayor
cantidad y calidad) más información de un fenómeno o situación a estudiar de lo
que lo harían de forma individual” (p.7).
Medición y expresión de
indicadores
En la práctica, los indicadores sólo se
pueden aplicar si existe un mecanismo viable para medirlos. Encontrar las
medidas adecuadas es fundamental en el diseño y utilización de indicadores,
habida cuenta de que el acopio y el procesamiento de datos deben ser técnica y
económicamente posibles. Un determinado indicador puede medirse con métodos
alternativos y complementarios (utilización de diferentes instrumentos) y
describirse de diversas formas:
Los diferentes medios que pueden
utilizarse para describir indicadores son los siguientes: Mediciones
cuantitativas: {cuando se pueden obtener con el tiempo cifras comparables)
·
datos
brutos (por ejemplo, número de turistas que visitan
un sitio al año o al mes, o volumen de desechos generados mensual o
semanalmente expresado en toneladas);
·
relaciones,
cuando un conjunto de datos se relaciona con otro con el que muestra una
relación (por ejemplo, relación de número de turistas respecto del de
residentes locales en temporada alta lo que muestra si el número de turistas
supera al de los locales y, de ser así, en cuánto);
·
porcentaje,
cuando los datos están representados de una parte respecto del alto, que se
considera dividido en cien unidades con un total, una referencia o una medida
anterior (por ejemplo, porcentaje de aguas residual es que están siendo
tratadas, porcentaje de población local con diplomas educativos de diferentes
niveles, porcentaje de variación durante el último año en las llegadas de
turistas y los gastos generados. ( OMT, 2005).
Modelo PER
En la
literatura existen diferentes modelos que intentan medir la sostenibilidad de
un destino turístico, en esta investigación se tomará como referencia el modelo
Presión-Estado-Respuesta (PER) propuesto por la OECD que se explica a
continuación. El modelo PER como se muestra en la figura 6 se basa en que las
actividades humanas ejercen de una manera directa e indirecta (presiones) sobre
el ambiente, afectando su calidad y cantidad de recursos naturales
(estado). La sociedad responde a estas
presiones adoptando políticas ambientales, económicas y sectoriales, tomando
conciencia de las acciones llevadas a cabo (respuestas). Este modelo representa
una ventaja para evidenciar las presiones, estados y respuestas, que ayudarán a
los tomadores de decisiones o al público en general a pensar que existe una
interdependencia entre las acciones ambientales que se tomen y sus impactos,
además de otras como las relaciones un poco más complejas en los ecosistemas y
entre el ambiente-economía o ambiente-sociedad
Fuente:
Tomado de OECD, 2002
Figura 6: Modelo PER
Este modelo tuvo varios cambios durante la
última década, debido a las limitaciones que se detectaron en su lógica de
razonamiento, que corresponde de manera efectiva a las condiciones de
incertidumbre, funcionamiento sistemático, perspectiva holística, eco sistémico, propio de un modelamiento ambiental, en el
que coexisten las tres dimensiones consideradas para el desarrollo sostenible
(económico, social y ambiental). Desde una perspectiva sistémica, la
complejidad implícita en el funcionamiento jerárquico debe
reconocer no sólo las variables que hacen parte de cada nivel jerárquico sino
también, las interrelaciones que se originan de su funcionalidad. Solo así se
puede reducir el nivel de incertidumbre propio del sistema ambiental, social y económico,
en su conjunto (Polanco, 2006, p.34). Algunas de las características de los
indicadores que utilizan en el modelo PER son:
Indicadores de presión
·
Se entiende como “presión” a
aquellas presiones subyacentes o indirectas (o sea una actividad propiamente
dicha o las tendencias importantes desde un punto de vista ambiental), así como
las presiones inmediatas o directas.
·
Están estrechamente asociados
a métodos de producción y de consumo; reflejan frecuentemente intensidades de
emisión o de utilización de recursos y sus tendencias y evoluciones, dentro de
un determinado período.
Indicadores
de estado
·
Hacen referencia a los
indicadores de calidad y cantidad de recursos naturales y del ambiente.
·
Reflejan los objetivos finales
de una política ambiental y tratan de mostrar en forma general el estado.
·
En esta categoría entran las
concentraciones de contaminaciones de diferentes medios, exceso de cargas
críticas, exposición de la población a ciertos niveles de contaminación, estado
de la fauna y flora y de las reservas de recursos naturales, entre otros.
