El papel de las inteligencias múltiples
y emocionales: equilibrio en la formación académica
The role of multiple and
emotional intelligences: balance in academia
María Elena
Camarena Adame*
El
presente
trabajo busca ahondar en el conocimiento de inteligencias múltiples en
relación con la inteligencia emocional, factores decisivos en la formación académica. Para lo cual se realizó un estudio cualitativo recolectando los datos con dos cuestionarios, uno sobre “Inteligencias Múltiples” y el otro sobre “Coeficiente emocional” que fueron aplicados a una muestra de 350 y 580 alumnos
respectivamente en una muestra
por conveniencia dirigido a estudiantes
de la Universidad
Nacional Autónoma de México,
estudiantes de las licenciaturas en contaduría, administración e informática con
una edad entre 18 y 25 años.
Los principales hallazgos muestran que el 90% de los estudiantes conocen los factores que desencadenan sus emociones y aceptan que les cuesta trabajo tener control
sobre las mismas y que las mujeres cuentan con
mayores recursos para identificar
sus emociones y manejarlas, que los
hombres.
Palabras clave: Habilidades, formación académica, inteligencia emocional.
This article aims
at deepening the knowledge
of multiple intelligences related to emotional
intelligence, which are crucial factors
in college education. For which a qualitative study collecting data with two questionnaires, one on “Multiple
Intelligences” and one on “emotional
coefficient” which were applied
to a sample of 350 and 580 students respectively in a convenience sample
aimed at students performed the National
Autonomous University of Mexico, students
degrees in accounting, administration and computer with
an age between
18 and 25 years.
The
main findings show that 90% of students know what triggers your emotions and find it hard
to accept that having control
over them and that
women have greater resources to identify
and manage their emotions than men.
Keywords: Skills,
academia, emotional intelligence, multiple intelligences.
* Ma. Elena Camarena Adame
Licenciada en Administración de
Empresas, Maestra en Enseñanza Superior y Doctora en Estudios Latinoamericanos.
Profesora e Investigadora en la Facultad de
Contaduría y Administración Universidad Nacional Autónoma de México. Email: camarena@fca.unam.mx.
Artículo recibido:el 23 de Diciembre de 2014 Artículo
aceptado: el 24 de Marzo de 2015
La inteligencia emocional, como la gestión del conocimiento y otras técnicas de gestión
de “moda” en los últimos
años, son temas
que siempre han sido de interés profesional y de desarrollo personal.
El
término
“inteligencia
emocional”
se
ha
instalado en la literatura que trata acerca
de las organizaciones y del management, Su irrupción ha señalado la insatisfacción existente con respecto a los criterios que tradicionalmente se utilizaron
para valorar las competencias organizacionales
e individuales; criterios conducentes siempre a la
exaltación de la racionalidad y el intelecto. Más allá de las alternativas del “mercado”, aunque
las organizaciones se
administraran estrictamente por procesos lógicos y secuenciales, aun cuando sus miembros estuviesen dotados de los más altos
coeficientes intelectuales: ello no
garantizaba el éxito de la organización (Schvarstein, 2002).
Asimismo algunas
veces nos preguntamos: ¿Por qué un alumno,
en ocasiones el más “inteligente” de la clase, no tiene luego el
mismo éxito en su trabajo? O al contrario,
¿Por qué algunas
personas, no precisamente las más destacadas por su “inteligencia”, parecen tener un
don especial para prosperar en la vida
profesional? Es decir: ¿Por
qué unos son más capaces
que otros para enfrentar contratiempos, superar obstáculos
y ver las dificultades bajo
una óptica distinta?
En los últimos siglos la sociedad siempre ha valorado un ideal: la persona
inteligente. En la escuela, el niño inteligente era aquel que dominaba sobre todo
las Matemáticas. Un referente que más tarde
se identificó con el cociente
intelectual (CI), mal llamado
todavía por muchos “coeficiente intelectual”, cuando
en realidad se trata de un cociente, de una división,
y no de ningún coeficiente. Y más en concreto
con obtener la máxima puntuación en los siempre recordados “test
de inteligencia”. Se decía que existía, y es verdad,
una relación positiva
entre el CI, parámetro
de comparación de los estudiantes, y su rendimiento académico. Algo que motivó sin razón
que muchos de los jóvenes con un CI más bajo del requerido para continuar con los estudios no fueran apoyados en superar
esas limitaciones, creando un futuro
de vacíos personales muy difíciles
de llenar.
La relevancia del presente trabajo radica en brindar herramientas que coadyuven a los estudiantes a lograr un equilibrio en la inteligencia emocional e intelectual. Si bien es cierto, son los
administradores del presente y del futuro
quienes se desarrollan en un mercado
global, en el que las organizaciones trabajan dentro y fuera de sus
fronteras nacionales. Los cambios constantes de las circunstancias económicas, los avances tecnológicos acelerados y las alteraciones drásticas en
el terreno financiero internacional representan algunos
de los obstáculos para realizar
negocios actualmente. Es por ello que los profesionales en nuestras disciplinas pueden reflexionar en forma más abierta
dónde ubicarán sus habilidades ~ emocionales e intelectuales~ y cómo
las aprovecharán de manera más eficiente
(Watzlawick, 1994).
Al hablar sobre las habilidades
individuales se hace referencia a la capacidad de una persona para llevar a cabo diversas actividades, puesto que cada persona no es igual,
se busca adecuar sus habilidades a fin de que puedan aplicarlas en el trabajo.
Las habilidades influyen en el nivel de rendimiento
y de satisfacción del individuo. Dichas habilidades
se pueden
dividir en dos vertientes y son:
1.
Habilidades intelectuales: se refieren a las que utilizamos para
realizar las actividades mentales, se dividen en seis dimensiones:
aptitud numérica, comprensión verbal, velocidad perceptual, razonamiento inductivo, visualización espacial
y memoria.
2.