Indicadores de respuesta
·
Muestran el grado de respuesta
de la sociedad a cuestiones ambientales.1) atenuar o evitar los efectos
negativos de actividades humanas sobre el medio ambiente; 2) imponer un límite
de las degradaciones ya infligidas al ambiente y remediarlas; y 3) conservar y
proteger los recursos naturales y el medio ambiente.
·
Dentro de esta categoría
entran los recursos económicos gastados en la protección del ambiente; los
impuestos y subvenciones relacionados con él; los sectores de mercado
representativos de bienes y servicios del ambiente; las tasas de reducción de
poluciones y reciclaje de residuos. Todos ellos informan respuestas sociales
para identificar condiciones ambientales (OECD, 2003).
Acapulco de Juárez
Acapulco surgió como centro turístico
internacional en forma claramente espontánea. El comienzo para Acapulco como
propuesta de destino turístico fue en 1936 incitado por inversionistas, es así,
como el arquitecto Carlos Contreras elabora el primer Plan Regulador de
Acapulco. El período del 1960 constituyó la distribución de la población que se
concentraba en el Anfiteatro. En los períodos de 1970, 1980 y 1990 se crearon
nuevas áreas las cuales fueron urbanizadas, reconociendo sitios más importantes
fuera del Anfiteatro (Castillo y Villar, 2016, p.17). Alcaraz (2015), señala
que el crecimiento de la ciudad de Acapulco sucedió con la expropiación de
terrenos agrícolas, contribuyendo así al desarrollo urbano desordenado,
generando la degradación urbana, arquitectónica, ambiental y social. El turismo
es la causa principal del fuerte crecimiento de este puerto. La estructura
urbana es definida esencialmente por esta actividad. Todo desarrollo urbano
causa degradación del entorno natural. Acapulco no es la excepción. Para el
crecimiento de su territorio se hizo la destrucción de manglares y en general
de la vegetación; el crecimiento poblacional y el turismo masivo ocasiona la
contaminación del agua de playas y lagunas. El paisaje natural, principal
atractivo de este centro turístico, se ha descuidado. En estas condiciones es
evidente que se carece de un desarrollo sustentable (p.269).
Se
expone a continuación de manera breve la situación presente en el destino
turístico desde los aspectos ambiental, urbano arquitectónica y social que muestra
en su investigación Alcaraz (2015).
Degradación ambiental
Todo desarrollo urbano origina deterioro
del medio ambiente natural y en los centros turísticos se afectan muchas veces
los mismos atractivos naturales que le dan origen. En sus inicios, Acapulco era
una pequeña localidad. Al convertirse en un centro turístico, por consiguiente,
genero un rápido crecimiento del área urbana, así como el crecimiento de la
población por la migración campo-ciudad, causando la perdida de áreas
agrícolas, de vegetación y manglares. Uno de los factores que influyen en el
deterioro ambiental se refiere a las malas condiciones en que se encuentra la
parte más antigua del puerto (zona tradicional) el drenaje no cuenta con
suficiente capacidad para captar los desechos de todos los inmuebles, incluso
de hoteles y restaurantes. La masificación del turismo en Acapulco es uno de
los factores que han contribuido a la generación de problemas ambientales, ya
que este exige la construcción de la infraestructura y el equipamiento
necesario como vialidades, energía eléctrica, redes de agua potable y drenaje,
hoteles restaurantes, centros comerciales, lugares de esparcimientos y otros
servicios (Alcaraz, 2015, p.274).
Degradación
urbana-arquitectónica
La función principal del puerto de
Acapulco ha sido el turismo. Su crecimiento es consecuencia de la emigración
campo-ciudad, por la falta de empleo e impulso de la agricultura, en uno de los
estados más pobres del país, en donde se carece de industria y basa su economía
en el sector terciario. El desarrollo del turismo en Acapulco generó empleos,
lo que convirtió el puerto en un polo de atracción para los trabajadores del
estado, incrementando la población intensamente (Alcaraz, 2015, p.275). Siguiendo
con Alcaraz (2015), el dinámico crecimiento de esta localidad trajo consigo
diversos problemas urbanos y sociales, a pesar de que contó con una importante
cantidad de planes de desarrollo urbano. Ello no evito la gran desigualdad
social y territorial. Esta desigualdad conlleva el deterioro de algunas zonas
urbanas, como aquellas donde se establece la clase trabajadora más pobre; y en
el caso de Acapulco, también afecta a la parte más antigua del área turística
(p.278). Entre los factores que intervienen en el deterioro urbano
arquitectónico de Acapulco se encuentra el envejecimiento de la infraestructura
y equipamiento turístico, la falta de mantenimiento y conservación de los
mismos, así como el deterioro del medio ambiente y el sector social (p.285).