Habilidades físicas: se refieren
a los requerimientos necesarios para
hacer tareas que demandan
fuerza, vigor y destreza.
La
gerencia utiliza las habilidades
individuales para el beneficio de la empresa, por lo que se necesita
conocer que habilidades requiere cada trabajo para poder seleccionar al personal más capacitado para el cargo. Cabe
aclarar que dichas
habilidades deben aprovecharse al máximo, las cuales se pueden aprender
y actualizar.
Ante este panorama, el presente trabajo busca
ahondar en el conocimiento de inteligencias
múltiples en relación con la inteligencia emocional, factores decisivos en la formación académica de los estudiantes de la Facultad de Contaduría
y Administración, para lo cual se realizó
un estudio cualitativo de tipo transversal puesto que los datos
fueron recolectados en un solo momento, y se pudo
observar las necesidades de atención, así como
fuentes de conflicto
que se presentan en las relaciones interpersonales de los estudiantes, con lo que se tuvo una primera aproximación de su comportamiento emocional y del manejo
del conflicto que reflejan consigo mismos y con los demás. Por
medio del manejo
de su propio esquema de personalidad, su grado de expresión
emocional, de autonomía,
de confianza en sí mismos
y su desarrollo interpersonal y actitud
ante el grupo.
En la docencia se tiene claro
que la información nueva que recibe
el estudiante en el espacio
del aula será entendida con base en la calidad
de los conocimientos previos que él ha incorporado a su
estructura cognitiva. Así,
éste la asimila
y le puede dar un significado.
En
lo que se refiere a la organización
de la información y la apropiación del conocimiento, será función del docente
utilizar las estrategias congruentes que permitan al estudiante apropiarse del conocimiento,
generar nuevas ideas y desarrollar habilidades que
le permitan aplicarlo y transferirlo a su
realidad.
Es necesario considerar lo que se denomina Saberes axiológicos-actitudinales, en referencia a valores que forman parte de los componentes cognitivos (como creencias, supersticiones, conocimientos); de los componentes afectivos (sentimiento, amor, lealtad, solidaridad, etc.) y de los componentes de comportamiento que se puede observar en él (Ausubel, 1983).
También, la forma en que aprende cada estudiante, considerado éste como una persona única e irrepetible — dadas sus características heredadas y aprendidas— es diferente de los otros. Cada estudiante de acuerdo a estas características ordena su campo perceptual para dar significado al mundo en que vive (Ausubel, 1983).
El estudiante tiene la capacidad de:
•
Percibir las emociones de forma precisa
•
Aplicar
las emociones para facilitar
el pensamiento y el razonamiento.
•
Comprender las propias emociones
y las de los demás (empatía).
•
Controlar las propias emociones.
Y estas capacidades desarrollan habilidades emocionales que les permiten mejorar su estilo de comunicación, la actitud frente a los demás, el trabajo en equipo, y la solución en situaciones de conflicto, como todas, pueden ser aprendidas con el tiempo y la práctica (Goleman, 1997).
Goleman (1997) define la inteligencia emocional como la capacidad de reconocer los propios sentimientos y los ajenos, de motivar y de manejar bien las emociones, en sí mismo y en las relaciones, este autor plantea básicamente cinco aptitudes emocionales, clasificadas a su vez en dos grandes grupos: Aptitud Personal (Auto- conocimiento, Auto-regulación y Motivación) y Aptitud Social (Empatía y Habilidades Sociales).
Así, las emociones permiten por un lado, experimentar el sentimiento de estar vivos, sin ellas lo que se concibe como “personalidad” no tendría sentido ya que el ser humano sin emociones es un ser vacío (Díaz-Guerrero, 2003).
Estos conceptos resultaron relevantes para la investigación, pues en la etapa exploratoria se buscó dar respuesta a las siguientes interrogantes, respecto al comportamiento de los estudiantes de las carreras de contaduría, administración e informática, impartidas en la Facultad de Contaduría y Administración de la UNAM:
¿Qué tipo de inteligencia manejan los alumnos de las carreras de administración, contaduría e informática?
¿Presentan diferencias significativas entre los hombres y las mujeres en la habilidad para identificar y manejar sus emociones?
Desde este punto de vista, se entiende que las clasificaciones de los procesos mentales estructuras de memoria, habilidades y diferentes operaciones de las que hace uso una persona en una situación determinada han aportado un gran avance en el aspecto científico del aprendizaje y la enseñanza (Mayer R. , 1992), y pueden servir de base en este momento para el avance en los entornos de aprendizaje.
Se entiende por habilidad la acción que por la continuidad con la que la repetimos se convierte en una predisposición o hábito. Al llevarse a cabo de manera adecuada supone satisfacción para el sujeto que la realiza, por lo que para mantener el nivel de motivación hay que ir introduciendo cada vez un grado mayor de dificultad en la realización de la misma. En concreto las habilidades cognitivas son las operaciones mentales que el alumno utiliza para aprender en una situación dada. Cuando
estas habilidades las clasificamos y generalizamos hablamos de capacidades, en cambio cuando las especificamos, hablamos de destrezas.
En este mismo sentido las define Kirby (1988), para quien las habilidades son rutinas cognitivas que se utilizan para llevar a cabo tareas específicas para el manejo o uso de una cosa. Las habilidades metacognitivas son las operaciones mentales que enseñan al alumno a controlar su propio aprendizaje, a darse cuenta de cómo aprende, cuando y qué. Por otro lado las estrategias son un posible conjunto ordenado de acciones, que tienden a la consecución de un objetivo. Según Kirby (1988) son medios de selección, combinación o planificación de las habilidades cognitivas ante una situación dada. También pueden ser definidas como el camino para la consecución de una destreza. Las capacidades, en general, son atributos y características que hacen posible un funcionamiento adecuado de la persona en algún aspecto desde un punto de vista social y de aprendizaje, y suponen una habilidad general (Laorden, García , & Sánchez, 2005).
Basándonos en distintas clasificaciones de autores estudiosos de la psicología cognitiva (de Bono, 1987; Feuerstein, 1980; Domínguez 1980) se señala la siguiente clasificación:
Habilidades cognitivas
• Habilidades descriptivas:
suponen, entre
otros
ejemplos, contar, resumir,
enumerar, resaltar, describir narrar, esquematizar…
• Habilidades analíticas:
suponen clasificar,
relacionar, cotejar, agrupar, analizar, comparar, contraponer, generalizar, medir…
• Habilidades críticas: suponen
tareas como evaluar, enjuiciar, justificar, apreciar, criticar, elegir,
matizar, discutir, discernir…
• Habilidades creativas: supone,
entre otras posibles tareas, transformar, inventar, aplicar,
imaginar, diseñar, detectar problemas, cambiar, redefinir, encontrar analogías diferentes, producir ideas originales…
Tipos de razonamiento
•
Deducción:
de lo general a
lo
particular inducción: de lo particular a lo general
•
Razonamiento hipotético-deductivo: señalar posibles estrategias o caminos
o afirmaciones que hay que demostrar.
•
Resolución de problemas: buscar
soluciones ante un problema dado.
Habilidades socializadoras
Son aquellas que obtienen su energía del grupo, capitalizando el potencial que procede de puntos de vista diferentes.
El objetivo básico consiste en ayudar, posibilitar y experimentar el trabajo, el estudio conjuntamente para plantear y resolver problemas de naturaleza académica y social. Otros objetivos pueden contemplarse igualmente como:
•
La
capacidad de organización del grupo.
•
La
capacidad de aislar
problemas.
•
La clarificación de problemas.
•
El
desarrollo de habilidades sociales.
•
Potenciar la capacidad de relación humana.
•
Ser conscientes de los valores
personales y sociales.
•
Estudiar las consecuencias y modificar
proyectos.
•
Formulación explícita de las conclusiones de trabajo
•
Organización del pensamiento.
•
Escuchar:
Es la capacidad de sentir, de percibir sensorialmente lo que transmite otra persona,
comprende el mensaje, este aspecto,
exige tomar conciencia de las posibilidades de tergiversación de los mensajes,
permitiéndole evaluar la importancia de lo escuchado, respondiéndole
acertadamente al interlocutor.
•
Hablar: Se denomina hablar
a la capacidad de comunicarse
mediante sonidos articulados que tiene el ser humano.
Estos sonidos son producidos por el aparato
fonador, que incluye lengua, velo del paladar,
cuerdas vocales, dientes, etc. Esta propiedad es distintiva en el
hombre, ya que si bien está presente
en distintas especies del reino animal,
es en la naturaleza del hombre
en la que alcanza su más alta manifestación, en la medida en que despliega un altísimo grado
de complejidad y abstracción en lo referente al contenido.
•
Leer: La lectura permite
el desarrollo de las
habilidades restantes y competencias del ser humano. Cómo realización intelectual, es un bien colectivo
indispensable en cualquier contexto económico y social.
Como función cognitiva, permite el acceso a los avances tecnológicos, científicos y de la información.
Da la posibilidad de recrear
y comprender mejor la realidad. Leer
hoy, es ser capaz
de dialogar críticamente con el texto, tomar una
postura frente a ello y valorarlo integrándolo en el mundo mental
propio.
•
Escribir: La expresión escrita representa el más alto nivel
de aprendizaje lingüístico,
por cuanto en ella se integran experiencias y aprendizajes relacionados con todas las habilidades
lingüísticas (escuchar, hablar y leer) y se ponen en funcionamiento todas las dimensiones del sistema lingüístico
(fonológica, morfo-sintáctica, léxica- semántica y pragmática). La escritura es una
habilidad compleja, que implica que el escritor tenga conocimientos, habilidades básicas, estrategias y capacidad para coordinar múltiples procesos.
La polémica acerca de qué es la inteligencia, cómo puede concebirse y en consecuencia medirse y trabajarse ha girado en torno a cuáles son los componentes fundamentales de la inteligencia y qué factores pueden explicar las diferencias individuales en el rendimiento.
En un principio la inteligencia se consideró como algo más bien biológico, hereditario, que estaba dentro de la mente del individuo y que podía medirse; en otras palabras, como un atributo unitario situado en la cabeza de los humanos (Gardner, Komhaber, & Krechevsky, 1993). Hasta principios del siglo XX las ideas acerca del significado de la inteligencia eran primitivas. Se utilizaba la palabra, pero existía una sorprendente falta de interés o preocupación acerca de su significado exacto (Jerison, 1989).
Por otra parte, Scarr y Carter-Saltzman (1989) afirman que creamos confusión a la hora de hablar de inteligencia porque utilizamos el término a diferentes niveles que no están necesariamente relacionados entre sí. El término puede aplicarse o aplicarse mal a cuatro niveles: a un nivel cultural, a un nivel de organización social, en pequeños grupos y finalmente a un nivel individual. Desde su punto de vista, el término inteligencia debería reservarse para el nivel individual del funcionamiento cognitivo, para aquellos atributos individuales que se centran alrededor de las habilidades de razonamiento, el conocimiento de la propia cultura y la capacidad de llegar a soluciones innovadoras para los problemas. El término inteligencia debería reservarse para describir los atributos transituacionales que los individuos llevan consigo en diversas situaciones.
Podemos decir que la inteligencia es la facultad y habilidad propia del hombre que le sirve para adaptarse a las circunstancias que vive, y resolver, si es posible, los problemas que como individuo posee. El ser humano, a través de la inteligencia, puede dominar sus instintos, realizando sus actos voluntariamente, y eligiendo sus acciones y reacciones, con el objetivo de no cometer dos veces un mismo error.