Degradación social
Uno de los problemas que ha influido para
que Acapulco pierda la visita de una importante cantidad de turistas,
fundamentalmente extranjeros, es el desarrollo del narcotráfico propiciado por
las crisis económicas, que a su vez, trae consigo inseguridad. A medida que
pasa en tiempo los problemas de violencia e inseguridad han empeorado en este
puerto. Hoy afecta directamente a las diferentes clases sociales.
Propuesta de un sistema
indicadores para la medición del turismo en Acapulco, gro.
La propuesta
para la creación de un sistema de indicadores surge porque en el destino
turístico no existe algún procedimiento o metodología que indique como deber
ser medida la actividad turística desde el aspecto de la sustentabilidad. La dependencia
encargada de monitorear dicha actividad es la Secretaria de Turismo Municipal y
lo realiza a través de los siguientes indicadores: ocupación hotelera,
afluencia turística, derrama económica, gasto y estadía promedio. Si bien estos
cinco indicadores miden parcialmente el impacto económico del turismo hace
falta la medición en los aspectos medioambientales, y sociales-culturales
pilares fundamentales del turismo sustentable. Los indicadores de
sustentabilidad que se proponen deben recoger las tres dimensiones propias de
este paradigma (económica, ambiental, y socio-cultural),
además de una nueva dimensión que se plantea tomar como base para la
operatividad del desarrollo sostenible, esta es la dimensión gestión de la
autoridad local, y, en este caso no deben cerrarse exclusivamente a indicadores
de tipo ambiental, a pesar de que los avances más significativos se produzcan
en este campo. El desarrollo sostenible exige indicadores adaptables al
carácter local, e integral y multidimensional de los procesos de desarrollo (Bermejo
y Nebreda, 1998 cit. en Marqués y Cuétara, s.f.), aunque este objetivo implique
mayor complejidad en su diseño, obtención e interpretación.
El sistema
propuesto consta de 44 indicadores de sostenibilidad que se presentan en las
tablas 1, 2, 3, y 4, organizados según el modelo Presión-Estado-Respuesta (PER)
formulado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
Para el diseño de este sistema de indicadores se tomó la propuesta desarrollada
por (Rivas y Gonzalez 1997, cit. en Rivas y Magadán, 2007), realizando unas
modificaciones; es decir; se tomaron solo aquellos indicadores que pueden ser
aplicados en el destino turístico seleccionado.
Esta estructura permite la captura sistemática de información, así como
la valoración del progreso e identificación de tendencias en relación con la
sustentabilidad turística. El desarrollo de la metodología se basa en la
atención a variables económicas, ambientales, sociales consideradas como los
pilares de la sostenibilidad. Macário de Oliviera et al., (2013), señala que para la selección de indicadores se
requiere de variables de referencia, que no son sino los datos producidos por
entidades o instituciones, con presencia o no en el territorio, de acuerdo con
sus procesos misionales y sus posibilidades de orden técnico para hacer
mediciones, llevar series estadísticas, compilar registros o recolectar
información de primera mano. Por cada fuente de datos, se escoge adecuadamente
la información que sea de interés para el sector turístico y que se mantenga
dentro de su ámbito. Los indicadores son esenciales para evaluar de forma
adecuada la sustentabilidad del desarrollo turístico. El monitoreo de las
actividades de turismo se constituye en un instrumento esencial para la
planificación y gestión de sus actividades de modo que sea posible dirigir
acciones para lograr la sustentabilidad. (Macário de Oliviera et al., 2013).
A continuación se
detallan los indicadores desde cada una de las dimensiones de la sostenibilidad
turística:
Indicadores económicos
Respecto a la
dimensión económica que se muestra en la tabla 1, se recogen los aspectos
relacionados con los
ingresos generados por el empleo turístico, el grado de dependencia del mayor
mercado turístico, el grado de satisfacción en servicios turísticos, el volumen
de turistas en periodo de demanda alta, etc. Con un total de 10 indicadores.