El Dr. Howard Gardner es profesor de psicología y ciencias de la educación en la Universidad de Harvard, autor de la Teoría de las Inteligencias Múltiples formulada en 1993, estudió el desarrollo de habilidades en los niños y la forma en que se descomponen las diferentes capacidades en casos de daño cerebral. Observó cómo se manifiesta cada una de estas inteligencias dentro de la cultura del individuo.
La Teoría de las Inteligencias Múltiples es pluralista. Gardner (2006) reconoce que las personas son diferentes y tienen varias capacidades de pensar y diversas maneras de aprender. Esta teoría demuestra que cada alumno es único y responde a esto mediante el desarrollo de la instrucción basada en las diferencias de los alumnos. Como señala Fonseca-Mora:
“Este concepto de inteligencia o capacidades reconoce la diversidad, la existencia de
distintas formas de ser que son de igual
estatus. Ser una persona “inteligente” puede significar tener una gran capacidad memorística, tener un amplio
conocimiento, pero también
puede referirse a la
capacidad de conseguir
convencer a los demás,
saber estar, expresar de forma adecuada
sus ideas ya sea con las palabras
o con cualquier otro medio de
índole artístico, controlar su ira, o saber localizar lo que se quiere, es decir,
significa saber solucionar
distintos problemas en distintos
ámbitos. Además, la formación
integral de los alumnos ha
de entenderse también
como la formación
de lo emocional y no sólo como formación
de lo cognitivo” (Fonseca-Mora, 2007:2).
Una inteligencia supone la habilidad de resolver problemas o crear productos de necesidad en cualquier cultura o comunidad; es una colección de potencialidades biopsicológicas que mejoran con la edad. Gardner señala que es mejor describir la competencia cognitiva humana usando el término, inteligencias, que agrupa los talentos, habilidades y capacidades mentales de un individuo (Gardner, 2006).
Afirma que todo individuo normal tiene cada una de estas inteligencias, aunque una persona podría ser más talentosa en una inteligencia que otras. También, varía en la combinación de inteligencias y la capacidad de desarrollarlas (Arnold & Fonseca, 2004). Asimismo, Gardner (2006) señala que casi todos los roles culturales requieren una combinación de inteligencias. Él cree que la mayoría funciona con una o dos inteligencias sumamente desarrolladas, con las otras más o menos desarrolladas o relativamente en un estado de espera (Smith, 2001).
A continuación se describe, en términos generales, en qué consiste cada una de las inteligencias planteadas por Gardner. Es importante saber las características a fin de que identificarlas en los alumnos y enseñarles mejor. Hay ocho inteligencias que Gardner (2006) ha reconocido en todos los seres humanos: la lingüística, la musical, la lógica-matemática, la espacial, la corporal- kinestésica, la intrapersonal, la interpersonal, y la naturalista. Además, es posible que haya una inteligencia existencial, o bien, emocional.
Inteligencia lingüística
Es una de las más importantes, en general se utilizan ambos hemisferios y es la que caracteriza a los escritores.
Aunque discuten sobre el origen y el desarrollo del lenguaje humano, los expertos admiten que se
remonta a hace 100.000 años, al homo sapiens arcaico; el lenguaje fue una parte intrínseca de las vidas de estos homínidos como animales sociales. Las sociedades han sido configuradas por el lenguaje, el mismo que tuvo en todas las sociedades antiguas un poder considerado como más fuerte que la espada.
Inteligencia musical
Conocida comúnmente como “buen oído”, es el talento que tienen los músicos, los cantantes y los bailarines.
La fuerza de esta inteligencia innata varía de una persona a otra. Pero por fuerte que sea su inteligencia musical, necesita ser estimulada y configurada para desarrollar todo su potencial, ya sea para tocar un instrumento o para escuchar una melodía con sensibilidad. Este tipo de inteligencia surge a menudo muy pronto y de modo natural en los individuos dotados para ello.
Inteligencia lógica matemática
Ha sido considerada en occidente como una de las “únicas inteligencias”, quienes pertenecen a este grupo hacen uso del hemisferio lógico del cerebro y pueden dedicarse a las ciencias exactas. De los tipos de inteligencia este es el más cercano al concepto tradicional de inteligencia.
En algunas llamadas sociedades primitivas, la lógica, las matemáticas y la ciencia no parecen ser de primera vista fundamentales para la cultura. Este ámbito de la inteligencia se emplea de formas diferentes: regatear y comerciar, formular calendarios para medir el tiempo y estimar con exactitud cantidades y distancias depende de la inteligencia lógico-matemática.
Inteligencia espacial
La tienen los que pueden hacer un modelo mental en tres dimensiones del mundo (o un fragmento de él, según la situación). Esta inteligencia la comparten oficios tan diversos como la ingeniería, la cirugía, la escultura, la marina, la arquitectura, el diseño y la decoración.
Inteligencia
corporal - kinestésica
Los kinestésicos tienen la capacidad de utilizar su cuerpo para resolver problemas o realizar actividades. En este campo están los deportistas, los cirujanos y los bailarines. Una aptitud natural de este tipo de inteligencia se manifiesta a menudo desde niño; un ingeniero de éxito recuerda que se convirtió en ingeniero a la edad de cuatro años cuando empezó a desmotar objetos del hogar cuando sus padres no le miraban.
Inteligencia intrapersonal
Esta nos permite formar una imagen veraz y precisa de nosotros mismos; nos permite poder entender nuestras necesidades y características, así como nuestras cualidades y defectos sin maximizarlos o minimizarlos. Y aunque se dice que los sentimientos sí deben ayudar a guiar las decisiones, debe existir un límite en la expresión de éstos. Este tipo de inteligencia es funcional para cualquier área de nuestra vida.
Inteligencia interpersonal
La inteligencia interpersonal se constituye a partir de la capacidad nuclear para sentir distinciones entre los demás, en particular, contrastes en sus estados de ánimo, temperamento, motivaciones e intenciones. Esta inteligencia le permite a un adulto hábil, leer las intenciones y los deseos de los demás, aunque se los hayan ocultado. Esta capacidad que se da de forma muy sofisticada en los líderes religiosos, políticos, terapeutas y maestros. Esta forma de inteligencia no depende necesariamente del lenguaje.
Inteligencia naturalista
Se describe como la competencia para percibir las relaciones que existen entre varias especies o grupos de objetos y personas, así como reconocer y establecer si existen distinciones y semejanzas entre ellos. Los naturalistas suelen ser hábiles para observar, identificar y clasificar a los miembros de un grupo o especie, e incluso
para descubrir nuevas especies. Su campo de observación más afín es el mundo natural, donde pueden reconocer flora y fauna, y utilizar productivamente sus habilidades en actividades de caza, ciencias biológicas y conservación de la naturaleza. Pero puede ser aplicada también en cualquier ámbito de la ciencia y la cultura, porque las características de este tipo de inteligencia se ciñen a las cualidades esperadas en personas que se dedican a la investigación y siguen los pasos propios del método científico.
Inteligencia existencial
Es posible que tengamos una inteligencia existencial, o una inteligencia de las grandes cuestiones, pero Gardner (2006) no ha afirmado que es una inteligencia verdadera, porque satisface casi todos los criterios menos el de la evidencia que hay unas ciertas partes del cerebro que tienen que ver con las cuestiones filosóficas de la existencia. Él dice que la clave de esta inteligencia es la tendencia humana de pensar más allá de las grandes cuestiones de la existencia. Estas personas deliberan sobre preguntas como:
¿Por qué existe la vida? ¿Por qué existe la muerte?
¿Por qué hay guerra? ¿Qué pasará en el futuro?
¿Qué es el amor? (Gardner, 2006).
Dentro de la inteligencia existencial está lo espiritual. No es considerada una inteligencia por sí misma. De hecho, las personas muy espirituales que se conciernen mucho con los asuntos religiosos habían influido a Gardner a investigar la inteligencia existencial. La verdad es que hay algunas personas que tienen una mejor habilidad de meditar; tienen más experiencias espirituales o psíquicas (Gardner, 1993)
Justo es hacer notar que el término “Inteligencia Emocional” ha sido precedido y derivado del término de Inteligencia Social acuñado por Thorndike (1920) en su artículo: “La inteligencia y sus usos”, para hacer referencia a la habilidad
de entender y manejar a hombres y mujeres para actuar con sabiduría en las relaciones humanas.
Posteriormente, en 1990, el término de
«Inteligencia Emocional» fue acuñado por Salovey y Mayer (1990), definido por estos autores como un tipo de inteligencia social, que engloba la habilidad de controlar nuestras propias emociones y las de los demás, así como de discriminar entre ellas y utilizar la información que nos proporcionan para guiar nuestro pensamiento y nuestras acciones. En otras palabras se refiere a la capacidad de una persona para comprender sus propias emociones y las de los demás, y expresarlas de forma que resulten beneficiosas para sí mismo y la cultura a la que pertenece. Para estos autores la inteligencia emocional incluye la evaluación verbal y no verbal, la expresión emocional, la regulación de la emoción en uno mismo y en los otros y la utilización del contenido emocional en la solución de problemas (Salovey & Mayer, 1993). Salovey y Mayer (1990) recogen las inteligencias personales de Gardner (1993) en su definición básica de inteligencia emocional expandiéndolas en cinco dominios principales:
1.
Conocer las propias emociones. Para los autores
que se encuentran actualmente
investigando en el campo de la inteligencia emocional, el conocimiento de uno mismo, de
nuestros propios sentimientos es la piedra angular de la inteligencia emocional. El reconocer nuestros sentimientos nos da
un mayor control sobre nuestras vidas, por el contrario la incapacidad para reconocerlos
nos deja a su merced.
2.
El manejo
de las emociones. La inteligencia emocional no se fundamenta sólo sobre el autoconocimiento de nuestras emociones, ya que es importante también la capacidad de manejarlas de forma apropiada evitando
los sentimientos prolongados de ansiedad, irritabilidad, etc.
3.
El motivarse a uno mismo. La capacidad
de automotivarse, es decir,
de regular las emociones
al servicio de una meta es fundamental
para prestar atención, conseguir dominar una dificultad y para la creatividad.
4.
El reconocer
las emociones en los demás. La empatía es la habilidad relacional más
importante, ya que supone la antesala del altruismo y comprende la capacidad
de sintonizar con los deseos y las necesidades de los demás.
5.
La capacidad de relacionarse con
los demás. Se refiere a la habilidad para la competencia social, que
en buena medida implica el manejo
de las emociones de los sujetos con los que se interactúa.
En 1995, la publicación de Emotional Intelligence de Daniel Goleman significó una difusión sin precedentes de un concepto que hasta entonces había pasado desapercibido. A partir de mediados de los noventa, la inteligencia emocional es un tema de interés general por parte de la sociedad, de tal forma que empiezan a aparecer artículos (primero en revistas de divulgación y después en las científicas) y libros sobre el tema. Para Goleman (1995) la inteligencia emocional consiste en:
1. Auto-conocimiento. Conocer las propias emociones. El principio
de Sócrates “conócete a ti mismo” se refiere a esta pieza clave de la
inteligencia emocional: tener
conciencia de las propias emociones; reconocer un sentimiento en el momento
en que ocurre. Una incapacidad en este sentido
nos deja a merced de las emociones incontroladas.
•
Conciencia
emocional: Reconocer las propias
emociones y sus efectos
•
Valoración adecuada de uno mismo:
Conocer las propias fortalezas y debilidades
•
Confianza en uno mismo: Seguridad
en la valoración que hacemos sobre nosotros
mismos y sobre nuestras
capacidades Autorregulación Control de nuestros estados, impulsos
y recursos internos.