Tabla 1
Indicadores
de turismo sostenible de la dimensión económica
INDICADORES ECONÓMICOS |
|||
Indicador |
Alcance |
Unidad de medida |
Formula |
1. Ingresos generados por el empleo turístico. |
Mide el
porcentaje de llegadas de turistas recibidos en un periodo determinado. |
Ingresos
(w) por unidad de tiempo (mes, trimestre, cuatrimestre, año) obtenidos por la
población empleada (L) —y residente en el área— en el sector turístico sobre
los ingresos de las restantes actividades tomadas en su conjunto. |
|
2. Grado de dependencia
del mayor mercado turístico. |
Este indicador permite establecer la
sensibilidad económica que presenta el área de estudio respecto de
variaciones en la llegada de turistas provenientes de ese mercado. |
Ratio de
llegadas de turistas del principal mercado emisor turístico (TRjt) al área de
estudio sobre la llegada total de turistas al área de estudio. |
|
3.- Grado de satisfacción en servicios turísticos. |
El
indicador mencionado mide la capacidad de respuesta a las expectativas de los
turistas por parte de las empresas de servicios turísticos. En definitiva se
está constatando la calidad de los servicios. |
Ratio de
turistas que declaran un nivel satisfactorio de calidad (TSAT) sobre el total
de turistas en el área de estudio (total muestra). |
|
4.- Volumen de turistas
en período de demanda alta. |
El presente indicador refleja la
concentración de la llegada de turistas en un período del año, con el
propósito de establecer la existencia o no de una marcada estacionalidad. |
Ratio de llegadas de turistas en
temporada alta sobre el total de llegadas de turistas anuales. |
|
5.- Nivel de ocupación de alojamientos turísticos. |
Este
indicador nos muestra el porcentaje de camas ocupadas que presentan los establecimientos
de alojamiento turísticos en un período determinado. |
Ratio del
total de camas (H) ocupadas en un período sobre el total de camas ofertadas
en el mismo período. |
|
6.- Diversificación del
producto turístico. |
Este indicador refleja la variedad de
actividades turísticas ofrecidas en el destino turístico. |
Ratio del total de actividades
turísticas actuales (ATA) en el destino sobre el total de actividades
turísticas actuales y potenciales (ATP) en el destino. |
|
7.- Total de empleo directo generado por el turismo. |
El presente
indicador muestra el empleo generado por el sector turístico en comparación
con el empleo total generado en el destino en un período determinado de
tiempo. |
Ratio del
total de empleados en actividades características del turismo en un
determinado período sobre el total de empleados en el destino en ese mismo
periodo. |
|
8.- Participación de los
ingresos generados por turismo. |
Este indicador mide la importancia de
los ingresos provenientes del sector turismo en relación a los ingresos
totales generados por el conjunto de las actividades económicas del destino. |
Ratio del total de ingresos generados
por turismo (ITUR) sobre el valor de la producción generada por el conjunto
de las actividades económicas (ITOT). |
|
9.- Licencias municipales. |
El presente
indicador tiene como objetivo identificar en términos de porcentaje el
otorgamiento de licencias a establecimientos que ofrecen servicios turísticos
(alimentación, alojamiento, actividades) respecto del total de autorizaciones
otorgadas por el municipio a establecimientos comerciales en el destino. |
Ratio del
total de licencias autorizadas para actividades turísticas (LICT) en un
determinado período sobre el total de licencias autorizadas por el municipio
en el mismo período (LICTOT). |
|
10.- Especulación en uso
del suelo turístico. |
El presente indicador mide el
encarecimiento de los precios de los terrenos, como consecuencia de la
llegada de visitantes. |
Ratio de la variación del precio del
metro cuadrado (m2) de terreno de un período a otro. |
|
Fuente: (Elaboración propia
basado en Rivas y Magadán, 2007)
Indicadores socio-culturales
La tabla 2 recoge aspectos de la
sostenibilidad de la dimensión socio-cultural de la
relación de los visitantes y residentes, la percepción de la comunidad acerca
de la actividad turística, etc. Siendo 6 indicadores para esta en dimensión.