Auto-regulación. Manejar las emociones. La habilidad para manejar los propios sentimientos a fin de que se expresen de forma apropiada se fundamenta en la toma de conciencia de las propias emociones. La habilidad para suavizar expresiones de ira, furia o irritabilidad es fundamental en las relaciones interpersonales.
•
Confiabilidad:
Fidelidad al criterio de sinceridad
e integridad
• Integridad: Asumir la
responsabilidad de nuestra actuación personal
• Adaptabilidad: Flexibilidad para afrontar los cambios
• Innovación: Sentirse cómodo y abierto ante las nuevas ideas, enfoques
e información Motivación Las tendencias emocionales que guían o facilitan el logro de nuestros objetivos
2.
Motivación.
Motivarse a sí mismo: Una emoción tiende a impulsar
hacia una acción. Por eso, emoción y motivación
están íntimamente interrelacionados. Encaminar las emociones, y la motivación consecuente, hacia
el logro de objetivos es esencial para prestar atención, automotivarse, manejarse y realizar actividades creativas. El autocontrol
emocional conlleva a demorar gratificaciones y dominar la impulsividad, lo cual suele estar
presente en el logro de muchos objetivos. Las personas que poseen estas habilidades
tienden a ser más productivas y efectivas en las actividades que emprenden.
• Motivación
de logro: Esforzarse por mejorar o satisfacer un determinado criterio de excelencia
•
Compromiso: Secundar los objetivos de un
grupo u organización.
• Iniciativa: Prontitud
para actuar cuando se
presenta la
ocasión
• Optimismo: Persistencia en la consecución de los objetivos a pesar de los obstáculos y los contratiempos
3.
Empatía. Reconocer las emociones de los demás:
Un don de gentes fundamental es la empatía, la cual se basa en el conocimiento de las propias emociones. La empatía es la
base del altruismo. Las personas empáticas sintonizan mejor con las sutiles
señales que indican lo que los demás necesitan
o desean. Esto las hace apropiadas para las profesiones de la ayuda y servicios en sentido
amplio (profesores, orientadores, pedagogos,
psicólogos, psicopedagogos, médicos,
abogados, expertos en ventas, etc.).
•
Comprensión de los demás: Tener la capacidad de captar
los sentimientos y los puntos
de vista de otras personas
e interesarnos activamente por las cosas que les preocupan.
• Orientación hacia el servicio:
Anticiparse, reconocer y satisfacer las necesidades de los clientes.
• Aprovechamiento de la diversidad:
Aprovechar las oportunidades que nos brindan diferentes tipos de personas
• Conciencia política: Capacidad de darse cuenta de las corrientes emocionales y de las
relaciones de poder subyacentes en un grupo
4.
Habilidades Sociales. Establecer relaciones:
El arte de establecer buenas
relaciones con los demás es, en gran medida, la habilidad
de manejar las emociones
de los demás. La competencia social y las habilidades que conlleva,
son la base del liderazgo,
popularidad y eficiencia interpersonal. Las personas que dominan estas habilidades sociales son capaces de interactuar de forma suave y efectiva con los demás.
•
Influencia: Utilizar tácticas de persuasión eficaces
•
Comunicación: Emitir mensajes claros y convincentes
•
Liderazgo: Inspirar y dirigir a grupos y personas
•
Catalización del cambio: Iniciar
o dirigir los cambios
•
Resolución de conflictos: Capacidad de negociar y resolver conflictos
•
Colaboración y cooperación: Ser
capaces de trabajar con los demás en la consecución de una
meta común
•
Habilidades de equipo: Ser
capaces de crear la sinergia grupal en la consecución de metas colectivas.
Las mujeres obtienen puntuaciones más elevadas en “atención a los sentimientos” y como consecuencia son más propensas a síntomas ansiosos y por ello a una peor salud mental que los hombres (Extremera, 2001)
Podemos quizás pensar que en todas las etapas de desarrollo, las mujeres presentan de forma generalizada, una mayor atención a los sentimientos, lo cual, es pues de suma importancia tener presente estos aspectos diferenciales entre géneros a la hora de trabajar la Inteligencia Emocional. Se producen diferencias claras en la variable género, entre hombres y mujeres, tanto en el conjunto de las variables de inteligencia emocional, como en algunos aspectos concretos. Son de destacar,
especialmente, la mayor atención emocional que prestan las mujeres; así como la mayor claridad, reparación emocional y regulación emocional de los hombres (Pérez Pérez & Catejón, 2005)
Un gran número de estudios ha señalado que existen diferencias sexuales en el desarrollo de la Inteligencia Emocional (IE). En particular, la mayoría de investigaciones que han estudiado este tipo de inteligencia analizando las diferencias entre mujeres y hombres han mostrado que las mujeres tienden a presentar mayores niveles de IE. Dichas diferencias se deben, al menos en parte, a la mayor identificación de las mujeres con rasgos de identidad expresivos. Así, hemos mostrado que las mujeres tienden a identificarse en mayor medida que los hombres con rasgos expresivos de identidad asociados a competencias de IE y que dicha identificación media parcialmente la relación entre el sexo y la IE –las mujeres podrían ser emocionalmente más inteligentes debido a que se identifican en mayor medida con rasgos de expresividad. (Gartzia, Aritzeta, Balluerka, & Barberá, 2012)
Las diferencias de género en IE se vislumbran desde la infancia debido a la instrucción diferencial que, en cuanto a las emociones, tienen los niños frente a las niñas. Por otro lado, y a pesar de la evidencia de que las mujeres por lo general tienen un mayor índice de IE que los hombres, su auto- percepción tiende a ser más baja que la de los hombres. Los estudios, que se han centrado en las diferencias de género en función de la IE auto-informada y la IE medida a través de pruebas de ejecución, nos revelan importantes resultados sobre cómo los hombres auto-informan una IE superior a la que posteriormente ejecutan, y cómo a las mujeres les ocurre lo contrario, informan una IE inferior a la que demuestran en las pruebas de ejecución, lo que nos hace suponer que las mujeres se infravaloran y los hombres se sobrevaloran en relación con sus habilidades emocionales. (Sánchez Nuñez , Fernández-Berrocal, Montañés Rodríguez, & Latorre Postigo, 2008).