Tabla 2
Indicadores de turismo
sostenible de la dimensión socio-culturales
INDICADORES SOCIOCULTURALES |
|||
Indicador |
Alcance |
Unidad de medida |
Formula |
1. Relación Visitantes/Población Residente. |
Este
indicador tiene como objetivo determinar la relación entre la llegada de
visitantes y la población residente en un destino turístico para un periodo
determinado. |
Ratio del
total de llegadas de visitantes (V) en un período de tiempo determinado sobre
el total de la población residente (R) en ese mismo período. |
|
2. Percepción de la
comunidad acerca de la actividad turística. |
Esta medida refleja la opinión que tiene
la población local respecto de la actividad turística que se desarrolla en el
destino. Determina su grado de satisfacción con la presencia de visitantes. |
Ratio de la población (R) que se
muestra satisfecha con la presencia de visitantes sobre el total de la
población local (total muestra). |
|
3.- Incremento de la conflictividad y el delito en temporada alta. |
Este
indicador determina la tasa de crecimiento de los robos, riñas y otros
crímenes registrados en la alta temporada turística, respecto de la baja
temporada. |
Ratio de
turistas que declaran un nivel satisfactorio de calidad (TSAT) sobre el total
de turistas en el área de estudio (total muestra). |
|
4.- Accidentes de tráfico
en temporada alta. |
Este indicador muestra la variación en
la tasa de accidentes de tránsito producidos en un destino en la temporada
alta respecto de la temporada baja de la actividad turística. |
Variación relativa de los accidentes de tráfico
(TRA) en temporada alta sobre la temporada baja. |
|
5.- Nivel de instrucción de los trabajadores de la actividad turística. |
Este
indicador muestra el nivel de enseñanza (básico, medio, superior) alcanzado
por la fuerza laboral que se desempeña en actividades características del
turismo. |
Escolaridad
media (E) de los trabajadores en el sector turístico. Puede calcularse
atribuyendo el valor 1 al nivel básico, el valor 2 al nivel medio, el valor 3
al nivel superior, el valor 4 al nivel superior con master, el valor 5 al
nivel superior con postgrado, el valor 6 con nivel superior y doctorado. |
|
6.- Grado de
participación en actividades culturales. |
Este indicador está destinado a
determinar el grado el interés y apego de la población local a sus
costumbres, tradiciones y manifestaciones propias. |
Ratio de la población estimada que
participa en actividades folclóricas (RFOL) sobre la total población local
(RTOT) total muestra. |
|
Fuente: (Elaboración
propia basado en Rivas y Magadán, 2007)
Indicadores ambientales
La tabla 3 se recogen los aspectos del grado
de contaminación del agua para sus distintos usos dentro de la actividad
turística, el nivel de cobertura vegetal, la percepción de la calidad visual,
la contaminación visual, etc. Dando un total de 20 indicadores.
Indicadores de gestión y participación
Por último, la tabla 4, se detallan los
aspectos de la dimensión de gestión y participación en donde se evalúa la planificación
turística participativa, la capacidad de gestión de la autoridad local, la
integración del turismo en la planificación del turismo, etc. Con un total de 8
indicadores.
Tabla 3
Indicadores de
turismo sostenible de la dimensión ambiental
INDICADORES AMBIENTALES |
|||
Indicador |
Alcance |
Unidad de medida |
Formula |
1. Grado de contaminación del agua para sus distintos usos dentro de la
actividad turística. |
Se trata de
determinar el nivel de contaminación que poseen las aguas, producto de la
presencia de coliformes fecales. |
Los niveles
recomendados de bacterias coliformes fecales son: Agua Potable: menos de 0
colonias por 100 ml. de la muestra de agua. • Natación: menos de 200 colonias
por 100 ml. de la muestra de agua. • Navegar/Pescar: menos de 1.000 colonias
por 100 ml. de la muestra de agua. |
N/A |
2. Nivel de cobertura
vegetal. |
Corresponde a la proporción del área de
estudio que presenta vegetación, con evidencias de alteración derivadas de
las actividades turísticas. |
Ratio de superficie vegetal del área de
estudio (SVEG) comprometida en relación a la superficie total del área de
estudio (STOT). |
|
3.- Percepción de la calidad visual. |
Este
indicador consiste en establecer el grado en que el turista percibe que se ha
alterado la panorámica de un lugar o área. |
Ratio de