Para recopilar los datos se utilizaron dos cuestionarios, uno sobre “Inteligencias Múltiples” que se aplicó a 350 estudiantes y otro cuestionario denominado “Coeficiente Emocional”, que se aplicó a 580 estudiantes. En ambos casos la selección del grupo fue por conveniencia. Se seleccionaron hombres y mujeres, de las licenciaturas en contaduría, administración e informática, que han cursado juntos desde que ingresaron a la licenciatura; el rango de edad de la muestra oscila entre 18 y 25 años de edad.
Con el cuestionario de “Inteligencias Múltiples” se evaluaron las habilidades y destrezas emocionales e intelectuales de los entrevistados, al igual que su hemisferio predominante1. Específicamente midió las áreas: verbal lingüística, visual espacial, musical, táctil cinestésica, interpersonal, intrapersonal, naturalista y lógico-matemática.
El cuestionario denominado “Coeficiente Emocional”, proporcionó información sobre el comportamiento emocional del entrevistado: permitiéndonos saber cómo maneja sus relaciones interpersonales, su equilibrio emocional y el estado en que se encuentra su autoestima; también nos permite identificar el rol que juega el estudiante ante el grupo, su capacidad de adaptación, su
actitud ante los demás, su estilo de comunicación, el manejo de sus emociones ante el conflicto y ante la resolución de problemas.
De acuerdo con (Bandura & Richard, 1983) para caracterizar el comportamiento emocional pueden tomarse en cuenta aspectos tales como: Reacción ante una situación de conflicto, rol que juega el estudiante ante el grupo, comportamiento frente al grupo, actitud frente a los demás fuera del aula de clases, capacidad de adaptación y autonomía.
En términos generales, como podemos observar en la Tabla 1, en lo que se refiere al equilibrio emocional con el que cuentan los estudiantes y específicamente a la capacidad que tienen para identificar sus propias emociones, se encontró que 90% de ellos —independientemente de la edad y género— conocen el tipo de elementos o factores que desencadenan sus emociones, sin embargo, aceptan el hecho de que “casi siempre” les cuesta trabajo tener el control de sus emociones, no han logrado aún un grado de autonomía que les permita desarrollarse, por lo que con frecuencia necesitan recibir estimulación externa para realizar de forma efectiva sus labores escolares.
Tabla 1.
Comportamiento emocional
Tema |
Respuesta más frecuente |
Interpretación |
Ante una situación
de conflicto |
Generan un cierto grado de
culpabilidad respondiendo a sus agresores
con empatía. |
Baja autoestima |
Rol que juega el estudiante ante el grupo y la manera en la que se adapta a éste |
Un 70% de los estudiantes respondió que tienden a llevar
a cabo un fuerte análisis introspectivo, para disminuir la disonancia cognitiva. |
La disonancia cognitiva se refiere a
la percepción de incompatibilidad de dos cogniciones
simultáneas, todo lo cual puede impactar sobre sus actitudes. |
Comportamiento frente al grupo |
Se
identifican como “jóvenes buenos y optimistas” que se atreven a enfrentar riesgos como: éxito,
ridículo o fracaso. |
Actitud
positiva |
1 Es preciso
señalar que esto
obedece a que
dependiendo el sexo,
contamos con un hemisferio predominante, en el que
se desarrollan las habilidades emocionales (derecho) y otro en el que se desarrollan las destrezas intelectuales (izquierdo) (Salas Silva,
2003)
Actitud frente a los demás fuera del aula de clases |
Talante
despreocupado con respecto al mundo que les rodea |
Poco
compromiso con su
proyecto de vida y escasa tolerancia hacia
los demás, que es una tendencia general de los jóvenes actualmente como respuesta a la falta
de un futuro claro
y con expectativas viables para su inserción en el mercado laboral. |
Capacidad de adaptación |
En
los estudiantes de
18 a 25 años existe
una menor resistencia al cambio,
mientras que en las
edades superiores a los 25 años se presentan
más disfunciones con
el entorno social
y global y por
lo tanto en
su visión del
mundo, lo que
aminora la habilidad para el cambio |
Las mujeres cuentan con mayores
recursos para identificar sus
emociones y manejarlas, que los hombres. |
Elemento de autonomía,
traducida en términos de la confianza
que sienten en ellos mismos |
Los
estudiantes pueden hablar de sí mismos con cierta facilidad con personas en las que han
depositado su confianza. |
Inseguridad |
Fuente: Elaboración propia con base en la encuesta.
Como se mencionó anteriormente, se trabajó con el concepto de inteligencias múltiples elaborado por Gardner en 1993, en donde cada inteligencia es desarrollada de un modo y a un nivel particular, descartando así que el ser humano sólo tuviera un tipo de inteligencia, lo que hasta ese entonces se conocía como la inteligencia íntimamente ligada con el desempeño intelectual y académico.
Gardner en su libro “Inteligencias múltiples, la teoría en la práctica” (Gardner, 2005), estableció ocho tipos de inteligencias: lingüística-verbal, lógica-matemática, corporal-cinestética, visual- espacial, musical, emocional (que se dividiría en
la intrapersonal y la interpersonal), naturalista y existencial.
Para este autor la inteligencia, en términos generales, es la capacidad de resolver problemas o elaborar productos que sean valiosos en una o más culturas.
Respecto del cuestionario de “Inteligencias múltiples”, se tomaron en cuenta solo seis tipos de inteligencias de acuerdo a las habilidades que el estudiante necesita para su desarrollo, del cual se desprendieron los resultados que se muestran en la tabla 2.
Tabla 2.