turistas que perciben mala calidad visual (TMCVt) sobre el total de turistas
que visitan el área de estudio (TTOTt) (total muestra). |
|
4.- Contaminación visual. |
Este indicador corresponde al grado de
alteración que muestra el paisaje (natural, rural o urbano) por la presencia
de letreros publicitarios o informativos. Podría considerarse el carácter
luminoso de los mismos y su impacto contaminación lumínica nocturno sobre el
entorno y/o la población. |
Densidad de letreros (L) por unidad de superficie
relevante (s2) —metro o kilómetro cuadrado. |
|
5.- Deterioro del paisaje rural y natural. |
Consiste en
determinar el grado de en qué se ha perdido la originalidad del paisaje en
las zonas rurales y naturales, producto de instalaciones e infraestructura no
acorde a las características del entorno. |
Ratio de
superficie construida por instalaciones e infraestructuras modernas (SCIIM)
sobre la superficie total de la zona rural (SRTOT). |
|
6.- Grado de erosión en
áreas protegidas. |
Indica la proporción de superficie protegida
que presenta condiciones de deterioro por exceso de visitantes. |
Ratio de superficie total erosionada
(SEEV) sobre la superficie total área protegida (STOT). |
|
7.- Expansión del espacio turístico construido. |
Consiste en
precisar el aumento de la superficie construida en un período de tiempo con
respecto a otro. |
Ratio de la
diferencia entre la superficie construida (SC) durante el período t y la
superficie construida durante el período t-1 sobre la superficie total
construida en el período (t-1). |
|
8.- Grado de uso de
instalaciones en áreas protegidas. |
El indicador mencionado nos muestra el
nivel de utilización de las instalaciones ubicadas en el área de estudio, por
parte de los visitantes. |
Ratio de capacidad total utilizada de instalaciones
(INSCTU) sobre la capacidad disponible de instalaciones (INSCTD). |
|
9.- Mala accesibilidad al borde lacustre y costero. |
Este
indicador muestra el grado de dificultad en los accesos al borde lacustre (en
lagos) y costero (playas), provocado por concentración de construcciones de
segundas residencias en el área. |
Ratio de
número de construcciones en borde lacustre o costero en área de estudio
(CBLC) sobre el número de accesos al borde lacustre o costero en área de
estudio (ABLC). |
|
10.- Nivel de ocupación
de áreas de riesgo natural por actividades turísticas. |
El objeto de este indicador es conocer
el nivel de utilización de las áreas denominadas de riesgo natural. |
Ratio de superficie del área de riesgo
actualmente ocupada sobre la superficie total del área de riesgo. |
|
11.- Contaminación acústica de fuentes móviles percibida por turistas. |
Este
indicador muestra el nivel de contaminación del ambiente que perciben los
turistas, como consecuencia de ruidos producidos por vehículos motorizados
(autos, motos y motos acuáticas, entre otros) en áreas de afluencia
turística. |
Ratio de
turistas que perciben ruidos molestos por vehículos motorizados (TPRV) sobre
el total de turistas (total muestra). |
|
12.- Congestión vehicular. |
Este indicador otorga un parámetro para
medir si el incremento de la plaza vehicular en alta temporada respecto de la
baja temporada provoca molestias en cuanto al aumento del tiempo de viaje. |
Ratio de tiempo promedio traslado en
avenidas principales en
temporada alta (θA) sobre el tiempo promedio traslado en
avenidas principales en temporada baja (θB). Siendo N el número total de
avenidas principales. |
|
13.- Calidad Ambiental de los Proyectos. |
Este
indicador muestra el grado de incorporación de parámetros y normas destinadas
a la conservación del medio ambiente, en los proyectos turísticos locales. |
Ratio del
total de proyectos que cumplen normas y medidas establecidas sobre calidad
turística en un período de tiempo considerado (PTLtQ) sobre el total de
proyectos turísticos locales recibidos para ese mismo período de tiempo
(PTLtTOT). |
|
14.- Presión en horas
peak. |
Mediante el siguiente indicador se
obtiene información sobre el cumplimiento de los requerimientos de espacio
que necesita un visitante para considerar el que el destino no supera la
capacidad de carga, en las horas de mayor afluencia de visitantes. |
Ratio de superficie real disponible por
visitante (SDISV) en relación a la superficie deseable por visitante (SDESV). |
|
15.- Exceso de visitantes en lugares/recursos de interés turístico en
el área considerada. |
Este
indicador mide la sobrecarga de los sitios de interés turístico, respecto a
la llegada de visitantes (por ejemplo, espacios de interés arqueológico). |
Una
propuesta de ratio podría ser la media de las razones entre los visitantes
efectivos (VR) y deseables (VD) para cada uno de los lugares de interés menos
la unidad. Así si no existe desviación, el índice valdrá cero, todo valor
positiva será interpretado como un exceso y el signo negativo como una
holgura. |
|
16.- Deterioro de
estructuras de interés turístico. |
A través de este indicador se medirá el
desgaste que presentan las estructuras de interés turístico (por ejemplo,
monumentos) debido al descuido y maltrato de los visitantes. |
Ratio de número de estructuras (EITD)
que presentan daños (rayados, cortes, etc.) sobre el total de estructuras en
el área (EITTOT). |
|
17.- Capacidad de manejo de basuras. |
Este
indicador mide la capacidad de un municipio, que tiene bajo su jurisdicción
un destino turístico, de recoger las basuras y residuos sólidos domiciliarios
durante la temporada turística. |
Ratio de población
urbana que dispone servicio regular de recolección (POBSRB) sobre el total de
población urbana (POBTOT). |
|
18.- Basuras. |
Este indicador mide la presencia de
basuras en sitios turísticos de visitas frecuentes. |
Ratio del total de sitios turísticos
que evidencian exceso de basuras (EITEB) sobre el total de sitios turísticos
(EITTOT). |
|
19.- Tratamiento de residuos líquidos. |
Este
indicador muestra el potencial de contaminación de las fuentes hídricas
producido por la emisión de residuos líquidos domiciliarios (metros cúbicos)
y de las formas de tratamiento y manejo de los mismos que se llevan a cabo en
el área de estudio. |
Ratio de
aguas residuales domésticas que se encuentran bajo tratamiento durante un
período de tiempo determinado (ARDTRTt) sobre el total de emisión de aguas
residuales domésticas para ese mismo período (ARDTOTt). |
|
20.- Nivel de
contaminación auditiva. |
Es un indicador que muestra el
cumplimiento de la norma de los niveles de ruido permisibles, determinado por
el decibelio, el cual
es usado para describir niveles de presión, potencia o
intensidad sonora en cada una de las diferentes zonas, provocadas por fuentes
fijas. |
En España, se establece como nivel de
confort acústico los 55 dBA. Por encima de este nivel, el sonido resulta
pernicioso para el descanso y la comunicación. |
N/A |
Fuente: (Elaboración
propia basado en Rivas y Magadán, 2007)
Tabla
4
Indicadores de
turismo sostenible de la dimensión gestión y participación
INDICADORES DE GESTIÓN Y
PARTICIPACIÓN |
|||
Indicador |
Alcance |
Unidad de medida |
Formula |
1. Planificación turística participativa. |
Este
indicador mide la percepción de la comunidad respecto a su integración en un
plan de desarrollo turístico local. |
Percepción
de los representantes de la comunidad respecto a su participación en la
planificación de la actividad turística. |
N/A |
2. Capacidad de gestión
de la autoridad local. |
Este indicador pretende medir la
gestión realizada, a través del liderazgo que se refiere a las condiciones y
características de la autoridad local para llevar a cabo una gestión que
satisfaga a la comunidad, reflejado en una buena acogida de los programas y
proyectos que impulsa el Municipio. |
Ratio de proyectos turísticos aprobados
(PTA) al municipio en un período determinado sobre el total de proyectos
turísticos presentados (PTP) por el municipio en el mismo período. |
|
3.- Integración del turismo en la planificación del Municipio. |
Muestra el
grado de importancia de la actividad turística en la labor efectuada por el municipio,
a través del presupuesto asignado. |
Ratio del
presupuesto asignado a proyectos turísticos en un período determinado sobre
el total de presupuesto municipal para el mismo período. |
|
4.- Relación entre imagen
turística establecida y gestión desarrollada por el municipio. |
Este indicador tiene la finalidad de
determinar el grado de coherencia que existe entre las labores realizadas por
el municipio en su gestión de gobierno local y la imagen destino que se
pretende alcanzar en materia turística para la comuna. |
Ratio de proyectos vinculados a la
imagen turística del municipio (PROVIT) sobre el total de proyectos
impulsados por el municipio (PROTOT). |
|
5.- Relación entre inversión promocio |