Resultados obtenidos respecto a las inteligencias múltiples
Inteligencias |
Respuesta más frecuente |
Observaciones |
inteligencia lingüística verbal |
Más habilidad en las ciencias sociales que en las
ciencias duras |
Cabe aclarar
que la mayor
población son de la carrera de administración y no de la carrera de informática y contaduría |
inteligencia visual/ espacial |
No tienen
la percepción visual
muy desarrollada, pues ponen
poco interés en
observar lo que sucede a su alrededor e imaginar cómo
se pudiera ver si cambiara algo. |
Se encuentra una mayor proporción en
la población de 21 y 22 años
a mostrar su inteligencia
táctil/cinestésica, antes de esta edad
se utiliza frecuentemente pero
a partir de los 23 años empieza a desaparecer. |
Inteligencia musical
cantantes, compositores, bailarines,
músicos |
Desarrollada en los dos géneros; aunque
las mujeres son más propensas a cantar. |
Se observó que va en aumento esta actitud, teniendo su mayor
auge a los
21 años y posteriormente va declinando. |
Inteligencia
emocional (intrapersonal/ interpersonal) |
En
especial a los
21 años desarrollan esta inteligencia y se tiene
una mayor predisposición entre la población masculina, aunque la
femenina no se
encuentra muy distante. |
El género masculino definitivamente no
está interesado en reflexionar sobre
sí mismo, a diferencia de lo que ocurre con el femenino. |
Inteligencia naturalista. |
Los resultados muestran que el género
femenino es más
susceptible a mostrar. Las mujeres, en especial entre los 19
y 21 años, son más propensas a cuidar animales, esta tendencia se vincula con la lógica
socio-cultural de la inteligencia anterior. |
Como parte del
estereotipo formado para
el género femenino se destaca justamente el ser “más
cariñoso y
atento” para con
los seres vivos
que nos rodean. |
Inteligencia lógica- matemática, |
Inclinación a
las ciencias sociales |
Aunque se
observa que sí tienen desarrollada la inteligencia lógica
en especial en mujeres de 21, 20 y
18, al parecer esta habilidad va declinando entre
la población mayor. |
Fuente: Elaboración propia con base en las encuestas.
En cuanto a los tipos de inteligencia que manejan se puede ver que en la inteligencia lingüística verbal, muestran más habilidad en las ciencias sociales que en las ciencias duras; denotan poco desarrollo en cuanto a la inteligencia visual espacial, por otra parte, las mujeres tienen más desarrollada la inteligencia musical y los hombres muestran mayor desarrollo en la inteligencia emocional; por último, son las mujeres las que muestran una alta inteligencia naturalista y también muestran mayor desarrollo en la inteligencia lógica matemática.
Debido a la gran importancia que ha tenido el tema de la inteligencia y de las habilidades que necesitan los individuos para ser exitosos en el mundo actual, resulta relevante estudiar la actitud de los estudiantes para detectar con qué habilidades cuentan y cómo desarrollar las habilidades que carecen. Revisar la teoría al respecto es de utilidad para establecer un parámetro de medición de sus aptitudes y generar un cambio a futuro.
Teorías como el de habilidades cognitivas, así como el de inteligencias múltiples, nos permiten apreciar los elementos con los que cuenta la población estudiada y distinguir el manejo de las emociones entre los sexos.
La mayor participación en la encuesta fue de las estudiantes en especial las de 18 años, mientras que la participación masculina fue menor. Se considera que las mujeres están enfrentando mayores niveles de presión familiar y social, mismas que se ven reflejadas en las exigencias de contribuir económicamente en la vida familiar, así como en la preocupación que manifiestan por el desarrollo de competencias profesionales acordes a los perfiles exigidos en la escasa oferta de empleo en el mercado laboral.
Además de medir las diversas inteligencias se realizaron otras preguntas respecto al grado de satisfacción con relación a las expectativas que tienen a futuro en su vida laboral. Los estudiantes muestran una tendencia mayor a buscar trabajos en los que puedan desarrollar sus habilidades creativas, en especial entre los 18 y 21 años;
al medir la prioridad que tiene el dinero en sus intereses personales, la mayoría calificó como prioritarios sus intereses personales, aunque una gran cantidad de ellos reconoció la importancia del dinero en su vida.
Se hace necesario trabajar con los estudiantes para mejorar su inteligencia emocional y brindarles un mayor apoyo psicológico con el fin de propiciar una mejor toma de decisiones en su vida laboral.
Por otra parte, también se pudo observar que los estudiantes más jóvenes tienden a ser más arrojados y espontáneos que los de mayor edad, lo que indica una tendencia “natural” hacia una actitud “más formal” o “adulta” frente a la vida conforme van pasando los años. Con respecto al género, también se destacan diferencias significativas, lo que obedece, sin duda, al contexto social que marca pautas de comportamiento distintas para hombres y para mujeres. Es el caso de la disponibilidad para trabajar con otras personas, se tiene mayor disposición a los 21 años especialmente en el género femenino.
Respecto al cuestionamiento sobre el grado de felicidad que les daría trabajar siempre realizando la misma labor, se encontró que tanto hombres como mujeres que están entre los 18 y los 21 años tienen el mismo nivel de intolerancia a la frustración ya que en esta edad se presentan las características del fenómeno llamado “moral convencional”. Concepto que corresponde a la creencia que tienen los jóvenes que para ser aceptados por los miembros del grupo al que quieren pertenecer, deben pensar y actuar como el grupo decida. La respuesta más tajante se encuentra en la población de 21 años, mientras que a medida que la edad aumenta se tiene mayor tolerancia a una vida laboral rutinaria.
Por último, se considera que para desarrollar habilidades cognitivas y emocionales en los estudiantes que puedan transferir a su vida profesional es importante contar con el apoyo de guías, manuales y talleres, para poder brindarles
mejores herramientas que les permiten ordenar su campo conceptual para dar significado al mundo en el que viven y ser más competitivos en el ámbito laboral.
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